La década del ’90 será una época de proyección para la Iglesia Católica que se apresta a conmemorar sus 500 años en América con un programa de evangelización a gran escala. El autor nos ofrece un panorama general sobre este proyecto católico para América Latina. Hay un bastión, un continente en que se resiste a perder su poder: América.

Es muy cierto que la Iglesia Católica, especie de monarquía con fundamento teocrático, influye enormemente en el campo ideológico latinoamericano y en la estructuración de actitudes políticas, sociales y culturales gracias a su mediación religiosa.

Aunque tampoco es posible ignorar que en Europa la Iglesia Católica ha perdido, en cierta medida, su poder totalitario que la caracterizó en el pasado, y si bien en Asia tiene una buena representación, tropieza con los mismos problemas culturales y religiosos que tienen las iglesias evangélicas. En África la Iglesia Católica tiene una representación importante, pero el sincretismo ha golpeado su identidad. Y su presencia en los sectores del mundo islámico es pobre. Sin embargo, hay un bastión, un continente en el que se resiste a perder su poder: América.

Con el actual pontificado de Juan Pablo II, la iglesia procura recuperar su papel hegemónico en el panorama geopolítico internacional, aliándose por un lado con una visión de “cultura occidental cristiana” y por el otro, intentando limar de un modo autoritario diferentes aristas de la opinión pública.

Un autor contemporáneo, Pablo Richard, resume en la expresión “neo- conservadorismo progresista” la postura sociopolítica del actual gobierno central de la iglesia. Esta posición se caracteriza por una apertura hacia las reformas sociales, políticas, económicas y culturales en el plano de los discursos y de los documentos, seguida, paralelamente, de un mantenimiento del esquema de relación amistad-dominio entre la iglesia y los poderes o gobiernos de turno en el poder.

Con la disminución de las tensiones internacionales manifestadas por la desaparición de la guerra fría (tensiones recientemente reactivadas con la Guerra del Golfo, de la cual la iglesia sale con una imagen de casi neutra pacificación) la crisis de los anteriormente llamados países socialistas —ahora democráticos y todavía en proceso de desarrollo— que echó por tierra al comunismo, el campo psicosocial [1] pasó a asumir un papel de primera importancia en la política mundial. En este campo, las comunicaciones ocupan un lugar de especial importancia. Las relaciones sociales, la comprensión del mundo, las actitudes y las decisiones, en todos los niveles, pasan a ser cada vez más cribados por la industria de la comunicación. Esto lo hemos visto recientemente en toda América Latina en los estudios profundos hechos en el campo de la comunicación por las distintas campañas presidenciales.[2] La televisión, en todos estos casos, se transformó en la principal fuente de criterio, y la imagen —es decir, la apariencia de un individuo ha sido más importante que la consideración de su programa de gobierno— se transformó en el elemento determinante del voto de la mayoría de los electores.

Por esa razón, la iglesia lanzó el proyecto E2000 o L2000, pues es una pieza importante en la lucha ideológica a nivel internacional en la medida en que busque conquistar espacios en la reedición modernizada de un modelo de iglesia basado en la restauración, y útil, de este modo, para la reproducción de un modelo socio- político-económico. Por otra parte, la promoción de una religión intimista, individualista y promotora de una supuesta “armonía” entre las clases sociales significa, objetivamente, tomar partido en esta lucha ideológica.

Y el modelo que pone de relieve el programa de la iglesia es centralista, verticalista, autoritario y eurocéntrico. Es evidente que la autoridad [3] que gobierna el catolicismo tiene un poder que gira en torno a un complejo mecanismo de autosustentación.

El enfoque teológico y pastoral. — En términos históricos, el programa E2000 o L2000 actúa como si no hubiera existido ningún programa anterior de evangelización. Es como si estuviesen comenzando de cero.

La financiación. — El acceso a las nuevas tecnologías de la comunicación implica, necesariamente, el ingreso a los recursos financieros. Esto requiere una inversión muy elevada. Las organizaciones populares, las entidades no gubernamentales católicas, las iglesias no cuentan con el dinero necesario para desarrollar semejante programa. Sin embargo, hay grandes empresas y algunas compañías transnacionales que están empeñadas en la financiación del objetivo.

El contexto del proyecto. — El programa evangelizador L2000 se inserta en el contexto del pontificado de Juan Pablo II, actor principal de un proceso definido por el cardenal Joseph Ratzinger como de “restauración”. No es un regreso al pasado, sino el establecimiento de un “nuevo equilibrio” en la iglesia y este nuevo equilibrio fortalece la centralidad de una iglesia que comenzaba a perder autoridad ante las llamadas “comunidades eclesiales de base”, que tenían una marcada influencia en ciertos sectores de la iglesia latinoamericana inspiradas en la teología de la liberación.

Entre los protagonistas de este nuevo proceso, que ya tiene su tiempo dentro de la iglesia, se destacan: 1) el sector polaco (marcado por el papa y sus auxiliares inmediatos), 2) el sector alemán, lo que íntimamente se ha dado en llamar Deutsche Kirche, con el liderazgo de Joseph Ratzinger y 3) un sector al que podríamos calificar como el de los nuevos movimientos, el Movimiento de Renovación Carismática Católica, Comunión y Liberación, Acción Mariana de Schoenstatt, la Comunidad Emanuel y algunos otros que han ganado espacios significativos en los últimos años. Y es necesario reconocer que muchos de estos movimientos se encuentran respaldados por manifestaciones católicas más antiguas como, por ejemplo, el Opus Dei.

Objetivos generales del proceso

Se destacan varios, entre ellos: 1) el establecimiento de una regla de fe, de un catecismo universal; 2) la definición de una identidad para las universidades e institutos católicos de educación; 3) la recuperación del sistema tradicional de formación de los seminaristas, alejándolos de la teología de la liberación, 4) la subdivisión de arquidiócesis o diócesis que permitan que los sectores más conservadores recuperen espacios de poder, 5) un control en la lectura popular de la Biblia, con ciertas restricciones de las iniciativas ecuménicas, 6) una ofensiva interna contra las comunidades eclesiales de base,[4] 7) un reencuadramiento ideológico de los religiosos, 8) un mayor énfasis en los movimientos neoconservadores, determinado por una religiosidad intimista apartada de las cuestiones sociales, 9) un mayor control con respecto a la actividad teológica, y ésta ha sido una época marcada por muchos procesos contra teólogos, 10) la revigorización de un discurso sobre la “tercera vía”; aquí el actual papa ha tomado en más de una ocasión el criterio de que es necesario evitar la asunción al poder de regímenes de izquierda,[5] 11)un control más estricto en las diferentes aperturas en el campo ético o la teología moral, 12) un apoyo más marcado al sindicalismo que se orienta hacia la socialdemocracia. Este es el caso del CLAT, la Central Latinoamericana de Trabajadores que desempeña una serie de actividades con el CELAM (Conferencia Episcopal Latinoamericana), 13) y una revisión del ecumenismo con el cual se adoptan criterios más defensivos.

El plan en su contexto mayor

Como lo han destacado muchos estudiosos, el gobierno de la iglesia está en Europa, pero su estructura más importante está en el Tercer Mundo y, más específicamente, en América Latina. Y la Iglesia no pretende perder su identidad. El protestantismo en África tiende a africanizarse cada vez más, proceso del que no está exento el catolicismo. Y el Vaticano ha percibido que su control central ha sido puesto en jaque por las consecuencias descentralizadoras impulsadas por la Teología de la Liberación, [6]por el trabajo de las comunidades eclesiales de base y por la lectura latinoamericana de la Biblia.

Por otra parte, los nuevos movimientos religiosos encuentran en América Latina una cultura muy singular y abierta a su desarrollo.[7] Esa es la razón por la que utilizan métodos más agresivos de proselitismo y están dotados de un enorme volumen de recursos para su difusión religiosa. En la mayoría de los casos, estos nuevos movimientos religiosos favorecen una religiosidad conservadora y antiecuménica. Y la Iglesia ha comenzado a preocuparse por la posible pérdida de su feligresía tradicional. En cierta medida el contraataque católico adopta las mismas vías de expansión: los medios masivos de comunicación.

Aspecto histórico de L2000

Los documentos internos de E2000 L2000 indican que la década 1980-1990 es “motivacional” y preparatoria para la de 1990-2000, cuando se implantarán propiamente los programas. Evangelización 2000, según los documentos de sus dirigentes, es más amplio y abarcante que Lumen 2000, pues éste es el segmento que afecta los medios de comunicación. El papa Juan Pablo II lanzó en 1984 una campaña de “nueva evangelización” orientada hacia el año 2000 en la línea de una reconquista para Cristo.

En una primera etapa de la década “motivacional” (1980-1990) los movimientos Comunión y Liberación, Acción Mariana de Schoenstatt y Renovación Carismática elaboraron una planificación definida. Sus principales dirigentes, orientados por los padres Tom Forrest de Renovación Carismática y Luigi Giussani de Comunicación y Liberación escribieron al papa y sugirieron la realización de una “década de Evangelización”. Juan Pablo II no sólo prestó atención a la sugerencia, sino que los invitó especialmente a almorzar en el Vaticano y solicitó un plan más detallado. Luego de que recibió el nuevo documento, volvió a invitarlos a almorzar en Castel Gandolfo. Finalmente, aprobó en forma personal los tres primeros pasos del documento original: 1) la fundación de una Asociación Católica para la Televisión, con el nombre de Lumen 2000; 2) la realización de un retiro mundial de sacerdotes (ya se realizaron varios en el Vaticano) y 3) la preparación de un retiro mundial destinado a teólogos y obispos.[8]

El papa también estableció oficinas de E2000 y L2000 en el Vaticano. En la inauguración de éstas, el 3 de junio de 1987, estuvieron presentes el arzobispo filipino José Sánchez, secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, la madre Teresa de Calcuta, el embajador de los Estados Unidos en la Santa Sede, Frank Shakespeare, los empresarios Paul Distric de Global Media, California y Piet Derksen, de Holanda. Derksen es un empresario en el área de turismo y moda, originador y presidente de la fundación testimonios del Amor de Dios, en Eindhoven, Holanda.

La primera gran experiencia de Lumen 2000 ha sido la emisión televisiva del rosario recitado por el papa el día 6 de junio de 1987, transmitida desde el Vaticano para Londres y desde allí, a través de 18 satélites, a todo el mundo. En esa ocasión también se integró una red de telecomunicaciones de las fuerzas armadas norteamericanas. Madre Teresa presidió la recepción del rosario en Polonia, en tanto que Corazón Aquino hizo lo propio en las Filipinas. En Brasil, la ceremonia se realizó en el santuario da Penha, en Río de Janeiro. El programa fue patrocinado por Global Media y por Bic Pen Corporation.

Objetivos específicos

Siete han sido los objetivos trazados para L2000 por los movimientos fundadores: 1) ayudar a la Iglesia Católica a alcanzar un nivel profesional en la producción de programas de radio y de televisión, permitiéndole competir con éxito en los principales medios de comunicación; 2) promover la preparación adecuada en los medios de comunicación social, sobre todo en lo relacionado a las nuevas tecnologías de comunicación; 3) orientarse, especialmente, hacia el tercer mundo; 4) servir como centro de información e intercambio de experiencia en materia de cultura y religión; 5) distribuir programas: vender, alquilar y donar videos, sobre todo con la palabra del papa; 6) promover y patrocinar la producción y la transmisión de eventos católicos importantes; y 7) organizar una filmoteca.

Estos objetivos fueron detallados en la conferencia de Dallas (Texas), realizada entre el 23 y 28 de abril de 1987, con la presencia de 74 delegados de 40 países, inclusive del bloque socialista, así llamado por ese tiempo. El coordinador de la conferencia fue un ex coronel de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, Robert Cavnar, un estratega que participó en la producción del famoso avión supersónico U-2 y de misiles balísticos intercontinentales. Cavar lidera una comunidad carismática en Texas y por 1989 era el coordinador de Lumen 2000 en los Estados Unidos.

Intereses de la Iglesia en Lumen 2000

Uno de los aspectos importantes de E2000 L2000 es la convergencia en torno a estos programas, aunque los intereses y objetivos pertenecen a campos bien diferenciados. Sin embargo, se pueden destacar los siguientes puntos de interés.

Para el Vaticano. En el que se concentran el papa, las congregaciones, el partido polaco y los movimientos de la Deutsche Kirche, los objetivos serían: 1) Recuperar el tiempo perdido por la Iglesia en su tarea evangelizadora, orientando su labor por medio de los grandes medios de comunicación, especialmente la televisión. 2) Evitar la evasión creciente de católicos de los sectores populares de América Latina orientados hacia los nuevos movimientos religiosos.3) Promover un avivamiento en la fe y la práctica de los católicos.

Dentro de esta visión se destacan ciertos objetivos implícitos, que serían: 1) reforzar el modelo eclesial basado en el verticalismo, 2) ofrecer una alternativa a la decadente Teología de Liberación, 3) reforzar la imagen pontificia ante los representantes de los grandes poderes del mundo, 4) reforzar, expandir y consolidar por medio de L2000 la red de telecomunicaciones del Vaticano, 5) servir como medio de colaboración hacia el mundo, especialmente, en la línea de comunicación.

Para los grandes emporios de comunicación. Los objetivos explícitos para algunos de los sectores involucrados son muy claros: 1) obtener una legitimación de la iglesia y contar con la simpatía entre sus dirigentes, concediéndoles espacios para las misas y sermones dominicales, para los programas religiosos semanales y para determinados reportajes.

Para la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAN). Entre los objetivos fundamentales se destaca el de la utilización de nuevas metodologías y, por supuesto, el dominio de las más avanzadas técnicas de comunicación para América Latina en la transición del siglo. Fortalecer el servicio del CELAM a las conferencias episcopales de América Latina colaborando con el ministerio comunicador del Papa y contrarrestar, por medio del mensaje en la pantalla, la aparición de los nuevos movimientos religiosos.

¿Cuáles serían las principales actividades de E2000?

Podemos destacar varios de los proyectos en pleno grado de realización y otros aún en planificación; serían los siguientes: Escuelas de evangelización; el propio programa L2000; retiros mundiales para sacerdotes, teólogos y obispos; jornadas de oración; la publicación de un boletín internacional; la organización de equipos itinerantes de evangelización; la implantación de centros juveniles; la impresión de homilías para diferentes tipos de predicadores y la impresión de documentos sobre evangelización.

Hay varios programas que se encuentran actualmente en plena difusión, como: “The Glory of God”[9] en Estados Unidos, “Lumen 2000”, el “Minuto de Dios”[10] y la Tierra de la Esperanza” que se confeccionan en Colombia y están destinados a Latinoamérica.

En el panorama sudamericano es posible que Brasil sea uno de los objetivos prioritarios del proyecto L2000. Dicho país tiene la tercera conferencia episcopal del mundo, después de la italiana y de la norteamericana. Además, éste fue el país en el que comenzaron a implementarse las Comunidades Eclesiales de Base, bajo la iniciativa de Helder Cámara que, de paso, han producido ciertas incomodidades en la iglesia a nivel mundial.

Conclusión

En muy breve tiempo comenzaremos a ver, de una manera clara y nítida, los efectos de este proyecto evangelizador católico desplegado con toda su fuerza en América

Latina, en el transcurso de ésta la última década de este siglo y de este milenio.

Sobre el autor: es profesor de teología en la Universidad Adventista de Colombia.


Referencias:

[1] Nos referimos a los corazones y las mentes de las grandes masas que pueden ser influidos.

[2] A modo de ilustración podemos señalar los casos del Dr. C. Menem en Argentina, el Dr. C. de Mello en Brasil, el Dr. A. Fujimori en Perú, el Dr. C. Gavina en Colombia. De los dos primeros ha habido varios estudios con respecto al manejo de la imagen que transmitían.

[3] Algunos sectores periodísticos han dado en llamarle gerontocracia.

[4] Es un intento de terminar con el poder de la ahora alicaída teología de la liberación que evidentemente está pasando por un período de crisis de identidad que bien puede ser un anticipo de su caída.

[5] EI criterio sustentado es que los regímenes de derecha son removidos con facilidad, pero los de izquierda defícilmente pueden ser quitados.

[6] La tensión entre el Vaticano y la Teología de la Liberación está claramente representada en el documento del Cardenal Joseph Ratzinger, titulado: Instrucción sobre algunos aspectos de la Teología de la Liberación, en el que condena a las diversas teologías latinoamericanas por: “las desviaciones y los riesgos de desviación, ruinosos para la fe y la vida cristiana, que implican”. Sostiene en el capítulo 6, párrafo 9, que dicha teología propone “una interpretación nueva del contenido de la fe y de la existencia cristiana que se aparta gravemente de la fe de la iglesia; aún más, que constituye la negación práctica de la misma. Como respuesta a ese documento puede consultarse la obra de Juan Luis Segundo, Teología de la Liberación. Respuesta al Cardenal Ratzinger (Madrid, Cristiandad, 1985), donde afirma que el documento vaticano cae en confusiones y “lagunas de lógica” (pág. 12, nota 1) y donde pregunta de qué manera lógica un “riesgo” puede ser “ruinoso”. Sea como fuere, es evidente el plantamiento de una tensión interna que suma varios años.

[7] Por ese motivo se lanzó el libro Las sectas en América Latina. Esta obra es producto directo de la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM).

[8] Está en pleno ejercicio un programa por el cual desde hace unos años se están enviando 2000 (en armonía con el plan E2000) sacerdotes a Roma para la realización de ejercicios espirituales y concientizarlos en el nuevo programa.

[9] Este programa televisivo compite, en calidad y dinámica, con los protestantes dirigidos, mayormente, por los sectores carismáticos. Paradójicamente, “The Glory of God” responde a esa misma línea dentro del catolicismo.

[10] Su director, el padre Herreros (muy conocido en Colombia), se identifica con el Movimiento de Renovación Carismática.