La Iglesia Adventista se ha mantenido a la vanguardia por más de cien años en la defensa y la propagación de los principios de una dieta saludable y nutritiva. La aptitud física es una piedra angular para tenerse calidad de vida. De vez en cuando, alguien me pregunta: “¿Qué es más importante: el ejercicio físico o la alimentación?” Generalmente, acostumbro responder haciendo a mi interlocutor otra pregunta: “¿Usted prefiere vivir sin corazón o sin cerebro?” Obviamente, ¡necesitamos de ambos, para continuar viviendo! Lo mismo se aplica a la aptitud física y la nutrición: son de igual manera importantes.
En un mundo que se está haciendo cada vez más sedentario, nuestras iglesias necesitan comenzar a prestar más atención a la importancia del estado físico. Es fácil relacionar alfabetización con lectura y escritura, habilidades esenciales para el éxito en la vida. De la misma manera, la importancia de la “alfabetización física” es relativamente nueva e incluye motivación, confianza, competencia física, conocimiento y entendimiento para valorar y asumir la responsabilidad de involucrarse en actividades físicas esenciales para la vida. (Ver en: http://www.unesco. org/new/es/social-and-human-sciences/ themes/physical-education-and-sport/ policy-project/physical-literacy/).
La alfabetización física alcanzará mejores resultados si es incentivada a partir de la infancia, por medio de actividades básicas tales como: correr, saltar, nadar, caminar, etc. Cuando los niños y los adolescentes aprenden a moverse, llegan a ser más proactivos en la vida. Los jóvenes que desarrollan actividades físicas tienden a cultivar un estilo de vida más saludable cuando son adultos.
Los beneficios de la alfabetización física se extienden a muchas áreas de la vida. Elena de White explica: “Una buena salud radica en el fundamento mismo del éxito del estudiante. Sin ella, nunca podrá ver el fruto de sus ambiciones y sus esperanzas. Por lo tanto, el conocimiento de las leyes por las que se alcanza y se preserva la salud es de importancia preeminente. El cuerpo humano puede compararse con una maquinaria bien afinada, que necesita cuidado para que pueda seguir funcionando adecuadamente. Una parte no debe ser sometida a desgaste y presión constante, mientras que otra parte se oxida por la inactividad. Al mismo tiempo en que se carga la mente, los músculos también deben tener su proporción de ejercicio. Cada joven debe aprender a regular sus hábitos dietéticos: no solo qué comer, sino también cuándo y cómo hacerlo. También debe saber cuántas horas pueden dedicarse al estudio y cuánto tiempo debe dedicarle al ejercicio físico” (Signs of the times, 26 de agosto de 1886).
Actualmente, las agencias gubernamentales y las organizaciones de salud recomiendan sesenta minutos de actividades físicas por día, para tener calidad de vida. Sin embargo, ciertas investigaciones demuestran que la mayoría de los jóvenes y de los adultos no ha atendido a estas recomendaciones. ¿Has alcanzado esta meta diaria?
Aquí presentamos algunas ideas a fin de estimular la práctica de actividades físicas en el programa de tu iglesia:
- Da el ejemplo, realiza caminatas con tu familia.
- Ve a algún parque público y practica algún deporte: fútbol, natación, andar en bicicleta, etc.
- Invita a los miembros de la junta directiva de tu iglesia para que permanezcan de pie durante algún tiempo en las reuniones, en lugar de estar todo el tiempo sentados.
- Cuando vayas a aconsejar a alguna persona, invítala a caminar juntos mientras conversan.
- Planifica actividades físicas para tu iglesia que involucren campamentos, caminatas, corridas, juegos, etc.
- Organiza actividades físicas para la comunidad en la que tu iglesia está instalada. Anima a los miembros de tu iglesia y de la comunidad que la rodea a que participen de campañas de actividades físicas, tales como “Muévase por la vida”.
Estas simples actividades pueden contribuir a la mejoría del estado físico de los miembros de tu iglesia y de tu comunidad.
Sobre el autor: Director asociado del departamento del Ministerio de la Salud de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.