Hablarde evangelización en la División Sudamericana significa referirnos a una pasión generalizada que, en su ejecución, obedece a matices muy variados de acuerdo con las características de la región donde se realice la labor de proclamación.

            Con sus dos lenguas (español y portugués), culturas dispares, características geográficas muy diferentes, la División Sudamericana ofrece un mosaico atractivo y peculiar. Desde las lanchas del Amazonas y las clínicas rodantes del altiplano hasta las ciudades más sofisticadas del sur; desde la selva casi impenetrable, irrigada por caudalosos ríos, hasta los áridos desiertos donde casi es un acto de heroísmo vivir; desde las plácidas llanuras de sus tierras bajas hasta las alturas de tres mil, cuatro mil y más metros sobre el nivel del mar; desde sistemas de vida muy elementales hasta ciudades fuertemente industrializadas; desde regiones hambrientas de la predicación del Evangelio hasta zonas casi impenetrables a causa de tradiciones y tremendos prejuicios arraigados hace ya varias generaciones; desde campos en los cuales tenemos un adventista por cada doscientos habitantes, hasta misiones en las que la proporción es de apenas uno por cada mil quinientos.

            Esas diferencias geográficas, étnicas, sociales, culturales, económicas y religiosas, distribuidas en una extensión territorial considerable representada por los ocho países que componen la División, hacen justificable variar el énfasis del tipo de evangelización, según la región. Sin embargo, Ja tónica general es fe y confianza en la vigencia de la misión evangelizadora dejada por el Señor antes de ascender a los cielos. Porque Sudamérica cree en la evangelización.

El énfasis de la evangelización en las diversas uniones

            En la Unión Norte del Brasil (con sus selvas, ríos, grandes distritos que llevan a algunos pastores a caminar hasta 40 km en un día para cumplir su ministerio, y ciudades nuevas que se van abriendo paso con pujanza para llegar a ejercer su significación en el concierto de las metrópolis brasileñas), el énfasis de la evangelización es mayormente laico. Sin embargo, los obreros distritales tienen un programa de evangelización pastoral muy agresivo, al igual que la planificación hecha para los evangelistas de campo y de Unión.

            Tanto los obreros laicos como los obreros con credencial están dando un fuerte énfasis a la evangelización en Semana Santa. La mayoría de ellos procura tener un seguimiento posterior a dicha fecha, con miras a convertir los centros de predicación en nuevos grupos que, posteriormente, se transformen en iglesias organizadas.

            A partir de 1980, y con un acento mayor en el año 1981, cada pastor distrital está dictando por lo menos un ciclo de conferencias de 30 noches, preferentemente de penetración. Además, los obreros que no tienen distrito están incursionando exitosamente en ciclos de evangelización pública.

            La Unión Este del Brasil, con una gran cantidad de habitantes dentro de su territorio, que incluye la hermosa y populosa ciudad de Río de Janeiro, hace un marcado hincapié en la evangelización laica. Al igual que en todas las otras uniones de la División Sudamericana, da una significativa importancia a los programas de evangelización en Semana Santa.

            Los obreros distritales y los obreros no distritales con credencial están envueltos en un ritmo creciente de predicación. Al igual que en el resto de las uniones cada obrero de la denominación que tiene credencial será involucrado en alguna experiencia evangelizadora, integrándose con entusiasmo al plan de penetración del quinquenio votado por la Junta de la División Sudamericana.

            La Unión Sur del Brasil -la-de mayor cantidad de miembros en todo el mundo, en cuyo territorio se encuentra la gran urbe, San Pablo, con unos 14 millones de habitantes-, tiene puesto su énfasis mayor en las clases bautismales. Estas se realizan en diferentes días de la semana y en distintos horarios en las iglesias mayores, se llevan a cabo en las escuelas de iglesia, y también en relación con las reuniones evangelizadoras de los domingos de noche. Además, todos los obreros distritales están comprometidos con la realización de por lo menos un ciclo de penetración en el año. Los obreros de la administración, tanto de las misiones y asociaciones, así como también de la Unión, están comprometidos, por lo menos en una experiencia evangelizadora por año.

            La Unión Chilena, que se extiende desde las tierras desérticas de su Misión del Norte hasta las fértiles y hermosas regiones de la Asociación del Sur, se ha destacado por la evangelización de verano llevada a cabo tanto por pastores como por predicadores laicos, entrenados específicamente para ello. También ha recalcado significativamente la evangelización en Semana Santa. Los obreros han estado llevando adelante ciclos cortos; últimamente han comenzado a incursionar en ciclos de por lo menos treinta noches, y la expectativa es de extenderse en lo futuro a ciclos mayores.

            Cada una de las asociaciones y misiones, y también la misma Unión, tienen sus evangelistas quienes han estado dando ciclos mayormente en templos y de una duración media. El sistema de evangelización en aerocarpa y otros auditorios móviles, recién está comenzando a ser considerado en esta Unión.

            La Unión Austral, donde tuviera su origen la evangelización en Semana Santa, ha iniciado un programa de entrenamiento de sus pastores distritales para la evangelización pública. En 1980, la mayoría de ellos llevaron a cabo un ciclo de 30 a 45 noches. En 1981, la casi totalidad de los pastores distritales tendrá ciclos evangelizadores cuya duración oscilará entre las 30 y 60 noches. Cada una de las asociaciones tiene su carpa inflable y algunas de ellas también carpas no inflables que obedecen a diseños y sistemas diferentes. Los evangelistas de asociaciones y de la Unión en general, están llevando a cabo ciclos de 90 noches de duración, y algunos de ellos han comenzado a incursionar con la modalidad de campañas múltiples.

            La Unión Incaica, que por dos años ha sido la unión que más almas ha bautizado en todo el mundo, tiene un enfoque evangelizador equilibrado, en el cual se realizan las distintas fases de la tarea de proclamación. Prácticamente todos los obreros distritales y no distritales, desde los que cumplen funciones en la Unión hasta los que trabajan en las misiones o asociaciones y en las instituciones e iglesias, realizan evangelización pública.

            En cuanto a la tarea de los pastores distritales, ellos están realizando ciclos de 45 noches consecutivas. En lo referente a los secretarios ministeriales de unión y asociación, mayormente están realizando ciclos que llegan a 90 noches. La Unión Incaica también se caracteriza por un fuerte énfasis en la evangelización laica centrada en el programa de Semana Santa.

            Otra nota distintiva de la Unión Incaica es que el programa de evangelización en carpas está en explosiva expansión. Además de la carpa inflable de la Unión, con capacidad para 1.000 personas, las diferentes misiones tienen interés en promover la predicación en estos auditorios móviles. Por ejemplo, la Misión Peruana del Norte lanzó en el año 1981 un proyecto que le permitirá obsequiar cuatro carpas a los cuatro distritos que presenten un mejor plan, dentro del lineamiento general que la Junta de la Misión está presentando. Además, ofrecieron otras dos carpas en préstamo para campañas, con un plan también específico.

            Otro caso notable es el de la Asociación Peruana Central, que decidió acometer la evangelización de la gran Lima, ciudad de cuatro millones de habitantes. Planearon una acción agresiva de evangelización en carpas. Trece de los dieciséis distritos poseen su carpa propia. Diez de ellas fueron confeccionadas con un plan especial a comienzos del año 1981 y en todas ellas se comenzaron ciclos de evangelización a cargo de los pastores distritales en los días de Semana Santa.

Principios generales de la evangelización en Sudamérica

            La filosofía evangelizadora sudamericana refleja en cierta medida la historia de la predicación pública en esta División. El enfoque evangelizador inicial fue de corte típicamente protestante, como el ciclo que realizara a comienzos de nuestro siglo el pastor Carlyle Haynes, que en su momento fuera también presidente de la División Sudamericana. Pero luego soplaron vientos diferentes, que produjeron rumbos nuevos en la metodología.

            Más o menos al mismo tiempo surgieron dos escuelas de evangelización: por un lado, el pastor Walter Schubert, quien iniciaba sus ciclos con temas dedicados al hogar y a los problemas sociales. Fue una metodología que intentó introducirse en los problemas de la sociedad latinoamericana y darles una solución bíblica y cristiana. La otra escuela, inspirada en la metodología del pastor Daniel Hammerly Dupuy, fue de un corte más erudito. El incursionó en los conflictos entre la ciencia y la religión, en la geología, la arqueología, etc., para luego entrar en la parte más doctrinal. La línea schubertiana tuvo más éxito y perdurabilidad en las modalidades evangelizadoras de nuestro continente, aun cuando todavía quedan algunos vestigios hammerlianos.

            Luego vinieron otros hombres, los cuales, bebiendo de las fuentes anteriores, fueron abriendo nuevos cauces en la metodología evangelizadora. Por ejemplo, el pastor Salim Japas, quien introdujera la metodología de los cursillos de investigación bíblica como parte integrante del ciclo de conferencias; el pastor Arturo Schmidt, quien inspirado en algunos otros antecedentes comenzó a impulsar los ciclos evangelizadores con reuniones cotidianas; el pastor Carlos Aeschlimann, y otros más.

            También ejerció su influencia el curso de extensión de la Universidad Andrews con la participación del pastor Cleveland, con su planteamiento temático que obedece a una metodología más psicológica que lógica.

            En la actualidad, la conducción evangelizadora de la División está tomando los elementos positivos y exitosos de los métodos ya mencionados; está avanzando en forma acelerada en el lineamiento que hace la hermana White, al mencionar que el mensaje de la educación para la salud debe ser la cuña de entrada en las campañas evangelizadoras y se están preparando materiales y entrenando obreros para trabajar en el método de proclamación combinado entre los hermanos del ministerio de la Palabra y los del ministerio de la salud.

            Quiere decir, entonces, que la actual filosofía evangelizadora de la División Sudamericana obedece a un método ecléctico en el cual se unen elementos de educación para la salud, temas sociales, psicología práctica, arqueología, piedad práctica, teología, utilizando el enfoque de conferencias y clases bíblicas. A esto debe sumársele un intenso trabajo de visitación, con estudios bíblicos en los hogares de quienes asisten a las conferencias. Además, se mantiene vigente la estrategia de evangelizar en fechas significativas y con atractivos tales como la Semana Santa, la Navidad, etc. mayoría de las iglesias de la División -Sudamericana mantiene su propia reunión de evangelización semanal, especialmente los domingos de noche. Además de esto, en un buen sector de la División se mantiene con vigor y éxito el sistema de clases bautismales.

Objetivos para la evangelización de la División

            Dentro de los objetivos para la evangelización que persigue la División Sudamericana figuran los siguientes:

  1. Que cada obrero con credencial participe por lo menos en una experiencia evangelizadora cada año.
  2. Que los obreros distritales participen por lo menos en tres experiencias evangelizadoras por año: a) Una experiencia evangelizadora en Semana Santa, b) un ciclo de cosecha destinado a colaborar con los hermanos laicos en la recolección de los frutos del trabajo en los lugares más maduros de su distrito, y c) un ciclo de penetración completo, de 30 a 60 noches por lo menos.
  3. Formar laicos predicadores, capaces de llevar adelante ciclos de evangelización completos.
  4. Estimular la proliferación de carpas y auditorios móviles a fin de dar mayor agilidad y productividad a los ciclos de predicación.
  5. Llevar adelante campañas metropolitanas de evangelización, en las cuales todas las iglesias y los obreros distritales y no distritales de la región participen de un ciclo múltiple de evangelización.
  6. Como paso siguiente en la planificación gradual de la formación y el enfoque evangelizador, tener campañas nacionales de predicación.

Conclusión

            Sudamérica cree en la evangelización; considera que el cometido dado por el Señor de ir y evangelizar a todo el mundo hasta que El venga, mantiene hoy su plena vigencia. Dentro de las posibilidades, está tratando de impulsar una evangelización que contemple las necesidades de este mosaico étnico que vive en sus ocho países, a través de una metodología que le es peculiar. Pero Sudamérica también necesita -y mucho- de las oraciones de cada uno de los hermanos que lean este artículo.