Teólogo adventista nos da su perspectiva sobre la iglesia emergente

“Aunque el movimiento emergente esté esencialmente preocupado por asuntos relacionados con la eclesiología, ya que su interés central es hacer que la iglesia sea relevante en un contexto posmoderno, existen otros temas teológicos relacionados, como la doctrinade las Sagradas Escrituras, la soteriología y la escatología”.

El movimiento emergente se ha destacado en el escenario religioso posmoderno, y ha provocado una serie de reflexiones y críticas con relación a su teología y práctica. En la esencia del debate se encuentra la preocupación por el equilibrio entre la fidelidad a la Biblia y el cumplimiento de la misión de predicar el evangelio a todas las personas. En ese contexto, diversos teólogos se han dedicado a estudiar el tema y a producir materiales que sirvan para orientar a pastores y dirigentes locales. Uno de ellos es Kwabena Donkor, director asociado del Instituto de Investigación Bíblica de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, y autor del libro The Emerging Church and Adventist Ecclesiology (Biblical Research Institute, 2011).

Graduado en la Universidad Andrews, eldoctor Donkor obtuvo su doctorado en Teología Sistemática, y su tesis fue publicada con el título “Tradition, Method and Contemporary Protestant Theology: An Analysis of Thomas C. Oden’s Vincentian Method”. Él ha escrito artículos académicos para varias revistas, tales como: Andrews University Seminary Studies, Ministry y Ministerio. Además de eso, contribuyó con el libro Reclaiming the Center: Confronting Evangelical Accommodation in Postmodern Times (Crossway, 2004), al lado de renombrados estudiosos de la Teología evangélica como Millard Erickson, D. A. Carson y J. P. Moreland. Él y su esposa, Comfort, tienen dos hijos.

Ministerio Adventista: ¿Qué es el “Movimiento de la iglesia emergente”? ¿Cuál es su origen?

Dr. Kwabena Donkor (KD): Podemos decir que el movimiento de la iglesia emergente tuvo su inicio a partir de una conferencia organizada por la Leadership Network, en Estados Unidos, a mediados de los años 1990. El eje inicial del evento era el ministerio para la Generación X, pero el énfasis cambió hacia cuestiones relacionadas con cómo ser iglesia en una cultura emergente posmoderna. Es importante reconocer que lo que es ampliamente categorizado como “iglesia emergente” comprende una gran variedad de iglesias y cristianos. Es esa diversidad la que hace difícil definir el movimiento. Un modo útil de catalogar el fenómeno emergente en tipos específicos fue ofrecido por Ed Stetzer, que los clasifica como “relevantes”, “reconstruccionistas” y “revisionistas”. Los relevantes son teológicamente conservadores, aceptan el evangelio tal como fue entendido a lo largo de la historia de la iglesia, pero intentan hacerlo comprensible para la cultura emergente. Los reconstruccionistas aceptan el evangelio, pero cuestionan y reconstruyen gran parte de la forma de la iglesia. Los revisionistas cuestionan y revisan tanto el evangelio como la iglesia.

Ministerio: de manera general, ¿cómo se posicionan los diferentes ramos del protestantismo en relación con la iglesia emergente?

KD: Es difícil evaluar a la iglesia emergente considerando la perspectiva de los diferentes ramos del protestantismo. La

dificultad surge, principalmente, por el hecho de que el movimiento atraviesa una serie de fronteras teológicas y eclesiales. Los participantes se describen como protestantes, postprotestantes, evangélicos, postevangélicos, conservadores, postconservadores, carismáticos, neocarismáticos, etc.

Ministerio: el movimiento de la iglesia emergente surgió como un intento de reaccionar frente a los desafíos impuestos por la cultura posmoderna a la “iglesia tradicional”. ¿en qué puntos fueron exitosos? ¿dónde fallaron?

KD: Definir el éxito o el fracaso depende de los criterios por los que el movimiento de la iglesia emergente sea evaluado. Lo que es considerado falla por uno, puede ser juzgado como éxito por otro. Desde el punto de vista adventista, alguien podría ver la posición de los “relevantes” como, fundamentalmente. una cuestión de contextualización, que en principio no es antibíblica (1 Cor. 9:19-23). Sin embargo, la posibilidad de que la contextualización se transforme en algo sincrético requiere mucho cuidado, y se debe encontrar principios bíblicos en apoyo o en contra de cualquier práctica. El problema con los “reconstruccionistas” puede ser visto de manera diferente, ya que parecen tomar la cuestión de la contextualización más teológicamente, extendiéndola a la propia forma y estructura de la iglesia. De esa manera, al contrario de las prácticas de adoración en que podemos reunir principios bíblicos para orientar una variedad de estilos, la propia iglesia, como entidad, está tan íntimamente conectada al plan de Dios para el mundo (Efe. 3:10) que, al cambiar su forma –por ejemplo, adoptando iglesias encarnacionales o domésticas–, no debemos solamente preocuparnos por la “relevancia” teológica, sino también por su “adecuación”. Stetzer está en lo correcto, en principio, cuando dice: “¿No quiere un predio, un presupuesto y un programa? Está bien. ¿No quiere la Biblia, un liderazgo bíblico y una comunidad de alianza? Eso no está bien”. La cuestión con los “revisionistas” es más preocupante, en virtud del cuestionamiento o la modificación de puntos y conceptos fundamentales del evangelio defendidos por ellos.

Ministerio: ¿Qué conceptos teológicos son más afectados por el Movimiento emergente?

KD: Aunque el Movimiento Emergente esté esencialmente preocupado por asuntos relacionados con la eclesiología, ya que su preocupación central es hacer que la iglesia sea relevante en un contexto posmoderno, existen otros temas teológicos relacionados, como la doctrina de las Sagradas Escrituras, la soteriología y la escatología. El espacio de este artículo no permite ofrecer detalles de la manera en que esos conceptos son afectados por los emergentes. Sin embargo, en síntesis, esas doctrinas son interpretadas de modo consistente con los principios posmodernos, como el antifundamentalismo, el rechazo a las reivindicaciones de una verdad universal y objetiva, y el pluralismo intelectual. Por ejemplo, cuando defensores de las iglesias emergentes como Brian McLaren abogan por un abordaje narrativo de la Biblia, apoyan la noción de que la autoridad de las Sagradas Escrituras reside en su poder narrativo, y no en sus aspectos didácticos. De esa manera, McLaren puede, confortablemente, decir que el abordaje narrativo “no disminuye la agonía que se siente leyendo la conquista de Canaán con los ojos de alguien enseñado por Jesús a amar a todos, incluso a los enemigos. Sin embrago, eso ayuda a transformar a la Biblia en lo que ella es, no una enciclopedia de verdades morales atemporales, sino la narrativa reveladora de Dios que trabaja en un mundo violento y pecaminoso, llamando a personas, comenzando por Abraham, a un nuevo estilo de vida” (A Generous Orthodoxy, 2004, p. 171). Obviamente, el impacto del Movimiento Emergente sobre esos conceptos cristianos genera serias preocupaciones.

Ministerio: Una de las características distintivas del Movimiento emergente es su manera de “hacer iglesia”. ¿Cuáles son las implicaciones de la eclesiología emergente para las iglesias protestantes?

KD: Aunque los protestantes reconozcan que actualmente la iglesia, como cuerpo de Cristo, está nítidamente dividida, hay concordancia en la necesidad de definirla como algo que incluye a todos los que son salvos por Cristo, que se expresa como una comunidad en todo el mundo, aunque al mismo tiempo esté presente en cada asamblea. Los protestantes también sintieron la necesidad de identificar las características de la iglesia verdadera como el lugar en que la Palabra es correctamente predicada y los sacramentos son debidamente administrados. El Movimiento Emergente, sin embargo, practica lo que llaman “eclesiología profunda”, que en lugar de favorecer algunas formas de iglesia y criticar o rechazar otras, considera que cada forma tiene debilidades y fortalezas, inconvenientes y potencialidades. De hecho, proponentes como McLaren defienden una “ortodoxia generosa”, que ve a los demás religiosos y no religiosos como vecinos, colaboradores y socios de diálogos. Argumenta que la fe cristiana debe no solamente ser bienvenida por otras religiones, sino también proteger las herencias de esas religiones, y no transformarse en uno de sus enemigos. Tales posiciones eclesiológicas presentan grandes desafíos para los adventistas del séptimo día, especialmente en relación con su entendimiento propio como iglesia remanente. Dada la “ortodoxia generosa” del movimiento emergente, la noción de una iglesia cristiana que reivindica un papel misionero único, divinamente concedido, con significado espiritual universal, desafía todo lo que los emergentes defienden.

Ministerio: el Movimiento emergente enfatiza la experiencia en detrimento de la verdad. Por otro lado, para muchos protestantes históricos, parece haber un énfasis mayor sobre la verdad en relación con la experiencia. ¿Cuál énfasis es el correcto?

KD: La religión cristiana no reconoce una falsa dicotomía entre experiencia y verdad. El cristianismo entiende al ser humano como un todo unificado y saludable, de mente (cognitivo), corazón (afectivo) y voluntad (volitivo). La respuesta de Jesús al intérprete de la ley en Mateo 22:37 que le indica: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente”, implica claramente una devoción sincera al Señor, que involucre todos los aspectos: emocional, volitivo y cognitivo. La dimensión cognitiva se relaciona con la verdad, mientras que el aspecto emocional, con la experiencia. Además de eso, la comprensión del Nuevo Testamento de la “sana doctrina” está relacionada con la vida cristiana. De esa manera, en las Epístolas pastorales, la sana doctrina es contrastada con la vida inmoral (1 Tim. 1:10; Tito 2:1-5).

Ministerio: ¿Usted cree que toda inserción de elementos contemporáneos en la dinámica regular de la iglesia sea una adhesión, aunque sea inconsciente, al Movimiento emergente?

KD: Los valores posmodernos de adoración demandan una actitud comunal, misional y hospitalaria. Aunque esos elementos sean descritos como posmodernos, no son única y distintivamente posmodernos; de hecho, la doctrina cristiana del Dios triuno ya nos señala en esas direcciones. La diseminación del individualismo en las prácticas cristianas fue un resultado desafortunado de la acomodación cristiana a la modernidad. El énfasis posmoderno sobre la comunidad y las relaciones es un correctivo bienvenido, e incorporar esos elementos puede no necesariamente indicar una asimilación de los principios de la iglesia emergente. Sin embargo, debe tenerse en mente que el énfasis bíblico–relacional y comunitario está enraizado en principios diferentes de los posmodernos.

Ministerio: de manera más específica, ¿cómo pueden trabajar los pastores adventistas para mantener la relevancia de la iglesia en el contexto posmoderno, sin comprometer la esencia teológica de nuestra confesión?

KD: Las iglesias adventistas necesitan ser relevantes no solo en contextos posmodernos, sino además en todos los contextos culturales y sociológicos en los que se encuentren. De esa manera, existe la necesidad de una contextualización adecuada y sólida, que no conspire contra los valores bíblicos. Intervenciones apropiadas y creativas pueden incluir estilos de adoración participativos, que comprendan cánticos congregacionales vibrantes, métodos dialógicos y narrativos de proclamación de la Palabra, y estrategias de edificación de relaciones comunitarias dentro de la iglesia. Ninguno de esos elementos es, en principio, contrario a los valores bíblicos.