PREGUNTA N° 48

¿Cuál es la actitud de ustedes, como cristianos, hacia el programa general de las misiones para la evangelización del mundo no cristiano? ¿Aceptan responsabilidades para ciertas zonas que se les asignen, dejando el resto para otras organizaciones cristianas?

NUESTRA posición puede exponerse mejor si citamos los Reglamentos de la organización adventista en el capítulo titulado “Declaración acerca de Nuestra Relación con Otras Organizaciones”, adoptado primeramente por el Concilio Otoñal de la Asociación General en 1926. Más tarde se lo corrigió y se le añadieron algunos acápites. Una copia de este documento se pone en manos de cada misionero que se envía al extranjero. Esta es la declaración completa que aparece en las páginas 61 a 63 de nuestro manual de instrucciones, titulado “Informaciones para los Misioneros en el Extranjero y para los que Están de Licencia”:

     “Con el deseo de evitar malentendidos o fricciones en asuntos relacionados con la obra de otras organizaciones misioneras, se establece la siguiente declaración de principios como orientación para nuestros obreros en los campos misioneros, en su contacto con otras organizaciones religiosas:

     “1. Reconocemos a todo organismo que ensalce a Cristo en presencia de los hombres como parte del plan divino para la evangelización del mundo, y tenemos en alta estima a los hombres y mujeres cristianos de otras organizaciones religiosas que están empeñados en ganar almas para Cristo.

     “2. Donde y cuando quiera que la obra del Evangelio nos ponga en contacto con otras sociedades y su obra, un espíritu de cortesía cristiana, franqueza y justicia debería conformar siempre nuestro trato con ellas.

     “3. Reconocemos que la verdadera religión se basa en los dictados de la conciencia y la convicción. Por lo tanto, nuestro propósito siempre será que ningún interés egoísta o ventaja temporal induzca a nadie a unirse a nuestra comunidad, y que ninguna atadura sujete a ningún miembro de ella, salvo la creencia y la convicción de que de esta manera encuentra verdadera comunión con Cristo. Cuando un cambio de convicciones induce a cualquier miembro de nuestra organización a no estar más de acuerdo con nosotros en fe y obra, reconocemos que no solamente tiene derecho a cambiar de filiación religiosa de acuerdo con su conciencia, sino que tiene el deber de hacerlo.

     “4. Antes de admitir como miembro de iglesia a alguien que sea miembro de otra organización, debe ejercerse mucho cuidado para asegurarse de que el candidato desea cambiar de filiación sólo por convicción religiosa y con el deseo de afianzar su relación personal con Dios; además, siempre que sea posible se consultará a los que están a cargo de la iglesia o la misión con la cual está relacionado el solicitante.

     “5. Las personas que pertenezcan a otra misión, y que estén bajo censura por una falta moral o de carácter claramente establecido, no podrán ser consideradas candidatas a miembros de nuestra misión, hasta que hayan dado evidencias de arrepentimiento y reforma.

     “6. Una persona [colportor, maestro, ayudante, etc.] que esté empleado por mucho o poco tiempo por otra organización, no será empleada por la nuestra sin consultar previamente con la iglesia o la misión con la cual esa persona está relacionada o lo estuvo anteriormente.

     “7. Se aconseja a las comisiones de sueldos que, al fijarlos, tengan en cuenta los sueldos establecidos por otras misiones en el mismo campo.

     “8. En cuanto a la división territorial y la limitación de nuestra obra a ciertas zonas previamente designadas, nuestra actitud se basa en las siguientes consideraciones:

     “a. En vista de que en las generaciones pasadas, en la providencia de Dios y en el desarrollo histórico de su obra en favor de los hombres, las organizaciones y los movimientos religiosos surgieron para dar especial énfasis a diferentes aspectos de la verdad del Evangelio, llegamos a la conclusión de que el origen y el surgimiento del pueblo adventista tenía el propósito de darle realce al Evangelio de la segunda venida de Cristo como un evento que está ‘a la puertas’, que implica la proclamación de un mensaje especial de preparación del camino del Señor, tal como lo revela las Santas Escrituras.

     “b. Este mensaje adventista aparece en las profecías de las Escrituras, especialmente en Apocalipsis 14:6-14, con la indicación de que es el ‘Evangelio eterno’, que debe preceder a la segunda venida del Salvador, para ser predicado ‘a toda nación, tribu, lengua y pueblo’. Este cometido nos impide que restrinjamos nuestro testimonio de este aspecto del Evangelio a ciertas zonas limitadas, y nos impulsa a proclamarlo a todo el mundo y en todas partes”.

     Cuando diferentes organizaciones misioneras trabajan muy cerca unas de otras, siempre existe la posibilidad de que surjan malentendidos. Esto es profundamente lamentable, y como adventistas deseamos asegurar a nuestros compañeros de trabajo en la obra del Evangelio de Cristo que, tanto como sea posible, y en armonía con la declaración precedente, publicada en 1926, tomaremos todas las precauciones posibles para evitar tales situaciones.

    En cuanto al proselitismo implícito en la pregunta que estamos contestando, decimos: De acuerdo con el Merriam-Webster’s New International Unabridged Dictionary, la palabra proselitismo significa “convertir a alguna religión, opinión, sistema, o algo semejante; hacer proselitismo de; hacer prosélitos; convertir”. Todas las iglesias tratan de ganar conversos. Al igual que otras organizaciones cristianas creemos que nuestra tarea, encomendada por Dios, es la de cumplir la comisión evangélica: “Id y haced discípulos a todas las naciones” (Mat. 28:19). Eso es lo que estamos tratando de hacer.

     Pero, los adventistas no creemos en el método de ganar nuevos miembros mediante el ofrecimiento de dinero u otros medios semejantes. Condenamos tales actividades doquiera se practiquen. La única manera como los seres humanos pueden llegar a ser verdaderos miembros del cuerpo de Cristo es por medio de la conversión y la transformación realizada por el poder de Dios.