“Restaurar la imagen de Dios en las personas y transformar vidas para atender al propósito original de Dios es el objetivo del ministerio médico misionero”.
Carlos Balarezo nació en Perú, pero dejó su país para estudiar medicina en la Universidad de Tucumán, en Argentina, donde se hizo adventista. En 1978, luego de concluir su residencia en la Universidad de Loma Linda, se convirtió en profesor asociado de cirugía en esa institución. Frecuentemente visitaba el Perú para dar seminarios y entrenar a médicos de su país. Recibió el título de Maestro de la Cirugía Peruana, una distinción concedida solo a otros dos médicos, y el premio de la Honra al Mérito Extraordinario. Además de eso, el Dr. Balarezo fue tres veces homenajeado con el premio Bisturí de Oro en los Estados Unidos, por servicios prestados en ese país.
Ministerio: ¿Cómo se hizo adventista y cuándo?
Balarezo: Estaba terminando la enseñanza media cuando el colegio donde estudiaba, en el Perú, entró en huelga. Con el atraso del año lectivo, no pude participar de los procesos selectivos de ese año en mi país. Como no quería perder un año de estudios, decidí participar de los procesos selectivos en otro país. Junto con amigos, viajé hasta la Rep. Argentina. Me presenté en los exámenes de ingreso en la Universidad de Tucumán. Entonces, uno de mis amigos que había viajado conmigo hizo una promesa: se haría adventista si pasaba los exámenes. Algunos miembros de su familia eran adventistas y uno de sus hermanos era pastor adventista. Los dos aprobamos. Mi amigo cumplió su promesa. Después de algún tiempo, este amigo, que hoy trabaja en la Clínica Adventista de Lima, Rep. del Perú, me invitó a ir a su iglesia. Acepté. Después de dos años de estudiar la Biblia, finalmente decidí que quería ser bautizado y me hice adventista.
Ministerio: ¿Por qué escogió la carrera de médico?
Balarezo: Estaba preparado para ser un ingeniero. Tenía las habilidades necesarias e interés por el área, pero desafíos son desafíos. Mis amigos decían que yo jamás pasaría el examen de ingreso a medicina. ¡Lo aprobé! Comencé a estudiar y me estaba yendo muy bien. Rendí algunos exámenes y, con las notas que obtuve, pude avanzar más rápidamente con el curso. Pero todavía no estaba completamente decidido a ser médico, y pensaba en cambiar de carrera. La gran decisión de ser médico llegó cuando estaba cursando el segundo año. El profesor de Fisiología me inspiró; deseé ser como él. Deseaba actuar para marcar la diferencia en la vida de las personas. Fue allí que comenzó mi entusiasmo por la medicina quirúrgica.
Ministerio: ¿Por qué decidió estudiar en la Universidad Adventista de Loma Linda?
Balarezo: Primero, porque quería estudiar en una universidad adventista, y, en segundo lugar, porque quería conocer procedimientos que estaban disponibles allá. Al comienzo, las cirugías cardiológicas me interesaban mucho, pero luego percibí que la diversidad del cuerpo humano me interesaba mucho más. La necesidad de pensar y actuar rápido ante un paciente que sufrió un accidente, u otro que fue baleado, pensar en todos los órganos, descubrir dónde estaba el problema, eran desafíos que deseaba para mi profesión. Me especialicé en cirugía general y traumatología. Son 49 años realizando cirugías, entrenando médicos y estudiantes de Medicina.
Ministerio: ¿Acostumbra orar antes de operar a sus pacientes?
Balarezo: En los Estados Unidos, no está permitido orar con los pacientes, pero oro en silencio todo el tiempo y, cuando una cirugía está complicada, me transformo en un humilde asistente. Jesucristo, que es el Médico de los médicos, hace lo que es mejor por el paciente; él opera y yo solo ayudo.
Ministerio: ¿Recuerda algún episodio en que la cirugía estaba particularmente complicada, y sintió claramente la presencia y la ayuda de Dios?
Balarezo: Tengo la certeza de que muchas veces fue Jesús quien realizó la cirugía. Podría hablar horas acerca de los milagros que Dios mostró. Pero voy a mencionar solo dos casos. Estaba terminando una cirugía, a punto de cerrar el corte, cuando tuve la impresión muy fuerte de que debía mirar los intestinos de la paciente, procedimiento que no era nada usual y no formaba parte de esa cirugía. Obedecí. Encontré una perforación en el intestino, y la vida de la paciente fue salvada. En otra ocasión, un niño de tres años estaba enfermo y no conseguíamos descubrir la causa. Su estado empeoraba rápidamente. Estaba descansando un poco, y sentí un fuerte codazo seguido de la orden: “¡Ve a ver al niño!”. Era de noche. Todo estaba calmo y silencioso. Escuché una voz que decía claramente: “Tifus exantemático”. Busqué informaciones en los libros, porque no conocía esa enfermedad. El diagnóstico estaba correcto. El niño recibió el tratamiento adecuado y se recuperó rápidamente.
Ministerio: ¿Cuál es su opinión sobre los consejos preventivos que encontramos en los libros de Elena de White? ¿Los pone en práctica?
Balarezo: Son consejos oportunos. Cuando Elena de White escribió sobre salud, todo era diferente, y las personas debían aceptar el mensaje exclusivamente por fe. Hoy tenemos comprobación científica para cada uno de los principios de salud presentados por ella. El mensaje de salud es práctico y eficaz. Como médico, presento esos consejos, mostrando los beneficios de las prácticas saludables que ella defendió, y también hablo sobre la comprobación científica de sus escritos. Personalmente, también hago uso de esas orientaciones y consejos.
Ministerio: ¿Cuál es el objetivo de la obra médico misionera?
Balarezo: Restaurar la imagen de Dios en las personas y transformar vidas para atender al propósito original de Dios. Los pacientes y sus familiares necesitan de la esperanza que predicamos. Los médicos deben aprovechar esas oportunidades para hablar sobre el perdón y la misericordia. Los estudiantes de Medicina de la Universidad Peruana Unión están siendo preparados para presentar nuestra fe con sabiduría; y, principalmente, están aprendiendo más acerca de cómo compartir palabras de esperanza con los pacientes.
Ministerio: ¿De qué manera la cooperación entre médicos y pastores puede contribuir al avance de la predicación del evangelio?
Balarezo: Las campañas evangelizadoras pueden beneficiarse mucho si incluyen médicos que expongan sobre temas relacionados con la salud. Hace algunos años, participé de una campaña de evangelización en Cuzco, Perú. Hablaba sobre salud solo por unos veinte minutos en cada reunión. Esa campaña tuvo mucho éxito y nació allí una iglesia con trescientos miembros. Los pastores pueden tener la colaboración de los médicos para hablar con credibilidad sobre las informaciones científicas que corroboran nuestro mensaje de salud. Las personas serán tocadas por esos temas y estarán preparadas para recibir el evangelio.
Ministerio: En su opinión, ¿qué debe hacer una persona para alcanzar ese ideal?
Balarezo: Para tener un estilo de vida que proporcione longevidad, las personas deben ser temperantes en todo. Cuidar de la alimentación, hacer ejercicio físico regular –que comprobadamente trae beneficios para el cuerpo y la mente como, por ejemplo, el aumento de la inteligencia, a través de la multiplicación de las neuronas en personas que se ejercitan–, usar sabiamente el tiempo, confiar en Dios y servir al prójimo.
Ministerio: Hable sobre su decisión de regresar al Perú, después de tantos años.
Balarezo: Poder influir en los estudiantes fue algo realmente importante en mi decisión de regresar al Perú. No se trata de un trabajo, se trata de una misión, un sueño de muchos años. Deseo que esos estudiantes sean excelentes médicos misioneros. El entrenamiento puede llevar más tiempo, pero el resultado debe ser siempre excelente. Quiero que los estudiantes tengan buenos profesores, equipamientos adecuados e inspiración para ser buenos, los mejores.
Ministerio: ¿Todavía sigue vinculado a la Universidad de Loma Linda?
Balarezo: Sí, continúo como profesor allí, y siempre que voy a los Estados Unidos trabajo con los residentes en Medicina de la Universidad Loma Linda y también con los residentes del Hospital Regional de Riverside. Realizo también actividades relacionadas con el proyecto del nuevo centro de simulación de cirugía de la UPeU, que está siendo desarrollado con el apoyo de Loma Linda.
Existen vínculos estrechos entre la Escuela de Medicina de Loma Linda y la Escuela de Medicina de la UPeU. El director de la Escuela de Medicina de Loma Linda fue mi residente y ayudó a establecer un convenio para el intercambio de estudiantes entre las dos universidades. Además de eso, los médicos de Loma Linda dictarán clases para los alumnos de la UPeU. La colaboración que recibimos de la Universidad de Loma Linda incluye aspectos académicos y tecnológicos, principalmente.
La Dra. Gisela Sandy vino de Loma Linda y su historia es muy interesante. Tuve la oportunidad de tenerla como residente. Ella posee dos especialidades: cirugía general y cuidados posquirúrgicos intensivos. La segunda especialidad de la Dra. Sandy no existe en el Perú, lo que hace muy valiosa su presencia en este país. Para ir a trabajar a la UPeU, ella aceptó una reducción del 96% de su salario.
Ministerio: ¿Qué está haciendo la UPeU para formar médicos misioneros?
Balarezo: En primer lugar, promovemos el espíritu de servicio. Los jóvenes visitan comunidades carenciadas para conversar con las personas sobre temas que están estudiando. También participan de un proyecto por el cual visitan semanalmente una clínica para rehabilitación de personas drogodependientes. En segundo lugar, promovemos que los estudiantes se comprometan con las actividades de la iglesia. Son maestros de Escuela Sabática, participan de los cultos, y algunos también predican. En tercer lugar, está el desarrollo de esos futuros médicos, que estudian materias de religión orientadas a los principios de servicio y ayuda al prójimo. Queremos que ellos sepan que ayudar a las personas es lo que les traerá más satisfacción y alegría en la vida.
Ministerio: ¿Cuál es su mayor desafío en relación con la Escuela de Medicina de la UPeU?
Balarezo: Tengo muchos desafíos todos los días, pero el mayor de ellos es conseguir profesores médicos adventistas, capaces de transmitir conocimientos técnicos y, al mismo tiempo, con su ejemplo, actuar en la formación de médicos cristianos.
Ministerio: ¿Cuántos alumnos están matriculados en la primera cohorte de Medicina en la UPeU?
Balarezo: La primera cohorte comenzó con 80 alumnos y la segunda con 91. La mayoría de los alumnos es de nacionalidad peruana. Para la tercera cohorte, estamos esperando un buen número de jóvenes de otros países, incluyendo la Rep. del Brasil.
Ministerio: Si alguien quisiera más informaciones sobre la carrera de Medicina de la UPeU, ¿a quién debe dirigirse?
Balarezo: La UPeU posee un área dedicada exclusivamente a atender a los interesados. Basta escribir a internacionales@upeu.edu.pe o llamar al 0051 1 6186306.