Asumir personalmente la realidad de cualquier vicio es algo difícil y demanda una alta dosis de valentía. Ahora imagina a un pastor que asume su dependencia de la pornografía. Enfrentar la vergüenza, la censura y la culpa implica un costo altísimo para alguien de quien se espera un comportamiento a la altura del llamado al ministerio. En Estados Unidos, un dirigente cristiano decidió exponer su lucha y su victoria en esta arena tan compleja, a fin de estimular a otros a superar esa adicción.
Bernie Anderson es pastor en un proyecto para jóvenes adultos llamado “Bridge”, dependiente a la Iglesia Adventista del Séptimo Día de Forest Lake, localidad del estado de Florida. Es autor del libro Breaking the Silence [Quebrando el silencio] (Autumn House, 2007), en el que narra su lucha contra la pornografía. Bernie muestra cómo Dios produjo una transformación poderosa en su vida, quebrando su vicio prolongado y secreto, al mismo tiempo que servía como pastor de tiempo completo. Dispuesto a llamar la atención al impacto devastador de la pornografía, Bernie continúa compartiendo abiertamente su historia. Es orador reconocido, y viaja regularmente para disertar en eventos en Estados Unidos y otros países. Su relato ha sido informado en canales como Fox News y World News Tonight, y publicaciones como Associated Press, Newsweek y Focus on the Family lo han entrevistado. Bernie es diplomado por la Universidad Adventista del Sudoeste y por la Universidad Andrews. Está casado y es padre de tres hijas.
Ministerio: ¿Cómo entró usted en contacto con la pornografía?
Bernie Anderson: Tropecé con la pornografía a los nueve años, mientras visitaba la casa de unos familiares. Ese primer encuentro fue muy cautivante, y recuerdo que pensé que quería volver en otro momento a aquel mismo armario en que había encontrado las imágenes. No tenía absoluta seguridad de lo que era, pero era algo poderoso. Me demoré en aquel material, aunque sentía que, probablemente, no debería estar mirando aquellas fotografías.
Ministerio: ¿Cuáles fueron sus pensamientos cuando consideró el hecho de que se había transformado en un pastor enviciado en pornografía?
Bernie Anderson: Desde mi primer contacto con la pornografía a los nueve años, se desarrolló en mí un conflicto espiritual continuo, que atravesó mis primeros días de adolescencia y también mis años como joven cristiano. Ese sentimiento de conflicto interno e inconsistencia espiritual siempre oprimía mi alma. Entonces, cuando entré en el ministerio pastoral tenía la profunda sensación de que era indigno y buscaba a Dios continuamente, suplicándole perdón por mi pecado secreto y por mi absoluto fracaso. También sentía que si pudiera trabajar mucho, lograría –de cierta manera- “compensar” mi pecado. Imploraba constantemente perdón, y pedía al Señor que erradicara ese vicio de mí. Me sentía horriblemente mal al prepararme para presentar los sermones de los sábados, de manera que era muy específico al implorar a Dios por la purificación y el perdón antes de la predicación.
Ministerio: ¿En qué momento decidió contar a su familia sobre el problema que enfrentaba? ¿Cómo sucedió?
Bernie Anderson: Bueno… nunca se lo dije a mi esposa. Fui sorprendido. Un día, ella descubrió pornografía en el ordenador, cuando olvidé borrar el historial de Internet. Desdichadamente, después de ese episodio las cosas empeoraron. Al ser confrontado, me disculpé; pero las disculpas no fueron suficientes para que yo buscara cambios reales. Francamente, nunca quise realmente que mi esposa o alguna otra persona supieran de mi oscuro secreto. Ese era uno de mis principales miedos, porque estaba preocupado por lo que las personas pensarían de mí. Cuando sucedió, fue algo bastante vergonzoso y devastador. Tenía plena seguridad de que era el único pastor que luchaba contra eso. Para empeorar la situación, mi nombre era muy conocido desde que participé en NET 98, con Dwight Nelson.
Ministerio: ¿Cómo fue que su familia y su iglesia lo ayudaron a superar el vicio?
Bernie Anderson: Mi esposa fue muy directa. Me enfrentó, y fue continuamente una fuente de honestidad para mí. En otras palabras, ¡ella era una prueba de realidad! Una vez, literalmente, gritó en medio de sus lágrimas, diciéndome: “¿Quieres perder todo esto?”; y supe lo que quiso decir. Muchas cosas estaban en juego, y no me daba cuenta de eso. Sin embargo, ella era un recuerdo constante de lo que yo podría perder. Mis iglesias en esa época fueron extremadamente llenas de gracia para conmigo. Fueron pacientes, incluso cuando los medios de comunicación locales y a nivel nacional destacaron mi historia. Estoy eternamente agradecido a esas iglesias porque demostraron el verdadero perdón y el amor para conmigo.
Ministerio: ¿Cómo se desarrolló su proceso de recuperación y curación?
Bernie Anderson: Cuando confesé a un amigo cercano mi problema, las cosas realmente comenzaron a cambiar. Comencé a leer tantos libros como conseguía sobre el asunto. Seguidamente, participé de un seminario intensivo: “La batalla de todo hombre”, en Dallas. ¡Fue un evento que realmente cambió mi vida! Me sentí motivado, educado, y equipado para iniciar una trayectoria de recuperación. Entonces, todo se transformó en una cuestión de continuar “trabajando en el programa”, y, esencialmente, es eso lo que continúo haciendo hasta el día de hoy. Parte de lo que considero que es mi programa: participar de un Grupo pequeño de recuperación y cuidar mucho lo que miro en la televisión, así como las películas. También limito el tiempo que ocupo en Internet. Sin embargo, la curación vino realmente con el paso del tiempo, con mi comprensión acerca de la maravillosa gracia de Dios y de mi –en realidad, creo que de todas las personas– necesidad absoluta de intimidad legítima, por medio de mi relación con mi esposa y mis amigos.
Ministerio: ¿Qué fue lo que lo inspiró a escribir un libro contando su historia?
Bernie Anderson: Me di cuenta de algo que ya había sospechado: muchas otras personas luchaban contra el mismo problema que yo; y eso incluye pastores y miembros de iglesia. De esa manera, quería escribir y quebrar el silencio, por decirlo así, en relación con este tema que era una especie de tabú. Quería compartir mi historia, y ser transparente sobre mi lucha personal, con la esperanza de apoyar a otros para que busquen ayuda y que se liberen. Imaginé que si un pastor pudiese abrirse sobre este asunto, seguramente sería una manera en que los miembros de iglesia también abordaran sus propios problemas. Creo que la iglesia debe ser el lugar en que pueda haber apertura y transparencia para la búsqueda de la recuperación integral.
Ministerio: ¿Sabe si su libro ayudó a otros pastores a encontrar auxilio para luchar contra la pornografía?
Bernie Anderson: Sí. He recibido muchos contactos a lo largo de estos años; y eso ha sido muy importante para mí. En realidad, me parece que no ha pasado ni una semana siquiera en que no sepa de alguien que busca ayuda y soporte para liberarse de la pornografía por medio del libro.
Ministerio: Frente a las muchas ofertas existentes en el mundo virtual, ¿cuáles son los consejos y los secretos que usted puede brindar para que los pastores no caigan en la trampa de la pornografía?
Bernie Anderson: Como pastores, necesitamos estar atentos a nuestras propias vulnerabilidades. Y, hasta cierto punto, la tentación de involucrarse sexualmente por Internet es particularmente atrayente para los líderes espirituales. Por eso, siempre debemos tener a otro pastor o a un amigo con quien podamos ser completamente honestos y a quien le rindamos cuentas. Si es posible, debe ocurrir en grupo. Además de esto, recuerde del acróstico (en inglés) HALT (en castellano, PARE), que significa estar atento cuando está con hambre (hungry), irritado (agry), solitario (lonely) o cansado (tired). Es interesante notar que todos esos elementos son inherentes a la naturaleza de nuestro trabajo ministerial. También diría que los ayunos regulares de medios de comunicación, especialmente de las redes sociales, son importantes, asociados con la verdadera práctica del descanso en el séptimo día. Nutrir la intimidad (psíquica, emocional y física) dentro de su matrimonio también es absolutamente esencial.
En un nivel práctico, debe instalar algún software de control de contenido en todos sus dispositivos. Después de instalarlo, debe estar seguro de que su esposa y/o su amigo confidente tengan todas sus contraseñas y credenciales para sus cuentas de correos electrónicos, así como las de sus redes sociales. Me gusta decir que nunca eres completamente anónimo cuando estás on-line. Ten la plena seguridad de que siempre hay alguien consciente de lo que estás haciendo y de los sitios por los que navegas en Internet.
Ministerio: Finalmente, ¿qué consejo daría a alguien que esté enfrentando este mismo problema?
Bernie Anderson: ¡La gracia de Dios está disponible para ti también! Recuerda que no estás solo, y que quedar abstinente, templado, exigirá un nivel de transparencia. Eso será muy difícil, pero forma parte de la travesía hacia la curación integral. Por ser un problema complejo, existen muchos recursos disponibles, y tendrás que utilizarlos. Sin embargo, lo más importante que debes hacer es buscar genuinamente a Dios en oración y con absoluta humildad, pidiéndole valor para buscar ayuda a fin de encontrar la liberación y la restauración.
Sobre el autor: editor asociado de Ministerio Adventista, edición en portugués.