Debemos alcanzar a las personas donde están, y conducirlas a donde Dios desea que estén.

Ya que el cristianismo es una religión que se basa en las relaciones, ¿habrá principios confiables que puedan ser usados en una estrategia de multiplicación de discípulos y de iglesias en 2011? ¿Cuáles son los elementos multiplicadores que deberían ser considerados en nuestros planes de evangelización? Mientras que los métodos de evangelismo se adaptan y ajustan a la cultura, existen principios bíblicos de multiplicación de discípulos y de iglesias que permanecen sin fluctuación. Los analizaremos brevemente.

1. La búsqueda. La iglesia necesita buscar a las personas, no solo esperar que ellas vengan a ella. Ese principio se halla en varios pasajes relacionados con la Gran Comisión (Mat. 28:19, 20; Mar. 16:15; Hech. 1:8), y también fue enfatizado e ilustrado por Jesús (Luc. 5:27-32; 15:1-31; 19:1-10). La iglesia que no sale a buscar a las personas desobedece la Gran Comisión.

2. Las relaciones. Necesitamos invertir tiempo en compañía de las personas, a fin de conocerlas. Este principio se refleja en pasajes como Lucas 5:29 al 31; 15:1 y 2; 19:7; y Mateo 9:9 al 13. La idea no es ser como las personas que están perdidas, sino estar con las personas que no tienen a Cristo. El problema es que, mientras más tiempo llevamos como cristianos, tenemos menos amigos no cristianos. El resultado es que el evangelismo se torna más artificial (testificar a desconocidos) y menos natural que testificar a los amigos.

3. Las necesidades. La iglesia puede atraer la atención de las personas cuando se preocupa por sus necesidades (Hech. 2:45; Efe. 4:29; Fil. 4:19). Jesús usaba este método como oportunidad para suplir las necesidades espirituales. Las personas le prestarán atención a otras personas, sermones y programas que le presenten soluciones bíblicas a sus necesidades. Debemos alcanzarlas donde están y, pacientemente, conducirlas a donde Dios desea que estén; como Cristo lo hizo con la mujer samaritana (Juan 4).

4. La oración intercesora. Es fundamental que los miembros de iglesia oren para que Dios les conceda el deseo genuino de alcanzar al perdido. Jesús relacionó la oración con la movilización de la iglesia para el trabajo (Mat. 9:38). Cuando la iglesia se dirige al mundo, con el objetivo de trabajar y testificar, sus esfuerzos deben ser acompañados por la oración (Hech. 13:3). El éxito de la misión de la iglesia depende de la oración (Col. 4:3; 2 Tes. 3:1; Fil. 1:19).

5.         La receptividad. La iglesia debe priorizar la evangelización de personas receptivas, interesadas en asuntos espirituales. Esa fue la instrucción de Jesús a los discípulos (Mat. 10:11-15; Mar. 6:10,11). Este concepto se ve ejemplificado en la parábola del sembrador (Mat. 13:1-9,18-23). Los diferentes terrenos mencionados representan el grado de receptividad de las personas. ¿Cómo se identifica a estas personas? Charles Arn enseña que ellas tienen mayor facilidad para cambiar de estilo de vida, ya sea en períodos de transición o en eventos que les causan estrés, tales como la muerte de algún familiar, una situación de divorcio, enfermedades o diversas crisis.

6.         Estilo propio y natural. Cada cristiano tiene un estilo para evangelizar. Existe el estilo que confronta, demostrado en el sermón de Pedro (Hech. 2). El estilo instructivo fue demostrado por Pablo (Hech. 17), cuando el probó y explicó que Jesús era el Mesías. También existe el evangelismo por medio del testimonio, como el que dio el ciego en Juan 9; o en la forma de una invitación, usado por la mujer samaritana (Juan 4), y que condujo a toda la ciudad para que escuchara a Jesús. También está el que se realiza por medio del servicio, utilizado por Dorcas (Hech. 9). Una aproximación ecléctica desarrollará una combinación de estos estilos. Cada iglesia debe ayudar a los miembros a descubrir su estilo natural de evangelismo.

7.         La amistad. El método más eficaz y natural para evangelizar se da en las relaciones personales y familiares. En Hechos 10:24 y 11:14, Cornelio tuvo compasión de sí mismo, de su familia y de sus amigos cercanos. En Hechos 16:4 y 15, Lidia aceptó la salvación en Cristo al igual que su familia. Lo mismo ocurrió con el carcelero de Filipos y su familia (Hech. 16:30-34). El patrón se repite en la situación de Crispo con su familia (Hech. 18:8), del oficial del rey (Juan 4:53), de la familia de Zaqueo (Luc. 19:9) y de la casa de Estéfanas (1 Cor. 1:16). La iglesia necesita animar a los miembros a que lleven el evangelio a los interesados naturales, como la propia familia, los vecinos y los amigos.

Estrategia individual

Al iniciar una nueva iglesia, es necesario incluir una estrategia corporativa y una individual, a fin de conquistar a las personas para el evangelio. La primera involucra la elección del lugar, la preparación de la iglesia madre, el entrenamiento del equipo de pioneros, la cultivación del terreno, el evangelismo y la incorporación de los nuevos miembros. La segunda tiene que ver con las tareas realizadas por los pioneros, al alcanzar a amigos y a familiares, los que se pueden incorporar al plantar la nueva iglesia.

* Al buscar a personas receptivas al evangelio, identifique su comunidad relacional. Probablemente estén pasando por una crisis. Cada persona tiene una red relacional que consta de, por lo menos, tres grupos: comunidad familiar, comunidad local (amigos y vecinos) y la comunidad del trabajo. Como primer paso para alcanzarlos, haga una lista con diez de ellos.

* Comience a orar regularmente en favor de cada miembro de la lista. La oración intercesora es una canal para que la sabiduría de Dios pueda fluir por medio de nosotros para alcanzar a otros. Ella nos da el conocimiento, para poder compartir su amor, y la llave para el corazón de las personas (Isa. 50:4; Sant. 1:5). También nos permite discernir las circunstancias creadas por Dios en la vida de las personas, a fin de atraerlas a Jesús.

* Cultive una relación con las personas de la lista. Puede crear puntos de contacto con ellos por medio de hobbies o de intereses en común. Se puede ofrecer para cuidar a los hijos de un matrimonio en un momento especial, para llevarle pan casero al vecino, llevar alimentos a una familia en luto, limpiar la casa de una pareja de ancianos. Sonreír y saber escuchar son ingredientes de una buena amistad. Cautive el corazón de la persona por medio de gestos de cortesía y bondad. Entonces, podrá adoctrinarla.

* Atienda las necesidades de las personas y busque momentos más receptivos. En la medida en que se acerque a alguien, podrán compartir experiencias mutuas. Esté atento a estos momentos, porque situaciones de crisis familiar, estrés, pérdida de trabajo, la muerte de alguien cercano, dificultades financieras y otras presiones de la vida ofrecen oportunidades para expresar el amor de Cristo, por medio de actos de compasión. Escuche atentamente, y aproveche el momento ideal para orar con las personas y en favor de ellas (Sant. 5:16).

* Practique el evangelismo. Si su estilo para evangelizar es el testimonio, hable sobre lo que Dios ha hecho por usted; si es la instrucción, ofrezca dar un estudio bíblico. Si es el servicio, entrégueles recursos que solucionen sus necesidades: libros, DVDs o CDs especiales. Complemente su estilo con otros en el cuerpo de la iglesia (1 Cor. 3:16). Con sensibilidad y tacto hacia las preferencias y los puntos de vista de otras personas, este es el momento de elegir un método de cosecha más apropiado.

Estrategia corporativa

No solo pueden estar involucrados personalmente los miembros del núcleo evangelizado^ sino también toda la iglesia necesita tener una estratega para evangelizar. Es importante tener programas relevantes y actividades que atiendan los diversos grupos y edades de la comunidad, ya sean pobres, inmigrantes, solteros, parejas o ancianos.

* Invite a cada persona a los eventos especiales. Usando el estilo de evangelismo de la invitación, lleve a las personas a reuniones especiales que sean fuertes en la enseñanza de la Palabra de Dios, como la Escuela Sabática, clases bíblicas o reuniones de evangelización. La iglesia necesita cumplir su misión, al establecer un sistema de multiplicación de discípulos y de nuevas iglesias

* Anime a las personas a crecer espiritualmente y a usar su estilo de evangelismo. La estrategia corporativa debe equilibrar el evangelismo con la edificación personal. El entrenamiento modular es un abordaje sistemático para ayudar a los nuevos discípulos a crecer en la formación de hábitos espirituales, a profundizar en su conocimiento bíblico, a desarrollar habilidades y dones para el servicio, como también, a tomar decisiones que los ayuden a crecer en su madurez espiritual y en su capacidad para ganar almas.

La iglesia necesita cumplir su misión, al establecer un sistema de multiplicación de discípulos y de nuevas iglesias. En vez de buscar un crecimiento por suma, tenemos que crecer de manera exponencial. El plan de Dios, para su iglesia, es activar una cadena de bien que resulte en la salvación de una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos” (Apoc. 7:9). Para que esto ocurra, necesitamos iglesias que planten iglesias, que, a su vez, planten nuevas iglesias.

Sobre el autor: Evangelista de la Asociación Paulista del Este.