La incapacidad de retener a los miembros pone en peligro el crecimiento tanto espiritual como numérico de nuestras iglesias. Aunque se han realizado muchos estudios, con diversas teorías y soluciones propuestas, quiero centrarme en algunas de las causas que subyacen a esta desafortunada realidad.
Fundamentos teológicos
Alentar la perseverancia forma parte del plan de Dios para los nuevos conversos. La Biblia dice: “considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras. No dejemos de reunirnos, como algunos acostumbran, sino animémonos unos a otros, y tanto más cuando ustedes ven que el día se acerca” (Heb. 10:24, 25). La carta anima a los miembros a mantenerse unidos a la comunidad de la iglesia y a motivarse mutuamente en su camino con Dios.
Además de la importancia del estímulo mutuo, existe también una dimensión comunitaria: “Sobrelleven los unos las cargas de los otros y cumplan así la ley de Cristo” (Gál. 6:2). Es necesario un llamado continuo al crecimiento espiritual personal. Se debe animar a los nuevos miembros a crecer tanto en conocimiento como en gracia (2 Ped. 3:18; Fil. 1:6).
Utiliza pasajes como estos en estudios bíblicos, sermones o visitas para animar y motivar a los nuevos miembros a permanecer fieles al compromiso que adquirieron en el bautismo.
Estrategias prácticas
Retener a quienes fueron bautizados requiere un enfoque polifacético, centrado en reforzar el compromiso espiritual, construir relaciones sólidas y satisfacer las necesidades de los miembros. He aquí algunas estrategias clave:
1. Establecer un programa de discipulado para los recién bautizados, con estudios bíblicos, momentos de oración y mentores que los acompañen en su camino espiritual. Anima especialmente a participar en las clases de Escuela Sabática para fomentar las relaciones y el aprendizaje. Las visitas a domicilio de los ancianos y otros miembros también ayudan a mantener una conexión sólida y a identificar las necesidades de los nuevos miembros.
2. Descubrir los dones e intereses espirituales de los nuevos miembros y fomentar su participación en los ministerios de la iglesia. Promover también actividades fuera de los cultos, como salidas y proyectos humanitarios, para fomentar el compañerismo y el servicio a la comunidad.
3.Ofrecer un programa atractivo para los jóvenes e incentivarlos a participar activamente en la vida de la iglesia. Incluir actividades recreativas, estudios bíblicos interactivos y momentos de confraternización.
4. Promover seminarios regulares sobre profecía bíblica y las doctrinas fundamentales de la iglesia. Esto ayudará a los miembros a comprender y vivir mejor su fe.
5. Dedicar tiempo a conocer las preocupaciones de cada miembro. Para los que se enfrentan a dificultades, ver si la iglesia puede ofrecer apoyo financiero o social a través de programas de asistencia.
6. Valorar las contribuciones de los miembros en los diferentes ministerios y mostrar aprecio por su participación. Expresa claramente que reconoces sus esfuerzos y te alegras de su dedicación a la familia de la fe. Estas son solo algunas ideas.
Investiga, utiliza la creatividad y adapta las acciones a tu realidad. Promueve actividades intencionales que integren a los nuevos miembros y los formen como discípulos de la fe. Todo esto debe ocurrir en un ambiente de amor y participación en la misión.
Sobre el autor: Secretario ejecutivo de la Unión de África Central