Por sobre todo, cuando escuche la invitación de Dios, ¡no pierda el barco!

Hace cerca de 25 años, conseguí una nueva ilustración del Arca de Noé, además de la que ya tenía, obra de Edward Hicks. Sin darme cuenta, me convertí en coleccionista. Si hubiera imaginado el tamaño que alcanzaría la colección, tal vez nunca habría empezado.

Hoy, los turistas que visitan la sede de la Asociación General pueden observar mi colección, que va desde lo verdaderamente notable hasta lo vulgar. Ha crecido gracias a la generosidad de los que envían sus encomiendas simplemente “a ese señor que colecciona arcas de Noé”.

Hace ya varios meses que he estado recibiendo numerosos ejemplares de una ilustración en la que se ve a un pájaro carpintero tratando de abrir un agujero en el arca. La ilustración viene acompañada de una serie de leyendas que pueden tener valor espiritual para los pastores:

No pierda el barco. Las prioridades son esenciales. Muchos asuntos urgentes pueden ocupar nuestra atención e incluso nuestras actividades; pero, por sobre todo, debemos tener prioridades bien claras, a fin de que estemos preparados nosotros mismos y nuestros feligreses para la venida del Señor. ¡Qué trágico sería que perdiéramos el barco!

Recuerde que todos estamos en el mismo barco. A menudo parece más fácil competir que colaborar. Nuestra actitud, muy fácilmente asumida, de “nosotros contra ellos” puede destruir nuestra influencia tanto individual como colectiva.

Haga planes con anticipación. No estaba lloviendo cuando Noé construyó el arca. Si la primera ley del cielo es el “orden”, entonces la planificación es esencial, ya sea a largo plazo para el crecimiento de la iglesia, o a un plazo más breve, para preparar los sermones y los cultos. Dwight Eisenhower lo expuso muy bien: “La planificación es todo; los planes no tienen importancia”. El mismo proceso de la planificación requiere las cualidades creativas y la cooperación de los miembros del equipo cuya colaboración se necesita.

El pájaro carpintero se tiene que ir. No permita que unos cuantos personajes negativos tomen de rehenes ni a su congregación ni a sus metas con sus constantes quejas. Por lo general, la gran mayoría está con usted y, si sus dirigentes están de acuerdo, no debe preocuparse si ignora a esa minoría habladora.

Manténgase en buenas condiciones. A los 60, alguien le puede pedir que haga algo importante. Nuestra sociedad, orientada hacia la juventud, necesita ministerios en favor de los niños y los jóvenes, especialmente cuando se trata de desarrollar la tarea esencial de prepararlos para el servicio en favor del Maestro. Igualmente importante es que honremos, valoricemos y utilicemos la contribución de nuestros mayores, cuyos tiempo y talentos apoyan tantos programas de la iglesia.

No escuche las críticas: siga con su tarea. Si usted permite que los escépticos y escarnecedores le fijen su temario, hará poco y nada de importancia. Si, como Nehemías, usted está tan preocupado con asuntos importantes que no puede descender al nivel de ellos, estos perrillos con el tiempo se van a cansar de sus propios ladridos; o, mejor aún, se van a unir a su misión. Nunca descienda al nivel de sus críticos; nunca se ponga a pelear con un cerdo. No le podrá ganar, y al cerdo le va a encantar la pelea.

Construya su futuro sobre un terreno alto. Ponga su mira en la eternidad. Coloque los asuntos de poca importancia en su verdadero lugar. Por ejemplo, no se detenga a discutir acerca del color de la alfombra, cuando se están descuidando otras cuestiones más importantes. Aplique el mismo principio a las relaciones interpersonales. Los líderes que piensan, hablan de ideas y observan a la gente; los reaccionarios hablan de la gente y observan las ideas.

Por razones de seguridad, viaje en pareja. El trabajo en equipo es el plan de Jesús. Trabaje de a dos por razones específicas, como ser su seguridad (tanto de su persona como de su reputación) y éxito (dos son más eficaces que uno; además, cada uno aprende del otro). Trate de que su esposa sea miembro de su equipo, como una expresión moderna del plan de Jesús.

La velocidad no siempre es una ventaja. Los caracoles estaban en el arca junto con las gacelas. Mientras más importante sea un proyecto, más tiempo tomará en completarse. Pero empiece: avanzar puede ser más importante que llegar. La fidelidad se mide por la constancia.

Cuando esté estresado, flote un poco. Si usted no se acuerda de cuándo tomó su última vacación, quiere decir que no ha tenido mucho tiempo libre. La actividad frenética no es una muestra ni de la importancia de la tarea ni de sabiduría. Ningún pastor estuvo nunca tan ocupado como Jesús, que siempre encontró tiempo para lo espiritual, lo social y la recreación. Tómese sus días libres, aunque le parezca que no los necesita; su esposa y sus hijos saben que sí.

Al arca la construyeron aficionados; al Titanic, profesionales. Pero las medidas y los detalles del arca eran de origen divino. Nadie puede limitar la eficacia de los aficionados mientras se ajusten al plan divino.

No importa cuán grande sea la tormenta, si usted está con Dios, siempre habrá un arco iris. El pueblo de Dios experimenta dificultades en esta vida. Viene un mundo mejor. Su Reino está a la vuelta de la esquina. Aun en sus días más solitarios, recuerde la promesa de Jesús: “Os volveré a ver” (Juan 16:22).

Si se siente tentado a desesperarse, vuelva a poner las cosas en perspectiva. Lo único que hacía la vida tolerable en el arca llena de animales malolientes, era la seguridad de que afuera las cosas andaban peor. Si las circunstancias lo abruman y los problemas aumentan, recuerde que allá afuera las cosas son mucho peores.

El tema de la exposición. Elegimos el título “No pierda el barco” para la exposición del Congreso de la Asociación General en St. Louis, y seguramente muchos se detuvieron allí para conversar acerca de esta colección y el cuadro “La invitación”, que se le encargó al renombrado artista Alfred Lee. Además de sus extraordinarias cualidades artísticas, que se han podido apreciar en nuestras exposiciones de los últimos dos congresos, Lee se preparó de una manera muy especial para sus pinturas mediante sus cuatro expediciones al Monte Ararat, en Turquía, con el fin de tratar de encontrar el arca de Noé. Nos sentimos complacidos al trabajar junto a John y Christen Adolfi, de los Estudios Bibleland, que trajeron esta extraordinaria obra de arte al congreso, y que lo ponen a disposición de ustedes si lo quieren adquirir para sus iglesias o sus hogares.

Mediante el empleo de técnicas de reproducción de la más alta calidad, el cuadro original, de 2,40 x 1,20 m, ha sido reproducido seis mil veces, con cada reproducción firmada, en una edición limitada de tan alta calidad, que cada copia parece ser el original. Adolfi dijo: “Creo que el propósito de los Estudios Bibleland se puede resumir mejor así: Alcancemos el corazón por medio de la imaginación”.

En colaboración con eruditos del Instituto de Investigaciones de Geociencia, y de los Fideicomisarios del Patrimonio White, los Estudios Bibleland se complacen en presentar una descripción vivida, llena de fe, de Noé, el mensajero de Dios, mientras extienden una invitación final a aceptar la misericordia del Señor.

Por favor, acepte nuestra invitación para admirar este magnífico cuadro, ya sea personalmente o por Internet (www.ministerialassociation.com), y adquiera una copia para usted mismo.

Por sobre todo, cuando escuche la invitación de Dios, no pierda el barco.

Sobre el autor: Secretario de la Asociación Ministerial de la Asociación General.