“No me imagino detrás de un escritorio. Me gusta tratar con las personas y vivo una realidad muy feliz en mi ministerio”

Hijo de padres adventistas, el pastor Itaniel Silva nació en Assis, San Pablo, Rep. del Brasil, pero desde su infancia se crío en el interior del Estado de Paraná. Se graduó en 1980 en el SALT, donde también concluyó su maestría en el año 2000.

Durante 18 años, el pastor Silva lideró diversas iglesias en Curitiba, Jacarezinho, Londrina, Maringá, en el Instituto Paranaense y en San Pablo. Actualmente, cumplió diez años como pastor de la iglesia de la Universidad Adventista de San Pablo, UNASP. Está casado con la profesora Ada Ferreira y tienen tres hijos, una nuera y dos nietas.

En esta entrevista, el pastor Silva comparte las lecciones de su experiencia al frente de la iglesia de la UNASP.

Ministerio: ¿Hubo alguna experiencia decisiva relacionada con su llamado pastoral?

Pr. Silva: Dios me habló al respecto durante mi infancia. Nací en un hogar adventista, y fui criado en una hacienda en el interior del Estado de Paraná. Allí, por algún motivo que desconozco, mis amigos y mis hermanos me llamaban “pastor”. Entonces, cuando tenía unos trece años, mi conciencia empezó a despertar a esa vocación. Ella se fue confirmando al observar la gracia y el esfuerzo del trabajo de pastores que nos visitaban al pasar por esos caminos difíciles; en ocasiones, cubiertos de barro. Algunos llegaban a pie, otros en un jeep. Eso, más la inspiración que me transmitieron dos tíos pastores, me ayudó a entender que ese era el plan de Dios para mi vida.

Ministerio: ¿De qué manera considera la experiencia de pastorear la iglesia de una institución, comparada con la de una iglesia en otro contexto?

Pr. Silva: La iglesia de la UNASP está compuesta por personas de varias clases sociales, económicas y culturales, que exigen mucho del pastor. Hay obreros, profesores, trabajadores de la institución y pastores, además de un porcentaje elevado de jóvenes y unos 650 niños. Además, asisten unas cuatro mil personas de la comunidad, entre las cuales hay quienes han sido miembros de iglesia por más de veinte años, y han podido ver excelentes programas y escuchado poderosas predicaciones. Por estos motivos, el pastor no se puede conformar con ofrecer algo de mediana calidad; más aún si considera que estará presente en todos los cultos. Confieso que me agrada este desafío: es un llamado al crecimiento. También está el hecho de que la iglesia de una institución está en el centro de diversas instancias administrativas: la División, la Unión, la Asociación, y la propia Universidad tienen programas y fechas que debemos considerar al planificar el año de trabajo. El objetivo de estos programas es el mismo por el cual existe una iglesia convencional. Sin embargo, esta responde de forma más directa al campo local.

Ministerio: Usted lleva diez años a cargo de una sola iglesia, lo que no es común en la estructura adventista. ¿Qué le ha parecido esta experiencia?

Pr. Silva: En primer lugar, debo decir que escogí ser pastor. Aunque me hayan invitado a trabajar en otras áreas, no me imagino detrás de un escritorio. Me gusta tratar con las personas y vivo una realidad muy feliz en mi ministerio de diez años es esta iglesia. Un pastorado largo tiene muchas ventajas, aunque estemos en un contexto en que son frecuentes los traslados de pastores, lo que no deja de tener sus ventajas. Sin embargo, creo que si el pastor permanece más tiempo que el promedio actual en un distrito, tendrá varias ventajas. En una comunidad más grande, el pastor se demora entre dos o tres años en conocer y entender la realidad del rebaño. El propio rebaño requiere ese mismo tiempo para conocerlo a él de forma adecuada. Entonces, recién habrá mayor afinidad, complicidad y credibilidad recíprocas, que facilitarán un mayor crecimiento y productividad. Es una cuestión de sembrar y cosechar, de planificar conociendo las realidades y obtener los resultados esperados. Hace diez años, esta iglesia bautizaba, en promedio, 6o personas por año. Hoy, el promedio ascendió a 170.

También está el factor del crecimiento pastoral. Imaginen lo que significa que un pastor esté delante de una congregación durante diez años, predicando, orientando, realizando programas y semanas especiales. Esto representa un desafío para el crecimiento personal. De hecho, existen investigaciones que señalan las ventajas de un pastorado largo, tanto para el pastor como para la iglesia. Le agradezco a Dios y a la iglesia por vivir este privilegio. Hay muchas vivencias hermosas que hemos tenido aquí, entre las cuales puedo destacar la armonía cristiana en la comunidad y las victorias en el evangelismo, que se han materializado en el bautismo de muchas personas.

Ministerio: ¿Cómo funciona la estructura administrativa de esa iglesia?

Pr. Silva: En primer lugar, debo señalar que esta es una iglesia con mucho trabajo, pero que no posee problemas fuera de lo común. De hecho, existe mucha armonía entre todos. Tenemos una filosofía administrativa bien clara: cada persona que lidera un ministerio debe hacer su trabajo con un espíritu de colaboración mutua, siendo capaz de respetar el espacio ajeno. Esto ha evitado muchos conflictos. Desde un punto de vista eclesiástico, tenemos el culto de los viernes, pensado en los alumnos residentes; dos cultos el sábado por la mañana, separados por la Escuela Sabática; cultos de oración los miércoles; y el culto de oración de las damas, los martes. También hay un culto bastante concurrido al aire libre, los domingos a las 4:45 de la mañana. Ese culto lo lidera un pastor de la Asociación.

Ministerio: ¿Cuál es su plan de predicación en la iglesia?

Pr. Silva: Nuestro calendario de sermones se elabora a partir de cuatro áreas. Primero, están los sermones que brotan de la comunión con Dios y su Palabra. Son aquellos que el Señor pide que su siervo predique. También consideramos los proyectos específicos del plan pastoral: si se planificó enfatizar la salvación, la oración intercesora, el evangelismo, el crecimiento espiritual, la comunión personal, la búsqueda del Espíritu Santo, la familia o la fidelidad, predicaremos sobre esos temas. Otra área que se considera son las fechas especiales del calendario eclesiástico general. Finalmente, también escuchamos a los miembros de la comunidad; acontecimientos en el mundo que generan una reacción entre ellos suelen ser abordados desde un punto de vista bíblico, profético o doctrinario. Creo que un calendario homilético con sermones bíblicos, elaborados con estos principios, le da al pastor la seguridad. de que está predicando lo que dice et Señor.

Ministerio: ¿Qué medio usa para involucrar a la iglesia en la evangelización?

Pr. Silva: En primer lugar, buscamos diversificar los ministerios y crear una conciencia de que la iglesia debe trabajar por medio de ellos, usando los diferentes dones espirituales que existen en la comunidad. También incentivamos a los hermanos a que actúen en su radio de influencia. Por ejemplo, al distribuir literatura, que lo hagan en la empresa en la que trabajan, en su círculo de amigos, entre sus vecinos y familiares, en la escuela o en la universidad, etc. En una sociedad como la nuestra, con poca disponibilidad y tiempo, cualquier otro método puede complicar más las cosas que facilitar el trabajo misionero. Otra estrategia es el evangelismo a corto plazo orientado a los jóvenes universitarios. Tenemos un campo misionero con más de dos mil alumnos no adventistas. ¡Imaginen lo que eso representa cuando pensamos en sus familias! Por este motivo, anualmente realizamos un programa de evangelismo de dos fines de semana (seis noches), muy bien elaborado. Aunque nos concentramos en el universitario, el programa está abierto a todas las personas. Escogemos a un orador especial y las presentaciones se relacionan con temas de actualidad. Por ejemplo, en 2010, abordamos la película “2012”, y nos concentramos en la segunda venida, a la luz de la Biblia. De esta forma, el mensaje se torna relevante para la mentalidad secularizada. Los que asisten se motivan con el contenido de la Biblia y son atendidos inmediatamente, en casa o en una clase bíblica dirigida por nuestros pastores asociados y hermanos con la habilidad para trabajar en este sentido. Al seguir estas dos estrategias, hemos cosechado resultados maravillosos.

Ministerio: ¿Cómo es la relación entre la iglesia y la Universidad?

Pr. Silva: Gracias a Dios, la iglesia, la comunidad y la Universidad conviven y trabajan en un ambiente de armonía, comprensión y colaboración mutua. Nuestro director también es pastor y entiende a la iglesia. Esta, al estar inserta en la universidad, la entiende muy bien. No somos unidades separadas.

Ministerio: Algunas iglesias semejantes a la suya han modificado la dinámica de su liturgia. ¿Cuál es la situación en su iglesia al respecto?

Pr. Silva: Planificamos nuestro culto con el objetivo de aprovechar al máximo los talentos que tenemos a mano. Cada segmento de la iglesia debe ser alcanzado, para que, al salir, se lleven una experiencia de adoración que los convierta en instrumentos de transformación dondequiera que estén durante la semana. Por este motivo, el sistema de culto que tenemos es bastante equilibrado. Contamos con una excelente comisión de música y le damos prioridad a la ejecución de instrumentos en vivo en todos los cultos. Todo lo que planificamos en relación con el culto está basado en la Biblia, en nuestra teología y en los escritos de Elena de White.

Ministerio: Basado en su experiencia con los jóvenes, ¿qué puede esperar la iglesia de ellos?

Pr. Silva: El joven necesita una referencia, un modelo, pero no lo halla en la sociedad. Por su conducta y responsabilidad, el pastor debe ser este punto de referencia para el joven. Quien piensa que los jóvenes quieren ser liderados por un modelo “laissez-faire” se equivoca. El joven quiere alguien que le pueda decir por dónde caminar, siempre que lo haga con respeto y consideración hacia su persona, como hijo de Dios. El joven adventista moderno es muy preparado y talentoso. Tiene mucho que puede aportar a la iglesia. Por este motivo, estoy seguro de que nuestra iglesia tiene un maravilloso futuro, si le damos un buen ejemplo a nuestra juventud.

Ministerio: ¿Qué último mensaje les quisiera dejar a los lectores?

Pr. Silva: Si desean tener éxito, deben pedirle a Dios la capacidad de amar a las personas. El mundo es un desierto sin amor. Las personas necesitan ser amadas. El pastor no debe trabajar solamente por el salario; debe hacerlo por el amor a Dios y por las personas. Dios es la fuente del amor. Necesitamos llenarnos de amor en esa fuente y hacer que abunde en nuestra vida.

Sobre el autor: (IS) Pastor de la iglesia de la Universidad Adventista de San Pablo, Rep. del Brasil. (MN) Editor asociado de la CPB.

Sobre el autor: (IS) Pastor de la iglesia de la Universidad Adventista de San Pablo, Rep. del Brasil. (MN) Editor asociado de la CPB.