Los esfuerzos desplegados por la Asociación General, en este sentido, culminaron con la publicación del primer número de la revista Ministry el mes de enero de 1928.
Cuando se publicó por primera vez Ministry, la División Interamericana hacía apenas seis años que se había organizado y tenía alrededor de 10,000 miembros y contados ministros.
Pasarían 21 años antes de que los dirigentes de la división lograran publicar el primer número del órgano oficial de los pastores de habla hispana. Decidieron titularlo: El Ministerio Adventista. Aquel primer número tenía en la portada: Tomo 1, No. 1., mayo-junio de 1943. El editor era Wesley Amundsen y el editor asociado Glenn Calkins. Este último era al mismo tiempo presidente de la División Interamericana.
¿Por qué un presidente de división era también director asociado de la revista El Ministerio Adventista? No por afán de control ni de dominio. Era su modo de entender y cumplir sus responsabilidades administrativas con espíritu de precaución ante el enorme potencial, para bien o para mal, que representaban la página impresa en general y la revista oficial de los pastores, y los intelectuales de la iglesia, en particular. Casi cien años de publicación ininterrumpida de la Revista Adventista habían dado a los dirigentes de la Asociación General una amplia experiencia y comprensión de la importancia de tener una revista como El Ministerio Adventista y de los hombres que la dirigen.
En los días cuando salió el primer número de El Ministerio Adventista todavía se sentían los efectos de las tensiones que se habían producido entre el editor de la revista Ministiy, Leroy E. Froom [sin que pudieran atribuirse a este gran hombre de Dios fallas de ninguna clase, sino modos de entender la función de la revista] y la administración de la Asociación General, que condujeron al nombramiento del pastor I. H. Evans, vicepresidente de la Asociación General, como editor asociado de Ministry, con el evidente propósito de supervisar lo que se hacía y publicaba en ese importante órgano. Era natural, entonces, que el pastor Calkins, presidente de la DIA, quisiera estar muy cerca del equipo que producía la revista El Ministerio Adventista para asegurarse de que el material que se publicara en ella fuera constructivo. No era afán de control y dominio, se trataba más bien de llevar a cabo una cuidadosa administración de la obra de Dios. Aquellos hombres sabían que un artículo, un párrafo, e incluso una frase errónea, o malintencionados, publicados en una revista, pueden hacer tanto daño y tener consecuencias lamentables. Querían estar seguros de que se alcanzaran los elevados objetivos propuestos al iniciar la publicación de El Ministerio Adventista por eso querían estar muy cerca del equipo editorial.
Además, era la época heroica, cuando los hombres llevaban toda suerte de responsabilidades, porque no había recursos, ni materiales ni humanos, para hacer todo lo que se debía. Por lo mismo, asumían todo tipo de responsabilidades, por muy pesada que fuera la carga, para que la obra siguiera adelante.
El pastor Wesley Amundsen era director del Departamento de Actividad Misionera (después Actividades Laicas) de la división. Podemos imaginar a aquellos grandes hombres llevando sus pesadas responsabilidades regulares y, como un compromiso extra, editaban la revista El Ministerio Adventista.
Peripecias de una importante publicación
Aquel primer número llevaba en la parte inferior de la portada la inscripción: “Esta revista es publicada bimestralmente por la Asociación Ministerial de la División Interamericana de los Adventistas del Séptimo Día, Apartado 50, General Peraza, La Habana, Cuba.
Los primeros cuatro números publicados en el año 1943 tenían 12 páginas. El número de enero-febrero de 1944 ya trajo 16 páginas. Wesley Amundsen y Glen Calkins, editor y editor asociado, respectivamente, dirigieron la revista desde la sede de la DIA, Apartado 50, General Peraza, La Habana, Cuba, desde el primer número, mayo-junio, 1943, hasta el Año 3, No. 3, mayo-junio, 1945: trece números en total. El Año 3, No. 4, julio-agosto, 1945, se publicó desde la nueva sede de la DIA, P. 0. Box 228, Coconut Grove, Miami, Fia., EE.UU.
En el Año VI, No. 2, marzo-abril de 1948, apareció como editor de la revista W. E. Murray, y como directores asociados, Wesley Amundsen y E. E Hackman. Este último era presidente de la DIA.
El Año VII, No. 2 (3), marzo-abril de 1949, aparecieron tres directores asociados; se incorporó a C. R. Taylor, quien apareció sólo en este número y el siguiente. En este número los editores cometieron un curioso error. El número correspondiente al segundo bimestre, marzo-abril, es el número 2, pero los editores le pusieron número 3. En el siguiente número corrigieron el error, sin explicaciones, poniéndole el número 3. En conclusión, los pastores recibieron ese año dos números 3 de la revista, pero ningún número 2. Los coleccionistas dan un ligero traspié cada vez que dan con esta fecha al revisar su archivo.
Desde el primer número del año 1944, hasta el número 5, del año 1947, la revista trajo 16 páginas. Desde el número 1 del año 1949, comenzó a traer 20 páginas. A partir del Año VI, No. 2, marzo-abril de 1948, ya no aparece Glen Calkins como director asociado, porque había dejado de ser presidente de la DIA. Había colaborado con la revista durante cinco años.
Para el Año VIII, No. 3, correspondiente a mayo-junio de 1950, la revista tenía ya 24 páginas. En el No. 6, Año VIII, correspondiente a noviembre-diciembre de 1951, no aparecieron créditos, y la revista sólo trajo 20 páginas. En el Año IX, No. 1, enero-febrero de 1951, aparece como director Arthur H. Roth, y como director asociado, W. A. Wild. El pastor Wesley Amundsen dejó de ser director asociado después de colaborar con la revista durante ocho años.
Los pastores Arthur H. Roth y W. A. Wild eran director y director asociado, respectivamente, cuando salió el último número de la primera etapa de El Ministerio Adventista. Era el número correspondiente al último bimestre de 1951. Durante esta primera etapa el tamaño de la revista fue de 21.25cm x 16.25cm. Con este formato salió durante ocho años y ocho meses: un total de 52 números.
El primer número del nuevo formato, 23.75cm x 16.25cm, apareció en el primer bimestre, enero-febrero de 1952, ya en colaboración con la División Sudamericana. Eran directores Walter Schubert y Arthur H. Roth, secretarios ministeriales de las divisiones Sudamericana e Interamericana, respectivamente. Como directores asociados aparecieron Walter E. Murray y Glen Calkins. Este último era de nuevo Presidente de la División Interamericana en su segundo periodo que abarcó desde 1951 hasta 1954. El pastor W. E. Murray era, a la sazón, presidente de la División Sudamericana.
Desde el tercer bimestre de 1950, hasta el último de 1974, 24 largos años, la revista había estado saliendo con 24 páginas. El número correspondiente al primer bimestre de 1975 ya apareció con 28 páginas, y continuó saliendo así sin interrupciones, hasta el número correspondiente al último bimestre de 1986. El número asignado al primer bimestre de 1987 ya había salido con 32 páginas, número que tiene la misma cantidad de páginas de la revista Ministry, y que hasta ahora, parece cubrir nuestras expectativas.
En el número correspondiente a noviembre-diciembre de 1981, apareció por última vez la revista con el título El Ministerio Adventista. En el número correspondiente a enero-febrero de 1982, ya apareció, sin comentarios, con el nombre que tiene actualmente: Ministerio Adventista.
Lo que nunca se pudo alcanzar, fue lo anunciado por el editor en el editorial publicado en el primer número: “Nuestro plan es hacer publicaciones bimestrales. Posiblemente más tarde podamos hacerlo mensualmente, dependiendo de la demanda”. No creemos que sea por falta de capacidad que no hayamos publicado nunca la revista Ministerio Adventista mensualmente. Lo que creemos es que su periodicidad actual suple nuestras necesidades mínimas y se adapta a nuestra circunstancia.
La colaboración entre las dos divisiones ha sido muy fructífera, razón por la cual continúa hasta hoy. Durante este período el formato inicial de 23.75 x 16.25cm. salió hasta él ni correspondiente al bimestre julio-agosto 1996. Un total de 44 años y 8 meses, durante los cuales se publicaron 268 números.
En el bimestre septiembre-octubre de 1996, sin ningún comentario editorial, la revista comenzó a salir en el formato tamaño carta (21.25 x 27.5cm) y a colores.
¿Una etapa de transición?
Hoy vivimos en la revista Ministerio Adventista una etapa que podríamos considerarde transición. La División Interamericana llegaráa tener dos millones de miembros para fines delaño 1999, según los objetivos, planes y esperanzasde los dirigentes. Y la División Sudamericanatambién se acerca rápidamente a esa mismacifra. ¡Qué diferencia con aquellas épocas heroicascuando comenzó a publicarse la revista y laDIA sólo tenía 47,473 miembros y 140 pastores.
Este maravilloso crecimiento, similar al de la División Sudamericana, ha generado un nuevo potencial, tanto material como humano, en ambas divisiones. Por la misma razón, las necesidades y formas de entender el cumplimiento de la misión tienen que ser, necesariamente, diferentes. Es posible que llegue el día cuando ambas divisiones crean conveniente volver al estado original, es decir, a la época anterior a 1952, cuando la DIA publicaba la revista El Ministerio Adventista, y la División Sudamericana El Predicador Adventista. Ignoramos si alguna de las divisiones tenga algún proyecto al respecto. Sencillamente, son posibilidades que podrían surgir a raíz de la adaptación de los planes y métodos para llevar a cabo la misión. Como dijo el sabio: “Tiempo y ocasión acontecen a todos” (Ecl. 9:11). Mientras tanto, seguimos disfrutando la eficaz colaboración de ambas divisiones en la publicación de la revista Ministerio Adventista.
Conclusión
La relevancia de esta revista que ha costado tantos esfuerzos durante más de 55 años, en la vida espiritual y profesional de los pastores, es algo de lo cual sólo ellos pueden dar testimonio. ¿Qué nos traerá el futuro? La esperanza, la fe y la determinación nos dicen que continuará el esfuerzo para proveer a los pastores una revista que sirva de inspiración, información y formación, hasta el día en que los ministros adventistas se encuentren con el “Príncipe de los pastores” (1 Ped. 5:4) en la gran reunión final.
Sobre el autor: es director de la revista Ministerio Adventista.