Un emocionante descubrimiento arroja nueva luz sobre un antiguo lugar

     Durante una reciente excavación en Israel, los arqueólogos descubrieron una importante y reciente evidencia que arroja nueva luz sobre algunos eventos bíblicos. El lugar del descubrimiento es Tel Gezer, montículo de unas 12 hectáreas, situado al pie de las colinas a 24 kilómetros al oeste de Jerusalén. Dada su situación estratégica, Gezer se convirtió en una ciudad fortificada de la antigüedad y se la menciona muchas veces en la Biblia. También se cita en varias inscripciones egipcias, incluyendo las de los faraones de la edad de bronce tardía, Tutmosis III, Tutmosis IV, y Mernepta.

     Sabemos, por la Biblia, que los antiguos habitantes de Gezer sufrieron una derrota a manos de los israelitas conquistadores, pero que fue muy difícil controlarlos. La Biblia registra que Horam, rey de Gezer, intentó apoyar a su aliado el rey de Lachis contra el avance de los israelitas, sólo para ser muerto y todo su ejército destruido (Jos.10:33). A pesar de esta pérdida devastadora, los habitantes de Gezer se las arreglaron para mantener su independencia. Cuando las tribus israelitas se dividieron la tierra de Canaán, Gezer fue asignada a la tribu de Efraín (Jos. 16:3) y más tarde asignada a la familia sacerdotal de Coat (Jos. 21:21). La ciudad cananita de Gezer no fue destruida, pero sus habitantes fueron hechos esclavos de los israelitas (Jos.16:10; Jue.1:29). Probablemente los indefensos habitantes, habiendo perdido a su rey y a su ejército, buscaron la paz (Deut. 20:10,11).

     Gezer, sin embargo, fue sólo relativamente dominio israelita. Durante la guerra subsiguiente entre los israelitas y los filisteos, Gezer fue una tierra de nadie (2 Sam. 5:25; 1 Crón. 14:6; 20:4). No fue sino hasta los tiempos de Salomón cuando Gezer cayó finalmente bajo el control total de los israelitas. 1 Reyes 9:16 registra que la esposa egipcia de Salomón recibió a Gezer como dote de su padre, el Faraón. Este regalo impulsó a Salomón a reconstruir la ciudad (1 Rey. 9:17).

Primeras excavaciones

     Debido a su gran tamaño, su situación estratégica, y sus conexiones bíblicas, Tel Gezer (la antigua Gezer) ha figurado de manera destacada en la reconstrucción arqueológica del Israel del Antiguo Testamento. Las excavaciones en este lugar comenzaron en 1902 bajo la dirección de R. A. S. Macalister, patrocinado por el Fondo para la Exploración de Palestina. La expedición, que duró siete años, fue la excavación arqueológica más grande y más importante hecha en Palestina hasta ese tiempo.[1] Macalister empleó alrededor de 200 obreros durante un año, de sol a sol, excepto por pausas esporádicas ocasionadas por algún brote de malaria o cólera.[2] Su estrategia consistió en cavar hasta el lecho de roca en muestras de 10 metros de ancho que abarcaban todo lo ancho del sitio. Comenzó en el extremo oriental del Tel Gezer y trabajó hacia el oeste. A medida que los hombres de Macalister cavaban a través del montículo, tiraban toda la tierra que sacaban de la excavación en una fosa preparada previamente, volteando al revés, como diríamos, el lugar, una práctica bastante inaceptable, según las normas modernas de excavación.

     Sin embargo, Macalister descubrió muchas cosas interesantes y útiles. Encontró porciones de las murallas de una ciudad exterior, diez grandes monolitos,[3] el famoso “Calendario de Gezer”, un gran pozo de agua del tamaño de los descubiertos en Gabaón, Hazor, y Meguido, y dirigió algunas investigaciones creativas sobre lagares antiguos. Sin embargo, con tantísimos obreros, y Macalister como su único supervisor, el resultado final de la excavación fue, juzgado según las normas actuales, un desastre. El mayor problema de Macalister fue no considerar que un solo arqueólogo no puede dirigir ni interpretar apropiadamente una empresa tan grande. Para crédito suyo, se debe decir que Macalister publicó sus hallazgos en tres grandes volúmenes. Desafortunadamente, éstos son difíciles de usar debido a sus muchas interpretaciones defectuosas y fechas incorrectas.

     En 1934 comenzaron nuevas excavaciones bajo la dirección de A. Rowe, pero fueron limitadas a sólo una temporada y encontraron muy poco material de los tiempos bíblicos. En 1964, dada la importancia histórica de Gezer, G. E. Wright, profesor de arqueología de la Universidad de Harvard, inició una nueva serie de excavaciones allí. Después de las primeras dos temporadas, éstas quedaron bajo la dirección de William G. Dever (1966-1971); Wright continuó como consejero del proyecto.[4] En la temporada de 1972-1973 J. D. Seger dirigió el proyecto junto con H. D. Lance como asociado. El trabajo arqueológico durante estas excavaciones fue uno de los más importantes conducidos durante las décadas de 1960 y 1970. A pesar de tener que trabajar alrededor de los fosos de Macalister, el equipo de Seger pudo clarificar muy bien la historia arqueológica de Gezer.

Interrogantes no resueltos

     El proyecto de Gezer terminó en 1973; sin embargo, para contestar algunas preguntas arqueo- lógicas no resueltas, se emprendieron dos temporadas adicionales (1984 y 1990)[5] Específicamente, las preguntas restantes se relacionaban con la fecha de la así llamada “muralla exterior”, que rodea la ciudad, y la fecha del área del portal, comúnmente referido como el pórtico “salomónico”.[6] Para comprender los resultados de la temporada de 1990 uno necesita conocer algunos de los siguientes aspectos arqueológicos de actualidad.

     Por muchos años los arqueólogos han deducido de las evidencias tanto bíblicas como arqueológicas, que ciertas ciudades de arquitectura monumental habían sido construidas por el rey Salomón, según 1 Rey. 9:15 (versión Dios habla hoy): “Ahora bien, el motivo del trabajo obligatorio que impuso el rey Salomón para construir el templo del Señor, su propio palacio, el terraplén y las murallas de Jerusalén, además de las ciudades de Hazor, Meguido y Gezer”…

     Yigail Yadin, decano de los arqueólogos israelitas, fue el primero en sugerir que la actividad constructora de Salomón, que se anota en el texto arriba citado, se refleja en los grandes portales de seis cámaras que él había identificado en Hazor y Meguido. Él fue también el primero en reconocer un portal similar en Gezer, hallándolo en uno de los dibujos lineales de Macalister denominado “Castillo Macabeo”. Yadin vio que el plan de Macalister contenía cuando menos lo que él consideraba ser medio portal salomónico. Cuando comenzaron las excavaciones de Gezar en 1960, Yadin visitó a los dirigentes del proyecto y predijo acertadamente la ubicación del pórtico, en el castillo macabeo de Macalister.

    Junto con cada uno de estos portales y otros restos supuestamente “salomónicos”, estaba una cerámica esmaltada de rojo, muy singular.[7] La mayoría de los arqueólogos han considerado este raro tipo de cerámica roja esmaltada como perteneciente a la época de Hierro I, característica del siglo X a. C., y se la ha relacionado específicamente con las actividades arquitectónicas del rey Salomón.[8] Así, el estrato “salomónico”[9] se ha identificado en un gran número de lugares arqueológicos proveyendo un caudal de información acerca del siglo X y de las actividades arquitectónicas de Salomón.

     Sin embargo, unos pocos eruditos han comenzado hace poco a cuestionar la datación “salomónica” de estos estratos, queriendo fechar las mencionadas cerámicas esmaltadas de rojo como del siglo IX.[10] Un resultado práctico de esta nueva fijación de fecha sería la falta de evidencia arqueológica para el reino salomónico.

     William Dever dice: ‘Sin embargo, no puedo imaginar que la fundación de la Monarquía Unificada, y especialmente el reino de Salomón, no hayan dejado virtualmente ningún trazo discernióle en el registro arqueológico. Y no se equivoque al respecto: la implicación de transferir todo Hazor X, Meguido VA/IVB, y Gezer VIII [estos números representan los estratos “salomónicos”, i.e., la cerámica roja esmaltada al siglo IX a. C. es precisamente (su énfasis) eso”.[11]

     Los arqueólogos han descubierto que los diferentes períodos históricos se han caracterizado por estilos de cerámica distintivos. Ellos al encontrar cerámica similar en diferentes sitios arqueológicos, intentan elaborar una cronología “relativa”.[12] La utilidad de una cronología relativa, sin embargo, radica en su asociación con una fecha “absoluta” como punto de partida.[13]

     La clave para la controversia sobre la fijación de fecha de la cerámica esmaltada de rojo es la interpretación de las excavaciones practicadas en Samaría. Desafortunadamente, la interpretación hecha por Kathleen Kenyon de los hallazgos en Samaría ha sido cuestionada desde que fue publicada.[14]Kenyon supuso que Samaría no había sido ocupada desde principios del tercer milenio a. C. hasta que Omri comenzó la construcción alrededor del año 880 a.C.[15] Y como encontró esta misma cerámica esmaltada en rojo debajo del trabajo arquitectónico de Omri, supuso que correspondía a su época. El resultado evidente de fechar esta “cerámica roja esmaltada” como del tiempo de Omri sería la necesidad de volver a fechar todos los estratos ‘salomónicos’ en el tiempo de éste. Las conclusiones de Kenyon fueron casi inmediatamente disputadas por G. Ernest Wright y otros eruditos. Ellos interpretaron la cerámica de Samaría como evidencia de una colonización anterior al sitio.[16] Nosotros decidimos clarificar la relación entre el pórtico “salomónico” de Gezer y la cerámica de esmalte rojo, y quizá, encontrar evidencias arqueológicas para aclarar las grandes dudas en torno al reinado de Salomón.

     El otro asunto de peso que afrontaba la expedición de 1990, era el problema de la datación de la “muralla exterior” de Gezer. Varios arqueólogos llegaron a la conclusión recientemente de que pocas ciudades, si es que las hubo, durante la última parte de la Edad de Bronce, tenían murallas exteriores.[17] A pesar de los informes de Macalister y Dever acerca del descubrimiento de una muralla de la última parte de la Edad de Bronce en Gezer, su fecha es debatida.[18]

Evidencias del terremoto

     Para contestar estas preguntas, los arqueólogos y estudiantes adventistas, bajo la dirección de William G. Dever, mencionado previamente,—profesor de arqueología en la Universidad de Arizona—, y Randall W. Younker, director del Instituto de Arqueología de la Universidad Andrews, excavaron durante cinco semanas para contribuir a la clarificación de ambas preguntas. Además, durante los últimos días de la excavación se efectuó un descubrimiento sorprendente que parece corroborar la ocurrencia de un terremoto mencionado en la Biblia. Dever y Younker dividieron al equipo de excavación en dos grupos. Dever dirigió un destacamento de alumnos en la parte sur del Tell en la investigación del Campo III —el portal “Salomónico”—, mientras que Younker y sus obreros abrían una serie de “sondas” hacia el norte en el Campo XI. Según los planos que Macalister había trazado de esta última área, él había descubierto la muralla exterior de la Edad de Bronce tardía y hallado algunas torres que, según especuló, Salomón había construido más tarde en la muralla. Nuestro grupo esperaba localizar ambos puntos.

     En el Campo III, el trabajo preliminar consistió en limpiar el área del pórtico, que estaba visible pero cubierto de maleza. Siendo que el portal de seis cámaras de Gezer es uno de los mejores preservados del país, decidimos excavar inmediatamente al lado de éste en la parte oriental, preservando el portal, mientras que al mismo tiempo permitíamos a los excavadores determinar las relaciones de su fundamento con la cerámica esmaltada de rojo. Para fines del verano, el Campo III había dado excelentes resultados. Se había mostrado ahora claramente que el pórtico “Salomónico” estaba en realidad fundado sobre un estrato caracterizado por la cerámica roja esmaltada.[19] Bajo el fundamento de dicho pórtico, dominado también por la cerámica roja, descubrimos una capa de escombros quemados que armoniza con el registro bíblico de la captura y el incendio de Gezer por el faraón egipcio que entonces dio a Gezer como dote a su hija, la esposa de Salomón (1 Rey. 9:16).

     En el Campo XI las responsabilidades primarias fueron retirar los desperdicios dejados por Macalister, para luego relocalizar, determinar, y fechar cada etapa de construcción de la muralla exterior y sus torres. El trabajo en el Campo XI fue más lento. Especialmente al principio de la estación fue un proceso frustrante. La tarea más difícil fue relocalizar la muralla exterior y también la ubicación de una torre. Decidimos localizar uno de los grandes edificios que Macalister había dibujado, a fin de extendernos desde allí hasta la muralla exterior y la torre. Durante la primera semana nos valimos de un tractor nivelador para remover los desperdicios que Macalister había dejado. Quitamos varias toneladas de tierra sin descubrir un solo rastro de construcción. Finalmente, emergió el fundamento de un gran edificio, que pareció ser la “residencia egipcia”.[20] Cavamos sondas para hallar la parte interior de la muralla exterior y la torre. Pronto descubrimos, para nuestra alegría, varías piedras labradas, posibles evidencias de la técnica de construcción de Salomón.[21]

     Desafortunadamente, el fundamento de la muralla y la torre estaba descubierto sólo en algunos lugares. La evidencia sugería que esta sección de la muralla fue construida, o al menos reconstruida, durante el período helenístico (cuando menos 600 años después de Salomón).

Un nuevo sondeo

     Entonces decidimos efectuar un nuevo sondeo a lo largo de la cara interior de la muralla exterior, un poco más al este. Esta medida produjo una impresionante muralla del siglo octavo a.C. La excavación reveló que hasta las piedras del fundamento de la muralla habían sido partidas desde el lecho de roca hasta la parte alta de la muralla expuesta. Además, la parte superior de la muralla estaba caída hacia adentro, mientras que las partes más bajas estaban ladeadas hacia afuera. Esto generó mucha discusión entre los miembros del personal. Algunos de los nativos de California sostenían que aquello parecía ser evidencia de un terremoto. Otros eruditos visitantes concordaron con esta interpretación. Consideran que la inclinación de la muralla es la mayor evidencia que se ha descubierto hasta aquí del terremoto mencionado en Amos 1:1.

     A pesar de este emocionante descubrimiento, el equipo de excavación se veía visiblemente frustrado. Sólo quedaban pocos días para terminar el trabajo y al parecer, los críticos tenían razón. No habíamos hallado ninguna evidencia de una muralla exterior que revelara una ciudad de la época de Salomón o de la última parte de la Edad de Bronce.

     Siendo que existía la posibilidad de que la primera muralla hubiese sido desmantelada hasta el punto donde habíamos comenzado a excavar, decidimos intentar un sondeo más. Nuevamente, y muy pronto, descubrimos una muralla del siglo’ octavo. ¡Debajo de ella encontramos evidencia de una muralla del siglo X, del tiempo de Salomón! Pero todavía no una muralla de la última parte de la Edad de Bronce. Aunque estábamos felices de haber descubierto evidencia del terremoto del siglo octavo, y muy contentos de haber localizado la muralla salomónica, estábamos confundidos por la falta de evidencia de una muralla de la última parte de la Edad de Bronce.

     La base de esta muralla del siglo décimo era absolutamente poco común, puesto que parecía estar construida con un fundamento muy sucio. Decidimos cavar debajo de la base de esta muralla para verificar el lugar donde se asentaba. Al día siguiente, en tan sólo pocos minutos, otro tramo de piedra comenzó a aparecer. Estaba separada unos 64 cm. de la muralla superpuesta,[22] indicando que era una muralla diferente. Cuando terminó el período de excavación habíamos hallado siete tramos de la muralla de una ciudad de la última parte de la Edad de Bronce II. Su fecha fue confirmada por 27 fragmentos de cerámica pura del siglo XIII aC. Que fueron sacados del fundamento de roca de la muralla. ¡Gezer fue en realidad una ciudad amurallada durante la última parte de la Edad de Bronce!

El registro bíblico vindicado

     Resumiendo la hazaña de la excavación en el Tel de Gezer hasta 1990, podemos decir que, si bien el asunto de la relación entre la cerámica esmaltada de rojo de la Edad de Hierro I y Salomón puede no quedar resuelta para todas las mentes, es hoy un hecho que el pórtico de Gezer de la Edad del Hierro fue construida, y la ciudad misma fue reconstruida cuando la más antigua cerámica de esmalte rojo era muy común, lo cual quiere decir que fue construida poco después de una destrucción total, y que la reconstrucción de la ciudad fue un gran proyecto de ingeniería. Ciertamente el relato bíblico de una destrucción de Gezer por un faraón egipcio y su posterior reconstrucción por Salomón armoniza con esta evidencia.

     También parece cierta, ahora que tenemos una excelente evidencia, la existencia de una muralla en Gezer en la última parte de la Edad de Bronce. Las futuras interpretaciones de la última parte de la Edad de Bronce deben contar con la realidad de que algunas de esas ciudades estaban amuralladas para su protección.

     Finalmente, la evidencia del terremoto del octavo siglo destaca ciertamente la declaración de Amós 1:1. ¡Unas pocas semanas de trabajo en un antiguo lugar produjeron mucha nueva luz!

Sobre los autores: Son dirigentes del Instituto de Arqueología y del Horn Archaeological Museum en Bernen Springs, Michigan.


Referencias:

[1] Mucha de la información histórica y arqueológica de este artículo ha sido tomada de William G. Dever, “Gezer”. De la Encyclopedia of ArchaeológicaI Excavations in the Holy Land: Michael Avi-Yonah, Ed. English Edition (Englewood Cliffs, N.J.: Prentice-Hall, Inc., 1976), tomo 2, págs. 428-443.

[2] R. A. S. Macalister, The Excavation of Gezer. 1902-1905 y 1907-1909 (London: John Murray, 1912), tomo 1, págs. 51-53.

[3] Grandes piedras erectas para propósitos cúlticos.

[4] Por conveniencia, nos referiremos a estas excavaciones como una unidad bajo el título combinado de “Dever”.

[5] Véase W. G. Dever, “Gezer Revisited”, Biblical Archaeologist, diciembre, 1984 para un informe de la temporada de 1984.

[6] La cuestión suscitada acerca de la construcción de los pórticos “salomónicos” ha dado origen al título más genérico de “sixchambered” (seis cámaras) gates. En este artículo “pórticos Salomónicos” y “six chambered gates” se usan en forma indistinta. El hecho de poner con mayúsculas “Outer Wall” sigue el informe

final de Dever y Macalister, y se refiere a una muralla exterior específica. Dever se refirió originalmente a esta muralla como “muralla 9011”, pero adaptó el término general “Muralla Exterior” (W. G. Dever, H. D. Lance, R. G. Buííard, D. P. Colé, y J. D. Seger, Gezer II: Report of the 1967-1970 Seasons in Fleid I and II [Jerusalén: Annual of the Hebrew Unión College/Nelson Glueck School of Biblical Archaeology, 1974], tomo 2, pág. 35.

[7] Un “slip” es un paso opcional en la fabricación de la cerámica que consiste en sumergir una olla de este material ya formada en un tanque de arcilla liquida antes de hornearla. Es una técnica Mdecorativa que le añade colorido a la olla terminada. “Burnishing” es un proceso por el cual el alfarero pule la superficie de la olla antes de hornearla, y ésta adquiere un tono más suave y brillante después de horneada.

[8] La cerámica “red-shpped” esmaltada de rojo de la primera Edad de Bronce ha experimentado una evolución de tres fases (John S. Holladay, “Red Slip, Burnish, and the Salomonic Gateway at Gezer”. Bulletim of the Amencan Schools of Oriental Research, 277/278, febrero/mayo: págs. 23-70). La fase más temprana fue una cerámica que no tenía “burnishing” (puhmientok fechada desde principios hasta mediados del siglo décimo a. Ó. Fue seguida de una cerámica esmaltada de rojo que había sido pulida a mano, desde mediados hasta la última parte del siglo décimo a. C. La secuencia final del desarrollo fue una cerámica esmaltada de rojo pulida en el torno del alfarero, desde la última parte del siglo décimo hasta la primera parte del siglo noveno a.C. Sin embargo, en este artículo, siempre que se mencione la cerámica “esmaltada de rojo”, se refiere a la que no había sido pulida.

[9] “Estratos” son capas contemporáneas de los restos arqueológicos.

[10] Aunque la mayoría de los eruditos continúan aceptando el siglo décimo como la fecha de datadón de esta cerámica, el asunto aún está en discusión. Recientemente un número completo del Bulletm of Amencan Schools ofOriental Research, págs. 277, 278, se dedicó a esta discusión. Tres arqueólogos norteamericanos (William G. Dever, John S. Holladay, y Lawrence E. Stager) defendieron el punto de vista tradicional de los estratos salomónicos, mientras que otros tres eruditos (Israel Finkelstein, David Ussishkin, y G. J. Wightman) pretendieron bajar la fijación de la fecha de la cerámica “esmaltada de rojo”. En esta discusión los puntos de vista giran, en gran medida, en torno a los puntos de vista nacionales. Los británicos y los israelíes tienden a apoyar las conclusiones de Kenyon.

[11] Holiday, BASOR, 277/278:233.

[12] “Relativo Chronology” significa que a medida que los arqueólogos descubren fragmentos de cerámica similar en diferentes sitios, suponen que las dos capas que comprende cada lugar corresponden a la misma edad o periodo histórico.

[13] Ciertos lugares arqueológicos y/o fechas históricas son muy importantes para interpretar una cronología “relativa”. En otras palabras, para que una cronología relativa sea útil, uno debe contar con unos pocos eventos “absolutos” o fechas con los cuales asociar la cronología relativa. En este caso, la construcción de Samaria por Omri (1 Rey. 16:23, 24, 29) es el evento fechable próximo. Kenyon escribió lo siguiente sobre Samaria: “Arqueológicamente tiene su importancia, mientras tenemos una fecha fija para su fundación, podemos establecer con bastante aproximación la cronología de la cerámica y otros objetos hallados asociados con su primera fase” (Kathíeen M. Kenyon, Archaeology in the Holy Land [Nashville: Thomas Nelson Publ., 1985], quinta edición, pág. 260). Puesto que la fundación de Samaria es la fecha “absoluta” más aproximada, la interpretación de los hallazgos arqueológicos son fundamentalmente cruciales para interpretar la cronología “relativa” un siglo antes y después de ese evento.

[14] Si bien Kenyon fue jefe de las excavaciones de Samaria de 1931-1935, fue una participante que asumió una función muy importante en la publicación de las mismas.

[15] Kenyon, pág. 260.

[16] Lawrence E. Stager nos da una visión panorámica buena y breve de la historia de este asunto. “Shemer’s Estate”, Bulletin of the Amencan Schools of Oriental Research, 277/278 [febrero/mayo): 93-108), págs. 101-103.

[17] Los eruditos bíblicos conservadores situarían la conquista israelita de Canaán durante la última parte de la Edad de Bronce.

[18] Macalister, págs. 236-256: Dever, 1974, págs. 35-39; 1970, págs. 43, 44.

[19] Creemos que los recientes artículos de Lawrence Stager y John Holladay en BASOR 277/278, ahora más que nunca, confirman la fecha salomónica (siglo décimo) de la cerámica roja esmaltada.

[20] Macalister se refirió a este edificio como “la residencia del gobernador” (pág. 206), mientras que en artículos más recientes se lo ha llamado la “residencia egipcia”. (Véase llamar Singer, “¿An Egyptian ’Governor’s Residence’ at Gezer?” En TelAviv, 13 (1986); Aren M. Maeir, “Remarks on a Supposed ‘Egyptian Residence’ at Gezer”. In Tel Aviv, 15-16 (1988-1989): 65 67; y Shlomo Bunimovitz, “¿An Egyptian ‘Governor Residence’ at Gezer?-AnotherSuggestion”. En TelAviv, 15,16 (1988-1989): 69-76).

[21] “Ashlars” son bloques de piedra rectangulares finamente tallados.

[22] Un poco más de media yarda (aproximadamente 0.45 cm.).