Dios nos creó para amar. Nos capacitó para hablar de amor, y para vivirlo dispensarlo.

     Como se siente usted cuando alguien le dice: “Te amo”? Esas palabras son inspiradoras. Tienen el poder de extraer lo mejor que hay dentro de nosotras. Pueden incluso animamos a seguir en una nueva dirección, fijarnos nuevas metas, y también pueden cambiar el nimbo de nuestra vida.

     La sensación de amar y ser amada es fantástica. Ese sentimiento alivia las tensiones y nos proporciona una de las mayores experiencias de las relaciones humanas. Dios nos creó para amar. Puso en nosotros un enorme potencial de amor, con el propósito de enseñamos no sólo a hablar de amor, sino también a vivirlo en toda su plenitud.

     Desde que comenzamos a trabajar aquí, en la sede de la División Sudamericana, hemos enfrentado nuevas realidades con respecto a la familia. Son cambios para cuya adaptación necesitamos algún tiempo. Uno de ellos es la constante lejanía del esposo y los hijos. Se dice que la distancia prueba el amor. Tengo que estar de acuerdo con quien lo dijo, aunque en la práctica eso no es nada fácil.

     Hay momentos cuando el corazón parece que no soporta más. Entonces suena el teléfono y alguien del otro lado de la línea dice: “¡Hola! Llamé para decirte que te amo” Esas palabras hacen que lo lejano se transforme en cercano; cambia todo. El corazón late con más rapidez, aflora una sonrisa y los ojos resplandecen. Parece algo mágico.

SALUD Y ALEGRÍA

     Las palabras de amor tienen poder para sostener un corazón durante días, meses y años. Es lo que publicó recientemente la revista Saúde (Salud).

     El problema es que, como seres humanos, le hemos dado muy poca importancia al amor como un factor de alegría y salud. Nos olvidamos de amar. No tenemos tiempo para amar. Como consecuencia de eso se compromete la manera como nos relacionamos. Una hermosa pieza literaria, de Jader Santos, dice lo siguiente:

No es necesario ser genio, ni es preciso ser sabio

para descubrir que las cosas van de mal en peor.

Cuando le falte valor, cuando le falte fe,

cuando el miedo lo quiera dejar sin voz,

Si anda solo y no tiene amigos,

mire hacia lo alto y sienta que Alguien lo ama.

Cuando llegue el fracaso, cuando se asome el llanto,

vea que detrás de las nubes siempre brilla el sol.

Sepa que al amor nunca falla.

Sepa que el amor vencerá al mal.

Aunque los amigos lo olviden,

aunque enfrente el fiero vendaval,

sepa que el amor nunca falla,

¡porque Cristo es el amor, y él no falla nunca!

CÓMO AMAR

     A comienzos del año dediqué algunos minutos para reflexionar: ¿Cómo estoy amando yo? ¿Cuán grande ha sido mi amor a Dios, a su iglesia, a mi esposo, a mis hijos, a mis hermanos en la fe y a mis amigos? Hoy la frase “Amaos los unos a los otros” adquiere un sentido de urgencia. Dios espera que vivamos su amor y lo reflejemos en el grado más alto posible. ¿Cómo hacerlo?

     • Amando más, por medio de palabras y gestos.

     • Manifestando alegría, que le da vitalidad a las relaciones humanas.

     • Apoyando a los que lo necesitan.

     • Estimulando el desarrollo espiritual y emocional dela familia.

     • Oyendo más; juzgando menos.

     • Llevando palabras de esperanza y motivación. Perdonando.

     • Orando más, para comunicamos con la Fuente del verdadero amor.

     • Aprendiendo a ser más humildes.

     Que de aquí en adelante la oración del apóstol Pablo se cumpla en nosotros (leer Efe. 3:17-19).

Sobre el autor: Coordinadora asociada de AFAM en la división Sudamericana.