¡Sé amiga de la esposa de tu pastor! Este amoroso consejo vino de la esposa de un anciano de una iglesia local que hablaba en un círculo de damas donde se encontraban otras esposas de ancianos como ella. “A veces ser la esposa de tu pastor es muy solitario”, continuó, “porque a menudo sentirá que debe relacionarse con todos los miembros de iglesia de la misma forma, sin formar ninguna amistad especial con alguna familia en particular. Y por la relación del pastor con los ancianos de iglesia, tú, como esposa de anciano, puedes ser una gran ayuda y bendición para la esposa del pastor, tanto espiritual como socialmente”.
Un grupo de damas que habían sido esposas de ancianos por años, habían sido llamadas a reunirse y expresar sus ideas en cuanto a su papel, en un esfuerzo por ayudar y alentar a las damas que eran nuevas como esposas de ancianos, especialmente las más jóvenes.
Cada esposa, sin excepciones, destacó la idea de que una relación con Cristo era el requisito básico para cumplir la función de esposa de anciano con éxito. La familia del anciano se considera como conductora espiritual de la iglesia, y esto llega a ser una realidad sólo si se dedica tiempo para orar y estudiar tanto en forma individual como en familia. Nuestras iglesias están en buenas manos cuando las esposas de los ancianos ven su necesidad y buscan diaria fortaleza espiritual del Señor, para ayudarlos en el cumplimiento de la sagrada responsabilidad colocada sobre ellas. ¡Cuán agradecidas hemos de estar por nuestros ancianos dedicados y sus familias! Sin ellas, nuestras iglesias tendrían dificultad para progresar.
El cariñoso deseo de ser una amiga de la esposa de su pastor, expresado por esta esposa de anciano, me hizo preguntarme si nosotras, como esposas de pastor, estábamos no sólo permitiendo sino alentando que tal relación existiera. Las esposas de ancianos así como las de pastor, necesitan aliento y fortaleza, ¿y no es ésta una maravillosa oportunidad para que la esposa del pastor y la del anciano sean de beneficio y bendición mutuos? Me pregunté además si no es que algunas esposas de ancianos están vacilando en sus funciones porque no saben qué se espera de ellas, sin darse cuenta de la tremenda oportunidad, así como responsabilidad, que descansa sobre sus hombros. ¿Y qué decir de las más jóvenes cuyos esposos han llegado a ser ancianos? ¿Cómo y dónde deben comenzar? Tú, como esposa de pastor, puedes ser una fuente de guía y de aliento.
El papel de la esposa de anciano, como se describe en las siguientes observaciones hechas por esposas de ancianos, puede ser de ayuda para ti, para hacerte amiga de las esposas de ancianos en tu iglesia y recibir y aceptar la amistad de ellas.
1. Mantón una relación personal estrecha con el Señor. Nada puede sustituir a esta experiencia.
2. Manifiesta amor por cada miembro de iglesia, por cada visitante, por cada uno de los miembros de tu comunidad. Esto es posible sólo cuando cada individuo es visto a través de los compasivos ojos del Señor.
3. Mantón una actitud positiva hacia cada fase de los programas eclesiásticos. Esto es vital porque el liderazgo es más efectivo cuando se lo Manifiesta por la actitud y el ejemplo.
4. Sé un apoyo para el pastor y para su esposa. Si alguna cosa necesita una observación, ve a ellos en forma privada.
5. Participa activamente (esto no siempre significa necesariamente que dirijas) en actividades generales de la iglesia como las reuniones de oración, los servicios sociales comunitarios, “lluvias” para recién casados y bebés recién nacidos, recolección, y otro tipo de programas de testimonio.
6. Visita, visita, ¡visita! Esto incluye a los miembros de la iglesia en general, los que están teniendo problemas, los negligentes en la asistencia regular, los enfermos o confinados en asilos, los recién bautizados o los que recién han llegado a la zona.
7. Saluda a los visitantes de la iglesia en la forma más amistosa posible; búscalos y haz que se sientan tan bienvenidos que se sientan “obligados” a volver.
8. Abre tu casa para que almuerce contigo “el extranjero que está en medio de ti”, quizás una familia que esté necesitando atención especial, o también el orador visitante.
9. Recorta ideas para sermón, poemas, historias, etc., para tu esposo si es que él tiene el compromiso de dar algún discurso (una gran cantidad de ancianos lo tienen), y sé su crítica gentil y cariñosa sólo si es necesario.
10. Sé un testimonio y ejemplo de refinamiento tanto en tus modales como en tu vestido (esto incluye a toda la familia).
En fin, debes estar alerta y dispuesta para hacer lo que sea necesario, sea esto limpiar la iglesia como presentar la lectura del Misionero Mundial, o hacer una oración por el enfermo. La acción es sólo una consecuencia de la disposición, y la disposición es una consecuencia de la completa entrega a Cristo, cualquiera sea la orden que de Él recibimos.
¡Sé una amiga para las esposas de los ancianos de tu iglesia! ¡Ellas serán tus amigas!
Sobre la autora: es la esposa del presidente de una de las Asociaciones de los Adventistas del Séptimo Día.