Puesto que también me toca trabajar en la coordinación del Ministerio en favor de los Niños y los Adolescentes, me he preocupado por un asunto que deseo compartir en este espacio. Es algo de suma importancia que implica la salvación de nuestros jóvenes y niños, y su conservación en el seno de la iglesia. ¿De qué maneras podemos desempeñar bien esta tarea? Enunciaremos algunas de ellas.
En el culto divino
Debemos preocuparnos por la necesidad de prestar atención a los niños y los adolescentes, facilitándoles la participación y la integración en los cultos de los sábados. Entendemos que durante la escuela sabática se los atiende debidamente, pero cuando se trasladan al “ámbito de los adultos” hacemos poco o nada para que sientan que forman parte de ese momento también. No nos debe extrañar, entonces, que esos corderitos del rebaño se la pasen entrando y saliendo del templo. Después de todo, no les transmitimos la sensación de que forman parte del culto a Dios.
En Obreros evangélicos, página 220, leemos lo siguiente: “En toda oportunidad adecuada repítase la historia de Jesús a los niños. En cada sermón, resérveseles un pequeño rincón. El siervo de Cristo pue- de hacer de estos pequeñuelos amigos permanentes. No pierda él ninguna oportunidad de ayudarlos a hacerse más entendidos en el conocimiento de las Escrituras. Esto logrará más de lo que nos damos cuenta para cerrar el paso a las tretas de Satanás. Si los niños llegan a familiarizarse temprano con las verdades de la Palabra de Dios, ello erigió una barrera contra la impiedad, y podrán hacer frente al enemigo con las palabras: ‘Escrito está’ ”. Y en El evangelismo, página 422, leemos: “Al decir Jesús a sus discípulos que no impidieran a los niños el acercarse a él, hablaba a sus seguidores de todos los siglos, es decir, a los dirigentes de la iglesia: ministros, ancianos, diáconos y a todo cristiano. Jesús atrae a los niños, y nos manda que los dejemos venir, como si nos dijera: ‘Vendrán, si no se lo impedís…’
“Mientras el Espíritu Santo influye en los corazones de los niños, colaborad con su obra. Enseñadles que el Salvador los llama, y que nada lo alegra tanto como verlos entregarse a él en la flor y la lozanía de la edad.
“El Salvador considera con infinita ternura a los seres humanos que compró con su sangre. Pertenecen a su amor. Los mira con indecible cariño. Su corazón anhela alcanzar, no solo a los mejor educados y más atractivos, sino también a los que por herencia y descuido presentan rasgos de carácter poco lisonjeros”.
En la página 257 del mismo libro se nos dice: “Tomen los ministros del evangelio a los niñitos en SUS brazos, y bendíganlos en el nombre de Jesús. Díganse a los pequeños, palabras del más tierno amor; porque Jesús tomó a los corderitos del rebano en sus brazos, y los bendijo”.
Posiblemente no le hayamos concedido, como iglesia, el debido espacio a la integración de las nuevas generaciones en los servicios del culto. Si los pastores reflexionan acerca de este asunto, descubrirán que, si les damos la debida atención a nuestros niños y a los adolescentes, tendremos una iglesia con garantías de futuro.
El educador y escritor Philip Yancey, al dirigirse cierta vez a un grupo de mil pastores, les preguntó cuántos de ellos acostumbraban tener en sus iglesias el “momento de los niños en el culto divino”. Quedó decepcionado al verificar que ninguno de ellos lo tenía. Les dijo entonces que cada pastor debería dedicar un momento especial del culto para los niños, y entonces hablarles sentado en el suelo en el mismo nivel de los ojos de ellos, rodeándolos con sus brazos, dándose a conocer y haciéndose amigo de ellos.
La falta de esa interacción data como resultado que el pastor siempre será un ilustre desconocido para los niños y adolescentes. Y, seguramente, hasta en el bautismo de primavera tendrá dificultades para relacionarse con ellos. No lo conocerán como su pastor y no escucharán su voz.
Para facilitar esta tarea, estamos poniendo a disposición de nuestros lectores, en portugués, un material titulado “Adoración Infantil”, compuesta por un CD doble, con trece historias combinadas con música y efectos especiales, un folleto con las historias del CD y actividades para los niños, y material adicional como ser lápices de colores, una libreta y un lápiz negro. Este material alcanza para el año entero y se puede solicitar a la Casa Publicadora Brasileira.
Escuela Cristiana de Vacaciones
Otro proyecto que requiere lo mejor de nuestra atención es la Escuela Cristiana de Vacaciones. Este plan tiene la doble ventaja de conservar a los niños en la iglesia y de atraer a Cristo a los padres no adventistas. El programa esté elaborado de tal manera que todos los niños tienen participación en las actividades diarias, como asimismo en la fiesta de fin de curso, cuando se invita a los padres a asistir.
También se ha preparado nuevo material para las escuelas Cristianas de vacaciones por parte del Ministerio en favor de los Niños y Adolescentes de la Unión Brasileña Central. Se trata del programa titulado Los secretos del gran Artista. Por medio de su contenido se induce a los niños a reconocer a Dios como el Creador del Universo, conocer los secretos y los misterios de la naturaleza, valorizar a los seres humanos como la obra principal de la creación, aceptar el amor de Jesús, buscar la presencia divina en sus quehaceres diarios y amar a Dios sobre todas las cosas.
Entre los recursos para la enseñanza hay historias bíblicas, actividades manuales, cantos y otras cosas.
Para que la Escuela Cristiana de Vacaciones pueda funcionar sin mayores problemas, sugerimos emplear al equipo de maestros de la escuela de iglesia durante el mes de enero, considerando el hecho de que por lo general en ese mes el pastor y su esposa están de vacaciones. Durante las vacaciones de invierno el pastor y su esposa podrían atender esta actividad.
Es importante insistir en que el objetivo de la Escuela Cristiana de Vacaciones va más allá del mero uso del tiempo en el cual los niños están implicados en alguna actividad. Es un medio para atraer a la gente a Cristo. Los niños podrían ser alumnos de la escuela adventista o del Club de Conquistadores y Aventureros. Y tras ellos pueden venir los padres.
Sobre el autor: Coordinadora de AFAM en la Asociación Ministerial de la Unión Central del Brasil.