El hombre más poderoso de esta era no es el predicador desde su púlpito, por fuerte que él sea, ni el profesor en su cátedra, ni el gobernante en su importante despacho, sino el redactor en su desordenada mesa de trabajo” (Obispo E-E. Hoss).
Se ha dicho que Lutero, en su confinada celda en Wartburg, vio a Satanás que amenazaba molestarlo precisamente cuando estaba trabajando en la traducción de la Biblia, esforzándose para lograr que los profetas del pasado pudieran expresarse en idioma alemán.
Dominado por un espíritu impulsivo, el campeón de la Reforma en un momento de ira arrojó un frasco de tinta contra el diablo, dejando una mancha de tinta en la pared de su famoso castillo. Ignoramos si dio o no en el blanco. Tampoco sabemos con seguridad si este incidente ocurrió realmente. Algunos autores modernos piensan que este incidente en la vida de Lutero es una mera ficción. Sin embargo, lo que sí sabemos, es que la tinta ha demostrado ser un arma poderosa de la iglesia cristiana en su lucha contra las fuerzas del mal.
“En principio puede parecer que un acto semejante de parte de Lutero sería una loca demostración de mal genio; pero cuando consideramos la parte que tuvo el frasco de tinta en la Reforma del siglo XVI, quedamos convencidos de que Lutero eligió el arma más efectiva del mundo para luchar contra el gran enemigo” (The Printing Press and the Gospel).
Desde el mismo comienzo del arte de la imprenta con tipos movibles, la iglesia ha estado arrojando toneladas de tinta contra Satanás y ganando batallas memorables. Como iglesia, debemos orar con más fervor para aumentar el poder de la página impresa y publicar en mayor escala las verdades para este tiempo.
LA IMPORTANCIA DE LAS PUBLICACIONES CRISTIANAS
Las publicaciones cristianas han tenido un lugar notable en la historia de la iglesia desde la época de su mismo principio. Dios dejó el Evangelio por escrito para que pudiese realizar su obra en forma más señalada y permanente.
En la lucha contra el paganismo romano y la duda de los judíos, las publicaciones han ocupado un lugar sorprendente. Las apologías dirigidas a los emperadores romanos, las exhortaciones al pueblo y las declaraciones de fe se multiplicaron. La literatura ejerció una influencia poderosa cuando la iglesia avanzó por primera vez “venciendo y para vencer”. En realidad, las publicaciones tuvieron un papel preponderante en la iglesia primitiva.
Siglos más tarde las publicaciones ejercieron también una influencia poderosa en la recuperación de la perdida fe primitiva. Juntamente con la publicación de la Biblia en el idioma de los pueblos llegaron los escritos paralelos de los heraldos de la reforma Juan Wiclef y muchos antes de Él y los que siguieron diseminaron publicaciones en el continente europeo, escribieron artículos y ayudaron a disipar la oscuridad de la edad media.
Los valdenses usaron constantemente las obras literarias, juntamente con partes de la Palabra en el idioma del pueblo Luego en 1456, Juan Gutenberg inventa la imprenta con tipos movibles. La Reforma protestante debía surgir pronto, y el mensaje “el justo vivirá por la fe” debía tener alas para ser llevado por tierra y mar. En sus grandes planes para la divulgación de la verdad, Dios mira hacia el futuro y dispone la escena para que al llegar el momento de la acción tengan preparados los hombres que necesitan como instrumentos para ejecución de sus planes.
¡Cuánta ayuda significaron las publicaciones para la causa de la Reforma!
En Wittenberg hoy en día, en la iglesia de Lutero, pueden verse sobre una mesa cubierta por una tapa de vidrio, diferentes modelos de publicaciones que él usó en la proclamación de su mensaje. Fue la circulación de su literatura lo que hizo de la Reforma una fuerza tan poderosa. En efecto, Lutero esparció verdaderamente la página impresa en Alemania. “Su pluma no permanecía nunca ociosa… Un sinnúmero de tratados, provenientes de su pluma, circulaban por toda Alemania” (El Conflicto de los Siglos, pág. 180).
J. H. M. D’Aubigné dice acerca de Lutero: “Si él no consiguió misioneros para llevar instrucciones a tierras distantes, Dios habría provisto misionero de otra clase.
La prensa fue sucesora de los evangelistas. Esta fue la artillería empleada contra la fortaleza romana. Lutero había preparado una mina, cuya explosión sacudió el edificio de roma hasta sus más profundos cimientos.” (History of the Reformation, tomo 6, pag. 187).
La prensa-dijo Lutero- es el más reciente y mayor don mediante el cual Dios nos permite adelantar las cosas del evangelio. Las ideas han nacido hace tiempo, pero la prensa les dio alas” (The Publishing Department Story, pág. 12)
La extensión de las publicaciones acerca de las profecías y el advenimiento, producida en el siglo XIX, es verdaderamente sorprendente. Aproximadamente doscientos autores y centenares de folletos y libros ejercieron una influencia de largo alcance, y cambiaron la forma de pensar de millares de personas. La circulación fue sorprendente.
LA PRENSA EN LA IGLESIA ADVENTISTA
El lugar de las publicaciones en la terminación de nuestra obra no es asunto de opción personal. Además de las lecciones de la historia de la iglesia, tenemos las siguientes declaraciones del espíritu de profecía:
“Esta es una obra que debe ser hecha. El fin está cerca. Ya se ha perdido mucho tiempo. Estos libros ya deberían haber estado en circulación. Vendedlos lejos y cerca. Esparcidlos como las hojas de otoño. Esta obra ha de continuar sin que nadie la estorbe. Las almas están pereciendo lejos de Cristo. Sean ellas amonestadas acerca de su próximo aparecimiento en las nubes del cielo” (El Colportor Evangélico, pág. 32).
“Es también, en gran medida, por medio de nuestras imprentas como debe cumplirse la obra de aquel otro ángel que baja del cielo con gran potencia y alumbra la tierra con su gloria” (Joyas de los Testimonios, tomo 3, pág. 142).
“Lutero eligió el arma más efectiva del mundo para luchar contra el gran enemigo”
“De nuestros libros y revistas, brillarán luces potentes que iluminarán el mundo con la verdad presente” (Testimonies, tomo 8, pág. 87).
Nuestros pioneros dieron al comienzo de nuestra obra un fuerte impulso a la divulgación de la esperanza adventista mediante el uso de la página impresa. Por esta razón el relato del comienzo de la obra adventista en muchas partes del mundo, es la historia de los folletos, publicaciones y libros, que preparan el camino, del predicador.
En toáoslos países sudamericanos, con excepción de Perú, la obra adventista comenzó ya sea por medio de las publicaciones que fueron enviadas a esos países, o a través de la obra de los colportores.
En realidad, influencia del ministerio de la página impresa en el establecimiento de nuestra obra da clara evidencia de su origen divino. Uno de los primeros mensajes que llegaron a la Iglesia Adventista por medio de Su profeta fue: “Debes comenzar a imprimir”. Así, los libros y la obra de las publicaciones se convirtieron en características sobresalientes del movimiento que creció hasta convertirse en la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Hoy podemos decir con convicción que la página impresa nos hizo lo que somos. No solamente ha unificado y vitalizado a la iglesia, sino que ha sido uno de los factores más importantes para que la gente conozca la verdad presente, para que vean sus obligaciones, las acepten, y cumplan con sus deberes como seguidores de Cristo.
DESAFÍO Y OPORTUNIDADES
Encontramos actualmente en el mundo 500 millones de personas iletradas, entre los quince y cincuenta años de edad. En muchos países asiáticos y africanos, entre 70 y 90 por ciento de los adultos no saben leer. En Sudamérica, varias naciones tienen porcentajes de analfabetismo que oscilan entre 20 y 25 por ciento. Sin embargo, ahora están elevando sus voces y clamando por escuelas, solicitando que sus derechos de recibir instrucción sean satisfechos.
La UNESCO, en su esfuerzo por atender este vehemente clamor, ha iniciado una gigantesca campaña internacional para enseñar en cinco años a 350 millones de los 500 millones de personas analfabetas. Sin duda, éste es un logro notable.
Pero, ¿qué leerán las masas recién alfabetizadas? ¿Cómo utilizarán su nueva capacidad?
Las fuerzas que se oponen al cristianismo están haciendo mucho uso de la imprenta, preparando gran cantidad de publicaciones para ellos. Es nuestra tarea producir libros cristianos, sanos, para estos nuevos lectores. Pero, ¿qué estamos haciendo?
Los cambios políticos y sociales están resultando de la lectura de nuevos libros y los diarios que han aumentado en número muy rápidamente en África, Asia y Sudamérica en los últimos años.
En estos años cruciales tenemos que hacer más de lo que hemos hecho en el pasado, para contestar las demandas crecientes de nuevos lectores que desean nutrir su mente y su espíritu mediante la palabra impresa.
LA PRENSA Y EL PÚLPITO
La prensa y el púlpito son o deben ser aliados en la proclamación del Evangelio. “La verdad presentada por el predicador vivo debe ser publicada en forma tan compacta como sea posible, y debe circular ampliamente. Hasta donde sea factible, permitamos que los discursos importantes pronunciados en nuestros congresos sean publicados en las revistas. Así la verdad que ha sido puesta delante de un número limitado puede encontrar acceso a muchas mentes” (Testimonies, tomo 6, pág. 37).
Esta declaración inspirada revela la importancia de la página impresa como un elemento efectivo en la obra del evangelismo. D. L. Moody y Charles Spurgeon, sin ninguna duda, fueron los evangelistas más ocupados de su tiempo. Estaban abocados a un evangelismo activo, predicando cada noche y dedicando también tiempo a la obra personal; sin embargo, nos han quedado docenas de libros escritos por ellos, y en estos libros podemos leer sus vibrantes mensajes llenos de fe, valor e inspiración. Verdaderamente, estos dos grandes evangelistas tuvieron éxito arrojando contra el diablo un gran frasco de tinta.
Igualmente hoy día en nuestro ministerio, debemos asociar al poder de la palabra —el púlpito—, el poder de la tinta —la palabra impresa—, para la divulgación del mensaje que nos ha sido encomendado: el Evangelio de la cruz.