Los programas de mediados de semana están muriendo, si es que ya no están muertos del todo. Muchas iglesias están cerradas los miércoles por la tarde. Aunque algunas todavía abren un salón más pequeño para que los santos que peinan canas se congreguen, el futuro no se ve promisorio.

Si anhela ver su culto de oración reavivado, revise estas siete estrategias que están ayudándonos en nuestra iglesia. La asistencia se ha cuadruplicado dos veces en estos últimos cinco años.

Estrategia N°1: Planifique un programa guiado por el Espíritu

Nuestra experiencia como una “Casa de oración” se inicia puntualmente a las 19, cada miércoles, y termina a las 20. Voluntarios de los ministerios de oración y de audiovisuales llegan entre quince a treinta minutos antes de que se inicie el servicio. Con el orden del programa claramente delineado con oración, cada líder de adoración recibe su copia impresa de las actividades de esa tarde. Sin embargo, de forma intencional, le damos espacio al Espíritu Santo para que dirija o redirija el programa. Reconocemos que ese es su tiempo, y somos honrados en unirnos a él para prepararle el camino al Señor.

En cierta ocasión, alguien que debía compartir un testimonio no llegó, y nos preguntábamos si nuestra planificación había fallado. Sin embargo, nos dimos cuenta de que el Espíritu Santo tenía otra cosa planificada.

Horas antes, un adicto a la cocaína había visitado nuestra iglesia. Él necesitaba un milagro en su vida y lo invitamos al culto de oración en la tarde. Aceptó. Al comenzar el servicio, era evidente que él era quien el Espíritu Santo había escogido para dar su testimonio -no un testimonio de victoria, sino de fracaso. A medida que describía el caos en su vida, corrían lágrimas por sus mejillas. Clamó a Dios por ayuda y le pidió al pueblo de Dios que orara por él. Ninguno de los presentes jamás olvidará lo que sucedió después. Se levantaron de sus asientos y se dirigieron hacia el joven, como una ola de amor e intercesión. Esa tarde fue un punto de inflexión en la vida de ese joven, al igual que para nuestra casa de oración. Se nos recuerda, una y otra vez, que además de nuestra planificación cuidadosa siempre le debemos dar lugar y plena libertad al Espíritu Santo para que dirija o reoriente toda la reunión.

Estrategia N°2: Entren a su presencia con alabanza

El salmista declara que es bueno agradecer al Señor y cantar alabanzas a su nombre (Sal. 92:1). Si tan solo asistimos al culto de oración con una “lista de pedidos”, pasamos por alto la gran bendición que inunda nuestro corazón cuando alabamos a Dios. Podemos aprender una importante lección de la vida de oración de Jesús, tal como la registra Lucas 10:21. Jesús inició su oración con estas palabras; “Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra”.

Nosotros iniciamos nuestra experiencia en la casa de oración con cánticos y testimonios de alabanza y gratitud. Nuestro equipo de alabanza selecciona cánticos apropiados y le entrega a cada asistente una copia de la letra. A menudo entonamos alabanzas basadas directamente en las Escrituras, para aferramos a las promesas de Dios. En ocasiones, cantamos entre ocho a diez alabanzas en nuestro servicio de sesenta minutos.

Los testimonios de alabanza y gratitud son breves y al punto: en solo una o dos frases, expresamos nuestro asombro frente a nuestro extraordinario Dios. Terminamos ese espacio al invitar a todos los presen – tes a arrodillarse para ofrecer una oración de gratitud (lo hacen solos o en parejas).

Estrategia N°3: Dediquen más tiempo a la oración

¿Has notado que la gente dedica más tiempo a compartir sus pedidos de oración que a orar? En vez de usar tiempo excesivo para escuchar los pedidos, invite a los que se han reunido para hacer justamente eso: orar. Indíqueles a las parejas de oración que participen en los pedidos de su compañero al decir “Amén” o al simplemente plantear, de manera breve, los pedidos de su compañero en el momento que les toque orar a ellos.

Una joven profesional que asiste a nuestra casa de oración comentó que ella halló que la oración era especialmente significativa, especialmente al orar en pareja, cuando ella pedía por la bendición de Dios por su pareja de oración, y ella experimentaba lo mismo a cambio. Ella sentía que se formaba un lazo especial al orar de esa manera. Su testimonio confirma la importancia de orar en parejas o de a tres.

Si quieres acopiar los pedidos de oración para el momento de oración intercesora, invita a los presentes a que envíen sus pedidos por correo electrónico o que los anoten en una tarjeta de pedido. Elabora una lista de oración intercesora, que puede ser distribuida al inicio de cada servicio o publicada en una página en Internet.

Estrategia N°4: Invita a las personas de tu comunidad

Un servicio de oración vibrante a mitad de semana es un ambiente que no resulta intimidatorio para quienes visitan la iglesia por primera vez. A menudo, hasta un treinta por ciento de aquellos que asisten a nuestra casa de oración son miembros de la comunidad. Algunos son invitados por sus amigos, otros vienen por cuenta propia porque han escuchado que la iglesia es una casa de oración para todos. Un aviso en la parte frontal de la iglesia le recuerda a la gente sobre nuestro servicio a la mitad de la semana.

Una forma efectiva en la que hemos logrado aumentar los participantes de la comunidad es por medio de nuestro ministerio de bordado y tejido. Un equipo de unos cincuenta voluntarios crea bellos cojines de oración hechos a mano. Se los dedica con una oración especial, y se los regalamos a quienes han solicitado una oración especial por ellos. En los últimos seis años, hemos repartido más de mil trescientos a los miembros de iglesia y a sus amigos en la comunidad. Ese es un promedio de cuatro por semana. En cierta ocasión, un cojín de oración se le regaló a un joven que enfrentaba una enfermedad terminal. Toda su familia lo acompañó a la casa de oración para apoyarlo y para recibir la bendición del Cielo. Esa fue la primera vez que entraron en nuestra iglesia, y sintieron la bendición de que fuera una casa de oración para todos los pueblos.

Varios meses atrás, Rubén invitó a su vecino, José, a la casa de oración. José también visitaba a la iglesia por primera vez. Quedó impactado por la vibrante experiencia de oración y regresó el siguiente miércoles, y así sucesivamente. José asistía a la casa de oración incluso cuando su vecino no estaba. Muy pronto, José empezó a asistir los sábados de mañana, con el gozo del Señor irradiando en su sonrisa. Hace poco, José empezó a estudiar la Biblia para bautizarse. La casa de oración fue una experiencia que no lo intimidó, y lo introdujo en la comunidad cristiana, que lo recibió y lo animó a crecer en su relación con Dios.

El primer miércoles de cada mes transmitimos por Internet la experiencia de la casa de oración en www.forestlakechurch.org. Esto brinda la posibilidad de invitar a los familiares y a los amigos de todo el mundo a unirse a nosotros en nuestra casa de oración global. Recuerdo la ocasión en que recibí una llamada de Timoteo, que vivía a cuatrocientos kilómetros de la iglesia. Se enteró de nuestro ministerio de oración por medio de la página en Internet, y solicitó un cojín de oración para su esposa, Jill, cuya madre estaba muriendo. Cuando presentamos y dedicamos ese cojín en la casa de oración, entre quince y veinte personas amarraron sus cintas al cojín mientras oraban por una bendición especial sobre Jill y Timoteo. Nunca hemos conocido a esta pareja en persona, y tal vez nunca lo hagamos, pero fue una bendición incluirlos en la experiencia de la casa de oración. Recibimos un correo electrónico cuatro días después: “Mi esposa y yo queremos extenderles a ti y a nuestra iglesia a la distancia nuestra más profunda gratitud por las oraciones en nuestro favor. La madre de Jill murió el jueves en la noche, con su familia a su lado. Jill recibió el cojín ese sábado por la mañana, justo antes del tercer servicio. Ella lo considerará como algo precioso por el resto de su vida”.

Ya sea que la gente viva a unos pasos de la iglesia o a cientos de kilómetros, invítelos a que formen parte de su casa de oración para todas las personas.

Estrategia N°5: Entrega enseñanza bíblica concisa

Dedicar tiempo para el estudio bíblico relevante es una pieza fundamental de un servicio de oración significativo. Leer las Escrituras provee la oportunidad para escuchar la Palabra de Dios; luego, nuestra respuesta natural será la oración. La clave es ser concisos. Un servicio religioso a la mitad de la semana puede convertirse en “otra predicación” o en una enseñanza bíblica muy extensa, que comienza y termina con una oración. Nosotros planificamos entre ocho a diez minutos del programa para la enseñanza bíblica. Libros de texto y tareas para el resto de la semana brindan la oportunidad de darle continuidad durante el resto de ella.

Como parte de esta enseñanza bíblica, creemos que es prudente que le enseñemos a orar a la gente. Cuando los discípulos vinieron a Jesús, le dijeron: “Señor, enséñanos a orar”. Él los instruyó sobre los elementos fundamentales de la oración. Nosotros tenemos el privilegio de hacer lo mismo. Presenten las verdades de la Palabra de Dios de una forma clara y concisa. Esta parte del servicio le dará un cariz pedagógico a la casa de oración.

Estrategia N°6: Planifique tiempo para una intercesión especial

Cuando planificas el servicio para la casa de oración, sabes que vendrán muchas personas con necesidades especiales. Considera el tiempo que será necesario para atenderlas en el espacio de oración intercesora.

Recientemente nos impresionó lo que pasó cuando les pedimos a los que tenían necesidades especiales que se adelantaran. Entre treinta y cuarenta personas avanzaron por el pasillo. Líderes de oración también pasaron para orar por cada uno de ellos por nombre. Uno de nuestros líderes tuvo la oportunidad de orar por un joven llamado David, que había venido por primera vez a la iglesia. Él confesó que no había entrado a una iglesia en los últimos diez años. En su oración, expresó que necesitaba un milagro. Su vida no tenía rumbo y estaba desesperado. Ese momento de oración intercesora fue un punto clave para David. Él asistió a la iglesia el siguiente sábado y a la próxima casa de oración. Al final del servicio, David tomó el micrófono y, con una Biblia en la mano, exclamó: “¡Estoy empezando los estudios bíblicos!” Todos dimos gracias a Dios por David.

También oramos por los enfermos en la casa de oración. En cierta ocasión, una pareja voló desde Canadá y solicitó ser ungida. La esposa estaba pasando por serios problemas de salud y quería seguir las enseñanzas de Dios en Santiago 5:14 al 16. Al ser ungida, muchos de los participantes en la casa de oración se acercaron a ella. Su testimonio silencioso, al humillarse bajo la mano todopoderosa de Dios, les dio esperanza a varios de los que participaban esa noche. Hemos sido testigos de muchos milagros en nuestra casa de oración, en la medida que Dios nos ha dado sanidad y bendiciones conforme a su perfecta voluntad.

Estrategia N°7: Cultive relaciones significativas

El libro de Hechos registra que los primeros seguidores de Jesús “perseveraban unánimes en oración y ruego” (Hech. 1:14). No oraban como individuos aislados, sino “unánimes”. Cultivar relaciones significativas es una parte importante de la experiencia de la casa de oración. La gente no debe llegar e irse como gente anónima. De hecho, si no experimentan una relación con afecto en la casa de oración, probablemente no regresarán.

Una forma de crear este tipo de relación es proveer un autoadhesivo para el nombre de cada persona que asiste. El objetivo es que cada persona se sienta como un participante y no como un mero observador. Al ver los nombres los líderes de oración se pueden dirigir a cada persona por su nombre, incluso a los que vienen por primera vez. Al dividirse en pequeños grupos, pueden llamarse por su nombre. Al final de cada experiencia de la casa de oración, animamos a la gente a que se salude con cordialidad. Ese tiempo informal se puede extender hasta treinta minutos después del término de la programación. A menudo, surgen varios grupos que siguen orando los unos por los otros.

A Carlos le habían diagnosticado cáncer de la próstata. Él asistió a la casa de oración para cumplir con el deseo de su madre. Pero algo sucedió en el corazón de Carlos. Descubrió una comunidad que lo rodeó de amor, y fue conmovido por sus oraciones a favor de él. Cuando volvió varias semanas después, se sorprendió por el hecho de que la gente se acordaba de él y le preguntaba cómo le iba con su tratamiento. Sintió que realmente se preocupaban por él. Después de poco tiempo, él pidió estudiar la Biblia porque quería conocer mejor al Dios que la gente de esa casa de oración amaba y servía. Cuando se bautizó, pidió que fuera el miércoles, en el horario de la casa de oración, porque fue en ese lugar que se sintió en casa por primera vez. ¡Qué hermoso testimonio sobre el impacto que ejercen las relaciones humanas significativas!

También animamos a que la gente se mantenga en contacto por medio de nuestra página en Facebook. Ahí subimos imágenes, información actualizada, invitaciones para orar y, básicamente, un lugar en donde formar lazos de amistad.

¿Quieres ver un reavivamiento en tu iglesia y en tu comunidad? Solo ocurrirá de la mano con el reavivamiento en la oración. Las Escrituras revelan lo siguiente: “Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios” (Hech. 4:31). Que esa pueda ser nuestra experiencia para honra y gloria de nuestro gran Dios, y la bendición de sus hijos.

Sobre el autor: Es directora de Discipulado en la Iglesia Adventista de Forest Lake y profesora de Religión asociada del Departamento de Salud y Ciencias Biomédicas en el Colegio de Ciencias de la Salud del Hospital de Florida, Orlando, Florida, Estados Unidos.