“Para evitar el problema de ‘muchos, pero no preparados’, debemos enfatizar el mensaje. Las relaciones pueden reforzarlo, pero nunca sustituirlo”.

Nacido en el Estado de Minas Gerais, donde comenzó su carrera pastoral en 1986, el Pr. Emílio Dutra Abdala se diplomó en Teología en el Seminario del Centro Universitario Adventista de San Pablo, donde también obtuvo su maestría en el año 2000. Pastoreó iglesias, fue evangelista, y también enseñó en la Facultad Adventista de Teología del Iaene, en Cachoeira, BA. Es doctor en Ministerio por la Universidad Andrews, y actualmente trabaja como evangelista y coordinador de Misión Global en la Unión Central Brasilera. Además de esa actividad, es profesor de Evangelismo y Crecimiento de Iglesia en la Facultad de Teología del Unasp, Ingeniero Coelho, San Pablo, donde coordina junto con los estudiantes un proyecto de plantación de iglesias.

Es autor de varios libros sobre evangelismo. Está casado con Gina, quien es enfermera y está finalizando un doctorado en el área de la salud en la Universidad de San Pablo, donde también estudian sus hijos Samuel y Sammila. A propósito del programa de trabajo de la División Sudamericana para 2014, el pastor Abdala concedió la siguiente entrevista:

Ministerio: ¿Cuáles son los mayores desafíos que el evangelista encuentra ante el escenario actual del mundo y de la sociedad, y cómo es posible superarlos?

Abdala: Tal vez, el mayor desafío sea tratar con la falta de pasión de los miembros de iglesia hacia los perdidos. Pero existen otras barreras que dificultan la aceptación del evangelio por parte de las personas, entre las que está el prejuicio de la gente hacia el nombre de la denominación. Como dijo un erudito, a las personas les gustaría hacerse cristianas sin cruzar barreras raciales, lingüísticas o de clase. Eso significa que la clave para el evangelismo más eficaz es la construcción de puentes que eviten esas barreras. Eso no significa diluir el contenido del mensaje. Así, debemos esforzarnos por remover las cercas que nos separan de aquellos a los que buscamos alcanzar, sin alterar el mensaje de salvación en Cristo. Por ejemplo, las personas hoy se expresan con aplausos, en lugar del “amén”. Para ellas, los videos y las representaciones son más importantes que las lecturas, los discursos y los sermones. La música presentada debe ser preparada y profesional. Ahora bien, podría ser que la iglesia llegue a la conclusión de que las murallas son muchas y demasiado altas para ser removidas. Entonces, tal vez la mejor forma de alcanzar a las personas sea el establecimiento de iglesias culturalmente identificadas con el grupo que se pretende alcanzar. Eso no significa segregar, sino actuar dentro de la constatación, por ejemplo, de que una iglesia de habla portuguesa será más eficaz para alcanzar a los brasileros que una iglesia de habla hispana.

Ministerio: ¿Cuáles son las objeciones más comunes a los cambios de métodos, y qué es posible hacer para neutralizarlas?

Abdala: Las personas se resisten a los cambios por diversas razones. Las cosas familiares nos hacen sentir más seguros. Muchas personas se sienten perturbadas cuando se interrumpe su rutina. En cierto sentido, muchas iglesias son prisioneras de su propio éxito. Normalmente, esas iglesias continúan usando los mismos métodos de las décadas de los años 50 o los 60. A fin de cuentas, funcionaron muy bien, ¿por qué no seguir usándolos? Algunas otras se resisten a los cambios porque los perciben como una amenaza a la tradición. Las iglesias más antiguas y las iglesias rurales son más propensas a eso que las nuevas. Otras iglesias se resisten a los cambios porque no están preocupadas por los perdidos. Se preocupan más por mantener el statu quo que por evangelizar. Finalmente, las personas se resisten a los cambios porque creen que lo que antes era verdad en el campo de la metodología, todavía continúa siéndolo.

Pienso que la manera de neutralizar la resistencia es presentar las ideas de manera lógica. Comience hablando de la misión de la iglesia; analice las metas que cumplirán el propósito último de la iglesia. Explique los cambios necesarios para alcanzarlos. Demuestre que los cambios son solo un medio para un fin deseable. ¿Cuánto tiempo durará? ¿Cuánto costará? ¿Quién lo hará? Si no puede responder esas preguntas, su plan parecerá inconsistente. Por favor, no critique lo que se hizo en el pasado. Comprenda la oposición y dé tiempo para que las personas se acostumbren a la idea.

Ministerio: ¿Es apropiado recurrir a técnicas seculares para aplicarlas al crecimiento de la iglesia?

Abdala: Siempre existió el debate acerca de los límites del uso de las ciencias sociales para el cumplimiento de la misión. Existe una reacción, de parte de algunos miembros de la iglesia, hacia algunos modelos empresariales de liderazgo. Las estadísticas, el marketing y los modelos de liderazgo tomados de consultores de negocios muchas veces terminan influenciando nuestra manera de realizar el trabajo de la iglesia. El problema es el pragmatismo, hacer del eslogan: “Si funciona, entonces es verdadero” una regla del ministerio. Personalmente, no tengo dificultad en usar la ciencia al servicio de la misión, principalmente si no afecta los principios bíblicos. Creo que todo conocimiento para el bien se origina en Dios. Muchos misioneros fueron grandemente ayudados por la antropología, la arqueología y la lingüística, en la traducción de la Biblia para algunas regiones. En el campo de la sociología, nadie discute el valor de la investigación y el análisis de las personas o las comunidades que se desea alcanzar. La psicología puede ayudar a los pastores en el proceso de consejería, y a los evangelistas para entender el proceso de toma de decisiones o cómo tratar con las disfunciones mentales, como el estrés y la depresión. Todos recurrimos a la tecnología para el uso de los mejores equipamientos para la comunicación del evangelio, a Internet o a software que faciliten la tarea en la secretaría o la tesorería de la iglesia. Entonces, no veo problemas en recurrir a las ciencias. Pero, sobre todo, destaco la frase de E. M. Bounds: “La iglesia busca mejores métodos; Dios busca mejores hombres”.

Ministerio: Durante este año, la División Sudamericana enfatizará el evangelismo de la amistad. ¿Es este el “método del momento”?

Abdala: Desde comienzos de la década de 1980, se escribieron varios libros y se elaboraron diversos programas misioneros acerca del concepto básico de la amistad. ¿Quién no recuerda el seminario de Mark Finley: “Haciendo amigos para Dios”? Creo que el libro de Joseph Aldrich titulado Amistad: la clave de la evangelización popularizó el concepto de evangelismo de estilo de vida en el mundo cristiano. Existe un reconocimiento de que la mayoría de las personas van a la iglesia por medio de la familia, los compañeros de trabajo y de los lazos de amistad. La red social entre creyentes y no creyentes, especialmente entre los creyentes recién convertidos y sus amigos, proporciona lo que Donald McGavran llamó “puentes de Dios”. La palabra griega oikos, que significa familia o un sistema social, aparece, en las Escrituras, en varios textos relacionados con la evangelización. Los defensores de ese método citan muchos beneficios para la utilización del abordaje del estilo de vida. Primeramente, hace uso de la avenida más natural para la propagación del evangelio. La proximidad emocional y física de los incrédulos íntimos ofrece amplias oportunidades para testificar. Además de eso, observan que existe mayor posibilidad de asimilación en la iglesia a lo largo de un período de tiempo.

Ministerio: Existen investigaciones que indican un mayor énfasis en el abordaje de la amistad que en el abordaje doctrinal, en relación con la adhesión y la permanencia de las personas en la iglesia.

Abdala: Win Arn probablemente haya sido el primero en divulgar su investigación realizada sobre nuevos miembros. Reveló que aproximadamente el 70% de los nuevos conversos acepta a Cristo por causa de sus amigos o sus familiares. Hice la misma investigación en dos ciudades del nordeste brasilero, Teresina y Salvador, con resultados semejantes. En otra investigación que evalúa el proceso de decisión, el Dr. Flavil Yeakley, estadístico e investigador de crecimiento de la iglesia, relata un interesante estudio que identificó tres grupos de “conversos” de una campaña evangelizadora, cada uno de 240 personas: aquellos que tomaron una decisión y participan activamente de las actividades de la iglesia local; los que luego desistieron; y quienes rechazaron el mensaje. De acuerdo con ellos, el 75% de los que ahora son miembros activos fueron a Cristo y a la iglesia como resultado de alguien que consideraba el evangelismo como un diálogo no manipulador. Es decir, fueron conquistados por alguien que hizo preguntas, demostró interés por ellos y se convirtió en su amigo. Por otro lado, el 87% de los que se decidieron y luego desistieron, consistía en personas que llegaron a la decisión por medio de un miembro o evangelista que usó el monólogo manipulador; es decir, alguien que intentó presionarlos y “meterlos” en la iglesia. El tercer grupo constaba de personas que no tomaron la decisión. Yeakley descubrió que el 84% de esas personas entró en contacto con alguien que usó el método de transmisión de la información; es decir, simplemente compartió ciertos hechos, contenidos y teología a la manera de “tómalo o déjalo”: “si aceptas este mensaje irás al cielo; si no, te perderás”.

Ministerio: ¿No existe el riesgo de priorizar el evangelismo de la amistad en detrimento de la preparación doctrinal consistente del candidato a miembro de iglesia?

Abdala: Sí, existe el riesgo de que el evangelismo de la amistad se convierta en mucha amistad y poco evangelismo. Es posible permitir que el factor de la amistad derive en una presentación poco clara de las exigencias del evangelio. A pesar de tener un valor inestimable, un buen testimonio jamás puede tomar el lugar de la preparación consistente, en el proceso de la salvación. Indiscutiblemente, el evangelismo de la amistad tiene puntos fuertísimos a su favor. Pero el Nuevo Testamento parece tener un abordaje más abarcador para la evangelización; incluso tomando la iniciativa de compartir el mensaje del evangelio con personas con las cuales los discípulos no tuvieron ningún contacto previo. Entonces, podemos vernos tentados a descuidar a las personas que no conocemos, que necesitan del evangelio, e invertir exclusivamente en los amigos más cercanos. El cristiano no tiene el derecho de limitar a un círculo selecto la obediencia a la Gran Comisión; al mismo tiempo, debe ser consciente de la responsabilidad de compartir el evangelio con los amigos. Para evitar el desequilibrio, el evangelismo de la amistad debe ser intencional; debemos aprovechar las relaciones existentes para testificar. Pero debemos ser más amplios, yendo más allá de ellas e incluyendo a todas las personas con quienes entramos en contacto. Para evitar el problema de “muchos, pero no preparados”, debemos enfatizar el mensaje. Las relaciones pueden reforzar el mensaje, pero nunca sustituirlo.

Ministerio: En este contexto de cambios de métodos, ¿todavía existe lugar para el evangelismo público tradicional?

Abdala: Respondo con otra pregunta: ¿Qué método usó Dios más que cualquier otro abordaje, excepto el evangelismo personal, con el fin de alcanzar a las personas? La respuesta: la evangelización en masa. La presentación del evangelio a un grupo de personas ha permanecido a lo largo de los siglos, ordenado por Dios en las Escrituras, y ha sido empleado con éxito a lo largo de la historia. Los evangelistas del Nuevo Testamento eran primariamente fundadores de iglesias. Me atrevo a afirmar que la mayoría de nuestras iglesias fue establecida por el evangelismo público. En muchos aspectos, el evangelista de hoy se asemeja al apóstol bíblico. Para alcanzar a las personas que no tienen a Cristo, el evangelista tiene que ir por ellas, en lugar de esperar que vayan a él. La evangelización necesita estar centrada en la comunidad, en lugar de en nuestra estrategia. Alcanzar a las personas donde están, en “territorio neutral”, debe ser el eje central de nuestra estrategia. Algunos especialistas en crecimiento de iglesia afirman que el evangelismo es más eficaz cuando sucede en la iglesia. No concuerdo con esa filosofía, basado sobre los ejemplos de Cristo y el apóstol Pablo. Es necesario tener cuidado con la postura moderna de hacer del evangelista un revividor itinerante de la iglesia local, cosa que sucede con los evangélicos. Debemos encontrar y ganar a las personas donde están (en el mundo), y no esperar a que ellas vayan a una reunión de la iglesia. Por eso, este trabajo de evangelizar e instaurar iglesias merece las oraciones y el apoyo de todos los miembros del cuerpo de Cristo.

Ministerio: ¿Qué orientaciones prácticas tiene para que pastores y miembros de iglesia practiquen el evangelismo de la amistad de la manera más efectiva posible?

Abdala: Bien al comienzo del año, se debe realizar un seminario sobre evangelismo de la amistad con los miembros de iglesia. Durante ese seminario, se los debe ayudar a desarrollar un plan que los oriente para identificar a los amigos que desean conquistar para Cristo, y a continuación organizar una lista con sus nombres. Entonces, pídales que oren en busca de sabiduría y discernimiento, y para que Dios cree las circunstancias que les permitan atraer a esos amigos a Jesús. Deben estar atentos a las necesidades de las personas, pues esa será la puerta de acceso a su corazón. El paso siguiente es establecer relaciones deliberadas con las personas. Un modo de hacerlo es crear puntos de contacto, valiéndose de pasatiempos o intereses comunes, como jardinería, deportes, costura, libros, cocina u otros. En esta etapa, se puede invitar a los amigos a comer. Hasta aquí, no es el momento de hablar sobre religión, pero pueden demostrarla por medio de actitudes de cortesía y bondad. Mientras siguen orando, deben permanecer atentos a las ocasiones propicias (casamiento, nacimiento de un hijo, la pérdida del trabajo, una crisis familiar, estrés, la muerte de un ser querido, etc.) para demostrar el amor de Cristo. En ese caso, es importante prestar libros cristianos que sean efectivos en el evangelismo. Con sensibilidad hacia las preferencias y los puntos de vista de la persona, ese es el momento de escoger y utilizar, con mucho tacto, el medio de cosecha más apropiado para esa persona. Ese medio puede ser una cena evangelizadora, estudios bíblicos en el hogar, un video cristiano, una serie de conferencias o eventos especiales en la iglesia. Después de la decisión, el nuevo cristiano debe ser ayudado a crecer en madurez y a asumir el compromiso del discipulado. El instructor debe integrarlo y acompañarlo en actividades como Grupos pequeños, entrenamientos y cultos de la iglesia.