Una declaración de Elena de White parece definir la experiencia que el pastor Ted N. C. Wilson desea para la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Es la siguiente: “La mayor y más urgente de todas nuestras necesidades es la de un reavivamiento de la verdadera piedad en nuestro medio. Procurarlo debiera ser nuestra primera obra. Debe haber esfuerzos fervientes para obtener las bendiciones del Señor, no porque Dios no esté dispuesto a conferirnos sus bendiciones, sino porque no estamos preparados para recibirlas. Nuestro Padre celestial está más dispuesto a dar su Espíritu Santo a los que se lo piden que los padres terrenales a dar buenas dádivas a sus hijos. Sin embargo, mediante la confesión, la humillación, el arrepentimiento y la oración ferviente nos corresponde cumplir con las condiciones en virtud de las cuales ha prometido Dios concedernos su bendición. Solo en respuesta a la oración debe esperarse un reavivamiento” (Eventos de los últimos días, p. 193).
En medio de las diversas actividades a las cuales está abocado, el pastor Ted Wilson le concedió una entrevista a la revista Ministerio, en la cual aborda este y otros temas relacionados con la iglesia. Ted Wilson, de 60 años e hijo del pastor Neal Wilson, ex presidente de la Iglesia Adventista, está casado con Nancy Louise Vollmer Wilson. Tienen tres hijas.
Ministerio: Ya que es hijo de un ex presidente de la Iglesia Adventista, ¿qué significó ser elegido para el mismo cargo?
Pr. Wilson: Ser elegido para esta función realza nuestra pequeñez. Humanamente hablando, no la podemos cumplir, pero es posible por medio de la gracia y la dirección del Señor. Estoy muy agradecido por los miembros de iglesia que están orando para que el Señor me sustente en esta tarea. Es muy importante que oremos los unos por los otros. Sé que Dios nos dirigirá en nuestro trabajo en la medida en que nos humillemos delante de él y que lo busquemos diariamente.
Ministerio: ¿Cómo se encuentra la Iglesia Adventista en el mundo?
Pr. Wilson: La Iglesia Adventista está creciendo rápidamente en todo el mundo. En muchos lugares es reconocida como una bendición para la sociedad. En otros, enfrentamos dificultades y persecuciones. Estamos orando fervorosamente por un reavivamiento y una reforma, de modo que el Espíritu Santo pueda ser derramado bajo la forma de la lluvia tardía y el triple mensaje angélico pueda esparcirse como fuego en el campo.
Ministerio: ¿Cuáles son las mayores problemáticas que enfrenta la iglesia, y cómo pretende abordarlas?
“Es un privilegio pertenecer al pueblo que aguarda la segunda venida de Cristo y que se prepara para ese evento”.
Pr. Wilson: Uno de los grandes desafíos es ayudar a los miembros de iglesia a comprender que somos el pueblo remanente llamado por Dios a fin de compartir el solemne mensaje de Apocalipsis 14. Somos un movimiento suscitado por Dios para llamar al pueblo a la adoración verdadera. Otro gran desafío es el secularismo que se puede percibir dentro de la iglesia. Debemos pedirle al Señor que nos ayude a no conformarnos con este mundo, tal como lo escribió Pablo (Rom. 12:2). Necesitamos resistir el materialismo, volcándonos por entero al Señor, pidiéndole que nos mantenga sencillos en un mundo complejo. Es necesario que mantengamos la mirada en Cristo todo el tiempo. Necesitamos clamar por un reavivamiento y una reforma, para recibir la lluvia tardía del Espíritu Santo. Es nuestro deber sostener nuestra confianza en la autoridad de la Palabra de Dios y en la dirección provista por los escritos de Elena de White. Necesitamos reafirmar nuestra fidelidad a la reforma pro salud y al ministerio de servicio a los demás. Cuando nos humillemos y nos sometamos al Señor, seremos capacitados por el Espíritu Santo para superar el estado laodicense. Es tiempo de permitir que Dios tome el control de nuestros planes y acciones, para que Cristo regrese pronto.
Ministerio: ¿Cómo está enfrentando el liderazgo de la iglesia las problemáticas relacionadas con el creacionismo, y la autoridad de la Biblia y del Espíritu de Profecía?
Pr. Wilson: Debemos ser muy persistentes en nuestra defensa de la Biblia como la Palara autorizada de Dios. Cuando las personas utilizan el método “histórico-crítico” para interpretar las Escrituras, nuestra bella comprensión de la Palabra de Dios empieza a desaparecer. Históricamente, la Iglesia Adventista del Séptimo Día ha utilizado el método “histórico-bíblico” o “histórico-gramatical”. Es vital que mantengamos ese enfoque. Además, el Espíritu de Profecía nos ayuda a comprender mejor muchas verdades de las Escrituras. Por ejemplo, el capítulo 9 de Patriarcas y profetas nos detalla de manera maravillosa cómo Dios creó la Tierra en seis días literales. Cuando comprendemos el grandioso mensaje de un Dios de amor que nos creó y que murió por nosotros, deseamos compartir ese mensaje con otras personas. Siempre debemos dar una respuesta decidida a cualquier persona que nos pregunte sobre la Biblia y su autoridad o sobre el Espíritu de Profecía. El Espíritu Santo nos ayudará a mantenernos unidos en el mundo, a pesar de nuestras diferencias culturales.
Ministerio: ¿Cuáles son los desafíos misioneros?
Pr. Wilson: Tenemos grandes desafíos misioneros en países en los cuales es difícil realizar las actividades habituales de una iglesia. En la actualidad, estamos revaluando nuestra tarea evangelizadora, usando un enfoque que nos permitirá organizar mejor nuestros planes estratégicos y aspectos presupuestarios, a fin de alcanzar al mundo bajo la dirección del Espíritu Santo. Se están elaborando planes cuidadosos a fin de penetrar lugares no alcanzados. Pioneros de misión global, la utilización * de los medios y otros métodos de evangelización se están empleando con el fin de hallar formas prácticas y personalizadas para iniciar el trabajo en áreas difíciles, llevándoles el mensaje adventista. Ciertamente, el Espíritu Santo dirige a aquellos que se interesan en este mensaje. Debemos seguir orando a favor de los millones de personas que deben ser alcanzadas en la ventana 10/40. Queremos ver un renacimiento de la misión en misioneros de tiempo completo y en estudiantes voluntarios. Dios abrirá el camino para mayores oportunidades, a fin de servir a muchos que desean compartir el mensaje del advenimiento.
Ministerio: ¿Qué piensa sobre el acercamiento de los adventistas a otras comunidades cristianas?
Pr. Wilson: Siempre existe el peligro de que la Iglesia Adventista quiera parecerse más a otras iglesias en la sociedad. Jamás debemos permitir que esto suceda. Somos un pueblo llamado por Dios (Apoc. 12:17; 14:12) con el fin de proclamar los mensajes de Apocalipsis 14 y 18. Debemos resistir la tentación de aliarnos a cualquier movimiento ecuménico, pues eso neutralizaría nuestro mensaje distintivo. Somos adventistas del séptimo día, y debemos estar dispuestos a vivir como hijos de Dios, con una gran misión que cumplir. Debemos centrar nuestro mensaje en la Biblia, y él le dirá al mundo que somos
diferentes, no en un sentido negativo, sino por nuestra íntima asociación con Jesús y su segunda venida, que está a las puertas. Evidentemente, debemos ser sinceramente amistosos y amables con todas las personas. Al mismo tiempo, necesitamos mantener, por la gracia de Dios, nuestra postura en relación con el mundo y nuestras actividades deben llevar a las personas a la verdadera adoración a Dios. Ciertamente, al colocar a Cristo como el centro de nuestra vida, las personas nos entenderán mejor. Pero jamás debemos disminuir el respeto que le debemos a nuestras creencias, cuyo propio centro es Cristo. Es importante que siempre levantemos a Cristo en todo lo que hacemos. De esta manera, las personas tendrán cada vez menos razones para decir que somos legalistas.
Ministerio: Algunas personas tienen la siguiente preocupación: ¿Hasta qué punto debemos luchar por la libertad religiosa, si sabemos, por nuestra escoto logia, que un día ella se acabará?
Pr. Wilson: Debemos velar para que todos disfruten de la libertad religiosa y de conciencia. Si ofendemos a instituciones, gobiernos y personas, nuestros derechos serán negados. La libertad religiosa es algo que Dios mismo nos otorga. Se deben realizar grandes esfuerzos para preservarla, a fin de que tengamos más tiempo para predicar el evangelio.
Ministerio: ¿Cuál es su visión en cuanto al futuro de la iglesia?
Pr. Wilson: La veo como una iglesia dinámica y unida, trabajando con diligencia para el Señor y en favor de las personas que nos rodean. Participamos del gran proyecto misionero llamado “Dilo al mundo”. Necesitamos compartir nuestra fe con más que palabras, por medio del servicio cristiano hacia quienes están en necesidad, de acuerdo con lo que Jesús dijo de sí mismo en Lucas 4:18 y 19. Necesitamos iglesias reavivadas por el Señor, sumisas a la dirección del Espíritu Santo, que tengan a la Biblia como el centro de su quehacer, y que practiquen sus verdades, además de los escritos del Espíritu de Profecía. Dios nos confió el mensaje de los tres ángeles para que lo proclamemos sin reservas y con el poder del Cielo.
Ministerio: ¿Cuáles son las prioridades inmediatas en su trabajo al frente de la iglesia?
Pr. Wilson: Queremos tener una iglesia revitalizada por el reavivamiento y la reforma. Necesitamos aprender a depender plenamente del Señor, de modo que nuestra experiencia sea igual al modelo bíblico de Hechos 2, Joel 2 y Oseas 6. Debemos reconocer nuestra gran necesidad detallada por Elena de White: “La mayor y más urgente de todas
Que cada uno viva en íntima comunión con Dios, comprendiendo el poder justificador de Cristo y el poder santificador del Espíritu Santo en el proceso de ser más semejante a Jesús.
nuestras necesidades es la de un reavivamiento de la verdadera piedad en nuestro medio. Procurarlo debiera ser nuestra primera obra. […] Solo en respuesta a la oración debe esperarse un reavivamiento” (Mensajes selectos, t.i, p. 141). Cuando cumplamos las condiciones presentadas en 2 Crónicas 7:14, tendremos una iglesia que caminará más íntimamente con Dios y que será capaz de cumplir su misión.
Ministerio: ¿Cuál es su gran sueño para cada miembro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día?
Pr. Wilson: Que cada uno viva en íntima comunión con Dios, comprendiendo el poder justificador de Cristo y el poder santificador del Espíritu Santo en el proceso de ser más semejante a Jesús. La justificación y la santificación fueron unidas por Dios en el proceso de la salvación. Le debemos todo a Cristo, pero Dios nos pide que nos comprometamos diariamente al servicio del Maestro. Luego, él nos usará para cumplir el consejo del profeta Miqueas: “Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios” (Miq. 6:8). Dios desea preparar a un pueblo que se mantenga firme en los últimos días, mediante su poder, como sus representantes en la Tierra, demostrando lo que él puede hacer en la misión de propagar el evangelio a toda tribu, lengua y pueblo. “Cristo está aguardando con deseo anhelante la manifestación de sí mismo en su iglesia. Cuando el carácter de Cristo se reproduzca perfectamente en su pueblo, entonces vendrá a buscar a los suyos. Es un privilegio de todo cristiano no solamente esperar la venida de nuestro Señor, sino también apresurarla. Si todos los que profesan su nombre estuviesen llevando frutos para su gloria, cuán prestamente se sembrarían en todo el mundo las semillas del evangelio. Con cuánta presteza maduraría la última gran mies, y vendría Cristo” (Consejos para tos maestros, p. 308).
Todo esto podrá acontecer cuando nos humillemos, busquemos la presencia de Dios y le pidamos que él nos use en su causa. Es un privilegio pertenecer al movimiento que espera la segunda venida de Cristo y que se prepara para ese evento.
Sobre el autor: Ted N.C. Wilson: Presidente de la Asociación General.
Zinaldo A. Santos Director de la revista Ministerio, edición de la CPB.