En estos días llega a su feliz culminación un esfuerzo monumental: la traducción del Comentario Bíblico Adventista al idioma castellano. El pastor Víctor Ampuero Matta dirigió un equipo de eruditos que realizaron una labor admirable.

            Ofrecemos a los obreros de las dos divisiones de habla hispana una entrevista con el pastor Víctor Ampuero Matta. Estamos seguros de que resultará de mucho interés.

Pastor Ampuero, ¿cuánto tiempo le llevó la traducción y adaptación del Comentario Bíblico?

            La tarea comenzó en agosto de 1972. Hasta que la dé por terminada habrán transcurrido unos ocho años y medio, aproximadamente. Las revisiones, los retoques y la añadidura de algunas notas adicionales podrían significar que esta labor se extendiera algo más de lo calculado. Por eso he usado la expresión “dé por terminada”. Es muchísimo lo que se podría mejorar, pulir, reformar y actualizar en algunos casos.

¿Podría calcular cuántas páginas tuvo que escribir?

            Por causa de las diferencias que existen entre las versiones de la Biblia en nuestro idioma y las que se han usado en inglés, y principalmente por algunas peculiaridades de nuestra Reina-Valera revisada, he tenido que redactar en castellano quizá un par de centenares de páginas (sumando párrafos dispersos en toda la obra). A eso hay que añadir, por los menos, otro par de centenares de páginas redactadas por mi colaboradora, la Dra. Nancy Weber de Vyhmeister. Además, el número de páginas traducidas y adaptadas por ella y por mí llega probablemente a doce mil (páginas de originales de imprenta, a doble espacio).

¿Cuáles fueron los principales problemas que hubo en la realización de este trabajo?

            En algunas ocasiones hubo que resolver modalidades propias de los idiomas originales de las Escrituras frente a la Reina-Valera revisada. En esos casos, resultó invalorable e indispensable la ayuda de la Dra. Vyhmeister que, a su vez, en más de una ocasión consultó con la Dra. Olga Running y otros profesores de la Universidad Andrews.            También el Prof. Aecio Cairus, docente del Colegio Adventista del Plata, prestó su eficaz colaboración en algunas de las situaciones de ese tipo.

            En lo que atañe a la traducción de páginas inéditas de Elena G. de White, también hubo pasajes cuando fue necesario que yo recurriera a mi colaboradora por tratarse de términos o expresiones con un significado que no es usual en el inglés de hoy día. También se ha debido actualizar diversas informaciones referentes a arqueología con motivo de nuevos descubrimientos ocurridos en esa materia.

¿Qué comparación podría hacerse entre la traducción al castellano y el original inglés?

            Debe señalarse que el Comentario Bíblico Adventista en español es una versión y no una traducción. Además de las adaptaciones originadas en que se comenta la Versión Reina- Valera revisada y no la King James, a las cuales ya hemos hecho alusión, hay otras diferencias. Se ha empleado un sistema distinto de transliteración que viene mejor al idioma español, y se han castellanizado los nombres propios. En el tomo 1, la versión castellana tiene dos artículos acerca de creación y diluvio que no aparecieron en inglés hasta la edición de 1978. En general se ha procurado adaptar el lenguaje, no sólo al idioma, sino también a la cultura hispanoamericana. Con la debida autorización y con la ayuda de expertos, se han hecho modificaciones que mejoran el texto inglés y aun lo corrigen. Además de todo esto, las referencias a los escritos de Elena de White tienen los números de página de los libros en español.

            En fin, en muchos sentidos, y sobre todo Para el que no lee inglés con facilidad, el Comentario Bíblico Adventista es superior y de mayor provecho.

¿Quiénes ayudaron en la traducción del Comentario Bíblico?

            En primer lugar, destacaré el papel desempeñado por la Dra. Vyhmeister. No sólo resultaron muy valiosos sus conocimientos, sino también su extraordinaria laboriosidad. Su esposo, el Dr. Werner Vyhmeister, ha sido un orientador experto para esta tarea. A continuación, mencionaré a diversas personas que colaboraron de diferentes formas y por lapsos más o menos prolongados: el Dr. Mario Veloso, el Prof. Juan Carlos Priora, el Dr. Humberto R. Treiyer, el Dr. Efraín Doce Martínez, el Dr. José Bernhardt, el Prof. Gabriel Chaij, el Prof. José A. Uría, el Prof. Aecio Cairus, el Dr. Alcides J. Alva, el Dr. David Rhys y el pastor Pablo Moore. Debo añadir los nombres de los profesores Heraldo Vigna. David Gullón y Fernando Canale, quienes tradujeron la mayor parte del libro de Job (en el primer caso), y la segunda mitad de Hechos y la Epístola a los Efesios, respectivamente, los dos últimos. Posiblemente se escapa de mi memoria el nombre de alguna otra persona cuyo aporte fue menor. En el nivel de secretarias conté con la fiel y buena ayuda de las señoras Dora Ernst de Pereyra, Melba Riffel de Gullón, Ermélida Kahl de Abdón y Otilia Peverini de Ampuero. En la Revista Adventista de julio de 1980 se publicó un artículo mío en el que especifiqué algo más en cuanto a la forma en que colaboraron estas personas. Además, corresponde señalar la participación del cuerpo de redactores de la Pacific Press, donde se está imprimiendo el Comentario.

¿Cuál es la trascendencia de esta obra para la iglesia de habla hispana?

            El Comentario será sumamente importante para nuestros hermanos. Les proporcionará la respuesta útil y clara para muchísimas preguntas. A los que son más versados en las Escrituras, podrá orientarlos para una investigación particular y más profunda, quizá efectuada en fuentes especializadas.

¿Cuál es la principal utilidad del Comentario Bíblico para el pastor, y cómo deberá manejarse esa herramienta?

            Los artículos introductorios (también podrían llamarse capítulos) de los siete tomos, que en algunos casos son monografías con sus correspondientes bibliografías, resultarán valiosos para que el lector se ubique provechosamente en el respectivo marco histórico, arqueológico, escriturístico y teológico. Aunque no llevan nombre de autor, han sido escritos por destacados eruditos adventistas.

            El comentario del texto bíblico ayudará a resolver dudas y a responder preguntas que se desprenden del texto mismo. El estudioso de la Biblia hallará también en los comentarios aplicaciones espirituales que darán nuevo vigor a la experiencia espiritual. Para quien deba predicar, ya sea pastor o laico, hay rico material útil para la confección de sermones. De gran utilidad para el lector del Comentario será la lista de referencias a los escritos de Elena de White que aparece al final del comentario de cada capítulo.

            El pastor deberá recordar que el Comentario Bíblico no .es completo ni pretende ser perfecto. Podría ser más extenso y, siguiendo el molde de otros comentarios, podría ser también más erudito. En este último caso, ya no estaría al alcance de la fácil comprensión de todos los lectores. El pastor deberá seguir leyendo en El Ministerio Adventista los estudios especializados de determinados temas bíblicos y asimismo deberá recurrir a otras fuentes dignas de confianza.

¿Qué significó para Ud. en lo personal este trabajo de tanta responsabilidad?

            Me ha dado una comprensión nueva y más cabal de la Palabra de Dios. Más que antes, ahora advierto que me falta muchísimo para poder llegar a ser un expositor realmente eficiente de las Escrituras, en sus múltiples matices. También ha despertado en mí un mayor anhelo de estar más cerca del Señor y de conocerlo mejor. Comprendo más claramente que el estudio de la voluntad divina, expresada en la revelación escrita, es un factor capital para la debida comunión con el Cielo.

¿Cuáles fueron las preocupaciones mayores y también las mejores satisfacciones de estos años de trabajo en el Comentario Bíblico Adventista?

            Quizá mi mayor preocupación personal se originó en mi frágil salud y en lo limitado de mis fuerzas físicas. ¿Alcanzaría a llegar a la meta? El Padre de toda misericordia ha venido contestando afirmativamente esta pregunta. Otra preocupación surgió con el reconocimiento de mi incompetencia para esta monumental tarea. Sólo la ayuda divina -en primer lugar- y la erudita colaboración ajena han podido hacer que se resolvieran tantos difíciles problemas.

            Mi mayor satisfacción ha sido, y es, el saber que incontables lectores, cuyo idioma comparto desde mi cuna, hallarán edificación espiritual a través de estos siete tomos. Al comenzar la tarea, parecía que me encontraba frente a la cordillera del Himalaya y que debía transponerla. Ahora alabo a Dios por haber llegado a una cumbre que parecía inaccesible. Por eso, con profundo agradecimiento al Autor de las páginas sagradas y Padre lleno de bondad, recurro a uno de mis pasajes favoritos: “Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia, y tu fidelidad alcanza hasta las nubes… ¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia!… Contigo está el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz. Extiende tu misericordia a los que te conocen” (Sal. 36: 5, 7, 9, 10).