E1 pastor David Osborne se graduó en Teología en la Universidad Adventista del Sudeste, en los Estados Unidos. Cursó una licenciatura en la Facultad de Teología de la Universidad Andrews, especializándose como Consejero Pastoral. Sus actividades en la Iglesia Adventista incluyen el haber sido pastor de diversas iglesias de Florida y del sudeste de California, el sur de Nueva Inglaterra y en la Asociación del Norte de California, aunque la mayor parte de sus 37 años de labor se ha desarrollado en colegios y universidades. Fue director del departamento de Educación Religiosa en el Colegio de Forest Lake, pastor asociado de la iglesia del Colegio de La Sierra, capellán de la Universidad de La Sierra, pastor de la Iglesia del Colegio de la Unión del Atlántico, vicerrector de ese colegio, de la Universidad de La Sierra y de la Universidad de Loma Linda.

     Su esposa es Judy Osborne, y trabaja en el departamento de Familia y Ciencias del Colegio de la Unión del Pacífico. El matrimonio tiene un hijo, David. En este momento el pastor Osborne trabaja como secretario de la Asociación Ministerial de la División Norteamericana, con sede en Washington, y es al mismo tiempo pastor de la iglesia de Sacramento, en California.

     Ciertamente no es muy común que un secretario de departamento de cualquier nivel administrativo de la iglesia se desempeñe a la vez como pastor de distrito. El hecho de que eso ocurra con el secretario de la Asociación Ministerial de una División es, indudablemente, una experiencia inusitada. Respecto de esto, el Ministerio quiso escuchar al pastor Osborne. A continuación están los principales pasajes de la entrevista, hecha durante las reuniones del Consejo Consultivo de la Asociación Ministerial de la AG, y también vía Internet.

     Ministerio: ¿Cómo surgió la idea de reunir las funciones del secretario de la Asociación Ministerial de una División con las del pastor de un distrito?

     Pastor David Osborne: La División Norteamericana me invitó a servir como secretario de la Asociación Ministerial, evidentemente por tiempo completo. Pero pensé que si tenía que cumplir esa función, que es la de ser pastor de los pastores, debía ser un pastor que gozara de gran credibilidad entre ellos. El ministerio pastoral está experimentando cambios muy rápidos; de modo que cualquier persona que permanezca fuera de las actividades esencialmente pastorales por más de cinco años terminará fuera del ámbito de esos cambios, y podría ser que le costara dirigir pastores. Al pensar en eso, decidí no aceptar el llamado. Le expuse mis ideas al presidente de la División Norteamericana quien, posteriormente, decidió probar un nuevo paradigma y reestructuró la Asociación Ministerial de la División.

     Ministerio: ¿Cómo sería ese nuevo paradigma?

     Pr. Osborne: Bien; debía ser una asociación que funcionara en mayor consonancia con las necesidades actuales de los pastores de América del Norte. Para cumplir ese objetivo, se decidió que la dirección de la Asociación Ministerial debía estar a cargo de pastores que dedicaran parte de su tiempo a una iglesia local, y que el resto de su equipo trabajara en la sede de la División. Es decir que el secretario de la Asociación Ministerial debe dedicar la mitad de su tiempo a esa actividad. La otra mitad la dedica a pastorear una iglesia. Los deberes de los secretarios aso- ciados se debían dividir entre un cuarto y un tercio de su tiempo. Un secretario asociado y el personal de apoyo deben permanecer todo el tiempo en la sede de la División. Además de esto, un conjunto de pastores, que representan las diversas zonas de la División, se reunirán cada dos años para aconsejar a la Asociación Ministerial en su trabajo. Una vez establecido todo esto se confirmó el llamado para que yo fuera el secretario de la Asociación Ministerial, siendo a la vez pastor de la iglesia adventista de Carmichael, en Sacramento, California. Los pastores John Nixon, Duane Schoonaard y Michael Tucker dedican un cuarto de su tiempo como secretarios asociados. El evangelista Eradio Alonso sirve como secretario asociado de tiempo completo, con sede en la División, además de llevar a cabo, como es obvio, campañas de evangelización.

     Ministerio: ¿Cómo está compuesto ese conjunto de pastores al cual usted se refirió?

     Pr. Osborne: Éste es el Consejo Consultivo de la Asociación Ministerial. Está compuesto por pastores cuyos nombres fueron recomendados por los presidentes de las uniones. Representan las razas, las culturas, los estratos sociales, etc., de la División. La cantidad de pastores elegidos es proporcional a la cantidad de miembros de cada Unión. Los presidentes de las uniones, y sus respectivos secretarios de la Asociación Ministerial, estudiaron a sus mejores pastores, algunos de ellos dirigentes de grandes iglesias, de acuerdo con el criterio determinado por la Asociación Ministerial de la División.

     Ministerio: Esta idea, ¿está establecida definitivamente, o todavía es un experimento?

     Pr. Osborne: Se la puede considerar todavía como un experimento. Pero muchas asociaciones ya han aceptado la idea, y están nombrando secretarios de la Asociación Ministerial que son a la vez pastores en sus iglesias.

     Ministerio: ¿Cómo es posible desempeñar al mismo tiempo las funciones de secretario de la Asociación Ministerial de una organización y las de pastor de un distrito, sin que una de esas actividades sufra?

     Pr. Osborne: No estoy seguro de que esto sea realmente posible. El “tribunal” que tendrá que dar finalmente su veredicto todavía está en formación. La División Norteamericana tuvo que asignar una partida adicional para que la iglesia pudiera aceptar un pastor de tiempo parcial y además un pastor auxiliar. Él se hará cargo de las tareas administrativas. Creo que este plan contribuirá a mejorar las cosas.

     Ministerio: ¿Cuáles serían las ventajas de este plan, y cuáles las dificultades que ya se pueden percibir?

     Pr. Osborne: La ventaja es que la Asociación Ministerial de la División puede permanecer en sintonía, por así decirlo, con el tiempo, las necesidades y las opiniones de los pastores. Pero, realmente es difícil concentrarse al mismo tiempo en las necesidades de la División y las de una iglesia local muy activa. Si no fuera por la electrónica esto sería imposible. La División me proporcionó un teléfono celular por medio del cual recibo, esté donde esté, toda llamada telefónica que llega a la oficina. Al que llama le da lo mismo que yo esté en mi despacho o a tres mil kilómetros de distancia. También me proporcionaron un laptop (una computadora portátil) para enviar y recibir correo electrónico, fax y servicios de Internet desde cualquier parte, de manera que mantenemos comunicación instantánea durante cada día de trabajo. La desventaja es que el me- dio tiempo se parece mucho más a tiempo completo.

     Ministerio: ¿Podría usted destacar algunos beneficios prácticos que ya haya observado?

     Pr. Osborne: El resultado que podría considerar sumamente beneficioso es el apoyo incondicional de los pastores, que sienten que tienen a uno de ellos en las oficinas de la División. El Consejo Consultivo de la Asociación Ministerial de la División Norteamericana les hace sentir a los pastores que la iglesia está realmente interesada en oírlos. El equipo de la Asociación Ministerial de la División cuenta ahora con un secretario titular y cuatro asociados, de modo que podemos atender muchos más congresos, concilios ministeriales, seminarios de entrenamiento, etc.

     Ministerio: ¿Qué planes ha hecho usted para atender a la iglesia, sus responsabilidades en la División y su familia al mismo tiempo?

     Pr. Osborne: Dedico dos o tres días al año a trabajar con los oficiales de la iglesia, para planificar todas las actividades a largo plazo. Empleo una mañana cada semana para afinar detalles. En la División nos reunimos dos veces por año con los quince miembros de la Asociación Ministerial y del Consejo Consultivo, para hacer planes con miras a una estrategia amplia. También me comunico regularmente, por correo electrónico o por teléfono, con los secretarios de las asociaciones ministeriales de los campos. Sé por experiencia propia, y por lo que he podido percibir, que la iglesia siente mucho la ausencia de su pastor en el púlpito durante los sábados. Por eso, he tratado de cumplir la mayor parte de los compromisos de la División de domingo a viernes. Y aún puedo dedicar tiempo a la familia, que por ahora es sólo la esposa Nuestro hijo es ya adulto, de manera que aunque necesite de nuestra atención, y la reciba, no es el caso de un niño o un adolescente.

     Ministerio: ¿Qué significa ser pastor para usted? ¿Cuándo y en qué circunstancias se sintió llamado a servir como pastor?

     Pr. Osborne: La vocación pastoral es para mí la obra más excitante y gratificante de la Tierra. Formo parte de la quinta generación de adventistas en mi familia. Mi primer antepasado adventista fue un pastor que durante el siglo XIX comenzó su ministerio en la Unión del Sudeste. Mi padre era médico, y yo había decidido seguir sus pasos. Pero la influencia del Espíritu Santo y la orientación de un consejero de jóvenes, durante mi adolescencia, me impulsaron al ministerio pastoral. He disfrutado al máximo de mi vida desde entonces.

     Ministerio: ¿Qué considera usted que es lo más gratificante y lo más frustrante en esta tarea?

     Pr. Osborne: Me alegro de muchas cosas en el ministerio; pero lo más agradable es llevar a las personas a Cristo. Considero que es frustrante cuando veo a alguien seguir su propio camino, a pesar de nuestras invitaciones, consejos y las orientaciones de la Palabra de Dios. Las peleas entre miembros y las críticas destructivas también me causan dolor.

     Ministerio: ¿Cuál es, a su modo de ver, el perfil de un pastor en medio de las circunstancias tan mutantes de la actualidad?

     Pr. Osborne: En primer lugar, el pastor debe ser un embajador de Dios. Debe vivir en comunión con él. Entonces desarrollará la sabiduría, el buen criterio, la capacidad de reírse hasta de sí mismo, la empatía, el amor, la capacidad de enseñar y predicar, de hacer discípulos y de entrenar a la gente para la obra misionera. La capacidad de ser un poderoso predicador de la Palabra de Dios es esencial. Eso implica un profundo conocimiento de la Biblia, de la naturaleza humana y de sus necesidades. El evangelio siempre es el mismo; pero la cultura y la sociedad están en constante proceso de cambio. El pastor debe tener la capacidad de innovar y conducir a la congregación —junto consigo mismo— a una experiencia más profunda con Dios.

    Ministerio: Como pastor de iglesia, ¿qué espera usted de los administradores y los directores de departamentos de la Asociación, y de los miembros de la iglesia?

     Pr. Osborne: Como pastor, espero visión y apoyo de la Asociación, pero no ingerencia en la administración de la iglesia. Los miembros deben esperar lo mismo de mí. Puesto que soy un líder-siervo, no tengo derecho a esperar nada de los miembros. Debo darles de mí mismo; debo amarlos. Una ley de la naturaleza humana establece que si la gente se siente amada, animada, valorada y motivada espiritualmente, le retribuirá lo mismo a usted.

     Ministerio: Como secretario de la Asociación Ministerial, ¿qué espera usted de los directores de distrito?

     Pr. Osborne: La denominación tiene derecho a esperar lealtad a la misión y a los planes de la iglesia. El pastor debe vivir una vida ejemplar y equilibrada, de oración, estudio, trabajo, descanso, atención de la familia y compromiso espiritual. Como secretario de la Asociación Ministerial de una División, mi relación con los directores de distrito no siempre es directa. Entre ellos y yo están los directores de las uniones y los campos. Pero sé que los secretarios de las asociaciones hacen obra pastoral con los pastores y los visitan, ayudándolos a desarrollar las virtudes que harán de ellos pastores de verdad. También hay ocasiones cuando, junto con esos colegas, puedo visitar a los pastores, oírlos, orar con ellos y sus familiares, y servirlos en lo que fuere necesario.

     Ministerio: Describa, por favor, las prioridades de la obra pastoral.

     Pr. Osborne: La primera prioridad es la devoción personal y el estudio. La segunda, la predicación eficaz, firmemente centrada en la Biblia. La tercera, crear en la iglesia un clima propicio a la conquista de personas para Cristo, el crecimiento cristiano y la nutrición espiritual, que lleve a los miembros a aceptar, amar y perdonar a los pecadores de adentro y de afuera. Finalmente, la cuarta consiste en desarrollar un sistema educacional fuerte, para alimentar y formar a nuestros niños y jóvenes.

     Ministerio: Constantemente se oye hablar de los desafíos modernos que amenazan en todo el mundo a los pastores y a sus familias. ¿Cómo se los puede superar?

    Pr. Osborne: Podría escribir un libro acerca de esto. La familia pastoral está viviendo bajo intensa presión por causa de las dificultades financieras, las expectativas de los miembros de la iglesia, el estilo de vida, los cambios en los papeles que desempeñan los diferentes miembros de la familia, la influencia de los medios de comunicación en el comportamiento humano; en fin, como consecuencia de la rápida proliferación del mal en nuestros días. Si yo tuviera una respuesta definida para estos desafíos sería famoso en el mundo. Pero creo que la respuesta que puedo dar es que necesitamos encontrar tiempo para arrodillarnos y orar con nuestras familias. Frente a la gravedad de los peligros que nos amenazan, la única seguridad indestructible es vivir en comunión con Jesucristo.

     Ministerio: En su opinión, ¿qué es lo que la iglesia necesita más actualmente?

     Pr. Osborne: Creo que, como hijos de Dios, necesitamos aceptar nuestra verdadera urgencia de depender completamente de Jesús, y no de nosotros mismos. Así experimentaremos en una medida total la alegría y el poder del Espíritu Santo. En América del Norte la gente vive una carrera perniciosa en procura de seguridad financiera y placer. La prosperidad les impide ver su dependencia de Dios, y eso afecta profundamente a la iglesia. La gente está buscando respuestas a los dilemas y a los terribles problemas de la vida; y siempre las buscan en los lugares equivocados. Necesitamos seguir orando por sabiduría y poder para satisfacer nuestras necesidades espirituales. Estoy seguro de que este cuadro es el mismo en cualquier parte del mundo. Y, por lo mismo, la solución no puede ser diferente.

     Ministerio: ¿Cuál es la iglesia de sus sueños?

     Pr. Osborne: Mi iglesia, la iglesia de Carmichael, está bastante cerca de eso. Es una iglesia grande, sumamente amistosa, que crece, que es amorosa, dinámica, con miembros capaces. Tiene muy pocas o casi ninguna controversia. Deseo que esté mejor capacitada para evangelizar y conducir pecadores a Cristo.

     Ministerio: Sobre la base de su propia experiencia, ¿recomendaría usted que el secretario de la Asociación Ministerial de la División sea al mismo tiempo director de un distrito?

     Pr. Osborne: Creo que cuando se combinan el papel del secretario de la Asociación Ministerial con el del pastor de distrito el secretario se puede mantener al día. Por lo menos, no se pasará cinco largos años lejos de la saludable experiencia de cuidar de una iglesia, corriendo el riesgo de perder sintonía con ese trabajo. El pastor nunca debe olvidarse de que lo es. Y debe sentir el placer de serlo. Es sumamente saludable que siempre esté implicado en actividades esencialmente pastorales. Lo puede hacer de diversas maneras: siguiendo como pastor de distrito, como pastor asociado, asumiendo interinamente la dirección de una iglesia cuando el pastor ha sido transferido, etc. En fin, se lo puede llamar a desarrollar cualquier actividad en la iglesia, pero siempre debe actuar como pastor.

     Ministerio: Si usted tuviera una única oportunidad de hablarle a un grupo de pastores adventistas, ¿qué les diría?

     Pr. Osborne: Los invitaría a buscar el poder del Cielo, ese poder capaz de hacemos recordar, y entonces obedecer, la orden de Jesús: “Id… haced discípulos”. Eso es más que enseñar a bautizar. Hacer discípulos es crecimiento y desarrollo cristiano por medio de una relación indisoluble con el Maestro de los maestros. Debemos conducir a los miembros de nuestra iglesia a esta experiencia.

Sobre el autor: David Osborne: Secretario de la Asociación Ministerial de la División Norteamericana.

Zinaldo A. Santos: Editor asociado de la Revista Adventista, edición brasileña, y director de Ministerio, edición brasileña.