El Sr. Cunningham, misionero de la Alianza Cristiana Misionera, que trabajaba en el sur de la China, cuenta acerca de un nativo que cierta vez fue a verlo y le dijo:
— ¿Por qué no predica otra cosa? Ha estado hablando de Jesús durante tres días.
— ¿Qué come usted en el desayuno? —le preguntó el misionero.
—Arroz —fue la respuesta.
— ¿Y en el almuerzo?
—Arroz.
— ¿Y en la noche?
—Bueno, arroz también.
— ¿Qué comió ayer?
—Arroz.
— ¿Qué ha estado comiendo durante años?
—Arroz —respondió el asombrado chino.
— ¿Por qué come arroz todos los días? ¿Por qué no come otra cosa?
—Porque me mantiene vivo.
—Esa es justamente la razón por la cual predicamos a Jesús’, porque está vivo para nosotros y no podemos vivir sin él —explicó el misionero. (The Christian Herald.)