Su propia medicina
Francés Havergal escribió su himno famoso “Toma mi vida”, en 1874, pero lo imprimieron solamente en 1878. Cuando ella leyó la segunda estrofa impresa: “Toma mi oro y mi plata, ni una moneda retendré”, de pronto se percató de que ella misma estaba fallando precisamente en eso.
Tenía una asombrosa colección de magníficas joyas, la mayor parte de las cuales había recibido como obsequio o herencia. Inmediatamente envolvió un hermosísimo cofre con todas sus joyas (excepción hecha de media docena de piezas que eran recuerdo de sus padres y de algunos parientes), y lo envió a la sociedad misionera de su iglesia. Luego envió un cheque por el valor de las joyas que había conservado, a fin de no abrigar dudas.
“No necesito decirle que alguna otra vez en mi vida hice un paquete con tanto placer”, exclamó. (Mary S. Stover).