Una obra dirigida por Dios.
•Un medio eficaz para dar el mensaje de salvación con mayor rapidez.
• Un medio para preparar a un pueblo que se encontrará con su Dios.
• Una forma especial de iluminar al mundo.
El Ministerio de Publicaciones es un medio eficaz y poderoso de origen divino, dado a través de su sierva Elena de White en 1848, para cumplir sistemáticamente y con prontitud el mandato celestial registrado en San Mateo 28:19, de predicar a “toda nación, tribu, lengua y pueblo”. Uno de los instrumentos especiales que Dios ha elegido para esta obra son los colportores, así lo afirma la señora White en El Colportor evangélico, pág. 16: “Debidamente desempeñada, la obra del colportor es una obra misionera del más elevado carácter, y para presentar a las gentes las verdades importantes para nuestros tiempos no se puede emplear método mejor y más afortunado; por lo tanto, es esencial que nuestras publicaciones sean esparcidas por todas partes. De esta manera llegará el mensaje donde el ministro no puede ir, y la atención de muchos será llamada a los importantes sucesos relacionados con las últimas escenas de la historia de este mundo”.
El ministro de la página impresa tiene el cometido de ir de casa en casa, de oficina en oficina, de persona a persona, hasta los más alejados rincones de la tierra, para anunciar la verdad salvadora.
La página impresa es UN PASTOR, porque su objetivo es hablar, aconsejar, amonestar, alentar, orientar, consolar, instruir, capacitar e inspirar al lector para que abra su mente y su corazón para que Cristo Jesús llene su vida de paz en medio de un mundo turbulento, difícil y convulsionado, con la esperanza de ser trasladado un día a un mundo mejor.
La página impresa es UN ÁNGEL, porque su lectura nos acompaña mentalmente y nos desvía del pecado cuando somos tentados, y sentimos su poderosa influencia a cada instante.
La página impresa es un PREDICADOR, porque cada capítulo de nuestros libros y revistas nos amonesta, nos exhorta, nos ayuda a reflexionar y nos inspira a hacer cambios en nuestro estilo de vida física, mental, espiritual y social.
1. Un ministerio ordenado por Dios
El ministerio de la página impresa no surgió en la mente de un hombre, de un comerciante o empresario. Es un plan diseñado por un Dios de amor y Todopoderoso que, desde el mismo nacimiento del pueblo remanente, estableció para la predicación del “evangelio eterno a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo” (Apoc. 14:6). La mensajera del Señor dice: “Dios ha ordenado el colportaje como un medio de presentar a la gente la luz contenida en nuestros libros… y es un método tan bueno y de tanto éxito como cualquiera que se pueda emplear para presentar las verdades importantes para nuestro tiempo” (Joyas de los testimonios, tomo 2, pág. 532).
2. UN MINISTERIO QUE CUMPLE LA MISIÓN
• SEMBRAR LA SEMILLA DE LA VERDAD
Los colportores están llegando con el mensaje escrito a los hogares, los negocios, los lugares de trabajo y a los lugares más apartados de las zonas rurales. Las personas que no tienen el privilegio de asistir a ciclos de conferencias, pueden recibir la semilla de verdad y el mensaje de paz, amor, consuelo y esperanza, gracias al trabajo del colportor.
• LLEVAR EL EVANGELIO A LOS LUGARES MÁS APARTADOS.
Dios siempre ha tenido hombres y mujeres dispuestos, que han sacrificado cualquier interés personal con el fin de ver almas salvadas por el evangelio de Cristo. Entre esas personas están los ministros de la página impresa que, día a día, avanzan valientemente, sobreponiéndose a incomodidades, peligros, desalientos y chascos; que trabajan incansablemente con fe, con lágrimas y paciente esperanza en las ciudades grandes y pequeñas, y en los lugares apartados y peligrosos.
• PREPARAR UN PUEBLO PARA LA SEGUNDA VENIDA DE JESÚS.
“Todos los que trabajan eficazmente en el colportaje deben sentir en su corazón que están haciendo la obra de Dios al ministrar a las almas que no conocen la verdad para este tiempo. Están proclamando la nota de advertencia en los caminos y vallados, a fin de preparar un pueblo para el gran día del Señor, que pronto ha de sobrecoger al mundo” (El colportor evangélico, pág. 26).
3. UN MINISTERIO QUE SIRVE A DIOS Y AL PRÓJIMO.
Una persona que dedica sus talentos, sus fuerzas, su tiempo y la vida que Dios le ha dado, a este sagrado ministerio, debe sentirse bienaventurada, porque está sirviendo a su Señor y Salvador. Dios bendice y aprueba su labor: “El evangelista que se ocupa en la obra del colportaje está realizando un servicio tan importante como el de predicar el evangelio ante una congregación, sábado tras sábado. Dios considera al fiel colportor evangélico con tanta aprobación como a cualquier ministro fiel. Ambos obreros tienen luz, y ambos han de brillar en sus respectivas esferas de influencia” (El colportor evangélico, pág. 67).
Personalmente, doy gracias a Dios porque él me ha dado el privilegio de servirle. Durante 30 años he experimentado el gozo de vivir y compartir la salvación que ofrece el Señor Jesucristo. Todo lo que tengo y soy lo debo a la bondad de mi buen Jesús y al ministerio de la página impresa.
Sobre los autores: Tercio Marques es Director del Departamento de Publicaciones de la Unión Austral, División Sudamericana. Eduardo Ramírez es Director del Ministerio de Publicaciones de la Unión Colombiana.