1. Importancia de la muerte de Cristo en el Nuevo Testamento

a. En el Nuevo Testamento se dedica más consideración a la semana de la pasión y muerte que a cualquier otro tema. Obsérvese que el relato ocupa:

  • 1/3 del Evangelio de Mateo (caps. 21-28).
  • 1/3 del Evangelio de Marcos (caps. 11-16).
  • 1/4 del Evangelio de Lucas (caps. 19-24).
  • 1/2 del Evangelio de Juan (caps. 12-21).

b. Los últimos tres días de la vida del Señor ocupan el 20% del relato evangélico. Si todos los episodios de la vida de Cristo se hubiesen considerado con el mismo detalle, tendríamos un relato de unas ocho mil páginas.

2.    La encarnación es un medio para redimir al pecador mediante la muerte de Cristo

a. Mar. 10:45: “para dar vida” (psujé).

b. Heb. 2:9; 9:26: sacrificio de muerte.

c. 1 Cor. 15:1-3. (Obsérvese que esta epístola fue escrita antes que los Evangelios).

3.    La muerte de Cristo es esencial para el cristiano

a. Juan 3:14, 15: “así como Moisés levantó la serpiente”.

b. Juan 12:24; Rom. 3:25, 26.

c. “Únicamente por su muerte podía salvarse el mundo. Como el grano de trigo, el Hijo de Dios debía ser arrojado en tierra y morir y ser sepultado; pero volvería a vivir… El verdadero resultado de su misión iba a ser alcanzado por su muerte” (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 575, 576).

d.  1 Ped. 1:18, 19; Tito 2:14: rescatados.

e.  Se origina en “desatar” o dejar ir en “libertad a los presos” pagando un rescate. Denota un “rescate vicario” cuyo valor cubre una falta humana.

  • Lutron (soltar) viene de Luo, que significa “hacer libre, pagando algo en rescate”. En el caso de los prisioneros o esclavos se pagaba un lutron para lograr su libertad. Es un concepto que nos viene desde el Antiguo Testamento.
  • Mat. 20:28; Mar. 10:45.
  • La forma que se usa en estos pasajes es el aoristo, lo cual indica que “dio su vida” en un momento histórico (Gál. 4:4).

4.    Es de suma importancia para el universo

a. Luc. 9:30, 31: “Elias y Moisés hablaban de su salida que había de cumplirse en Jerusalén”.

b. Apoc. 5: 8-12.

c. “Pero no fue el lanzazo, no fue el padecimiento de la cruz, lo que causó la muerte jesús. Ese clamor, pronunciado ‘con gran voz’ en el momento de la muerte, el raudal de sangre y agua que fluyó de su costado, declaran que murió por quebrantamiento del corazón. Su corazón fue quebrantado por la angustia mental. Fue muerto por el pecado del mundo” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 717).

“La contemplación de este sacrificio será la gloria de aquellos que, como fruto de él, vivirán por los siglos eternos” (Id., pág. 576).

5.    Vocabulario usado para describir la pasión y muerte de Cristo

(1) SACRIFICIO – RESCATE – REDENCION

a. Efe. 5:2; Heb. 9:26: “Se presentó por el sacrificio de sí mismo”.

b. Es un sacrificio VICARIO, es decir, en substitución (del latín vicarius = reemplazante, suplente). Aunque la palabra “vicario” no está en el texto, la idea sí lo está.

c. Al mismo tiempo que es Dios, Cristo pertenece realmente a la raza humana. Es uno de nosotros y por ello satisface por nosotros, en favor nuestro, en nuestro lugar, en el sentido de que él hace por nosotros lo que nosotros no podríamos hacer; pero no para dispensarnos de satisfacer. Al contrario, Cristo nos invita a satisfacer en él y por él todas nuestras faltas y las de nuestros hermanos.

(2) JUSTIFICACION – (Tsadaq – dikaiosune = justicia)

a. Rom. 3:24, 25; 5:9; 4:22-25. El verbo tsadaq = hacer o declarar justo, justificar, vindicar.

b. A veces es Dios quien debe ser justificado: Job 32:2; Sal. 51:4. Generalmente Dios es el sujeto del verbo, él es el que justifica.

c. Los hombres deben justificar sólo a los inocentes: Deut. 25: 1; Prov. 17:15; Isa. 5:23.

Si un hombre justo es condenado por los hombres, él se consuela sabiendo que Dios lo justificará: Isa. 50:8.

d. Cuando Dios justifica al hombre pecador, surge una contradicción:

  • El hombre es justificado si hace justicia: Sal. 15.
  • El hombre espiritual sabe que no puede alcanzar la norma de Dios: Job 25:4; Sal. 143:2. No hay hombre capaz de alcanzar la norma.
  • Dios usa su soberana voluntad para justificar al impío: Sal. 51:17.
  • Es una justificación vicaria: Isa. 53:11.
  • Cuando Dios justifica, perdona al hombre, no sobre la base de la inocencia del hombre, sino basado en su gracia soberana: Rom. 3:23, 24.

e. Tres usos de los Evangelios:

  • Los hombres justificando a Dios o su sabiduría: Mat. 11:19; Luc. 7:29.
  • Los hombres justificándose a sí mismos: Luc. 10:29; 16:15.
  • Dios justificando al publicano: Luc. 18: 14.

f.  La cuestión básica es ¿cómo puede el hombre justificarse o ser justo con Dios? ¿Cómo puede el hombre pecador ser justo con Dios?

g. Recuérdese que:

• El pecado es siempre contra Dios; la esencia del pecado es contra Dios; la ira de Dios es contra el pecado: Rom. 1:18.

h. El problema fundamental aquí es ¿cómo el hombre pecador puede volverse justo para con Dios?

  • La única respuesta es la que da Rom. 8:33: Dios justifica.
  • No es la acción del hombre, es la acción de Dios (su gracia soberana): Rom. 3:24.

• Distinguir entre justificación bíblica y justificación católica

a. Justificación no quiere decir que al pecador se lo hace justo, bueno, recto.

b. La infusión de gracia por la cual se hace santo al justificado es un error.

Ej.: – Cuando un juez declara justa a una persona, no la hace justa.

  • Cuando la declara culpable o reo, no la está haciendo reo.
  • Es un acto declarativo.

c. Regeneración es un acto de Dios en nosotros.

Justificación es un juicio de Dios respecto de nosotros.

  • La diferencia es la que existe entre un juez y un cirujano.
  • El cirujano, si opera un cáncer y lo quita hace algo en nosotros.
  • El juez da sólo un veredicto respecto a nuestra inocencia o culpabilidad.
  •  
  • d. El problema aquí es que Dios declara justa, no a la persona justa, sino a la persona injusta. ¿Cómo puede ser entendido esto? El juicio de Dios es recto. ¿Como puede el juez recto declarar justo al injusto? Rom. 4:5; 3:19-24.
  •  
  • Si el hombre hiciera esto sería una abominación delante de Dios, porque el hombre debe condenar al impío y justificar sólo al recto.
  •  
  • Pero Dios al justificar al impío es justo – Romanos 3:26.
  •  
  • -Justificación es siempre un término judicial a. Justificación es un acto declarativo y constitutivo, y consiste en el acto de imputarnos la obediencia y la justicia de Cristo: Rom. 5:19.
  •  
  • b. La obediencia de Cristo debe considerarse como el fundamento de la justificación, ya que es esa obediencia la que Dios reconoce y acredita a nuestro favor cuando nos justifica.
  • – Qué es la justificación por fe
  • a. Gén. 15:6- Se la menciona varias veces en el Nuevo Testamento: Rom. 4:3; 9: 6-10; Gál. 3:6; Sant.2:23.
  •  
  • ¿Qué papel juega aquí la fe?
  • Justificado por fe no quiere decir a causa o por mérito de la fe.
  • La fe no es la justicia que se nos imputa: Efe. 2:8-10.
  •  
  • b. La justificación no es por obras: Rom. 3: 20; 4:2; 10:3, 4; Gál. 2:16; 3:11; 5:4; FU. 3:9. Roma distorsiona esta verdad.
  •  
  • – Somos justificados por gracia: Rom. 3:24; 5: 15-21.
  •  
  • a. Somos justificados en Cristo: Rom. 8:1; 1 Cor. 6: 11; Gál. 2:17. Es por medio del sacrificio redentor de Cristo. Algo que nos trasciende, exterior a nosotros, nos justifica.
  • b. La justicia de nuestra justificación es justicia divina.Es una justicia de calidad divina.
  • c. La justicia de la justificación es la justicia que se basa en la obediencia de Cristo: Rom. 5: 17, 19.
  •  d. Justificación es un acto que procede de Dios, es un acto de Dios y de Dios solo.
  •  
  • e. Justificación es sólo por fe pero no por una fe que está sola.
  • f. Justificación no es todo lo que está contenido en el Evangelio de la gracia divina. La fe sola es el medio para la justificación de la persona, pero una persona con sólo fe sería una monstruosidad que nunca ha existido en el reino de Dios. Porque la fe obra por el amor. Gál. 5:6; Sant. 2: 17-20.
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  • (3) PROPICIACION – EXPIACION
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  • a. Heb. 9:5: “propiciatorio” viene de jilasterion. En esta palabra están incluidas dos ideas: propiciación y expiación.
  • b. Heb. 2:17. Aquí aparece el concepto de la ira de Dios aplacada por la obra expiatoria de Cristo.
  • c. 1 Juan 2:2; 4:10. La palabra clave aquí es jilasmos. La ira de Dios es distinta de la ira del hombre. La ira de Dios es ira contra el pecado.
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  • d. “La sabiduría infinita es revelada en Cristo. Él sufrió en lugar de los hombres para que éstos tuvieran otra oportunidad y mostraran así si finalmente serían súbditos dignos del nuevo reino. Su sangre fue nuestro rescate. Su muerte pone la vida e inmortalidad a nuestro alcance” (Special Testimonies for Ministers, pág. 28).
  •  
  • “La obra del amado Hijo, de emprender la unión de lo creado con lo increado, de lo finito con lo infinito, en su propia persona divina, es un tema que bien puede ocupar nuestro pensamiento durante toda la vida. Esta obra de Cristo tenía por finalidad confirmar en su inocencia y lealtad a los seres de los otros mundos y asimismo salvar a los pecadores de este planeta. El abrió el camino para que los desobedientes pudiesen retornar a la lealtad que se le debe a Dios, mientras que por el mismo acto puso una barrera protectora alrededor de los seres no caídos” (Review and Herald, enero 11, 1881).
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  • (4) RECONCILIACION
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a. Proviene de dos palabras latinas: re-conciliarse, y significa “hacer la unidad otra vez”.

b. Rom. 5:10, 11; 2 Cor. 5:18-20.

c. La reconciliación bíblica implica que el hombre debe ser cambiado para entrar en la nueva relación. Dios no odia al pecador; odia al pecado. El hombre debe odiar al pecado. La reconciliación es traída por Dios. Rom. 5:8-10; 2 Cor. 5: 14-18.

d. “Una lección estaba incorporada en cada sacrificio, impresa en cada ceremonia, solemnemente enseñada por el sacerdote en su oficio sagrado e inculcada por Dios mismo: que sólo a través de la sangre de Cristo se perdona el pecado” (SDA Bible Commentary, tomo 7, pág. 933).

– Véase SDA Bible Commentary, tomo 7, págs. 925, 971.

6.    El Mensaje de la Cruz

a. 1 Cor. 1:23; 2:2; 15:3; Gál. 6: 14; Fil. 3:18; Rom. 6:3.

b. La muerte de Cristo es recordada en el bautismo y en la eucaristía.

c. Tres verdades acerca del hombre enseñadas en la cruz:

  • Universalidad del pecado: Rom. 3: 10, 23.
  • Universalidad de la muerte: Rom. 6:23.
  • Universalidad de la oferta de salvación: Rom. 6:23; 3:24; 5:8.

d. La cruz es la solución de Dios para el problema del pecado.

e. Una verdad acerca de Dios enseñada en la cruz:

– En la cruz se satisface la justicia de Dios. Su carácter es revelado: Rom. 3: 23-26.

f. Una verdad acerca de Jesús enseñada en la cruz:

– “Dios tiene derecho de hacer lo que hace y yo me someto”.

– La cruz no es sólo un castigo; es un juicio moral pronunciado por el Padre y por el Hijo.

g. “Los discursos teóricos son esenciales, a fin de que la gente pueda ver la cadena de verdad, que, eslabón tras eslabón, se une para formar un todo perfecto; pero ningún discurso debe predicarse jamás sin presentar a Cristo, y a él crucificado, como fundamento del Evangelio. Los predicadores alcanzarían más corazones si se explayasen más en la piedad práctica” (El Evangelismo, pág. 139).

“Estos son nuestros temas: Cristo crucificado por nuestros pecados, Cristo resucitado de los muertos, Cristo nuestro intercesor ante Dios; y estrechamente relacionada con estos asuntos se halla la obra del Espíritu Santo, el representante de Cristo, enviado con poder divino y con dones para los hombres” (Id., pág. 140).

“Presentad con voz certera un mensaje afirmativo. Elevadlo a él, al Hombre del Calvario, cada vez más arriba. Existe poder en la exaltación de la cruz de Cristo…” (Ibid.).

“Reunid las más vigorosas declaraciones afirmativas con respecto a la expiación que Cristo hizo por los pecados del mundo” (Ibid.).

“El sacrificio de Cristo como expiación del pecado es la gran verdad en derredor de la cual se agrupan todas las otras verdades. A fin de ser comprendida y apreciada debidamente, cada verdad de la Palabra de Dios, desde el Génesis al Apocalipsis, debe ser estudiada a la luz que fluye de la cruz del Calvario. Os presento el magno y grandioso monumento de la misericordia y regeneración, de la salvación y redención —el Hijo de Dios levantado en la cruz. Tal ha de ser el fundamento de todo discurso pronunciado por nuestros ministros” (Id., pág. 142).