“La iglesia, en todos los niveles, debe dar prioridad a la implantación y a la consolidación de los Grupos pequeños”.
“La formación de pequeños grupos como base de esfuerzo cristiano es un plan que ha sido presentado ante mí por aquel que no puede equivocarse”. En medio de la vasta literatura sobre el asunto, esta declaración de Elena de White es fundamental para la implantación de Grupos pequeños en la Iglesia Adventista de Sudamérica. A pesar de esto, desde que fue establecido en este continente, el sistema ha sido blanco de estudios, revaluaciones y diálogo. Pero, un foro realizado en Brasilia, en noviembre del año pasado, sirvió para redefinir y profundizar la caminata rumbo a la consolidación de los Grupos pequeños.
En esta entrevista, el Pr. Jolivé Chaves, director de Ministerio Personal de la División Sudamericana, habla acerca de los principios que cimentan la formación y el funcionamiento de los Grupos pequeños. Casado con la psicóloga Érica Chaves, con quien comparte la felicidad de tener dos hijos, está en la DSA desde hace poco más de dos años, después de trabajar como pastor de distrito y director de Ministerio Personal en Rio Grande do Sul, Santa Catarina, y en la Unión Sur Brasileña.
Ministerio: ¿Cuál es la diferencia entre una iglesia con Grupos pequeños y una iglesia en Grupos pequeños?
Pr. Chaves: En la iglesia con Grupos pequeños, ellos son solo un programa entre muchos otros. Una iglesia en Grupos pequeños es aquella en la que estos son la estructura básica para cumplir las tareas de pastoreo, cuidado espiritual de los miembros, desarrollo de la vida en comunidad y acción misionera, entre otros. En la iglesia en Grupos pequeños, la mayoría de los miembros asimiló el Grupo pequeño como estilo de vida.
Ministerio: ¿Cuál debe ser la relación entre los Grupos pequeños y los departamentos de la iglesia? ¿Cuál debe servir al otro?
Pr. Chaves: Los Grupos pequeños deben ser la base para mover a la iglesia, y eso incluye a los departamentos. No anulan los departamentos, sino que los ayudan a funcionar correctamente. Por eso, los departamentos de la iglesia y sus programas deben facilitar el desarrollo de los Grupos pequeños, en lugar de ser obstáculos o competidores. Cada departamento debe ayudar a los miembros que están bajo su responsabilidad y participan de los Grupos pequeños. Y estos ayudarán a los departamentos a alcanzar sus objetivos para cada miembro, en el sentido de edificación espiritual, pastoreo y compromiso misionero. El Grupo pequeño es el camino más fácil para que los departamentos sean eficaces en la formación de discípulos.
Ministerio: ¿De qué manera una iglesia con Grupos pequeños puede ser transformada en una iglesia en Grupos pequeños?
Pr. Chaves: En su libro La iglesia revolucionada del siglo XXI Russel Burrill declara que, antes de que el ministerio de Grupos pequeños sea iniciado, primeramente, la iglesia necesita redescubrir la pasión por los perdidos y sentir la necesidad de alcanzarlos. Además de eso, también necesita entender que todos los creyentes son ministros, y que el pastor es el orientador y el que capacita a los miembros para el ejercicio del ministerio. Durante el foro de Grupos pequeños, se decidió que, en esa transición, se deben dar los siguientes pasos: 1) Que la iglesia, en todos los niveles, dé prioridad a la implantación de los Grupos pequeños; 2) que el proceso de cambio sea gradual y progresivo; 3) que, en el plan de implementación y consolidación, los pastores trabajen a través de Grupos pequeños modelo; 4) que la iglesia mantenga la visión permanente de una iglesia en Grupos pequeños, a través de la realización de foros, festivales, retiros espirituales, provisión de material, entrenamiento y testimonios; y 5) que haya un esfuerzo intencional y constante en la búsqueda de la multiplicación de los Grupos pequeños.
Ministerio: ¿Qué pasos específicos se deben dar en la implementación de un Grupo pequeño?
Pr. Chaves: Este proceso no es difícil. En primer lugar, la persona debe estudiar sobre el asunto, ampliar la visión sobre la función y el funcionamiento del Grupo pequeño. Entonces, debe buscar consejo y orientación con el pastor de la iglesia. Lo ideal es que participe de un Grupo pequeño prototipo, liderado por el pastor. En ese caso, hará en su grupo exactamente lo que presenció bajo el liderazgo del pastor. Es importante que haya conseguido todos los materiales relacionados (manual de estudios bíblicos y relaciónales, DVD de cánticos, etc.). El paso siguiente es compartir la idea con otras personas, e iniciar las reuniones.
Ministerio: ¿Cuál es la estructura de un Grupo pequeño y cuáles son las funciones de cada elemento?
Pr. Chaves: El pastor es el líder de los Grupos pequeños en el distrito y la pieza clave del proceso. Mientras el pastor no entienda la visión los Grupos pequeños y no esté dispuesto a pagar el precio por su funcionamiento, difícilmente el plan tenga éxito. Al pastor le cabe preparar al liderazgo de la iglesia para la transición, dirigir un Grupo pequeño modelo, ministrar el entrenamiento y proveer materiales. Cada iglesia también debe tener un coordinador de Grupos pequeños, que será el aliado más fuerte del pastor en la implantación y la manutención del sistema. En una iglesia con varios Grupos pequeños, es aconsejable que haya un supervisor por cada tres a cinco de ellos. Ese supervisor apoyará y orientará a los líderes de los grupos, a través de visitas periódicas y de reuniones para evaluación. Finalmente, cada Grupo pequeño debe tener su líder, que es el responsable por hacer que sucedan las cosas durante las reuniones y fuera de ellas. Sin un buen plan de capacitación semanal o quincenal de los líderes, el proyecto fracasará. Tampoco podemos olvidamos del anfitrión, la persona que cede la casa para el funcionamiento del grupo. Esta persona debe ser amorosa, espiritual y hospitalaria.
Ministerio: ¿Qué cualidades deben tener el líder y el coordinador de Grupos pequeños?
Pr. Chaves: Principalmente, deben ser personas caracterizadas por una sólida experiencia con Dios; hombres y mujeres espirituales. Pero también necesitamos considerar la disposición a servir, el amor por la misión de salvar a los pecadores y la visión correcta acerca de los Grupos pequeños. En el caso del coordinador, es necesario que la persona haya tenido alguna experiencia anterior como líder. La mejor manera en que el pastor puede formar líderes de Grupos pequeños es a través del Grupo pequeño modelo, o prototipo, que él mismo debe liderar.
Ministerio: ¿Cuál es la dinámica sugerida para el funcionamiento de un Grupo pequeño?
Pr. Chaves: En el libro Testimonios para la iglesia, tomo 7, página 186, Elena de White escribió: “Reúnanse pequeños grupos por las tardes, al mediodía o temprano en la mañana para estudiar la Biblia. Tengan un momento de oración, para que el Espíritu Santo los fortalezca, los ilumine y los santifique. […] Qué hermoso testimonio podrán dar del amor manifestado entre compañeros de trabajo durante esos preciosos momentos para buscar la bendición de Dios. Que cada uno relate su propia experiencia con palabras sencillas”. Sobre la base de estas palabras, hemos sugerido la siguiente dinámica: 1) Confraternización, que incluye una cálida recepción, y el diálogo amistoso e informal. 2) Adoración, en la que están incluidos la alabanza, la oración y los testimonios. 3) Estudio relacional y aplicado de la Biblia. Y 4) Evangelismo, que incluye la oración intercesora y la ejecución de la planificación misionera del grupo. El programa no pasa de una hora y media.
Ministerio: Los aspectos misioneros y relaciónales de un Grupo pequeño son indiscutibles. ¿Puede ver algún perjuicio que se destaque particularmente?
Pr. Chaves: En primer lugar, necesitamos entender lo que la iglesia considera que es un Grupo pequeño relacional. No debe ser entendido como una reunión social de poco o ningún contenido bíblico, sino como un grupo de personas que se reúnen para estudiar la Biblia, con el fin de crecer en su relación con Dios, unas con otras y con personas que todavía no forman parte de la iglesia. La Biblia está en el centro de todo y es usada para atender las necesidades personales, a través del estudio con aplicaciones a la vida personal. Por otro lado, es comprensible que si el Grupo pequeño es solo una reunión para la evangelización, pasa a ser únicamente una clase bíblica sin cumplir con el objetivo relacional. La clase bíblica es esencial, pero no debe tomar el lugar del Grupo pequeño. Ambos desempeñan un papel fundamental y armónico en el programa de la iglesia. Por lo tanto, el Grupo pequeño no debe ser solo un encuentro social ni exclusivamente evangelizador. Debemos mantener el equilibrio en el énfasis de los dos aspectos, en el contexto del discipulado cristiano. El estudio de la Biblia debe ser dirigido a la atención de las necesidades personales, de manera relevante y pertinente. Entonces, los participantes deben ser incluidos en una clase bíblica, para recibir estudios doctrinales como instrucción prebautismal.
Ministerio: Y, con respecto a la evangelización pública, ¿de qué manera los dos sistemas pueden colaborar entre sí?
Pr. Chaves: Una cosa debe quedar bien clara: la evangelización pública y los Grupos pequeños no son actividades mutuamente excluyentes, sino complementarias. Un sistema sirve al otro. Sin esa combinación, el perjuicio será cierto para ambos. La iglesia, en todos los niveles, debe incluir en su planificación estas actividades conjuntas. En el foro anteriormente mencionado, también se decidió que los Grupos pequeños deben ser apoyo y complemento para la evangelización pública. Como apoyo, pueden encaminar a interesados a las reuniones de evangelización y brindarles ayuda. Como complemento, deben emplear su estructura en favor de la conservación de los nuevos creyentes. Incluso proponemos que los pastores hagan evangelización de cosecha teniendo al Grupo pequeño como base para la siembra.
Ministerio: ¿Qué estrategias se pueden desarrollar dentro del Grupo pequeño para que cada miembro pueda llevar personas a Cristo?
Pr. Chaves: De hecho, el Grupo pequeño es el lugar ideal para el desarrollo espiritual de cada creyente y para comprometerlo en la misión, de acuerdo con los respectivos dones espirituales. Para eso, el líder del grupo, orientado por el pastor y por el supervisor, necesita tener un buen plan misionero. Este plan debe ser suficientemente amplio, con varias opciones de actividades internas y externas, con el fin de que se desarrollen los diferentes dones. En la División Sudamericana, ya está en práctica el Ciclo de Discipulado, que es un proyecto para la formación de discípulos, sobre la base de los Grupos pequeños, que ayuda a los nuevos miembros a descubrir sus dones y ponerlos en práctica en algún ministerio.
Ministerio: Con cierta frecuencia, escuchamos que es necesario “crear una identidad adventista” para los Grupos pequeños. ¿Qué está faltando en términos de identidad?
Pr. Chaves: La Iglesia Adventista del Séptimo Día tiene sus peculiaridades en los aspectos estructurales, doctrinales y su papel profético. En relación con los Grupos pequeños, tenemos orientación clara y suficiente. Lo que estamos intentando hacer es crear un modelo que sea compatible con nuestra realidad, como iglesia, y que esté exactamente dentro de la orientación que Dios nos dio con respecto a este asunto. El mundo evangélico está bien adelantado en relación con los grupos pequeños, y tenemos algo que aprender de ellos. Hay principios y métodos generales, comunes, que nos son útiles. Pero no podemos sencillamente copiarlos indiscriminadamente, sin considerar nuestra realidad adventista.
Ministerio: Desde su implementación hasta ahora, ¿cómo evalúa el sistema de Grupos pequeños en la División Sudamericana?
Pr. Chaves: Hemos recorrido un largo camino, con errores y aciertos, y una cosa está bien clara y definida: Continuaremos profundizando la caminata de los Grupos pequeños, pues creemos que son esenciales para la iglesia. Hoy, tenemos aproximadamente sesenta y tres mil Grupos pequeños, y las uniones están trabajando para que, este año, tengamos noventa y tres mil. No tenemos dudas acerca de la legitimidad de este programa; estamos convencidos de la orientación de Dios. Nos hemos reunido y tomado decisiones comprometedoras, hemos planificado un trabajo bien consistente y mejorado cada día en lo que respecta a materiales de estudio. Queremos una iglesia que crezca integralmente y que sea eficiente en la formación de discípulos. Queremos crecer mucho más de lo que hemos crecido, tanto en el sentido cuantitativo como en el cualitativo. Queremos plantar más congregaciones, un pueblo más comprometido, una iglesia más espiritual, cada vez menos apostasía, queremos el bautismo diario del Espíritu Santo, el derramamiento de la lluvia tardía, para concluir nuestra misión de predicar el evangelio. Todo esto apunta a los Grupos pequeños como base del esfuerzo cristiano. Hemos observado que donde los Grupos pequeños son fuertes la iglesia está mejor estructurada y crece más consistentemente.
Ministerio: ¿Cuáles son las grandes metas de la División Sudamericana con respecto a los Grupos pequeños en 2009?
Pr. Chaves: Además de la implantación de noventa y tres mil Grupos pequeños, como ya mencioné, estamos trabajando para abrir seiscientos mil hogares adventistas el 30 de mayo, para recibir a familiares, amigos y conocidos. Este es el proyecto “Hogares de Esperanza”. Creemos que muchos de estos hogares hospedarán un Grupo pequeño. Millares de invitados serán dirigidos a los Grupos pequeños y recibirán estudios por medio de las parejas misioneras o en clases bíblicas. Nuestra meta es bautizar a cien mil personas a fin de año, en ocasión de la Semana de Cosecha que se realizará, vía satélite, por medio del Pr. Mark Finley. Para el Brasil, la programación será realizada desde Brasilia, durante los días 14 al de 31 octubre. En los días 1 al 7 de noviembre, predicará para los demás países de la DSA, desde Cochabamba, República de Bolivia.
Ministerio: ¿Qué espera de los pastores y de los ancianos?
Pr. Chaves: Espero que todos nos unamos para fortalecer la implantación y la consolidación de los Grupos pequeños en nuestro territorio. Creo que el Grupo pequeño tiene un papel decisivo en la escatología, pues vendrá el tiempo en que ya no podremos reunimos en templos, sino que estaremos diseminados en lugares distantes de la tierra, esperando la venida del Señor. Que podamos vivir, desde ahora, la experiencia comunitaria proporcionada por los Grupos pequeños y, finalmente, crezcamos en nuestra relación con Dios y seamos usados por él en la ejecución de su plan para el ser humano.
Sobre el autor: Director de Ministerio Personal de la DSA.