Una invitación al foco y la unidad alrededor de la razón de ser de todo adventista del séptimo día.

            Han pasado más de 140 años desde que J. N. Andrews partió hacia Europa como primer misionero oficial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (IASD). La decisión tomada por la Comisión de Misiones de la Asociación General para patrocinar “al hombre más capacitado en nuestras filas”,[1] sumada a la pasión de Andrews y su disposición a enfrentar esos desafíos, altamente riesgosos, y llevar un mensaje profético especial al otro lado del océano, consolidaron una profunda convicción inspirada en la revelación, y establecieron un paradigma para el espíritu misionero del movimiento adventista. Mientras celebramos el pasado y enfrentamos los desafíos del futuro, es tiempo de reflexionar sobre el motivo de la presencia adventista del séptimo día en el mundo.

Después de cien años

                        En septiembre de 1974, la revista Ministry publicó un artículo titulado “Misión adventista: Cien años después”, de Gottfried Oosterwal. Su análisis del primer siglo de misión adventista oficial señaló algunas tendencias, que incluían: 1) el crecimiento en la membresía (de 6.000 a 2,4 millones); 2) la expansión geográfica (de miembros únicamente en los Estados Unidos a un 80% de miembros en otros países); 3) la diversidad étnica de los misioneros (a pesar de no tener números exactos, suponía que los misioneros no estadounidenses representaban un 60% de los que venían de Estados Unidos); 4) el enorme e ininterrumpido crecimiento del movimiento adventista en todo el mundo (casi un 5,7% anual); 5) el gran número de instituciones (de salud, educativas, casas publicadoras, fábricas de alimentos, etc.); y 6) el alto caudal de ofrendas per cápita (US$ 161,31 por año).

            Sin embargo, lo que más lo asombró no fue tan solo esa información, por increíble que fuera, sino un aspecto más extraordinario en cien años de misión adventista: su unidad. El artículo dice:

            “Luego de cien años, la misión adventista del séptimo día en todo el mundo sigue proclamando fervientemente el mismo mensaje que también movió a sus pioneros y fundadores: que Cristo, el Redentor de todas las personas y el Señor de este mundo, ha entrado ahora en la última fase de su misión, el Juicio, para traer la restauración del Reino de Dios en toda su gloria”.[2]

Hace más de cuarenta años

            En 1974, el cambio más llamativo en la naturaleza de la misión adventista era que habían cambiado de un evangelismo pionero e implantación de iglesias, a los ministerios especializados en educación, hospitales, ayuda técnica y administración. Menos del 2% del total de misioneros eran llamados al trabajo de campo como misioneros en el frente de acción. La gran mayoría formaba parte del ministerio de servicio institucional. En muchos lugares de Latinoamérica, África y Asia, esto fue el resultado natural de tener una iglesia en crecimiento, que en ese entonces había desarrollado un sistema de apoyo por medio de sus instituciones.

            Además de la necesidad de fomentar continuamente la verdadera naturaleza y misión de la iglesia, y de tener una teología clara que guiara esta empresa, se señalaron como limitaciones dos tendencias de mediados de la década de 1970: “la primera es un énfasis de nuestro movimiento misionero en el extranjero casi exclusivamente como un programa intraeclesiástico, con una falta de alcance evangelizador a todos los pueblos de la tierra; la segunda es el concepto de que los misioneros deben volver a casa cuando ya hay obreros y líderes locales preparados, capaces o dispuestos a relevarlos en su ministerio especializado”.[3]

            Cualesquiera que hayan sido los desafíos después de cien años de misión, la evaluación global fue optimista, por el hecho de que la diversidad de la iglesia no había afectado su unidad. Se citaron los escritos de Elena de White como una de las causas de esta unidad, porque estos habían otorgado “a la iglesia no solamente una autoridad en común, sino también un principio común de hermenéutica en casi todo aspecto de la vida y la teología de la iglesia”.[4] Un sistema de gobierno, teología y hermandad comunes fueron otros elementos importantes para una dinámica que mantuvo la unidad de la iglesia. A pesar de los desafíos, una cosa era segura en 1974: la era misionera no había terminado.

Hoy en día

            Una mirada detenida a los informes estadísticos anuales de la Asociación General (AG) y a otra información reciente, podría ayudarnos a describir la misión adventista después de 140 años. La obra adventista está establecida oficialmente en 208 de 232 países (reconocidos por las Naciones Unidas). De los 7 mil millones de personas en el mundo, solamente unas 155 millones viven en países sin obra adventista establecida.[5] Al final de 2013, la Iglesia Adventista tenía más de 18 millones de miembros[6] (18.143.745), con una aproximación de unos 25 a 30 millones de hombres, mujeres y niños que asisten semanalmente a los servicios de culto adventistas, en 76.364 iglesias y 68.845 congregaciones de todo el mundo.[7]

            La membresía de la Escuela Sabática sigue la tendencia de ser más numerosa que la membresía de iglesia.[8] Los últimos cuarenta años vieron un incremento en la membresía del 659%,[9] con un crecimiento anual promedio del 4,76%.[10] En la última década, cada año se unieron a la iglesia más de un millón de personas.[11] La realidad es que el adventismo es la denominación de más rápido crecimiento en países como Australia y los Estados Unidos.[12]

            Un estudio de la realidad de la iglesia hoy señalará tendencias interesantes. En las últimas cuatro décadas, ha habido un cambio evidente en la presencia adventista global. Siguiendo la tendencia general del cristianismo de pasar del hemisferio Norte al hemisferio Sur, hoy en día la mayoría de los miembros adventistas viven en regiones que antes recibían misioneros: 6,6 millones en África, 5,8 millones en Latinoamérica y 3,4 millones en Asia.[13]

            La membresía también ha incrementado en la Ventana 10/40.[14] Junto con el crecimiento en miembros, los diezmos y las ofrendas también aumentaron en los últimos cuarenta años. En 2012, tuvimos un pico récord de diezmos y ofrendas (USD 3.276.600.259): 70,6% en diezmos, 4,1% destinado a misiones mundiales (incluyendo ofrendas de Escuela Sabática y otros fondos de la AG y de colectas), y 25,3% de fondos intradivisión y de iglesias locales.[15] Si bien el hemisferio Norte (aproximadamente el 8,5% de la membresía) aportó el 56,5% de los diezmos mundiales en 2010, en años recientes, la membresía del hemisferio Sur ha estado contribuyendo con cantidades más significativas. En 2010, el hemisferio Sur aportó 885 millones de dólares (43,5%) de los diezmos mundiales.[16]

            Otra tendencia en estas últimas décadas ha sido el incremento en el número de instituciones adventistas. Para 2012, la iglesia se había más que duplicado en la cantidad de instituciones de escuelas secundarias y superiores, ya que había alcanzado la marca récord de 2.128 instituciones. El número de orfanatos, asilos de ancianos y residencias para mayores también se había más que duplicado desde 1980.[17] Si se incluyen las fábricas de alimentos, hospitales, clínicas y casas publicadoras, el número total de instituciones marcó un récord de 2.841 en total (además de 5.714 escuelas primarias). Los 14 centros multimedia constituyen una nueva categoría que comenzó hace relativamente pocos años.[18] Se puede ver la misma tendencia en términos de organizaciones administrativas. En 2012, hubo una marca récord en el número de Uniones, Asociaciones y Misiones locales. Por consiguiente, el número de empleados generales e institucionales se ha más que duplicado desde 1980.[19]

            Una lectura más misiológica de los informes puede dar indicios del método de evangelismo que ha utilizado la Iglesia Adventista como denominación mundial.

1. El número clásico de colportores evangelistas parece haberse mantenido constante de 2008 a 2011, en unos 7.000 (credenciados y licenciados) en todo el mundo. En 2012, se informó para Publicaciones 13.543 colportores evangelistas de tiempo completo.

2. El Ministerio de los Medios continúa siendo parte de la estrategia de evangelismo, siguiendo tendencias generales de la sociedad. En 2012, la iglesia poseía y operaba 1/7 de las emisoras en comparación con 1980, y había más que duplicado las señales de televisión.

3. La creación del Ministerio de la Mujer (en la década de 1990) ha ayudado a las iglesias locales a concentrarse en las necesidades y los intereses en ese segmento de la población. En 2012 este departamento informó 129.320 bautismos, como resultado directo de la obra femenina, 63.180 miembros recuperados y 100.933 mujeres no adventistas que asisten a sus reuniones.

4. El Ministerio del Niño es otro ejemplo de un trabajo de evangelismo segmentado. En2012, se organizaron en todo el mundo 138.630 programas de evangelismo destinados a niños.

5. Sin embargo, la mayor fuerza evangelizadora de la iglesia sigue estando en los miembros laicos involucrados en escuelas bíblicas. En 2012, se informaron 716.162 bautismos (comparado con 193.783 en 1980), como resultado directo de este modo de evangelismo. Algo muy interesante es que el número de inscriptos a escuelas bíblicas ha disminuido. En 2012 fueron solamente 545.374 inscriptos (comparados con los 700.777 de 1980), y un número de campañas y seminarios laicos, inusualmente alto, en 2012 de 1.198.968 (comparado con 251.691en 2010 y 52.877 en 1980).[20]

            Si bien la iglesia se ha regocijado con sus avances en varios frentes, sigue habiendo desafíos internos y externos. Internamente, el asunto de la conservación de miembros, que ha estado recibiendo atención últimamente, ha llevado a la iglesia a recalcar la necesidad de estudiar e implementar procesos de discipulado intencionales y a fomentar programas de auditoría globalmente. En 2013, el incremento en la membresía (262.254) fue menor que el número de quienes dejaron la iglesia (el total de los que se unieron a la iglesia había sido de 1.091.222).[21]

            Algunos han señalado que el proceso de institucionalización no ha estado conectado eficientemente con el propósito de la iglesia a la que sirven, y que en realidad hace más difícil poder llevar a cabo la misión adventista. Otros han demostrado preocupación por el compromiso laico con la misión. Si bien las ofrendas misioneras lograron una marca récord de 85.254.154 dólares en 2012, estas marcaron un récord negativo del porcentaje de diezmos y ofrendas totales: 2,6% en 2011 (comparado con el 8,67% en 1980[22]). El número de estudios bíblicos dados por laicos también ha disminuido: 6.759.370 en 2012 (comparado con 9.184.988 en 1980). Por último, el número de misioneros ha fluctuado: unos 1.700 nuevos misioneros enviados (incluyendo empleados interdivisión [EID], Servicio Voluntario Adventista [Adventist Volunteer Service] y pioneros de Misión Global). En 2012 había 2.260 misioneros en servicio (EID y pioneros de Misión Global).[23]

            Esta realidad parece haberse reflejado en el crecimiento anual promedio menor en la última década (3,3%). Las regiones adventistas tradicionales se estancaron,[24] incluyendo el sur de Alemania, Polonia, Japón, Hungría, Suiza, Nueva Zelanda, Austria, Portugal y Australia. Tres Uniones de los Estados Unidos también forman parte de esta lista: Las Uniones del Pacífico, del Lago y del Pacífico Norte.

            Sin embargo, las 15 Uniones con más rápido decrecimiento están en las divisiones Euroasiática, Transeuropea e Intereuropea.[25] Como lo señala G. T. Ng: “La membresía ha incrementado en conjunto con los bautismos, y no refleja tan solo factores demográficos. En 1960, los bautismos en el hemisferio Norte representaban el 31% y en el hemisferio Sur, el 69% de los bautismos mundiales. Para 2010, los bautismos en el hemisferio Sur se triplicaron, para llegar a un extraordinario 96,2% de los bautismos en ese año”.[26]

            Estas realidades discordantes también se confirman por las diferentes preocupaciones que han surgido en las dos regiones: mientras que el hemisferio Norte ha estado debatiendo activamente la ordenación de la mujer, el hemisferio Sur parece haber desestimado eso, prefiriendo mantenerse concentrado en la misión. David Trim, director de la Oficina de Archivos, Estadísticas e Investigación de la Iglesia Adventista, comentó, al analizar este panorama actual, que “nos entusiasma ver este crecimiento en una época cuando, globalmente, muchos grupos religiosos ya no están en crecimiento. Agradecemos a Dios porque, ante desafíos como opresión política, persecución religiosa y un creciente materialismo y secularismo, este movimiento, que enfatiza la esperanza y en la integridad del individuo, continúa creciendo”.[27]

El día de mañana

            Las oportunidades y los desafíos de los últimos cuarenta años, y especialmente al comienzo del siglo XXI, han llevado a la Iglesia Adventista a aprender, enfatizar y desarrollar dinámicas misioneras específicas. A medida que la Iglesia Adventista enfrenta el futuro, permanecen algunas preguntas antiguas, y otras nuevas también exigen respuestas: ¿Cómo logrará la iglesia la casi imposible tarea de alcanzar al mundo con el evangelio? ¿Qué más se puede hacer (y de una mejor manera) para avanzar hacia esta meta principal? ¿Cómo podría la iglesia canalizar su enorme “energía misionera”, especialmente con los jóvenes? ¿Cómo puede la iglesia proporcionar oportunidades de misión para las personas que desean servir en el campo misionero? ¿Pueden crearse nuevas estructuras y plataformas para la misión, como para que más misioneros sirvan en regiones no alcanzadas (Ventana 10/40, etc.)? ¿Cómo alcanzará la iglesia a las masas en zonas urbanas y a los pobres de las ciudades, sin tampoco descuidar a los ricos? ¿Podemos crear más oportunidades de servicio en el espectro entre los EID y Servicio Voluntario Adventista/hacedores de tiendas? Nos ocuparemos de estas importantes preguntas en la parte 2 de este artículo. 

Sobre los autores:

 Marcelo Días (Magíster en Teología Pastoral) es estudiante doctoral en Estudios Misiológicos y Ministeriales en el Seminario Teológico Adventista del Séptimo Día, Universidad Andrews, Berrien Springs, Michigan, Estados Unidos.

Wagner Kuhn (PhD) es profesor de Estudios Misiológicos e Interculturales y director de Doctorado en Misiología del Seminario Teológico Adventista del Séptimo Día, Universidad Andrews, Berrien Springs, Michigan, Estados Unidos.


Referencias

[1] Elena de White, Carta 2, 1878 (para los “Queridos hermanos de Suiza”, 29 de agosto de 1878), Manuscript Releases, t. 5, p. 436.

[2] Gottfried Oosterwal, “Adventist Mission: After a Hundred Years”, Ministry, septiembre de 1974, pp. 24–27.

[3] Ibíd.

[4] Ibíd.

[5] “Obra establecida” se define oficialmente como un país o región del mundo en el que uno o más de los siguientes criterios han sido alcanzados: (1) una iglesia organizada se reúne con regularidad; (2) una estación misionera, centro de salud o escuela funciona con regularidad; o (3) un empleado denominacional de tiempo completo tiene base en ese país o región y lleva a cabo actividades de evangelismo tales como una Escuela Sabática, un grupo organizado o una escuela de idioma.

[6] Mark A. Kellner, “Adventist Church Membership Passes 18 Million Member Mark” Adventist Review, 17 de diciembre, 2013, www.adventistreview.org/church-news/adventist-church-membership-passes-18-million-member-mark.

[7] 2014 Annual Statistical Report, p. 27. documents.adventistarchives.org/Statistics/ASR/ASR2014.pdf.

[8] En 2011, representaba el 107 por ciento comparado con 119,07 por ciento en 1980. Annual Statistical Report, revisado el 11 de agosto, 2014, p. 7, documents.adventistarchives.org/Statistics/ASR/ASR2014.pdf.

[9] Había 2.390.124 miembros a fines de 1973. Los números utilizados para calcular los porcentajes provienen de: 111th Annual Statistical Report of Seventh-day Adventists 1973 http://documents.adventistarchives.org/Statistics/ASR/ASR1973.pdf y 2014 Annual Statistical Report.

[10] La tasa de crecimiento anual promedio se basó enla tabla extraída de: www.adventiststatistics.org/stats_y_ga.asp?FieldID=G10001&view=y_ga&StartYear=1973&End-Year=2013&submit=Build+Table.

[11] Andrew McChesney, “Church Membership Reaches 18.1 Million,” Adventist Review, 12 de octubre, 2014, www.adventistreview.org/church-news/church-membership-reaches-18.1-million.

[12] Edwin Manuel Garcia, “Membership Nears 18 Million, Secretary Highlights Regions of Growth, Decline,” 13 de october, 2013, Adventist News Network, news.adventist.org/all-news/news/go/2013-10-13/membership-nears-18-million-secretary-highlights-regions-of-growth-decline/; G. Jeffrey MacDonald, “Adventists’ Back-to-Basics Faith Is Fastest Growing U.S. Church,” USA Today, 17 de marzo, 2011,satoday30.usatoday.com/news/religion/2011-03-18-adventists_17_st_n.htm.

[13] Garcia, “Membership Nears 18 Million.”

[14] Menos de dos millones de miembros vivían en el hemisferio norte a fines de 2011. La membrecía en la ventana 10/40 aumentó de 250.000 en 1992 a más de 2,5 millones en 2012, pero la proporción de la población solo ha aumentado levemente, por lo que no acompaña lo que ha sucedido en otras partes del mundo. 2013 Annual Statistical Report, pp. 2, 4; y 2014 Annual Statistical Report, p. 80.

[15] En 1980, por ejemplo, los diezmos representaban el 62,1 por ciento, la misión mundial el 11,2 por ciento, y los fondos interdivisión y de iglesia local representaban el 27,1 por ciento del total de diezmos y ofrendas. 2014 Annual Statistical Report, p. 4. Una observación importante es que más de lo que están dando los miembros va para el diezmo en vez de la misión mundial.

[16] Comparado con 1960, esto era un aumento del 1.171 por ciento en términos reales, en contraste con el 131 por ciento para el hemisferio norte. G. T. Ng, “Seventh-day Adventist Mission: The Shifting Landscape”, Journal of Adventist Mission Studies, vol. 8, núm. 2, p. 43.

[17] “Summary of Institutions” (tabla 7), 2014 Annual Statistical Report, p. 4.

[18] Escuelas secundarias y terciarias: se duplicaron desde 1980, 882 escuelas; orfanatos: de 80 en 1980 a 170 en 2012; total de instituciones: de 1.451 en 1980. 2014 Annual Statistical Report, pp. 4-6.

[19] Uniones-Asociación y Misiones: 124, un 55 por ciento más que las 80 de 1980; asociaciones y misiones locales: de 377 en 1980 a 601 en 2012; y empleados generales e institucionales: en 2012 había 255.982 empleados activos comparado con 85.839 en 1980. 2014 Annual Statistical Report, pp. 4, 5.

[20] Los colportores sumaban 7.073 en 1980 y 5.315 en 2012. En 2012 había 455 estaciones de radio, mucho menos que las 3.328 estaciones que había en 1980. Mientras que las estaciones de televisión pertenecientes a la Iglesia Adventista del Séptimo Día suman 918 en 2012, cuando en 1980 había 343, con un pico de 2.252 en 2004. En cuanto a los Ministerios del Niño, la asistencia a la escuela bíblica de vacaciones por parte de niños de familias adventistas y no adventistas tuvo su auge en 2005. 2014 Annual Statistical Report, pp. 5-7.

[21] 2014 Annual Statistical Report, p. 27.

[22] 2014 Annual Statistical Report, p. 88. US$ 34.564.983 (ofrendas misioneras) dividido por US$ 398.880.407 (diezmo).

[23] Los nombramientos de EID descendieron de 1.497 en 1980 a 92 en 2012. Los EID activos descendieron de 1.388 en 1980 a 839 en 2012. Ha habido una tendencia descendente general desde la década de 1980. David Trim, 2012 Annual Council Report, figura 4, http://documents.adventistarchives.org/Statistics/Other/ACRep2012.pdf

[24] Se considera “estancada” una región cuando la tasa de crecimiento de miembros es menor al 12 por ciento en un periodo de 12 años.

[25] La explicación dada es la pérdida de población en los países de Europa Oriental que han sufrido debido a graves crisis económicas y altos índices de desempleo en y alrededor de la antigua Unión Soviética.

[26] G. T. Ng, “Seventh-day Adventist Mission”, p. 38.

[27] Kellner, “Adventist Church Membership”.