Oraciones Significativas
Muy a menudo nuestras oraciones son la mera repetición de frases gastadas; revelan poca o ninguna reflexión y la Carencia absoluta de poder para impresionar la mente, y mucho menos para persuadir la voluntad. Es beneficioso que de vez en cuando repasemos las oraciones de quienes se han .destacado por su poder de deprecación.
Las oraciones de Pedro Marshall fueron tan profundas y conmovedoras como sus sermones. Asistir a los servicios de culto que él dirigía y oír sus oraciones, era experimentar una sensación real de comunión con el cielo. Por cierto que él no conocía el mensaje de Dios para los últimos días, pero conocía a Dios. A pesar de que las oraciones que profería en público eran improvisadas, siempre revelaban una gran preparación del corazón y de la mente. A menudo empleaba una fraseología insólita, pero eran simples expresiones que señalaban las necesidades comunes. Elevaba las súplicas al trono de la gracia como uno que comprendía al Padre del cielo y la tierra.
Su llamamiento a ocupar la capellanía del Senado de los Estados Unidos pareció natural a quienes lo conocían a fondo, porque parecía demasiado grande para encargarse de un solo púlpito. Nacido en Escocia, llegó a América como inmigrante. Tenía la profunda convicción de que había recibido un llamamiento divino al ministerio. La corta duración de su vida puede considerarse como una tragedia: no es una pérdida sólo para Washington, sino para toda la nación. Reproducimos parcialmente dos de sus oraciones, que pueden servir de inspiración. y despertar un eco en el corazón de todo obrero que trabaja para Cristo.
Una oración de gratitud.—“Señor, me detengo para dar una mirada al largo camino que me has hecho recorrer en los días oscuros en que he sido servido, no de acuerdo con mis méritos, sino conforme a mis deseos y a tus amantes misericordias. . . . Gracias te doy. oh Señor, que. en tu misericordia, has impedido que sucedan tantas cosas que yo temía. Llena mi corazón de agradecida alabanza. Ayúdame a pagar en servicio a otros la deuda de los inmerecidos servicios y mercedes de que me has hecho objeto. Ojalá que el recuerdo de las aflicciones que disciplinaron mi espíritu me mantengan humilde y me tornen agradecido de que mi Dios no es un Santa Claus celestial, sino un Salvador divino. En su nombre ofrezco este sacrificio de alabanza. Amén.”
Una oración para hacer frente a las dificultades de la vida.—“Padre, muchos de nosotros estamos cansados, fatigados por las dificultades que la vida nos impone y la tensión bajo la cual nos vendos forzados a vivir… Recordamos los temores y las ansiedades que se cerraban sobre nosotros como la niebla, pero sabemos que ningún hijo tuyo debiera asustarse de tales espectros.
“Te damos gracias, Padre, por un momento como éste, cuando podemos olvidar los ruidos que han martirizado nuestros tímpanos con implacable monotonía… Haz de nuestros corazones un lugar tranquilo. Confiamos que tú nos harás comprender qué nos reserva el futuro. Descansamos en ti, satisfechos de conocer únicamente tu amor y cuidado en esta hora presente.
“Echamos sobre ti nuestros esfuerzos por llevar a cabo demasiadas actividades y realizaciones en una misma hora… Echamos sobre ti el ansia y la ambición desmedida por querer obtener demasiado de la vida en poco tiempo. Ayúdanos a contentarnos con las tareas sencillas que tú diriges, y a hacerlas de lodo corazón y con gozo, como para el Señor. Echamos sobre ti nuestra impaciencia hacia otros y hacia las circunstancias. Te pedimos (pie nos concedas el don de la paciencia y la facultad de tranquilizarnos cuando tenemos que esperar.
“Y ahora, al reintegrarnos al tráfago de la vida, que un corazón y una mente serenos nos asistan, para enderezar nuestro camino, para abrir delante de nosotros todas las puertas, para suavizar la senda en cada relación humana. Lo rogamos en el nombre del que siempre es el Príncipe de Paz. Amén.”