Hay quienes dicen que después de haber servido durante 21 años como presidente de la Asociación General, el pastor Arthur G. Daniells debía ser reemplazado. También se ha dicho que para poder reemplazarlo era necesario crear una actividad atractiva, pero no absolutamente necesaria, para reubicarlo. Sean las que hayan sido las motivaciones, en el mes de mayo de 1922 se le pidió a Daniells, uno de los grandes líderes de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, que se pusiera al frente de una nueva iniciativa que se conoció como la Comisión Ministerial, antecesora de nuestra actual Asociación Ministerial.

 Dos años más tarde, durante un instituto ministerial celebrado en Nashville, Tennessee, se expresó la necesidad de refinar y enriquecer el tema presentado en tales convocaciones y preparar más material de lectura enfocado especialmente a los ministros adventistas del séptimo día. Para ello, se le hizo una invitación a L. E. Froom, que entonces era editor de la revista Watchman, para que fuera asistente de Daniells.

 La recién formada Comisión Ministerial comenzó a producir varios folletos y revistas para los ministros de la iglesia. Esto condujo naturalmente a la idea de crear una revista exclusiva, que sería distribuida a los ministros mensualmente y que les proveería recursos regulares para el mejoramiento de su trabajo. No sin dificultad, debido mayormente a problemas financieros, los dirigentes de la iglesia aprobaron esta idea. Y finalmente se lanzó una nueva revista el mes de mayo de 1928, hace más de 70 años. Desde entonces se la conoció como Ministry, y el pastor LeRoy Edwin Froom fue su primer director.

 Las primeras palabras de presentación de ese primer número escritas por L E. Froom, fueron: “Con profunda satisfacción saludamos a los obreros del movimiento adventista de todo el mundo, a través de Ministry… y Bajo el título: “Our Apology and Our Authorization” (Nuestra apología y nuestra autorización), Froom explicó con admirable honestidad que la “apología” era necesaria “a causa de la intrusión del recién llegado a la voluminosa lista de las revistas que ya están en circulación. Hay revistas seculares de todo tipo, y… periódicos religiosos que pueden calificarse de buenos, malos e insulsos. Pero aparte de esto… tenemos nuestras excelentes revistas denominacionales ya establecidas y diseñadas para dar información e instrucción general a todo el cuerpo de creyentes”. Si tal cosa fue cierta en 1928, lo es aún más hoy. ¿Cómo entonces se justificó la existencia de la revista Ministry? ¿Y cómo puede vindicarse la existencia de la misma hoy?

 Froom siguió diciendo: Pero nunca hasta ahora, en los 83 años de este movimiento, habíamos tenido un medio de comunicación designado sólo para nuestro grupo mundial de obreros del evangelio, vehículo a través del cual podrían nuestros dirigentes fuertes y experimentados, damos su consejo y orientación, donde podrían discutirse con franqueza y provecho nuestros problemas particulares, sin hacerse del dominio público, y donde podrían discutirse métodos de trabajo aparte de la observación de todos los miembros de la iglesia. La necesidad era patente. Era claro que había sonado la hora de dar este paso hacia adelante, porque cada año que pasa añade mayor complejidad a nuestra ya compleja tarea mundial. Ministry nació en esta corriente de pensamiento visionario y continúa ejerciendo ese mismo legítimo rol.

 Desde principios de siglo, cuando un pensamiento tal no estaba precisamente de moda, algunos pensadores progresistas dentro de la iglesia comenzaron a decir cosas como éstas: “Nuestros ministros debieran intentar acercarse a los ministros de otras denominaciones”.[1]

 Esta clase de conceptos comenzó poco a poco a echar raíces. Consistentes con ello, en 1973, una encuesta de 217 artículos publicados en Ministry reveló que se podría decir que 136 de ellos trataban asuntos que serían útiles para todos los pastores cristianos, sin importar su filiación religiosa.

 Por tanto, durante el significativo liderazgo editorial del pastor Robert Spangler, nació una nueva inspiración en Ministry. ¿por qué no dedicar los artículos de naturaleza más denominacional a seis números de Ministry cada año y enviar los otros seis a los ministros de otras denominaciones? Al programa se le dio el acrónimo: PREACH (siglas en inglés que quieren decir Proyect Reaching Every Active Clergy Home [Proyecto para alcanzar el hogar de todo ministro activo]). En 1975 se inauguró un programa piloto de dos años. Se envió la revista Ministry a 25,000 ministros de diferentes denominaciones cristianas. La respuesta a este experimento fue tan abrumadoramente favorable que en 1981 se votó continuar el programa indefinidamente. Hoy, aproximadamente 75,000 ministros de todo el mundo reciben la revista Ministry.

 Aunque la revista ha sufrido cambios a través de los años, su misión fundamental se ha mantenido inalterable. En aquel primer número de 1928 la “Authorization to the Ministry” se articula citando el voto de los dirigentes de la iglesia: “Que ella [la revista Ministry] incluya en su esfera de influencia los problemas y necesidades de … los ministros en sus variadas capacidades: evangelistas, pastores, misioneros, ejecutivos, maestros de Biblia, capellanes, etc…. [que ella] sea verdaderamente la revista exclusiva de los obreros evangélicos, con artículos constructivos, devocionales, mensajes y estudios de nuestros dirigentes mundiales, etc., tratando así problemas y responsabilidades específicos de los obreros adventistas”.

 Aunque estos propósitos se han expandido y ajustado a través de los años, permanecen como el pulso de la revista Ministry de nuestro tiempo; y en este número particularmente, celebramos la dirección de Dios a través de la historia de esta publicación.


Referencias

[1] Elena G. de White, Testimonies for the Church, tomo 6 (Mountain View, California: Pacific Press Pub. Assn., 1948), pág. 78.