En este artículo estudiaremos sobre la fecha del nacimiento de Jesús y de cómo surgieron los símbolos navideños.

El canto

Cierta noche de 1818, Joseph Mohr, sacerdote de una pequeña iglesia austríaca, estaba triste porque no habría música de órgano en aquella Navidad; las ratas habían roído los fuelles del instrumento. Con ese estado de ánimo se fue a dar un paseo por las inmediaciones de su parroquia La luna y las estrellas que centelleaban, hacían la noche amena, tranquila e inspiradora Aquella escena nocturna lo llevó a imaginar cómo seria la noche en que Jesús nació en Belén, y las palabras del cántico “Noche de paz” le brotaron espontáneamente. De vuelta a la iglesia, las pasó a un papel y se las presentó a Franz Gruber, el director del coro, con el pedido de que le pusiera música.

A la siguiente noche, Navidad, los enternecidos miembros de iglesia entonaron el bello himno. La esposa del regente, después de oír el himno, con visión profética declaró: “Nosotros moriremos, pero ‘Noche de paz’ vivirá por mucho tiempo”. Hoy no existe noche de Navidad, en cualquier lugar del mundo, donde no se entonen estas palabras.[1] (Himnario adventista, n° 87.)

Día del nacimiento

“Al sexto mes, Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, pueblo de Galilea, donde vivía una virgen llamada María que era la prometida de José, descendiente del rey David. Gabriel se le apareció y le dijo: ‘¡Alégrate, muy favorecida! El Señor está contigo. ¡Bendita eres entre las mujeres!’ Confundida y turbada, María se esforzaba por entender el significado de las palabras del ángel. ‘No temas María —le dijo el ángel—, porque Dios te ha escogido para bendecirte maravillosamente. Pronto quedarás encinta y tendrás un hijo, al que llamarás Jesús. El será grande y lo llamarán Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su antepasado David, y reinará para siempre en Israel. ¡Su reino no tendrá fin!’”[2]

Navidad es sinónimo de buenas nuevas y esperanza de salvación. La palabra Navidad, que proviene del latín natalis, significa “nacimiento” o “día del aniversario de nacimiento”. Para el mundo cristiano es el día del nacimiento de Cristo; el feriado más importante de la cristiandad.[3]

Día y mes del nacimiento de Cristo

Dos fuentes, la historia sagrada y la secular, no dicen ni el día ni el mes del nacimiento de Cristo. La fecha tradicional del 25 de diciembre no tiene ninguna base bíblica. John Davis hizo una declaración perentoria: “La fecha del 25 de diciembre, como natalicio de Jesús, comenzó en el siglo cuarto sin autoridad que la justifique”.

El Manual bíblico de Halley, en la página 435, afirma lo siguiente: “Actualmente se celebra el 25 de diciembre. Nada hay en la Biblia que así lo indique. La fecha se dio como cumpleaños de Jesús por primera vez en occidente, en el siglo cuarto. La fecha oriental es el 6 de enero. El hecho de que los pastores pasaban las noches con sus rebaños en el campo abierto desde la primavera hasta el otoño, pero generalmente no en el invierno, sugiere que quizá Jesús no haya nacido en medio invierno”.

La Enciclopedia Barsa menciona que el 25 de diciembre aparece por primera vez en el calendario de Filócalo (354 DC).

La Encyclopedia Británica dice: Fue una fecha dada erróneamente como el solsticio de invierno, en que los días comienzan a alargarse; la fecha data ya de la fiesta central del mitraísmo, el nacimiento del sol invicto o el aniversario del sol invencible. Las iglesias orientales fijaron la fecha el 6 de enero, y acusaron a sus hermanos los occidentales de adorar al sol e idolatrarlo. El 25 de diciembre no fue fijado hasta el siglo cuarto, fecha en que también fue adoptado por oriente.

Los eruditos palestinenses son unánimes al afirmar que el nacimiento de Cristo no podría haber sido el 25 de diciembre, por el hecho de que los pastores estaban pernoctando, en el campo, con sus rebaños. Para ellos el nacimiento de Cristo fue en el mes de abril o de octubre.[4]

Los símbolos navideños a través del tiempo

La Navidad, la mayor fiesta de la cristiandad y cuando se conmemora el nacimiento de Cristo, posee una grandeza de significado religioso marcada por diversas tradiciones y variados símbolos navideños, recogidos de distintos países y con los orígenes más insólitos.[5]

Estrella

“Su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle”.[6] Pero, ¿qué era esa estrella? Las interpretaciones son muchas:

Los “tres” reyes magos

La Biblia (Mat. 2:1,2) no dice que fueran tres ni mucho menos reyes. En Medo-Persia la palabra griega mágoi designaba a los que se ocupaban en los secretos de la naturaleza, la astrología y la medicina. Los comentaristas hablan de “científicos orientales”. Debieron ser varios, pero la tradición habla de tres, porque trajeron tres especies de dádivas: oro, incienso y mirra. La tradición también les atribuye el nombre de Gaspar, Melchor y Baltasar.

Los presentes eran símbolos para la persona de Cristo: oro para el Rey, incienso para el Sumo Sacerdote y mirra para el gran Médico.

La disposición de los magos de presentarse ante Cristo debe ser un ejemplo para que ofertemos nuestras dádivas a su iglesia. Elena de White nos aconseja que enseñemos a nuestros hijos a colocar en el árbol regalos para Cristo.[9]

El pesebre

Tuvo su origen en la noche de Navidad de 1223, cuando San Francisco de Asís retrató el nacimiento de Cristo escenificado, con personas, en un establo verdadero, un pesebre, con animales vivos. Según los historiadores, San Francisco quiso mostrar cómo nació el Salvador, sin el menor confort. Hoy los cristianos reproducen los pesebres a la perfección, incluyendo a los miembros de la santa familia, los pastores y los magos.[10]

Papá Noel

Noel quiere decir “nacimiento” en francés. Sin mencionar fechas, las fuentes históricas nos dicen que se originó con San Nicolás, obispo de Esmirna, Asia Menor, y que los holandeses lo introdujeron en América del Norte. Este personaje ficticio, que viajaba en trineo, entraba por las chimeneas de los hogares y colocaba regalos en los zapatos de los niños. Esta ficción se fue transformando hasta adquirir las características que hoy le conocemos.[11]

El árbol

La creación del árbol de Navidad o árbol de regalos se debe al rey John II de Inglaterra. El dictador Cromwell la prohibió en el siglo XVII. Pero en 1862 la reina Victoria de Inglaterra restableció la costumbre, propagándose después por Europa para enseguida conquistar el mundo.[12]

Algunos investigadores hablan de Lutero como su introductor. En la noche de Navidad de 1525, caminando por un bosque de pinos, contemplaba embelesado los millares de estrellas brillando por entre las ramas cubiertas de nieve. Lo sublime de aquel cuadro lo llevó a tomar una rama de pino y llevarla a su casa. Después de adornarla con velas encendidas, se la mostró a sus hijos para que ellos también disfrutaran de su belleza Los vecinos fueron a admirarla y pronto lo imitaron.

Para otros, esta costumbre viene del siglo pasado. Se originó en los países nórdicos y de allí se expandió por el mundo.

Este árbol es un símbolo de paz, alegría y esperanza de una vida mejor.[13]

La leyenda del árbol

Cuando Jesús nació, una gran cantidad de árboles fue a adorarlo. Entre ellos vino un pinito oscuro y triste, del norte, que llegó muy cansado a Belén. Mientras tanto, oyó muchas perversiones de los árboles más frondosos. Pero la estrella de Belén oyó todo y se sintió solidaria Las otras estrellas, que estaban a su alrededor, también lo apoyarían. De allí nació la costumbre de adornar un pinito para Navidad.[14]

El intercambio de regalos

Es una tradición de origen pagana, que forma parte de las festividades nórdicas. Entre los cristianos surgió con el papa Bonifacio, quien después de la misa distribuía panecillos a los fieles, los cuales le retribuían con regalos, a los padres, el día siguiente. Se cuenta, por otro lado, que también era costumbre de antiguos marineros y viajantes regalar a los monjes en trueque por la celebración de una misa, con la intención de ser bendecidos con un buen viaje.[15]

Tarjetas de Navidad

Las tarjetas de felicitaciones de Navidad surgieron alrededor de 1843 en Inglaterra, cuando John Horsley fue encargado de diseñar una tarjeta alusiva a la Navidad con copias que devían ser enviadas a los amigos. Horsley diseño una familia bebiendo a la salud de un amigo ausente. El hecho provocó un escándalo y el autor fue acusado de incentivar la bebida. Pero el pueblo lo aprobó y todos comenzaron a fabricar tarjetas en casa, siendo impresos en 1851.[16]

Los cánticos

“Noche de paz” es la canción de Navidad más típica. Es cantada en todo el mundo en la noche del 24 para amanecer el 25 de diciembre. Nació en 1818, en una bella población alpina[17]

Conclusión

A propósito de los hechos aquí presentados, debemos convencemos de la realidad de que nadie puede determinar, con seguridad, el día del nacimiento de Cristo. Y aunque la Biblia no ordena esta celebración el 25 de diciembre, como cristianos somos beneficiados, espiritualmente, en meditar en el significado de nuestro Salvador al tener que nacer en este mundo.

Para los cristianos, la Navidad debe traer a nuestra memoria el cuadro sublime del milagro de los milagros, la encamación del Hijo de Dios. San Juan 1:14 dice: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros”.

Este hecho histórico debe recordarnos las dos grandes palabras de la teología amor y salvación. San Juan 3:16 recalca la sublimidad de ese amor que trae como consecuencia la salvación.

Debemos ver en la Navidad la cristalización del magnífico amor, que alcanza a toda la humanidad, apelando para que ésta acepte tan grande salvación ofrecida gratuitamente.

Más importante de que el día o el lugar en que nació Cristo es el hecho de que él tuvo que nacer para ser nuestro Salvador. Y ahora, él debe nacer en nuestro corazón y allí habitar para que nuestra vida pueda ser totalmente transformada por su presencia bienechora.[18]

Sobre el autor: José María dos Santos, profesor y pastor, actualmente se desempeña como asesor de dirección en la Escuela “Santos Dumont” de Vila das Belezas, Sao Paulo, Brasil.


Referencias

[1] Pedro Apolinário, Selecao de temas, pág. 271.

[2] Luc. 1: 26-33, versión La Biblia al día.

[3] Apolinário, ibid., pág. 266.

[4] Ibíd., págs. 266-268.

[5] Diario Palácio dos Enfeites, año 1, n° 1, nov.-dic. de 1986, pág.

[6] Mat. 2: 2.

[7] Núm. 24: 17.

[8] Apolinário, ibíd., pág. 269.

[9] Ibíd., pág. 270.

[10] Diario Palácio. .., pág. 6.

[11] Apolinário, ibíd., pág. 270

[12] Diario Palácio. .., pág. 4.

[13] Apolinário, ibíd., pág. 269

[14] Diario Palácio…, pág. 4.1

[15] Ibid., pág. 6.

[16] Ibid., pág. 6.

[17] ibíd., pág 6.

[18] Apolinário, ibid., págs. 271, 272.