A. Programa para la vida

1. El programa de la vida de Jesús

a. Luc. 4: 18-21- Extraordinaria síntesis del programa de Jesús.

(1) “El Espíritu Santo es sobre mí”. Esta fue la clave de su programa. “El Espíritu Santo no es un siervo, sino un poder que dirige” (Obreros Evangélicos, pág. 162). Experiencia de Ezequiel. Eze. 3:14 – Triunfó el Espíritu Santo.

(2) Jesús fue ungido para dar buenas nuevas. El mundo de Jesús y el de nuestros días, es el mundo de Eze. 2:10.

(3) Ungido para sanar a los quebrantados de corazón.

(4) Ungido para pregonar a los cautivos libertad.

(5) Ungido para dar a los ciegos vista – sanidad.

(6) Ungido para libertar a los quebrantados.

(7) Ungido para predicar un tiempo de gracia y buena voluntad.

b. El secreto del poder y éxito de Jesús en el cumplimiento del programa de su vida fue el Espíritu Santo. “Y reposará sobre él el espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová” (Isa. 11:2).

c. Jesús cumplió acabadamente el programa de su vida, trazado por Dios y dirigido por el Espíritu Santo. “He acabado la obra que me diste que hiciese” (Juan 17:4).

2. Nosotros y el programa de vida

a. Vivimos a la hora del sol poniente. No podríamos modificar en nada el programa que siguió Jesús. Agravante: Sabemos por los hechos que “el tiempo no será más” (Apoc. 10:6).

b. Asegurarnos en primer lugar que “el Espíritu Santo es sobre mí”. Que hemos sido llamados por Dios, “ungidos por Dios” (2 Cor. 1:21), y dirigidos por Dios. Que constantemente estamos “vivificados por su Espíritu” (Rom. 8:11).

c. Dar con urgencia las mismas “buenas nuevas”. La noche viene. (Juan 9:4).

d. El dominio constante del Espíritu nos protegerá diariamente del pecado, de la tentación de dividir nuestra atención e intereses, o de dedicarnos a otra cosa que no sea promover el reino de Dios.

B. Programa para cada día

En el mismo debieran constar las necesidades y los deberes espirituales del obrero y de su grey, los que hemos dividido en ocho grupos: Devoción personal, preparación para el púlpito, organización de la iglesia, administración de la iglesia, visitas personales, ejercicio físico, atención de la familia y descanso.

1. Devoción personal

a. “Ten cuidado de ti mismo” (1 Tim. 4:16). Esta es la primera preocupación.

b. “Si queréis obtener los ricos tesoros del cielo, debéis tener secreta comunión con Dios” (Obreros Evangélicos, pág. 287).

c. “En nuestra obra no hay nada más necesario que los resultados prácticos de la comunión con Dios” (Id., pág. 526).

d. “Cristo puso sus deseos en conformidad estricta con su misión” (Id., pág. 116).

e. “Porque la vida de Jesús fue una vida de confianza constante, sostenida por la comunión continua, su servicio para el Cielo fue sin fracaso ni vacilación” (Id., pág. 269).

f. “El ministro de Cristo debe ser un hombre de oración y un hombre de piedad” (Id., pág. 122).

g. “Hemos de encontrar nuestra fuerza donde los primeros discípulos hallaron la suya. Todos perseveraban unánimes en oración y ruego” (Id., pág. 205).

2. Preparación para el pulpito

a. Trabajo duro y estudio ha de ser nuestro lema.

b. Hemos de hablar en lugar de Dios y en el nombre de Cristo a las almas.

c. El púlpito debe arder, no de excitación, sino de poder. “La razón porque tantos de nuestros predicadores pronuncian discursos sin vida y tibios, consiste en que permiten que una variedad de cosas de naturaleza mundana ocupe su tiempo y su atención” (pág. 287).

d. Realicemos estudios sistemáticos de la Palabra de Dios, del espíritu de profecía y de obras que mejoren la calidad de nuestro ministerio.

e. “Antes de subir al púlpito, el predicador debe buscar a Dios en su gabinete y ponerse en íntima relación con él” (Id., pág. 185).

3. Organización de la iglesia

a. El obrero es el primer responsable.

b. Elaborar y luego someter a la junta t de su iglesia el programa de evangelismo para todo el año. Naturalmente incluye las campañas.

c. Asignar a cada miembro su responsabilidad bien definida. “Cada uno debe tener alguna parte que desempeñar, alguna carga que llevar” (Id., pág. 210).

d. Una iglesia que no trabaja, da trabajo a su pastor. “Una iglesia que trabaja es una iglesia que crece” (Id., pág. 208).

e. El obrero que no logra que su iglesia trabaje, está dando aún los primeros pasos en su formación.

4. Administración de la iglesia

a. Cuide mucho de que este aspecto de su responsabilidad no absorba lo creativo. Confíe en sus asociados y en los miembros de su junta.

b. Mantenga al día registros, ficheros, carpetas, estadísticas, presupuestos, informes, correspondencia, etc.

c. Mantenga un plan regular de reuniones con sus asociados (ancianos, jefes de comisiones, directores de departamentos de la iglesia).

d. Sea el coordinador general de los grupos de trabajo, de los departamentos de la iglesia, la escuela y las diversas responsabilidades.

e. Cuide de no dejarse arrastrar al campo de asuntos ajenos a su misión.

Recordemos a Jesús. (Luc. 12:13, 14.)

5. Visitas personales

a. Para hacer efectiva la predicación, el pastor debe conocer a cada oveja por su nombre; a las sanas y activas y a la “perniquebrada”.

b. “Cuando un predicador presentó el mensaje evangélico desde el púlpito, su obra no hizo más que empezar. Le queda una obra personal que hacer” (Obreros Evangélicos, pág. 195).

c. “Erró su vocación aquel que habiendo entrado en el ministerio no está dispuesto a hacer la obra personal que exige el cuidado del rebaño” (Obreros Evangélicos, pág. 194).

6. Ejercicio físico

a. Estimula la circulación, ayuda la digestión, conserva vigorosa la salud y produce numerosas bendiciones para el obrero, su familia, y la obra.

b. “Las facultades mentales y morales de algunos de nuestros predicadores están debilitadas por el comer de una manera impropia y por la falta de ejercicio físico” (Id., pág. 252).

c. “Los momentos de descanso… no pueden reemplazar al ejercicio físico diario” (Id., pág.254).

d. “Cultivad vuestro jardín para mantener el organismo apto para funcionar debidamente y estaréis haciendo la obra de Dios tanto cómo cuando celebráis reuniones” (Id., pág. 255).

7. Atención de la familia

a. Atender cariñosamente a la pequeña iglesia del hogar. “…A la iglesia que está en tu casa” (Fil. 1:2).

b. Recordemos: “Entra tú y toda tu casa en el arca” (Gen. 7:1).

c. “Ninguna disculpa tiene el predicador por descuidar el círculo interior en faben ser planeadas para recuperar mayor del círculo mayor. El bienestar espiritual de su familia está ante todo” (Obreros Evangélicos, pág. 215).

d. Debe existir en la familia del pre una unidad que predique un sermón eficaz sobre la piedad práctica” (Id., pág. 216).

e. Debemos tomarnos el tiempo para establecer amistad y compañerismo con la esposa y los hijos, y tiempo para la recreación con ellos.

8. Descanso

a. “Venid a un lugar aparte y reposad” (Mar 6:31)

b. La lucha fatiga y Satanás aprovecha los momentos de cansancio para prevalecer

c. El Dios no quiere que trabajemos bajo presión y tensión hasta que a ello siga el agotamiento con postración de los nervios. Es necesario que los obreros elegidos por Dios escuchen la orden de descansar un poco “(Obreros evangélicos pág. 260)

d. “Los debidos periodos de sueño y descanso y una abundancia de ejercicio físico son esenciales para la salud del cuerpo y de la mente “(Id pág. 427)

e. El “día libre “del obrero es para él y su familia.

f. Las vacaciones anuales del obrero deben ser planeadas para recuperar energías físicas y mentales y regresar al trabajo con frescura y alegría.

9. Consideraciones finales sobre el programa diario del obrero

a. No puede realizarse en ocho horas

b. Un programa diario bien conducido y flexible, nos permitirá desarrollar el plan de trabajo de nuestra vida que indudablemente deberá aspirar a ser semejante al programa de vida de Jesús que el expuso públicamente al iniciar su ministerio terrenal.

c. Debemos cuidar de no realizar tanto trabajo exhaustivo como fermentativo

d. Debemos recordar que donde las almas de los hombres están en juego, donde están involucradas cosas eternas el interés no puede dividirse sin peligro “(Id, pág. 528)

g. Y finalmente que la confección de un plan de acción anual y diario nos aliviara de tensiones, improvisaciones, dando continuidad a nuestra obra.

Sobre el autor: Director del Colegio Adventista del Plata.