Todas las iglesias se ven ante el problema de relacionarse con las visitas desconocidas que acuden a los servicios religiosos. Hay muchas personas sinceras que asisten a los cultos del silbado con la esperanza secreta de llegar a una mejor comprensión de la vida cristiana y con un anhelo de amistad con el pueblo de Dios. A menudo vienen y van sin que se repare en ellos.
Es cierto que esta clase de personas no asiste regularmente. La mayor parte están enfermas espiritualmente; pero una visita animadora del pastor, la instructora bíblica o un hermano comprensivo puede beneficiarles grandemente. Además están los miembros de otras iglesias adventistas. Asisten sin darse a conocer, de modo que pasan inadvertidos. ¿Cómo podemos conseguir sin dificultad los nombres y las direcciones de estas personas? En las congregaciones más grandes es casi imposible que el pastor conozca a todos los miembros por nombre, de modo que tendrá cuidado de preguntar, cuando ve a un desconocido, si es visita.
En nuestra iglesia de East Oakland utilizamos tres métodos para conseguir los nombres de nuestros amigos que asisten a los servicios. Son los siguientes: (1) un libro de visitas puesto en el pórtico de la iglesia; (2) tarjetas para los miembros y las visitas, colocadas en cada asiento junto con los sobres de diezmos: (3) tarjetas de registro de asistencia, distribuidas a la congregación una vez por mes.
Casi todas las iglesias tienen alguna clase de registro para las visitas. Nuestra iglesia prefiere valerse de un libro de hojas intercambiables. Cada domingo de mañana la página con los nombres de las visitas del sábado anterior se deja sobre el escritorio del pastor. Se los estudia cuidadosamente, y los que llevan direcciones locales se pasan a tarjetas a fin de realizar visitas personales. Es un buen plan enviar tarjetas o cartas de saludo a esas visitas, aun a las personas que viven fuera de la ciudad.
En los bancos de la iglesia mantenemos una cantidad de tarjetas de 7 cm por 13 cm. Junto con los sobres para diezmos. En un lado llevan impreso lo siguiente:
”A NUESTRAS VISITAS: Os extendemos una cordial bienvenida y nos alegramos de que hayáis venido hasta esta casa de culto, y os invitamos a que volváis. Apreciaríamos que coloquéis vuestro nombre y dirección en el espacio indicado.”
En el espacio destinado al nombre y dirección. aparecen tres cosas: ( ) Visita. ( ) Recién llegado. ( ) Desea unirse a la iglesia.
En el reverso aparece esto: ”A NUESTROS MIEMBROS.” Y a continuación se piden algunos datos útiles para el ministro. Parle de la información solicitada es la siguiente:
( ) Se ha cambiado a la dirección indicada más abajo.
( ) Necesita ayuda espiritual.
( ) Desea que el pastor lo visite.
( ) Desea el bautismo.
( ) Recién llegado a la comunidad de la iglesia.
( ) Está enfermo y debe ser visitado.
( ) Desea estudios bíblicos.
Además, hay un espacio para el nombre de la persona y otro para el nombre de la que informa.
Tenemos la costumbre de distribuir una vez cada mes una tarjeta especial para registrar la asistencia, a cada persona de la congregación: sean o no miembros. No obstante, la tarjeta que ha demostrado ser de más utilidad es la que dice lo siguiente:
”Nos alegramos de poder darle la bienvenida a nuestra iglesia, y deseamos que Dios lo bendiga en el culto que le tributa en su santuario. ¿Quisiera tener la bondad de contestar las siguientes preguntas? ¡Muchas gracias!”
Luego se enumeran cuatro cosas:
”( ) Soy miembro de esta iglesia.
( ) Soy miembro de la iglesia de…………..
( ) No soy miembro de ninguna iglesia.
( ) Tengo interés en unirme a esta iglesia.”
Luego hay un lugar para el nombre la dirección y el número telefónico. La tarjeta termina con esta pregunta: ”¿ Cuánto tiempo es-peía vivir en nuestro vecindario?”
Este registro de asistencia ha sido de gran ayuda para nosotros. Un sábado doce personas solicitaron ser admitidas como miembros de iglesia, y también algunos no bautizados, éstos fueron invitados a unirse a la clase bautismal. Al principio nuestros miembros no prestaron toda su colaboración; pero cuando se les explicó que si las visitas no los veían a ellos llenar las tarjetas, tampoco se sentirían dispuestas a hacerlo, prácticamente todos respondieron.
Una vez llenas las tarjetas, se clasifican en tres grupos: miembros de iglesia, miembros de otras iglesias e interesados. La respuesta a nuestro registro de asistencia siempre nos ha reportado grandes satisfacciones, porque hace posible dirigir nuestro ministerio a los que necesitan ayuda y dirección espirituales.
Sobre el autor: Pastor de la Iglesia de Oakland, EE. UU.