Los hijos de pastores (HPs) son personas especiales. Puesto que yo también lo soy, puedo describir, por mi propia experiencia, las “ventajas y desafíos de crecer en una familia pastoral.
Y siendo que mis hermanos y la hermana de Sharon tienen familias pastorales con HPs, hemos observado su progreso en la crianza de tres sobrinas y dos sobrinos, todos jóvenes maravillosos y listos.
Mientras discutimos estas ventajas y desafíos, pondremos las prioridades divinas en primer lugar. La primera misión del ministro es su hogar y su familia.
“Los deberes propios del predicador lo rodean, lejos y cerca; pero su primer deber son sus hijos. No debe dejarse embargar por sus deberes exteriores hasta el punto de descuidar la instrucción que sus hijos necesitan. Puede atribuir poca importancia a sus deberes en el hogar; pero en realidad, sobre ellos descansa el bienestar de los individuos y de la sociedad”.
“Ninguna disculpa tiene el predicador por descuidar el círculo interior en favor del círculo mayor. Ante todo, está el bienestar espiritual de su familia. En el día del ajuste final de cuentas, Dios le preguntará qué hizo para llevar a Cristo a aquellos de cuya llegada al mundo se hizo responsable. El mucho bien que haya hecho a otros no puede cancelar la deuda que tiene con Dios en cuanto a cuidar de sus propios hijos”.
¿Ha comprendido usted la importancia de esta amonestación? No hay nada más grande que usted haya realizado o realice en esta vida que criar a sus hijos de tal manera que decidan elegir a Cristo y se deleiten en las cosas de su reino. Cualquier otro logro que pueda alcanzar, si fracasa en esta primera prioridad, será escoria.
Los HPs tienen oportunidades especiales
Muchas veces hablamos con suma facilidad de los desafíos que las familias pastorales, y los HPs en particular, enfrentan olvidando las ventajas resultantes de crecer en una casa pastoral.
Por ejemplo, probablemente no haya otra profesión en la cual los niños se involucren tanto en la obra de sus padres que los hijos de pastores. La mayoría de los niños crecen habituados a ver a sus padres salir de la casa para irse al trabajo, ignorando prácticamente todo lo que ellos hacen en realidad.
Pero, como la mayoría de los asuntos de la iglesia, por lo general, involucra a la familia pastoral, eso no ocurre con los HPs. Por lo general, ellos están más conscientes de los problemas de la iglesia, de la política, de los planes y de los proyectos que cualquier otro miembro de la iglesia.
Y prácticamente no tiene caso tratar de ocultarle un secreto a un HP. Una vez me di cuenta, cuando era niño, que se estaba llevando a cabo un tormentoso debate en la iglesia por causa de la disciplina de un miembro adúltero. Mis padres intentaron fervientemente proteger nuestros jóvenes oídos de los detalles; pero se quedaron asombrados cuando mi hermano y yo les informamos detalladamente acerca de las discusiones y que eran más exactos que lo que ellos mismos sabían.
Por lo tanto, para bien o para mal -y la mayoría de las veces es para bien-, sus hijos se involucrarán íntimamente en su ministerio. De hecho, la experiencia de crecer en una familia pastoral da una decidida ventaja profesional a los hijos que después llegan a ser ministros, porque ya han visto muchos de los problemas, posibilidades y experiencias mientras maduraban.
Entre otras ventajas que disfrutan los HPs, están las oportunidades de viajar a nuevos y excitantes lugares: campamentos de verano, reuniones de obreros, etc., y también de participar en diversos eventos donde se encuentran con amigos que comparten experiencias similares. Como resultado, los HPs crecen con una visión más amplia del mundo que aquellos que nunca pasaron por tales experiencias.
El desarrollo en el liderazgo es una parte integrante de la madurez de los HPs, cuando ven a sus padres planear proyectos, resolver problemas, conducir estudios bíblicos, o ayudar a la gente. Recordemos que la educación real ocurre más por observación que por instrucción.
Los HPs también enfrentan desafíos especiales
Quizá el mayor desafío que he experimentado u observado en otras familias pastorales sea el de las expectativas irreales que se tienen respecto de los niños, sólo porque son HPs. Algunas de estas expectativas provienen de los miembros de la iglesia, si bien otras son impuestas por padres bien intencionados que quieren que sus hijos sean perfectos. De hecho, incluso los HPs mismos pueden adoptar expectativas que están más allá de la realidad con respecto a ellos mismos.
Una de nuestras caricaturas favoritas presenta al perro de la casa pastoral, que deja la casa con instrucciones del pastor que dice: “Ahora recuerda, Fido, tú eres el perro del pastor, y todos estarán observando tu comportamiento”.
Los pastorados breves y los traslados frecuentes plantean otro desafío para algunos HPs. Es posible que dentro de la misma familia pastoral haya niños que se adaptan pronto a los nuevos ambientes, prosperan según las nuevas experiencias y nunca parecen frustrados o fastidiados por el tiempo de transición, mientras que otros HPs experimentan un verdadero trauma por la pérdida de amigos, escuela, rutina familiar y un ambiente totalmente nuevo. He admirado a muchas familias pastorales que procesan cuidadosamente el cambio con sus hijos, al grado de que toda la transición se convierte en una aventura familiar, más que en una reubicación.
Siendo que tal proceso toma tiempo, es importante recordar otro gran desafío que los HPs afrontan si tienen un padre que se ausenta demasiado. Como dice mi colega Virginia Smith, directora del Departamento de Ministerios Infantiles: “Es fácil llegar a absorberse tanto en la ‘obra de Dios’ que no logremos hacer la primera obra de Dios que es ministrar a nuestras familias”. El pastor sabio se asegurará de programar un tiempo de calidad y cantidad para interactuar con los HPs que Dios le confió. Usted jamás recuperará las oportunidades perdidas que se produjeron mientras presidía una comisión o hacía una visita más. Recuerde, los pastores y las familias pastorales necesitan la experiencia renovadora del lavamiento de pies y la sanadora promesa de Malaquías 4:5, 6.
Toronto 2000 brinda una oportunidad especial a los HPs
En este número la Asociación Ministerial anuncia una emocionante oportunidad exclusiva para los HPs de todo el mundo quienes, usando sus talentos y creatividad, pueden participar en una variedad de competiciones en diversas categorías.
Los triunfadores serán seleccionados y recompensados debidamente en cada unión alrededor del mundo. El trabajo ganador de cada categoría, en cada unión, será enviado a la Asociación General, donde se entregará un gran premio al ganador de cada categoría, consistente en un viaje con sus padres al Concilio Ministerial que se llevará a cabo en Toronto 2000. ¡Analice a continuación las reglas de la competición y procure que sus HPs ganen para usted un viaje gratuito a la presesión de la Asociación General!