Haga que su iglesia sea más receptiva con los invitados
Cuando entré en el templo que estaba visitando, un hombre, cargando un fajo de papel, me saludó. Mientras se quejaba con otra persona sobre algunos problemas de la iglesia (que no deberían haber sido mencionados en mi presencia), me tendió la mano. Intentando hacerme sentir bienvenido, me dijo: “Un gusto conocerlo. A usted le va a gustar nuestra iglesia. Es un lugar muy agradable”.
Luego me senté, y una señora pasó a dar los anuncios y dijo: “Hoy no vamos a tener nuestro almuerzo comunitario, como lo habíamos anunciado en el boletín. Discúlpenos, pero tuvimos que cancelarlo”. Entonces, un señor la interrumpió y le dijo: “No. No lo suspendimos: lo trasladamos al parque”. De pronto, otra persona gritó desde el fondo del salón: “Eso no fue una buena idea. Miren el cielo, ¡va a llover!” Finalmente, el pastor fue hasta la plataforma y dejó en claro que el almuerzo comunitario había sido transferido para la siguiente semana. Esa discusión duró algunos pocos minutos, pero parecieron una eternidad.
Yo quedé absolutamente avergonzado; deseaba esconderme debajo del banco. Oré para que no hubiera visitantes. Como miembro con experiencia en la iglesia, me dije a mí mismo: “¡Nunca más vuelvo a esta iglesia!” Imagínate cómo se habría sentido un invitado.
Cuando una persona habla con un miembro de su congregación, recibe un folleto evangelizador por correo o deja el auto en el estacionamiento de la iglesia, puede encarar esas ocasiones como momentos de decisión. Un momento de decisión es cualquier oportunidad en que alguien entra en contacto con su comunidad y se forma una impresión de ella. Esa opinión acaba generalizándose para toda la iglesia. El resultado final del contacto es un sentimiento positivo o negativo con relación a toda la denominación.
Piensa como invitado
Para entender la experiencia de un invitado, necesitas dejar de lado tu comprensión sobre la congregación y pensar como él. De los muchos momentos de decisión, vamos a observar ocho que generalmente enfrentan los visitantes. Para cada uno de ellos, piensa en lo que ocurre actualmente y lo que debería ocurrir cuando alguien visita tu iglesia.
Dirigiéndose al edificio de la iglesia.
¿El paisajismo alrededor de su iglesia está bien conservado? ¿El estacionamiento está pavimentado y libre de basura? ¿Las paredes y las ventanas exteriores del predio son atrayentes? ¿Existen lugares libres en el estacionamiento específicamente reservados para los visitantes?
Llegando a la entrada.
¿Existen personas amigables que saluden a los invitados antes de que entren en el edificio? ¿La entrada está claramente identificada? ¿Brinda un aspecto que “diga”: “¡Entre, por favor!”?
Entrando en el predio.
¿Son edificantes los sonidos que los invitados escuchan al entrar en el predio de la iglesia? ¿El aroma es agradable? ¿La decoración es atrayente y acogedora? ¿Las placas de información son fácilmente visibles? ¿Hay personas disponibles para responder a las preguntas y brindar asistencia?
Encontrando personas amigables.
¿Los miembros de la iglesia son extrovertidos y accesibles? ¿Expresan actitud de aceptación para con los invitados? ¿Demuestran auténtica simpatía?
Experimentando ministerios y servicios.
¿Los baños están limpios y abiertos? ¿Están libres de olores desagradables? ¿Las salas de clases de la Escuela Bíblica están decoradas con buen gusto?
Conociendo a los recepcionistas.
¿Los recepcionistas son sonrientes y expresan una actitud amigable? ¿La atmósfera de la nave de la iglesia es vibrante y feliz? ¿Hay espacio para sentarse de modo confortable? ¿Los invitados son recibidos gentilmente y tratados con respeto?
Participando del culto de adoración.
¿La liturgia del culto es simple para ser seguida? ¿Los himnos son fáciles, para que los que no los conocen los puedan cantar? ¿Las palabras de los himnos son comprensibles? ¿Los visitantes se sienten a voluntad? ¿Los invitados encuentran una atmósfera amigable al salir de la nave de la iglesia? ¿Son recibidos de manera positiva por las personas que están a su alrededor? ¿Son invitados a un almuerzo breve, a fin de poder conversar con ellos y que conozcan a otras personas?
Recibiendo un contacto.
¿Los invitados reciben un contacto personal dentro de las 48 horas siguientes a la primera visita a su iglesia? ¿Son invitados a que regresen? ¿Son sorprendidos, de alguna manera, con algún libro o una cesta de alimentos saludables? ¿La dirección de los invitados es agregada a la lista de interesados, para un futuro contacto? ¿Los visitantes reciben un boletín que describa los ministerios que puedan despertar algún interés en ellos? ¿Los miembros de la iglesia los invitan personalmente a eventos especiales?
¿Qué es lo que los invitados ven, experimentan y sienten a partir de esos momentos de decisión en tu iglesia? ¿Qué puede comenzar a hacer tu congregación para capitalizar estas experiencias positivas para ellos? A medida que avanzas en estas horas, proponte hacerlo todo con excelencia, y pasar muchas horas en oración, a fin de que las personas que concurran a tu iglesia experimenten la presencia de Dios.
Sobre el autor: Profesor en la Universidad Andrews, Estados Unidos.