En 1972 celebramos el cincuentenario de la organización de la División Interamericana. Cuando esto sucedió en 1922, tenía una feligresía de 8.146 miembros, y desde ese entonces hasta ahora la hermandad se ha fijado determinados blancos que se ha propuesto alcanzar.
Durante 1931, la feligresía se duplicó en relación con el número de miembros que tenía cuando la división se organizó; esa fue nuestra primera etapa. Decidimos duplicarla nuevamente, y en 1938, sólo siete años más tarde, lo conseguimos. Cumplíamos así una segunda etapa.
Hacia el final de la década siguiente, en 1948, duplicamos nuevamente la cantidad de miembros. Era nuestra tercera etapa.
En 1950 se bautizaron 8.195 almas. Entonces el pastor Arthur H. Roth, secretario de la división ese año, dijo: “¡Oh, si llegáramos a bautizar mil almas por mes!”
Y “mil por mes” llegó a ser muy pronto el lema. Los que están aquí presentes y que trabajaron en la División Interamericana durante esos años, lo recordarán. Era el blanco que esperábamos alcanzar.
Durante el año 1959 los bautismos alcanzaron a 12.400, con lo que el lema “mil por mes” llegó a ser una realidad. ¡Fue un gran logro! Como yo no estaba aquí, no sé si tuvieron una fiesta o un banquete. Pero el hecho cierto es que lograron la meta que se habían propuesto, lo que significó nuestra cuarta etapa.
Al duplicarse nuevamente la feligresía en 1959, cumplimos la quinta etapa; esto fue indicio de un tremendo progreso.
En estos últimos años, bajo la dirección del pastor Alfredo Aeschlimann, secretario de la Asociación Ministerial de esta división, alcanzamos una nueva meta. Nos propusimos lograr para la fecha en que se realizaría el congreso de la Asociación General en Viena, una feligresía de 400.000 miembros. Trabajamos duramente. Las uniones, los campos locales, las, instituciones y los miembros de iglesia —todos— aunamos nuestras fuerzas para alcanzar esta cifra antes de la fecha de iniciación del congreso. Gracias a Dios, hacia fines de 1974, con la presencia del pastor R. H. Pierson en la última junta de la división, tuvimos una conmovedora sorpresa. ¡Interamérica había alcanzado 404.900 miembros, casi 405.000! Esa fue nuestra sexta etapa.
Pero en 1972, durante la conmemoración de nuestro cincuentenario, pensamos que, para estar de acuerdo con la celebración, debíamos bautizar 50.000 almas en un año. El pastor Aeschlimann soñaba con ese blanco. Como administradores, nosotros también soñábamos; y como junta soñábamos, hablábamos y planeábamos. Y nos propusimos ese superblanco. Al año siguiente casi lo alcanzamos, pero no fue posible.
En 1974 nos acercamos casi a los 46.000. Tampoco lo logramos.
Y llegamos a 1975 confiados en que alcanzaríamos nuestro soñado objetivo. Las cifras indicaron que el total de bautismos había sido de 49.319. En esa ocasión nos faltó muy poco. Pero quedamos esperanzados de lograrlo en 1976. Y estamos esperando…
(Una fuerte fanfarria de trompeta se escuchó en la sala)
—¿Qué pasa? ¿Qué sucede? ¿Qué es esto?
El pastor W. Zackrison irrumpió en la sala exclamando:
“¡LO LOGRAMOS!” con un cartel en alto en el que se leía:
“50.000 bautismos durante 1976”.
Bueno, este es el informe estadístico oficial: Durante 1976 bautizamos 51.388 personas. Y en la última reunión de la junta elegimos un nuevo lema: “MIL POR SEMANA”. Si hacemos durante 1977 un poco más de lo que hemos hecho durante 1976, sobrepasaremos ese blanco.
Esta mañana recibí una llamada telefónica; al contestar, escuché que del otro lado decían: “¡Buenos días, señor! ¡Buenos días! ¿Cómo está?” Era el pastor R. H. Pierson. Me dijo: “¡Pastor, no puedo quedarme en silencio, no puedo contenerme! ¡Un pajarito llegó a Washington esta mañana y me contó que la División Interamericana lo había logrado nuevamente! ¡Qué habían bautizado 51.388 almas!” Y me siguió diciendo: “Quiero que haga llegar mis felicitaciones a nuestros hermanos. ¡Dígales que el ritmo que han marcado en la evangelización nos ha inducido a fijar para el campo mundial la meta de MIL POR DIA!”
Hermanos: Quiero que todos sepan que estamos humildemente orgullosos de la División Interamericana.
Me voy a permitir leerles el informe que tengo conmigo y que es lindísimo. Muy pronto estará en el tablero de avisos.
La Unión Antillana alcanzó el 102,83% de su blanco. Las cifras: 5.882 bautismos. Déjenme decirles que el único secreto de esto radica en que en la División Interamericana todos, todos están dispuestos a evangelizar. Los miembros de iglesia, los jóvenes, los administradores, los colportores, los estudiantes —TODOS— han aunado sus esfuerzos para evangelizar. Comemos, bebemos, cantamos, oramos —hacemos todo— pensando en la evangelización. El pastor Pierson terminó diciéndome esta mañana: “Quisiera que todas las divisiones tuvieran la actitud que la Interamericana tiene hacia la evangelización”.
La Unión del Caribe alcanzó 5.393 bautismos, que correspondieron al 91,38% de su blanco.
La Unión Colombo Venezolana encabeza la lista en relación al porcentaje del blanco alcanzado con un 124,86%. Quisiera decirles que hace un par de años estábamos un poco preocupados porque las cosas no estaban marchando como deseábamos en esa unión, pero aquí la tienen hoy, con 7.366 bautismos; el porcentaje más elevado.
La Unión Franco Haitiana también nos trajo un buen informe. Confiábamos en que iba a ser bueno, y no nos defraudamos, pues alcanzó el 92,59% de su blanco, lo que corresponde a 6.292 bautismos. Su presidente nos decía ayer que nunca había visto algo similar.
Pero el gigante fue Méjico. De enero a noviembre la Unión Mejicana tenía un promedio de mil bautismos mensuales. Hacia fines de noviembre informó algo más de 11.000. ¡Mil por mes en Méjico! Pero, al parecer, esta unión decidió postergar algunos bautismos con el fin de comenzar bien el año 1977, de manera que informaron sólo 11.784.
Las Indias Occidentales bautizaron 7.282 personas, lo que significa el 75,69% de su blanco.
Además, está Cuba. No tenemos mucho que decir, pero según nuestra planificación, tenía un blanco de 720 bautismos. Basándonos en la escasa información que está a nuestro alcance, podemos comunicarles que Cuba ha bautizado 600 nuevos miembros.
De manera que todas las uniones en conjunto han bautizado 51.388 personas, lo que le da a la división un 102,57% del blanco que se había propuesto para este año. ¿Qué me dicen? Estamos muy, pero muy contentos. Con el anhelo de ver si alcanzaríamos la meta, nuestro corazón se detenía por un instante antes de mirar cada informe. ¡Y lo hemos logrado! Le hemos fijado una meta formidable al campo mundial. No hay ninguna otra división en el mundo que haya hecho esto, y todos los ojos están fijos en Interamérica. Nos llaman la división evangelizados.
¡Mantengamos este buen ritmo! Pastor Kloosterhuis y pastor Christian, presidentes de uniones aquí presentes, creemos que 1977 será un gran año. Este documento relativo a la evangelización y la terminación de la obra ha hallado buen eco en las juntas de las uniones. En cada una se dedicó por lo menos medio día, y hasta un día entero, para planificar las tareas de evangelización con el fin de terminar la obra.
Después de todo, ésta es la razón de ser de la iglesia. No hay otra. Todo el resto de la maquinaria está dedicada a apoyarla. Y si este mecanismo se torna tan grande que llega a ocupar el lugar de la evangelización, tendremos que eliminar parte de él, y poner otra vez la evangelización en el lugar que le corresponde.
Queremos agradecer, también, a cada uno de ustedes por la parte que le ha correspondido realizar. Y creo que deberíamos ponernos de pie y cantar ese himno que dice: “Alabemos al Señor, de quien viene toda bendición”