¿Son los demonios seres espirituales auténticos, dignos de que sean considerados con seriedad por los cristianos de nuestros días?

¿Podemos identificar equivalentes modernos de la “posesión demoníaca” descripta en los evangelios? ¿O fueron esas manifestaciones de actividad demoníaca particularmente notables durante la vida de nuestro Señor y dejaron de existir posteriormente en la historia?

¿Existe una relación entre el demonismo y la oleada actual de interés en el ocultismo, la astrología, el espiritismo y las distintas clases de fenómenos físicos?

Estas no son más que unas pocas de las preguntas que confrontan los cristianos en momentos en que un bien conocido obispo asegura haber conversado con el espíritu de su difunto hijo; en que la astrología y la consulta a los horóscopos se han convertido en algo distinguido; en que una de las más populares escritoras de nuestros días es una vidente católica romana.

En San Francisco un sujeto llamado Antón Szandor LaVey es “sumo sacerdote” y dirigente de la Iglesia de Satanás, donde se celebran misas negras (una perversión de la misa católica), se practica la adivinación y con regularidad se presentan conferencias sobre magia negra para brujas y hechiceros.

LaVey afirma que la fallecida actriz Jane Mansfield le pidió que le hiciera una brujería a Steve Brody, un amante demasiado insistente. Poco después tanto Brody como la Mansfield morían en un accidente automovilístico. LaVey se atribuye la muerte de Brody y admite que la actriz fue la víctima “inocente” de la misma maldición.

Tal vez nada de lo que LaVey ha hecho sea tan repulsivo a los cristianos como el funeral satánico que llevó a cabo para un joven marinero que antes había sido activo en una iglesia evangélica bautista en Chicago, pero que cayó bajo la influencia de LaVey mientras prestaba servicio en la costa occidental. ¿Puede rastrearse el culto satánico de LaVey hasta su desembocadura en el abierto demonismo?

Al comienzo de 1969 en la casa de Sylvio Saint Onge, de Quebec, se registraron fenómenos de golpes y movimientos de objetos no atribuibles a causas humanas. Cuatro sacerdotes investigaron los extraños sucesos, incluyendo una estatua de la virgen que cayó y se rompió sin ninguna razón evidente, un cuadro de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro que fue continuamente arrojado al piso a pesar de que se lo colgaba de un fuerte clavo, ropa que abandonaba el armario y se juntaba en el centro de la habitación y la pata de una cama que se levantaba en el aire para caer nuevamente. Los investigadores llegaron a la conclusión de que “el demonio, si Dios lo permite, puede manifestarse tangiblemente por toda suerte. . . de molestias a ciertas personas o cosas, como ha sucedido en la vida de muchos santos”.

En Londres, un dominico irlandés fue suspendido en el mes de febrero de 1969 de su cargo docente después de su visible inclinación a la brujería y a la misa negra. Fue acusado de participar en ritos nudistas y en reuniones de hechiceros. La acusación más grave fue la de que había estado buscando una virgen para que participara en la misa negra.

Si bien las noticias sobre brujería y otras actividades ocultistas no son desconocidas en los Estados Unidos, este país está expresando aparentemente su hambre por lo trascendente mediante una obsesión por la astrología.

Los caldeos dieron origen a la astrología y los griegos y romanos la popularizaron. Por el 3000 AC los sacerdotes babilonios trasladaban sus observaciones del cielo a la predicción de sucesos humanos. El principio básico de la astrología es que las estrellas y planetas influyen en el carácter humano y los acontecimientos. La astrología ha sido por lo general considerada como una pseudociencia desde que Copérnico probó en el siglo XVI que la Tierra no era el centro del universo.

Recientemente varios periódicos han publicado extenso material sobre astrología. Esos diarios estiman que en los Estados Unidos hay unos 10.000 astrólogos. Los más conocidos son Jeane Dixon, Carroll Righter y Sydney Ornar. De acuerdo con el dato de una publicación que informa sobre la actividad editorial, unos 1.200 diarios estadounidenses publican horóscopos en sus columnas, mientras que hace 20 años apenas lo hacían 100.

JEANE DIXON

Pero Jeane Dixon es por lejos la más conocida debido a sus misteriosas predicciones de sucesos futuros, que ella atribuye a una sensibilidad psíquica proveniente de Dios. Dice que a veces le sobrevienen visiones sin que haya tenido que hacer nada de su parte. En otras ocasiones emplea la bola de cristal o toca las puntas de los dedos de personas a quienes les descubre su revelación. Sólo muy recientemente se ha vuelto a la astrología. Muchos cristianos ortodoxos que han leído sus declaraciones en los periódicos o en el libro de Ruth Montgomery titulado A Gift of Prophecy (Un don de profecía) preguntan tímidamente: “¿Qué piensa Ud. de ella?”

No resulta fácil clasificar a la Dixon, por mucho que lo que prediga sea aparentemente tanto teocéntrico como cristocéntrico. Tal vez, como opina un creciente número de expertos en el campo de la parapsicología, la Dixon ha desarrollado grandemente los poderes de la percepción extrasensorial.

Sin embargo algunas de sus visiones se distinguen por una misteriosa cualidad. Describe una espeluznante visión ocurrida el 14 de julio de 1952, cuando una serpiente subió a su cama y se le enroscó en el cuerpo. “Mientras yo observaba, lentamente volvió sus ojos [la serpiente] y los fijó en los míos —refiere—. En ellos estaba la omnisapiente sabiduría de los siglos… No habló, pero me parecía saber que me estaba diciendo que yo tenía mucho por aprender”.

Teniendo en cuenta el encuentro de la serpiente con Eva en el jardín y el papel invariable de los ofidios en los encantamientos, la brujería y las religiones de los malos espíritus, esta visión de la Dixon no es más que confirmatoria. No obstante, el carácter personal de la vidente parece impecable.

Aunque la teología naturalista y la psiquiatría de nuestro tiempo descartan la existencia de demonios, se ha registrado un gran vuelco popular hacia lo sobrenatural en libros y filmes. La obra de Ira Levin, El Bebé de Rosemary, se convirtió en best seller con dos millones y medio de ejemplares ya impresos. El filme ha redondeado los 40 millones de dólares y figura entre los cincuenta famosos de la industria cinematográfica.

¿Cuál es el argumento? Es la historia de una joven esposa neoyorquina que se encuentra atrapada y manipulada por un grupo de modernos hechiceros. Al igual que muchas víctimas medievales, tiene trato con un íncubo (especie de demonio masculino que ejerce comercio carnal con una mujer) y finalmente da a luz a un niño mitad humano, mitad demonio.

LA SITUACIÓN EN EUROPA

Pero quizá más increíble en esta era de progreso científico es el caso verídico de Bernadette Hasler, simpática muchacha suiza de 17 años que fue golpeada hasta morir el 14 de mayo de 1966, acusada de trato con íncubos. Este horripilante caso salió a la luz en Zurich durante el juicio a un sacerdote alemán expulsado y a cinco de sus seguidores, que fueron acusados de la muerte de la señorita Hasler mientras trataban, mediante exorcismos, de echar los demonios de ella.

Informes de misioneros cristianos en Suiza dan cuenta de que apenas existe una villa en ese hermoso país que no, tenga un brujo o médium que haga hechizos o prepare brebajes al modo de sus medievales predecesores. Solamente en Zurich se sabe que existen unos 2.00(1 médiums.

Se ha tenido conocimiento de que casos similares han ocurrido en toda la Europa “civilizada” —particularmente en Alemania, Francia e Italia. El Dr. Roberto P. Evans, fundador de una misión en Europa, se refiere en una publicación a la situación en Francia: “La ignorancia espiritual y la esclavitud moral de muchos franceses es casi increíble. Bajo la superficie de millones de vidas yace el temor a los poderes ocultos y una preocupación por aplacarlos”.

Describe la muerte de un agricultor francés a manos de su hermana, que lo ahogó en un recipiente con agua salada. La mujer había consultado previamente a un brujo, el que había hecho encantamientos en la sal a fin de neutralizar una maldición por un “mal de ojo” que amenazaba a la esposa del agricultor. Este no cooperó en la “cura”. Solamente en las ciudades y pueblos de Normandía existen más de 300 templos que se especializan en el espiritismo y la sanidad.

Mientras se desempeñaba como director del Instituto Bíblico de Alemania, Kermit Zopfi encontró a un joven llamado Rolf que expresó el deseo de ser cristiano. Cuando Zopfi se arrodilló junto a una cama para orar con el joven, sintió que la cama temblaba. Abrió sus ojos y encontró al muchacho “sacudiéndose vio- I lentamente como si tuviera convulsiones. Comenzó a jadear por falta de aire, como si se estuviera sofocando. Luego se arrojó a la cama”.

Después Rolf gritó: “El demonio no dejará orar. Le pertenezco”. Más tarde se descubrió que el padre del muchacho era dirigente de un culto a los demonios. Rolf mismo había participado en una ceremonia encomendando su vida al maligno. Meses después Rolf estuvo en condiciones de aceptar a Cristo y abandonar su vida de esclavitud.

En febrero de 1969 los representantes de los magos de Italia llevaron a cabo una manifestación frente a la cámara de diputados, en Roma, en favor de un status profesional y de pensiones a la vejez. La revista Time, al informar sobre el incidente, afirmaba: “Casi cada pueblo [en Italia] tiene su especialista en ocultismo”.

Comentando el generalizado interés en lo oculto y en los fenómenos psíquicos, Eduardo Gross, profesor de sociología en la Universidad de Washington recientemente dijo: “Los sociólogos sostienen que en una sociedad estable la religión suministra las respuestas necesarias a las grandes preguntas de la vida, la muerte y el destino del hombre. Pero cuando esa estabilidad se trastorna, la gente se siente como perdida y, en un peculiar estado de receptividad, mira desesperadamente a su alrededor, buscando nuevas respuestas”. (Continuará).

Sobre el autor: Director de la revista Eternity