¿Mensajes anticuados o verdad presente relevante?

En la década de 1840, revoluciones sociales, políticas, científicas y religiosas comenzaron a cambiar el mundo. Charles Darwin escribió el borrador de El origen de las especies en 1842, pero dudó en publicar sus ideas. En 1859, sin embargo, sus pensamientos se habían desarrollado lo suficiente para que se dispusiera a revelarlos. Al discutir la influencia de su obra, un escritor prominente declaró: “El libro de Darwin El origen de las especies, publicado en 1859, continúa siendo uno de los textos científicos más influyentes y comentados de la historia. Este presentó la teoría de que las poblaciones evolucionan a lo largo de generaciones por medio de un proceso de selección natural, una teoría que se convirtió en la columna vertebral de la biología moderna”.[1]

El impacto del pensamiento evolucionista en la ciencia, la filosofía, la psicología y la religión es incalculable. Si solo fuéramos producto del azar y nada más que una colección de genes y cromosomas, la vida tendría poco significado. La búsqueda imprudente de la felicidad personal se convierte en nuestro objetivo final. La vida tiene poco o ningún significado si los seres humanos fueran simplemente moléculas de proteínas aumentadas.

Simultáneamente con el desarrollo del pensamiento evolucionista, Karl Marx y Frederick Engels sacudieron al mundo con el Manifiesto comunista, publicado por primera vez en Londres, y luego traducido a varios idiomas. El socialismo extremo, combinado con la frecuentemente citada declaración de Marx de que “la religión es el opio del pueblo”, sumado a la centralización del poder en un selecto grupo que consideraba a los trabajadores, o el proletariado, solo como los bloques de construcción de las paredes del Estado, llevó a una deshumanización aún mayor de los seres humanos. Esos movimientos sociales, políticos, científicos e ideológicos estimaron en muy poco toda la vida humana, y descartaron el concepto de un Dios personal como el Creador del Universo.

Propósito duradero

El Señor, sin embargo, no permitiría que los seres humanos permanecieran sin un testimonio suyo. En la década de 1840, también, él levantó un movimiento para proclamar su mensaje para los últimos días a un mundo ansioso por encontrar significado y propósito. Un grupo de cristianos procedentes de diferentes confesiones comenzó a estudiar las antiguas profecías de Daniel y Apocalipsis. Con el tiempo, descubrieron un mensaje hecho a medida, capaz de responder las grandes preguntas de la generación del tiempo del fin. El núcleo de ese mensaje se encuentra en Apocalipsis 14:6 al 12. En una visión, Jesús visitó a Juan, en la isla de Patmos, para revelarlo al mundo.

Los tres mensajes angélicos que aparecen en Apocalipsis 14 nos elevan de la estrechez de los límites claustrofóbicos de nuestra propia importancia para enfocarnos en un propósito más duradero para la existencia. Nos dan una razón amplia de nuestro ser. Bien entendidos, hablan sobre cuestiones morales y espirituales importantes para el siglo XXI.

Apocalipsis 14 se divide en tres partes. Los primeros cinco versículos describen al pueblo redimido de Dios, que ha superado las pruebas de la Tierra y con Jesús para siempre en el cielo. Los últimos ocho versículos describen la segunda venida de Cristo y la cosecha final. Apocalipsis 14:6 al 12, estratégicamente ubicado entre los dos eventos, contiene la instrucción final de Dios con el fin de preparar a los moradores de la Tierra para el regreso del Señor.

Evangelio eterno

Con este contexto en mente, estamos listos para considerar Apocalipsis 14:6 al 12. El primer aspecto que notamos en el versículo 6 es su origen celestial. Es una orientación urgente de significado eterno para la generación del tiempo del fin. Juan declara. “Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo”.

El evangelio son las “buenas nuevas” de que Jesús nos libra de la penalidad del pecado. Por la fe en su muerte y su resurrección, somos libres de la culpa y de las garras del pecado. Su dominio sobre nosotros fue quebrado. El plan de Cristo para liberarnos del poder del pecado no fue una decisión tardía. El apóstol Pedro escribió: “Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros” (1 Ped. 1:18-20). Sobre este punto, Elena de White comentó: “El plan de nuestra redención no fue una reflexión ulterior, un plan formulado después de la caída de Adán. Fue una ‘revelación del misterio que por tiempos eternos fue guardado en silencio’ (Rom. 16:25)”.[2]

El evangelio eterno, las buenas nuevas de la Redención, se basa en la benevolencia de Dios, en la gracia sin límites, en la sabiduría infinita y en la justicia eterna. El evangelio habla de su verdadera naturaleza. Es el núcleo de su mensaje al mundo en el tiempo del fin.

Misión divina en el tiempo del fin

La siguiente oración del versículo 6 relata que el ángel tiene el “evangelio eterno” para proclamarlo a “toda nación, tribu, lengua y pueblo”. Esta es una misión tan grande y desafiante que exige todo de nuestra parte. Los tres mensajes angélicos nos dan el propósito de vivir por algo mayor que nosotros. Nos conducen de la estrechez de nuestro corazón egoísta a la alegría del servicio en el Reino eterno de Dios.

Estilo de vida

Considera la expresión “Temed a Dios, y dadle gloria”. La palabra griega para “temor”, en el versículo 7, es phobeo. En este contexto, no se utiliza en el sentido de tenerle miedo a Dios, sino que señala una actitud de reverencia, temor y respeto. Sobre todo, busca transmitir el pensamiento de lealtad absoluta al Señor y la total entrega a su voluntad.

Este temor, en lugar de ser egocéntrico, se centra en Dios; es lo opuesto a la actitud de orgullo y arrogancia de Lucifer, conforme se describe en Isaías 14:12 al 14. La esencia del Gran Conflicto gira en torno a la sumisión a Dios. El egocéntrico Lucifer se negó a ceder a ninguna autoridad que no fuera la suya.

El mensaje del primer ángel nos invita a hacer de Dios el foco de nuestra vida. En una era de materialismo y consumismo, cuando los valores seculares hacen del yo el centro, el llamado del Cielo es a que abandonemos la tiranía del egocentrismo para colocar a Dios en el centro de la vida.

Santificación

Temer a Dios revela nuestras actitudes; darle gloria, nuestras acciones. Por lo tanto, temer a Dios se relaciona con lo que pensamos, mientras que darle gloria involucra lo que hacemos. Además, temer a Dios se trata del compromiso interno de convertirlo en el centro de nuestra vida; a su vez, darle gloria revela cómo nuestras convicciones se traducen en un estilo de vida que honra al Señor en todo lo que hacemos. El apóstol Pablo explicó lo que significa darle gloria a Dios: “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Cor. 10:31). Cuando Dios es el centro de nuestra vida, nuestro único deseo es glorificarlo en todos los aspectos, ya sea en relación con la dieta, la ropa que vestimos o nuestro entretenimiento. Damos gloria a Dios al revelar su carácter de amor al mundo por medio de vidas comprometidas en hacer su voluntad.

Justicia divina

Apocalipsis 14:7 continúa: “Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado”. Los problemas del gran conflicto entre el bien y el mal se resolverán finalmente. El Universo, finalmente, verá que Dios es amoroso, justo y compasivo. El Juicio revela que hizo todo lo que pudo para salvar a cada ser humano. Esto marca el contraste entre el carácter amoroso de Dios y la ambición egoísta de Satanás.

El versículo 7 es un comentario divino sobre Daniel 7:13, 14, 26 y 27. Ante un mundo que espera y un Universo que observa, el Señor demuestra en el Juicio celestial que él hizo absolutamente todo lo que era posible para salvar a toda la humanidad. El juicio ocurre a favor de su pueblo (vers. 22). Su gracia es suficiente para que ninguno se pierda. Quienes se pierdan no estarán condenados a causa de un acto divino arbitrario. Su destino es el resultado de sus elecciones rebeldes. Rechazaron la gracia y el amor divinos. El Juicio revela a todo el Universo los incansables, continuos y sinceros intentos de Dios para salvar a todos.

El Juicio corregirá todos los errores. La justicia triunfará sobre el mal al derrotar a los poderes del infierno. La injusticia no tendrá la última palabra; ¡Dios, sí!

Creación

No se puede sorprender a Dios. Durante siglos, Satanás planificó atacar la enseñanza bíblica de la Creación. Apocalipsis 14:7 termina con un llamado: “Adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”. Se trata de un llamado a adorar al Creador en una época en la que la mayor parte del mundo científico y gran parte del mundo religioso acepta el evolucionismo de Darwin.

La Creación habla de nuestro valor a los ojos de Dios. No estamos solos en el Universo ni somos un accidente genético. En cambio, fuimos creados. La Creación está en el centro de toda adoración verdadera. El sábado habla del cuidado del Creador y del amor del Redentor. El día santo de descanso indica que Dios nos creó para un propósito magnífico y nos amó demasiado como para abandonarnos cuando nos desviamos de ese propósito. Cada semana, el sábado nos recuerda a aquel que nos ha proporcionado todas las cosas buenas. En lugar de una demanda legalista arbitraria, revela que el verdadero descanso de la justicia por las obras se encuentra solo en él.

El verdadero sábado es el eslabón eterno entre la perfección del Edén en el pasado y la gloria de los cielos nuevos y la Tierra nueva en el futuro.

Confusión religiosa

¿Qué decir sobre los mensajes de los ángeles segundo y tercero? ¿Cuál es el significado de las expresiones “Ha caído, ha caído Babilonia” y “marca de la bestia”? En esencia, ambas hablan de la arrogancia egocéntrica y del orgullo humano, en lugar del amor abnegado que viene de Dios.

Babilonia representaba las orgullosas conquistas de la humanidad. Era un símbolo de las obras humanas, no de la gracia divina; de las tradiciones humanas, en lugar de los mandamientos del Señor. En Apocalipsis, la Babilonia espiritual representa las enseñanzas confusas de todos los grupos religiosos. Minimiza y marginaliza la autoridad de las Escrituras, al sustituirlas por la autoridad humana.

En el fondo, la marca de la bestia exalta lo humano por encima de lo divino. Al elevar la palabra de la humanidad por encima de la Palabra de Dios, sustituye los mandamientos divinos por decretos humanos. Lo vemos especialmente en el cambio del sábado bíblico por un día elegido por la iglesia. La marca de la bestia se convierte en un símbolo de lealtad a la unión Iglesia-Estado, en contraste con el sábado, que es un signo de lealtad al Creador del Universo.

El mensaje de Dios en los últimos días llega al clímax en Apocalipsis 14:12, cuando Juan, en visión profética, describe a un grupo de fieles del tiempo del fin que “guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (Apoc. 14:12).

Salvos por la gracia, su corazón está lleno de fe en Jesús. Esa fe los motiva y transforma. Esto los libera de la culpa del pasado, los libera de la esclavitud del pecado en el presente y llena el corazón de esperanza en relación con el futuro. Ellos no pueden hacer nada por sí mismos; pero, gracias al poder de Cristo, pueden ser fieles, servirlo y serle obedientes para siempre.

El pueblo de Dios en el tiempo del fin

Los creyentes del tiempo del fin pasarán por el mayor tiempo de angustia en la historia del mundo. Sin embargo, por la gracia y el poder de Jesús, saldrán victoriosos. Los tres mensajes angélicos serán proclamados en cada metrópoli, ciudad, pueblo y barrio. Decenas de miles de personas aceptarán el mensaje de Dios de los últimos días. El Señor terminará su obra en la Tierra. Cada persona tomará su decisión final e irrevocable por Cristo o contra él, y Jesús vendrá con poder y gloria para llevar a su pueblo a casa.

Sobre el autor: asistente de la Presidencia de la sede mundial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.


Referencias

[1] CBC News, “First Draft of Darwin’s Origin of Species Goes Online”. Disponible en <link.cpb.com. br/1d0580>.

[2] Elena de White, El Deseado de todas las gentes (Florida, Bs. As.: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2008), p. 13.