Daniel 9 se dio, obviamente, para proporcionar conocimiento anticipado del tiempo del ungimiento de Jesús como el Mesías —“Cristo” significa “ungido” en griego, y concuerda con el Mashiach de los hebreos—, anticipatorio de su ministerio público. Y Keil, con muchos otros, identifica mashiach nagid como Cristo. La alusión que aquí se hace no se refiere a su o nacimiento, sino a su ungimiento en el momento de su bautismo, porque fue entonces cuando fue ungido por el Espíritu Santo (Hech. 10:37, 38) y se manifestó como el Cristo, o Mesías. Así fue como Andrés le dijo a su hermano Pedro: “Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo)” (Juan 1:41).
3. “Determinadas” significa “asignadas”, “decretadas”, “cortadas”. Gabriel encara inmediatamente la característica temporal de la visión, y declara: “Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo [los judíos] y sobre tu santa ciudad [Jerusalén]” (vers. 24). La palabra hechathak, traducida “determinadas”, no aparece en ningún otro lugar de la Biblia, por lo tanto no es posible proporcionar otros usos dados por la Biblia a esta palabra a fin de compararlos con este pasaje y aclarar su significado.
La edición de 1832 de Gesenius da el significado de chathak como “determinar”, “destinar”, y en caldeo, “cortar”, “decidir”. Pero la edición de 1846 lo rinde como “cortar”, “dividir” y también “decretar”, “determinar”. El Student’s Hebrew and Chaldee Dictionary de 1914 rinde esa palabra como “cortar, decidir, determinar, decretar”, y Rotherham en su Emphasized Bible hace énfasis en el término “dividir” como significado. Luego procede a demostrar que el período de las setenta semanas estaba dividido en siete semanas, sesenta y dos semanas y una semana…
Estos tres significados: “cortar” “decidir” y “determinar”, aparecen en las antiguas traducciones del Antiguo Testamento al griego. La LXX, traducida en Alejandría, probablemente en el segundo siglo AC, vierte chathak de Daniel 9: 24 como ekritthésan, i.e., “adjudicadas”, “determinadas”. Por otra parte, la traducción griega hecha por Teodosio en el siglo segundo DC (usualmente publicada en ediciones modernas de la LXX) rinde chathak como sunetméthesan, “quitar cortando”, “interrumpir” o “quitar repentinamente”. (Véase también Liddell y Scott, Greek-English Lexicon, tomo 2, pág. 1726.) La vulgata utiliza el verbo abbreviare, “interrumpir” o “quitar repentinamente”. Hitzig lo rinde como “designadas”; otros, “destinadas”, “adjudicadas”.
Los diferentes significados de esta palabra hebrea tienen importancia real. El período de las setenta semanas fue “asignado” o “adjudicado” al pueblo judío, y durante ese tiempo debían cumplirse algunas cosas específicamente. Y en el plan de Dios este período estaba “decretado” o “determinado” para este propósito. Pero la palabra chathak también tiene el significado de “quitar cortando”, según lo indican tantas autoridades semánticas. La expresión “quitar cortando” es significativa, porque lo que se quita cortando son las setenta semanas. Esto, por supuesto, es tiempo; de modo que es el tiempo el que se “quita cortando”. Así como se corta un trozo de material de un rollo, ¿no podría decirse que el período de las setenta semanas se corta de un período de tiempo más largo?
Este concepto, en este caso particular, es reconocido por ciertas autoridades bíblicas. Barnes, al comentar sobre el versículo 24, declara: “El significado parecería ser que esta porción de tiempo —las setenta semanas— fue “quitada cortando” [la cursiva es de él] de la duración total, o bien cortada de ella y puesta aparte para un propósito definido”. El Pulpit Commentary concuerda adicionalmente con este pensamiento, porque señala: “Significa ‘quitar cortando’. Así puede referirse a estas semanas como ‘cortadas’ del tiempo general, y por lo tanto, ‘determinadas’.
Con este reconocimiento del significado del empleo de “quitar cortando”, bien podríamos preguntar: “El período de las setenta semanas, ¿ha sido ‘cortado’ del tiempo en general o en un sentido específico? Necesitamos recordar que en la visión simbólica de Daniel 8 se hace referencia a los 2300 días. Esto quedó sin explicar. Si Daniel 9 es la explicación de esta parte sin explicar de la visión, la explicación inevitablemente tendría que referirse al tiempo. Pero el único tiempo profético mencionado en la visión de Daniel 9 son las setenta semanas. ¿No podríamos concluir lógicamente, entonces, que cuando Gabriel trata con las setenta semanas, ó 490 años, está explicando la primera parte de la profecía de los 2300 días? Este período (490 años) fue asignado a los judíos con su santuario en la tierra; el resto del período (2300 años), llegaría entonces hasta los tiempos de la iglesia cristiana, con el santuario en el cielo.
Este concepto —que los 490 años son cortados del período de los 2300 años— parece constituir la única conclusión consecuente. Que el período de las setenta semanas ha sido cortado del tiempo ha sido indicado por las dos declaraciones dadas anteriormente. Y el tiempo del cual han sido “cortadas” parece ser el período mencionado en la visión de Daniel 8, es decir, el período de 2300 años. William Hales (A New Analysis of Chronology, 1833, tomo 2, pág. 517) llegó a la siguiente conclusión hace más de un siglo:
“Esta profecía cronológica… evidentemente fue designada para explicar la visión anterior [cap. 8], especialmente en su parte cronológica referente a los 2300 días”.
Veintenas de eruditos de diferentes comuniones en distintos países han concordado con este concepto, desde el tiempo de Johann Petri, de Alemania, en 1768, hasta nuestros días. (Continuará.)