Tal es el título de uno de los sermones predicados por el pastor D. Hunter durante las reuniones de fin de año de la División Afro-Medioriental, en Beirut, Líbano, cuyo resumen presentamos a continuación. Creemos que este material será muy apreciado por los obreros de nuestra división.

  1. No tendrás otros intereses delante de mí. Cualesquiera sean los intereses o pasatiempos que podamos tener, Dios y su obra deben estar primero.
  2. No tendrás ante ti ningún trabajo “fuera de hora”, en relación con negocios, bienes raíces, mercado negro, ni cosa alguna que te aparte de tu sagrada vocación. No necesitamos más de los bienes de este mundo, pero el Señor necesita de nuestros esfuerzos.
  3. No tomarás el nombre de los hermanos de la iglesia en vano. No debemos tratar de demoler la obra de otro hombre en alguna de sus áreas, sino que nuestro deber es ayudarle a construir y dar gracias a Dios por su éxito.
  4. Acuérdate de tus horas de estudio y oración para santificarlas. A fin de obtener resultados efectivos, necesitamos tener horas regulares para el estudio, la oración y la meditación.
  5. Honra a tu esposa y a tus hijos para que tus días se alarguen en la misión o institución que el Señor te ha dado. El éxito de la iglesia depende de la influencia del hogar. Una gran suma de bien, hecha para el Señor, no puede cancelar la deuda que el obrero tiene ante Dios, por el cuidado de sus propios hijos.
  6. No matarás:
  7. El tiempo. Necesitamos ser organizados y hacer solamente aquellas cosas que debemos hacer. Seremos tenidos por responsables de la manera como usamos nuestro tiempo.
  8. Tus oyentes. Los predicadores pueden hacer esto alimentando deficientemente al rebaño, o dándole alimento en exceso.
  9. El liderazgo de una institución. Muchos creen que se transforman en expertos, tan pronto como son elegidos para un cargo. Desarrollemos el liderazgo en aquellos que nos rodean antes que cargar nosotros mismos con toda la responsabilidad.
  10. No cometerás adulterio. En todo tiempo evitaremos la apariencia de mal.
  11. No hurtarás:
  12. Sermones de otros.
  13. Obreros de otro campo.
  14. No darás falso testimonio mediante la predicación de fábulas, sensacionalismo y otras cosas semejantes. No somos salvos por lo que hacemos para Dios, sino por lo que Dios hace por nosotros.
  15. No codiciarás el campo de tu hermano dirigente, ni su institución, ni sus obreros, ni su presupuesto, ni su equipo ni cosa alguna que le pertenezca. Si quieres tener éxito en tu liderazgo, guarda estos mandamientos y te salvarás a ti mismo, y a aquellos que trabajan contigo.