Como más y más predicadores están cayendo víctimas de ataques al corazón, el Club Coronario está ampliando su conscripción de socios a quienes hace sólo pocos años eran considerados demasiado jóvenes para ser admitidos en su seno. Sin duda muchos predicadores, jóvenes y mayores, han estado tratando de asociarse pero no tenían la información correspondiente. Las siguientes reglas, si se cumplen rigurosamente, asegurarán una pronta afiliación al club:
1. Nunca diga: “No”.
2. Insista en que todos lo aprecien y en conformar a todos.
3. Nunca delegue responsabilidades. Si tiene que nombrar una comisión, de todas maneras haga todo el trabajo Ud. mismo.
4. Nunca haga planes de tomarse un día libre, pero si está obligado a hacerlo, visite a algún predicador amigo y pase el día hablando acerca de los problemas eclesiásticos de ambos.
5. Nunca haga planes de pasar una velada en su casa, pero si alguna vez sucede que no tenga ninguna reunión o no tenga que hacer ninguna visita, acepte sin falta otra invitación para hablar.
6. Acepte todos los retiros y reuniones de reavivamiento que su iglesia le tolere; luego comprométase con algunos más durante sus vacaciones. (Deposite todas las ayudas financieras que reciba en una cuenta especial, “fondo del corazón’’. Le ayudará a pagar los gastos médicos cuando sufra su ataque al corazón.)
7. Nunca se permita tomar el tiempo necesario para llegar con calma a una cita. (Esto hará dos cosas: mostrará a la gente cuán ocupado está Ud. y mantendrá la reputación que tienen los predicadores de ser conductores muy veloces.)
8. Vigile los registros de asistencia, especialmente los de la escuela dominical. Si nota una disminución, decida que es tiempo de mudarse y pregúntese siempre qué fue lo que hizo que la gente dejara de quererlo.
9. Cuando el doctor le aconseje tomar las cosas con más calma, ignórelo y jáctese del hecho de que Ud. prefiere gastarse antes que oxidarse.
10. Asegúrese de superar el record del pastor que le precedió y trate de pasar su propia marca cada año.
11. Lleve las cargas de su pueblo al Señor, pero no las deje allí. Haga de cuenta que es Dios y que su reino depende de Ud.
12. Conduzca su iglesia a un programa de construcción aunque no lo necesite, considérese mejor calificado que el arquitecto, y supervise todo personalmente.
13. Considere como su deber cívico ser miembro de todo club que haya en la ciudad y llegue a ser presidente de cuantos pueda.
14. Si después de hacer todo esto no tiene éxito, acepte la iglesia más grande que pueda conseguir y trabaje sin descanso. Ud. deberá tener un ataque a las coronarias dentro de los próximos seis meses.
Sobre el autor: Jorge W. Miller, Pulpit Helps, AMG, Chattanooga, Tennessee.