La relación entre Elena de White y la Iglesia Adventista ha venido recibiendo últimamente mucha atención, que en gran medida se refiere a cuestiones teológicas tales como la naturaleza de la inspiración, el uso de fuentes por parte de un profeta, y la autoridad e infalibilidad de los escritos proféticos. Este artículo tiene un enfoque diferente. Informa acerca de un hallazgo interesante e importante surgido de un reciente estudio sobre crecimiento eclesiástico en América del Norte. ¿El hallazgo? Los que estudian regularmente los escritos de Elena de White se muestran mucho más propensos a ser cristianos más firmes en su vida espiritual personal y en su testimonio a la comunidad que los miembros de iglesia que no lo hacen.

En 1980 el Instituto Ministerial de la Universidad Andrews condujo un estudio de crecimiento eclesiástico en América del Norte. Como parte de esta investigación consultó a más de 8.200 adventistas del séptimo día, que asistían a 193 iglesias diferentes en toda la División Norteamericana.

Una de las preguntas de la encuesta se refería al grado de participación en el estudio regular de los libros de Elena de White. Recientemente se llevó a cabo un análisis complementario de esta pregunta. Todos los que respondieron “no se aplica”, “nunca” o “a veces” fueron puestos en un grupo, que de aquí en adelante llamaremos “no lectores”. Los que escogieron “generalmente” o “siempre” fueron reunidos en un segundo grupo, al que llamaremos “lectores”. Hubo 2.848 lectores y 5.375 no lectores. Este artículo compara el perfil de los lectores y los no lectores en relación con las respuestas que dio cada grupo a los otros puntos de la encuesta.

Es importante observar que la encuesta fue realizada, en las 193 iglesias, durante los servicios religiosos del sábado. Por lo tanto, refleja las actitudes y el comportamiento de adventistas que asisten a la iglesia, y no intenta describir a los que se han vuelto inactivos. Es un retrato de los miembros que componen el núcleo de las congregaciones locales.

Relación con Jesucristo. Aquí hay una diferencia llamativa, pues el 85 % de los lectores eligió una de las dos respuestas más positivas posibles para indicar que su relación con Jesucristo era íntima. Sólo el 59 % de los no lectores procedió así, una diferencia del 26 %. Indudablemente los lectores consideran que su relación con Cristo es más estrecha e íntima que los no lectores.

Seguridad en Dios. Existe casi la misma diferencia en cuanto a sentir seguridad de estar en recta relación con Dios. La encuesta reveló que el 82 % de los lectores, en comparación con el 59 % de los no lectores, está bien seguro de su posición -una diferencia del 23%. Los lectores evidentemente tienen una mayor seguridad en cuanto a su salvación.

Certeza de tener dones espirituales. Aquí el 65 % (combinando las dos máximas respuestas posibles) de los lectores tiene certeza de haber descubierto sus dones espirituales, en comparación con el 49 % de los no lectores -una diferencia del 16 %. Los lectores, más que los no lectores, se consideran preparados para ser guiados en el servicio singular para el cual el Espíritu los ha capacitado.

Dinero para evangelización pública. En este terreno se percibe una pequeña diferencia. El 72 % de los lectores está a favor de mayores gastos en evangelización, frente al 62% de los no lectores que responde afirmativamente. Este 10 % de diferencia indica una moderada tendencia en favor de los lectores de los escritos de Elena de White en el sentido de apoyar con más calor la inversión de fondos directamente en la ganancia de almas.

Preparación para testificar. Hay una diferencia altamente significativa entre los dos grupos acerca de cuán bien preparados se consideran para testificar. Sumando las dos respuestas máximas, el 49 % de los lectores se sintió bien preparado. Sólo el 24 % de los no lectores contestó afirmativamente. O sea que hay una diferencia del 25 %. Los lectores definidamente se sienten mejor preparados para testificar que los no lectores.

Actividades cristianas. La encuesta contenía una serie de siete preguntas que se contestaban con un “sí” o un “no”. En cada uno de estos ítems, los lectores de Elena de White tienen una clara ventaja sobre los no lectores. Para ser específicos, un 24% más había participado en algún programa evangelizador durante el año anterior, un 13% más ocupaba un cargo de iglesia o alguna otra posición de servicio, un 15% más se había puesto un blanco personal de ganancia de almas para el año en curso, un 19% más había estado trabajando para ganar a familiares no adventistas, un 15% más había estado involucrado en servicios de asistencia a la comunidad, un 19% más había dado estudios bíblicos a no adventistas durante el año anterior, y un 14% más había asistido recientemente a algún programa de preparación para difundir el mensaje. Los lectores de Elena de White definidamente parecen más propensos a ser activos en el servicio y en la testificación que los no lectores.

Calificación de la iglesia local. Varias preguntas piden opiniones acerca de la iglesia local y no versan directamente sobre las actitudes o la conducta de los encuestados. Por lo tanto, no puede esperarse que haya grandes diferencias entre lectores y no lectores. Sin embargo, las pequeñas diferencias que existen (mayormente, seis o siete puntos en el porcentaje) señalan en forma unánime que los lectores hacen una evaluación más positiva. Por ejemplo, un 11% más lectores que no lectores estimó decididamente que los miembros de sus iglesias eran “mi tipo de gente”. Los lectores de Elena de White no son personas negativas. Tienden a considerar a sus iglesias en términos más positivos que los no lectores.

Estudio personal de la Biblia. Vahas preguntas versan sobre aspectos de la vida cristiana cotidiana, y es en este terreno donde se encuentran algunas de las diferencias más grandes entre lectores y no lectores. Por ejemplo, el 82 % de los lectores generalmente o siempre realiza su estudio personal de la Biblia cada día, mientras que sólo el 47 % de los no lectores lo hace. Esto es un 35 % de diferencia -la mayor revelada en cualquiera de los puntos en estudio. Es mucho más factible que los lectores sean estudiosos de la Biblia que los no lectores.

Oración en favor de las almas. He aquí otra pronunciada diferencia. Se descubrió que el 81 % de los lectores habitualmente o siempre ora a diario por la conversión de personas específicas, en comparación con el 51 % de los no lectores -una diferencia del 30 %. Los lectores se muestran más propensos a llevar en su corazón la carga por las almas y a implorar al Señor diariamente por su salvación.

Sostén financiero para actividades locales en pro de la ganancia de almas. El contraste continúa en este aspecto, ya que 30% más lectores que no lectores (76% contra 46 %) participa generalmente o siempre en el sostén financiero regular de los esfuerzos locales en pro de la ganancia de almas. Los lectores tienden a dar con más frecuencia y más generosamente en favor de los programas planeados en sus propias comunidades para alcanzar a los que no conocen la verdad.

Pequeños grupos de estudio. Los grupos pequeños de estudio y comunión han sido propugnados en los escritos del espíritu de profecía, y está demostrado empíricamente que ayudan tanto a nutrir espiritualmente a los miembros como en los esfuerzos de la congregación en favor de la ganancia de almas. El estudio muestra que el 40 % de los lectores, comparado con el 20 % de los no lectores, está intensamente involucrado en el trabajo de tales grupos pequeños. Los lectores están más dispuestos que los no lectores a participar regularmente en pequeños grupos donde estudian la Palabra, oran juntos y comparten su experiencia cristiana.

Interés por los extraviados. En esta pregunta el 90 % de los lectores indicó que tiene un profundo interés en los que no han aceptado a Cristo, en comparación con el 76 % de los no lectores. La diferencia del 14 % señala que los lectores regulares de los escritos de Elena de White muestran más compasión por los extraviados.

Culto familiar diario. El culto familiar diario es una parte importante de la vida de una familia cristiana. El 70 % de los lectores lo celebra habitualmente o siempre, mientras que sólo lo hace el 42 % de los no lectores, una diferencia del 28 %. Es más probable que haya culto diario en los hogares donde los libros de Elena de White son leídos regularmente.

Testificación en las actividades cotidianas. Se halló que el 76 % de los lectores y el 48 % de los no lectores testifican habitualmente o siempre en sus actividades cotidianas -una diferencia del 28 %. Los lectores están más dispuestos que los no lectores a compartir su fe de manera informal así como en actividades misioneras organizadas.

Almas ganadas. Aquí la investigación gira de los juicios subjetivos a los resultados objetivos. ‘‘¿Del ingreso de cuántas personas a la iglesia ha sido usted total o parcialmente responsable en los últimos tres años?” El 54% de los lectores no supo de ninguna, pero el 67% de los no lectores era improductivo en la ganancia de almas -una diferencia del 13%. Mientras el 15% de ambos grupos pudo atribuirse un converso, el 22% de los lectores pudo identificar entre dos a cinco personas ganadas, el 3% de ellos pudo contar de seis a diez, y el 6% se pudo regocijar por más de diez. Las cifras correspondientes para los no lectores fueron 15%, 2% y 2% respectivamente. Los lectores verdaderamente ganan más almas que los no lectores.

Edad. Un vistazo a la edad de los grupos presenta un desafío para la iglesia. Sólo el 5 % de los lectores tiene 19 años o menos, comparado con el 17 % de los no lectores. Únicamente el 30 % de los lectores tiene menos de 36 años de edad, comparado con el 49% de los no lectores. La situación es igual en la franja de edad que va de los 36 a los 50; pero el 46 % de los lectores tiene más de 50 años, comparado con el 29 % de los no lectores. El desafío, entonces, es encontrar métodos para involucrar a más miembros jóvenes (35 años o menos) en la lectura de los libros de Elena de White.

Extensión de tiempo como adventista. En esta variable se halló una situación similar a la del factor edad. Es más probable que sean lectores de los escritos de Elena de White los que han permanecido en la iglesia más tiempo. Mientras el 68% de los lectores ha sido miembro por más de diez años, sólo el 53% de los no lectores ha sido parte de la iglesia durante ese lapso. En el otro extremo de la escala, el 22% de los lectores ha sido miembro durante menos de cinco años, mientras que el 33% de los no lectores se encuentra en esta categoría. Esto sugiere que la iglesia puede estar teniendo dificultades para iniciar a los nuevos conversos en el estudio regular de los escritos del espíritu de profecía. O puede sugerir que el índice de apostasía es mayor entre los no lectores, de manera que un menor número de ellos permanece en la iglesia más de diez años.

Conclusiones. Rara vez en una investigación se hallan evidencias tan terminantemente inclinadas hacia una conclusión. En cada aspecto del estudio sobre crecimiento de la iglesia referido a actitudes o prácticas personales, el miembro que estudia regularmente los libros de Elena de White tiende a ocupar un lugar más alto que el miembro que los lee sólo ocasionalmente o nunca. En unos pocos renglones la diferencia es pequeña (solamente tres o cuatro puntos); pero en la mayoría de los aspectos la diferencia es grande (en el orden de los diez, veinte o treinta puntos).

Y estas diferencias se encuentran no sólo en el conjunto sino también en cada grupo étnico componente. Lectores blancos, negros e hispanos, como grupos, son superiores a los no lectores. En ningún renglón los no lectores figuran más alto que los lectores.

El estudio indica que los lectores tienen una relación más estrecha con Cristo, más certeza de su situación delante de Dios y más propensión a identificar sus dones espirituales. Están más a favor de invertir dinero en evangelización pública y contribuyen más generosamente a financiar proyectos misioneros locales. Se sienten más preparados para testificar y participar efectivamente en más programas misioneros. Están más dispuestos a estudiar la Biblia diariamente, a orar por personas específicas, a reunirse en grupos de comunión y a celebrar todos los días el culto familiar. Su concepto de la iglesia es más positivo, y traen más personas a su seno.

Por supuesto, debería notarse con cuidado que este estudio no determina que la lectura de los libros de Elena de White en realidad es la causa de que las personas tengan todos estos beneficios espirituales. El estudio solamente muestra que hay una directa correlación entre los diversos aspectos investigados y la lectura de las obras de Elena de White. Pero llama la atención que los contrastes entre los dos grupos sean tan numerosos y tan grandes. Indudablemente, esto implica que la lectura regular de los materiales de Elena de White produce una diferencia positiva en la vida y la testificación cristianas.

También debería notarse que estas estadísticas comparan a los lectores de Elena de White con los no lectores como grupos. Los individuos dentro de estos grupos pueden variar ampliamente en sus actitudes y prácticas cristianas. Pero en el promedio, existe una llamativa diferencia.

Estos descubrimientos deberían llevar a pastores y dirigentes de iglesia a estimular y promover el estudio regular de los escritos de Elena de White. La iglesia enfrenta el desafío especial de buscar maneras de incorporar a los miembros más jóvenes y a los nuevos conversos a este estudio. Porque estos grupos constituyen el futuro de la iglesia, y son precisamente estos grupos los que actualmente menos participan en el estudio regular de estos escritos.

Sobre el autor: El Dr. Roger L. Dudley es director asociado y el Dr. Des Cummings (h) es director del Instituto Ministerial de la Universidad Andrews, Berrien Springs, Michigan, Estados Unidos.