¿Qué significa ser esposa de pastor?

     Dou estaba sentado con las manos de Jeannie entre las suyas mientras comentaban sus planes de casarse y su relación con el ministerio pastoral. Mi esposo y yo lo conocimos cuando era niño en una de nuestras iglesias. Mientras los cuatro conversábamos sentados frente a la chimenea, mi esposo aconsejó y animó a esta joven pareja.

     Durante una pausa en la conversación, Dou se volvió hacia mí y dijo:

     —”Señora White, una de las razones por las cuales vinimos esta noche fue para formarnos una idea de cómo es la vida de la esposa del pastor. Jeannie se siente un poquito preocupada acerca de su futuro papel.

     Ella asintió con la cabeza, mientras su larga y rubia cabellera enmarcaba su rostro ansioso.

     —Mucha gente me dice que me espera una tarea muy difícil. Necesito algunos consejos prácticos.

     Su súplica me recordó la incertidumbre que yo misma sentí una vez. Le dije algo acerca de esto, y luego añadí:

     —Tengo cuatro sugerencias para ti que te dirán que ser esposa de pastor es un gozo y un placer.

     1. Satura tu vida de la Biblia y el espíritu de profecía. Lee algo de esas dos fuentes diariamente. Cuando estés muy ocupada probablemente no serán más que uno o dos versículos de la Biblia y algún párrafo de tu libro inspirado favorito; pero en condiciones normales debes leer uno o dos capítulos. Yo he leído toda la Biblia muchas veces, usando varias versiones. Sin embargo, nunca la leo apresuradamente o descuidadamente. Tengo un cuaderno a la mano y anoto cualquier texto que me impresiona, con el propósito de memorizarlo y reflexionar en él. En otra página anoto breves citas de mi libro favorito del espíritu de profecía. Así formo un cuadro en el cual fijar mi atención durante-el día. Algunas veces los versículos y las citas son tan preciosos que los reconsidero durante varios días.

     2. Ama al pastor. A una joven esposa de pastor se le preguntó una vez qué era lo que más amaba como esposa de un ministro. Ella contestó sin vacilación, “¡al pastor!”, —Dou y Jeannie se miraron como diciendo, “¡eso es muy fácil!”

     —Sé lo que están pensando —dije, riéndome con ellos, —pero a veces lo que parece muy fácil puede tener sus dificultades. Las presiones propias del ministerio pueden ser tales que, a veces, parece que el pastor tiene tiempo para todos los demás menos para su esposa y su familia. Recuerda, Jeannie, no importa cuán ocupado estuviera Dou, asegúrale que lo amas y que lo apoyas. Pero también es posible que descubras que Dou tiene algún hábito que es bastante chocante para ti. Una esposa de pastor se quejaba de que su esposo siempre se ajustaba los pantalones con los antebrazos cuando se paraba a predicar. El amor verdadero, y un poquito de buen humor, cubre multitud de tales defectos y debilidades. Procura que Dou sepa que tú sientes que es un honor y un privilegio para ti ser conocida como la “esposa del pastor”. Ese título puede ser muy significativo para ti.

     3. Sé amigable. Jeannie, siendo que eres la primera dama de la iglesia, todos los miembros apreciarán una sonrisa especial de tu parte para ellos. Procura estar siempre lista para brindársela. Cada sábado mucha gente viene a la iglesia con problemas. Una sonrisa y un saludo amistoso tuyos harán mucho para alentarlos. Hace poco visité una iglesia que habíamos pastoreado hacía muchísimos años. Un feligrés ya anciano que había sido recepcionista allí durante muchos años me dio la bienvenida cálidamente, y luego se deshizo de una carga que traía en su corazón.

     —La esposa del nuevo pastor me odia, —dijo. Las lágrimas caían abundantemente de sus ojos.   

     —¿Qué le hace pensar así?, —le dije, dudando de sus palabras.

     —Bien, ella entra por esa puerta cada sábado por la mañana y nunca me mira ni me habla.

     —Estoy segura que ella no le odia a usted, —le dije enfáticamente— Puede ser que esté preocupada y no se da cuenta que usted pasa junto a ella

      —yo trataba desesperadamente de hallar una explicación para el comportamiento de la esposa del pastor, pero para él no había ninguna.

     —No, —dijo—, todos los sábados es lo mismo. Pasa de largo sin decirme nada.

     Me di cuenta que estaba bastante herido. Ser o no amigables pareciera no tener importancia, pero cuando no se es, muchas personas pueden resultar heridas.

     4. “Finalmente, aprende a escuchar. Muchas veces no encontramos la solución a los múltiples problemas o tristezas que los miembros afrontan, pero podemos aprender a escuchar con todo nuestro corazón. Hoy precisamente recibí una carta de una madre soltera, en la que me agradece por haberla ayudado en sus abrumadores problemas. En realidad, cuando ella vino a mí, no tenía respuestas, pero le escuché y la animé a confiar en Aquel que sí podía ayudarla.

     —Bien, Jeannie —concluí, ese es mi consejo. Si sigues estas sencillas pautas tendrás mucha paz y gozo como esposa de pastor.

     —Estoy muy contenta de haber venido, —dijo Jeannie, mientras ella y Dou se levantaban para salir—. Cuantas veces dije a mis amigas que me casaría con un ministro, todas respondían que lo sentían por mí. Ahora sé que es un privilegio y un honor especial ser la esposa de un pastor.

     Su rostro brillaba mientras deslizaba sus brazos alrededor de Dou diciendo, —¡siempre amaré a mi pastor!

Sobre la autora: Colabora con su esposo, quien ha interrumpido su jubilación para ser pastor de la Iglesia Adventista del Séptimo. Día de Bellingham, Washington.