Es imposible imaginar a la Iglesia Adventista disociada de las campañas de evangelización. El vínculo es tan grande que, en sus inicios, incluso antes de elegir un nombre para el movimiento, a los predicadores itinerantes se los llamaba apóstoles, o evangelistas, indicando así claramente su papel activo en la plantación de iglesias y la formación de un núcleo bien adoctrinado de líderes locales capaces de conducir a la congregación.

Mantener la llama del evangelismo encendida y ampliar los esfuerzos de la iglesia en esta área es el desafío del pastor Rafael Rossi, nuevo director del departamento para Sudamérica. Es Licenciado en Teología, Posgraduado en Consejería, MBA en Comunicación Corporativa, Magíster en Teología y alumno de Doctorado en Ministerio en la Universidad Andrews. Fue pastor de distrito y evangelista de Asociación y Unión. En 2012, fue llamado para servir en la sede adventista sudamericana. A lo largo de nueve años, fue secretario ministerial asociado, director de Comunicación, Asuntos Públicos y Libertad Religiosa y asistente de la Presidencia. Desde noviembre de 2021 es el responsable del departamento de Evangelismo. Casado con la profesora Ellen de Souza Rossi, es padre de dos hijas: Giovana y Mariana.

Algunos asocian las campañas de evangelización con el aumento de la apostasía. ¿Qué piensas de esa asociación?

Tratar con la apostasía, ciertamente, es una de mis grandes preocupaciones. No son números, sino vidas que están decidiendo su destino eterno. ¡Y esto es algo muy serio! La iglesia, conforme al propósito de Jesús, cumple un papel muy importante en el mantenimiento de la fe, en el desarrollo de los dones espirituales y en la organización de los esfuerzos para la predicación del evangelio. Por lo tanto, cuando alguien la abandona, se coloca en una situación muy propicia para el enfriamiento de la fe.

Entiendo que no existe una explicación exacta que justifique la apostasía, como proponer que el evangelismo es un gran responsable por ese fenómeno. Las experiencias personales difieren unas de otras. Hay factores que podemos analizar porque son perceptibles y objetivos, mientras que otros no lo son. Por ejemplo, cuando hay factores externos no controlables, podemos reforzar la identidad adventista. Cuando hay factores externos parcialmente controlables, podemos reforzar la identidad adventista prestar dedicación en acciones estratégicas que clarifiquen la postura de la iglesia. A su vez, cuando los factores son generados por contradicciones internas, es necesario analizar y corregir el rumbo. Finalmente, cuando los factores están motivados por alguna mala comprensión de la religión, debemos hacer una revaluación completa de los objetivos y proponer un nuevo abordaje y postura frente a la situación.

¿Cómo aumentar el número de evangelistas en la iglesia local?

No tenemos un departamento de Evangelismo con un director en la iglesia local porque entendemos que esa es una responsabilidad compartida por todos los ministerios. El pastor de distrito es el evangelista de sus iglesias. Por lo tanto, debe organizar la estructura organizacional y movilizar a los miembros para que se involucren en las actividades misioneras. El objetivo es hacer de cada adventista un evangelista, de modo tal que todos aprovechen las oportunidades que surgen en lo cotidiano para compartir el mensaje bíblico con quienes se relacionan. Por esta razón, necesitamos multiplicar la cantidad de gente capacitada y dispuesta a dirigir campañas de evangelismo, así como el número de miembros comprometidos en el cumplimiento de la misión. En este sentido, una de las iniciativas es la de las escuelas de evangelismo, que capacitan a pastores y miembros voluntarios. Una novedad de este año es la realización de la escuela de evangelismo online, que proveerá videos cortos y prácticos que enseñan lo que puede realizarse para aumentar la efectividad de la evangelización local.

Otra novedad es que se enviarán 225 pastores recién graduados a los distritos pastorales para trabajar directamente con el evangelismo. Recibirán su soporte financiero de la División Sudamericana y trabajarán bajo la supervisión de los pastores de distrito, evangelistas de Campo y de Unión. La expectativa para esta iniciativa es incentivar el crecimiento equilibrado de la iglesia, capacitar a los líderes locales para la atención de las expectativas de sus comunidades y refinar la formación de futuros pastores adventistas.

Además de estas iniciativas, ¿hay algo más que pueda hacerse para que el evangelismo alcance resultados expresivos y consistentes?

¡Sí! He prestado especial atención al establecimiento de un proceso claro para fundamentar las acciones evangelizadoras, especialmente las relacionadas con las campañas de evangelismo. Para comenzar, utilizo la estructura de un embudo con seis pasos que comienzan con la letra C:

1) Coordinación: Preparación de la iglesia para un programa de doce semanas, ajustes estructurales, provisión de datos y capacitación local.

2) Compasión: Asistencia humanitaria, escucha comunitaria y ayuda solidaria.

3) Conexión: Estrategias de comunicación personal, divulgación de la iglesia por medio de las redes sociales, fortalecimiento de las transmisiones online y compromiso personal de los miembros para compartir los contenidos digitales de la iglesia.

4) Cultivo: Acciones estratégicas por medio de las parejas misioneras, clases bíblicas, instructores bíblicos, evangelismo de amistad y compañerismo cristiano.

5) Cosecha: Evangelismo público, personal, digital y bautismos. Esa es la fase de la proclamación pública por medio de la campaña de evangelización.

6) Continuidad del programa de discipulado.

Has mencionado un programa de doce semanas en la iglesia local. ¿De qué se trata?

Una campaña de cosecha depende de otros esfuerzos misioneros. No se planifica una campaña de evangelización sin considerar lo que ocurre en los diferentes ministerios de la iglesia. En realidad, la campaña es la coronación de otras acciones que ya estaban ocurriendo mucho tiempo antes de la cosecha. Es verdad que un programa como este ayuda a despertar nuevos interesados, pero el foco principal está en las decisiones finales, en un compromiso mayor con Dios y su misión. Para facilitar la preparación de la campaña, se ha desarrollado, evaluado y comprobado, en el nivel local, una guía de actividades previas sistemáticas llamada “Doce semanas para impactar tu iglesia”. De este modo, el propósito es tener una iglesia más comprometida, que, como resultado, alcance más bautismos de personas más preparadas.

¿Qué mensaje te gustaría compartir con los colegas de ministerio?

No tengo dudas de que estamos viviendo en los momentos finales de la historia. Lo que hemos predicado se está confirmando por la situación del mundo. ¡No hay tiempo que perder! Mi mayor sueño es ver a la iglesia comprometida con la misión. El evangelismo debe asumir su papel de protagonista en la agenda de la iglesia, y el trabajo del pastor es fundamental para que esto ocurra.