Meditaciones arrancadas de mi vida diaria:

 1. Es vanidad creernos indispensables e importantes en la labor de la iglesia. Es grandeza cumplir fielmente nuestro deber sin creernos por ello demasiado justos ni demasiado buenos.

 2. Es vanidad trabajar por nuestro prestigio y reputación personal. Es grandeza vivir como Juan para ser una voz de Dios.

 3. Es vanidad creernos inmunes a las tentaciones que asaltan a los miembros de nuestras iglesias. Es grandeza orar mucho en secreto para ser guardados fieles.

 4. Es vanidad pensar que el llamado divino o un cargo nos puede hacer superiores. Es grandeza sentirnos incapaces porque se nos ha pedido mucho y buscar nuestras fuerzas en el Señor.

 5. Es vanidad creer que lo que el mundo más necesita es sólo nuestra elocuente predicación. Es grandeza el que la vida sea la mejor ilustración de lo que predicamos.

 6. Es vanidad buscar en la obra de Dios el lugar donde podemos sentirnos más cómodos. Es grandeza sentirnos felices de que otros disfruten de aquello que nosotros no podemos disfrutar.

 7. Es vanidad trabajar para que los demás nos vean. Es grandeza vivir para que otros vean a Cristo en nosotros.

 8. Es vanidad pensar que un hombre con capacidades no necesita estudiar mucho. Es grandeza consagrar al Señor una mente bien informada, y permitir que él la use como un arma más poderosa en su servicio.

 9. Es vanidad que un ministro procure ser sólo un buen profesional. Es grandeza que un hombre de Dios sea un santo.

 10. Es vanidad que un ministro desee ser un hombre público o popular. Es grandeza saber que Cristo nos ha llamado a ser sus testigos vivos.

 11. Es vanidad desear trabajar en lugares importantes. Es grandeza el estar felices en el lugar donde Dios nos tiene.

 12. Es vanidad sentirnos confiados por los triunfos que hemos alcanzado en el pasado. Es grandeza cuando se descansa sólo de rodillas.

 13. Es vanidad sentirnos halagados porque todos los miembros nos tienen confianza. Es grandeza sentir que Dios nos puede confiar su obra.

 14. Es vanidad luchar sólo por la corona. Es grandeza sufrir con gozo por la cruz.

Sobre el autor: Misión del Norte de Chile.