La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales es el brazo humanitario global de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Actualmente está presente en 117 países, atendiendo a más de 12,6 millones de personas a través de más de mil proyectos.[1] En Sudamérica, ADRA opera en Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay.
Su enfoque es la asistencia social, con el objetivo de servir a la humanidad para que cada persona pueda vivir el plan de Dios para su vida, a través de la justicia, la compasión y el amor.
A pesar de ello, a menudo surgen preguntas sobre la naturaleza de ADRA y su relación con la Iglesia Adventista. Es fundamental aclarar que ADRA es una agencia de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, mantenida por ella, y esto nunca se ha ocultado; prueba de ello es que lleva en su propio nombre el término “Adventista”.
Como entidad mantenida por la Iglesia Adventista del Séptimo Día, es evidente que todas las actividades humanitarias de ADRA reflejan los principios de la iglesia.
Sin embargo, sus actividades no deben confundirse con las desarrolladas por Acción Solidaria Adventista (ASA). ASA es un ministerio de la iglesia, directamente vinculado a las actividades religiosas de las congregaciones locales, dirigido por líderes voluntarios y orientado a “identificar necesidades y responder con servicios basados en esas necesidades específicas”, como la recolección y distribución de “ropa, alimentos y otros materiales para los pobres, los necesitados y los desafortunados”.[2]
ADRA, por su parte, aunque mantenida por la organización adventista, es una agencia autónoma, con su liderazgo propio, nombrado y vinculado al sistema global de ADRA, y regida por sus propios estatutos y reglamentos. Estas autonomía y especificidad en la prestación de asistencia permiten a la agencia establecer asociaciones con Estados nacionales para intervenciones en áreas de interés público, incluyendo la posibilidad de financiación gubernamental de los proyectos.
Por ejemplo, en Bolivia existe una previsión expresa de cooperación entre el Estado y las entidades religiosas para la realización de obras sociales, incluso con la celebración de convenios.[3] De manera similar, en Brasil, la Constitución Federal garantiza que las entidades religiosas puedan actuar con el apoyo del Estado en actividades de interés público.[4]
En estos casos específicos en los que se actúa con financiación estatal, los proyectos de la agencia pueden seguir basándose en los principios de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, pero no deben estar orientados al proselitismo. Es importante reforzar que, aunque sus actividades no tengan carácter evangelizador, ADRA sigue siendo una agencia de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
En ningún momento las actividades de ADRA rompen el vínculo con la iglesia. Al permitir la actuación de entidades religiosas en actividades de interés público, el Estado es consciente de que la institución asociada está mantenida por una confesión religiosa y que su actuación respetará los principios de esa fe.
En cumplimiento de los objetivos de la asociación, ADRA, como entidad adventista, ejecutará exactamente lo acordado en el documento de asociación/convenio.
Aunque las iglesias locales ya cuentan con la Acción Solidaria Adventista, que tiene mayor libertad para actividades de carácter evangelizador, es fundamental que, en los lugares donde actúa ADRA, haya participación de la iglesia local a través del voluntariado de sus miembros.
Esta colaboración es esencial y beneficiosa tanto para ADRA como para la iglesia local. ADRA se beneficia de la actuación de voluntarios que conocen los principios de la Iglesia Adventista del Séptimo Día y que desempeñan sus funciones con seguridad dentro de esos parámetros. A su vez, la iglesia se beneficia al tener más miembros comprometidos con acciones sociales, poniendo en práctica el ministerio de Cristo.
Por lo tanto, ADRA no es una entidad separada de la Iglesia Adventista del Séptimo Día; por el contrario, es una agencia de la propia iglesia. El hecho de que algunos núcleos de ADRA establezcan asociaciones con el Estado para la realización de actividades de interés público no debe alejar a la iglesia local de la agencia humanitaria solo porque estas acciones no tienen carácter evangelizador, ya que todas las actividades de ADRA siguen estando alineadas con los principios bíblicos.
El Evangelio de Mateo deja claro que, en el regreso de Cristo, el conocimiento que Jesús tenga de los salvados estará directamente vinculado a las actividades de cuidado del prójimo: “Porque tuve hambre, y me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui forastero, y me recibieron; estuve desnudo, y me cubrieron; enfermo, y me visitaron; estuve en la cárcel, y vinieron a mí” (Mat. 25:35, 36). Estas son actividades que ADRA realiza con frecuencia, incluso cuando no están vinculadas al proselitismo. Esto refuerza la importancia de la participación de los miembros adventistas en las acciones de la agencia.
Sobre el autor: Abogado asociado de la División Sudamericana
Referencias
[1] ADRA, disponible en: adra.org/about-adra (consultado el 15/9/2025).
[2] Manual de la Iglesia Adventista del Septimo Dia (Florida, Bs. As.: ACES, 2024), p. 113.
[3] Art. 5, “d” de la ley 1161/2019.
[4] Art. 19, I de la Constitución Federal.
