La habilidad de un capitán se comprueba en una tormenta. Cuando los amigos aplauden y los tiempos son buenos, es fácil liderar. Pero en los días oscuros, cuando muchos desertan o se desaniman, cuando la oposición es fuerte, entonces se revela el temple del líder.

Uno de los dirigentes del pueblo de Dios que enfrentó tiempos de crisis fue Nehemías, y existen por lo menos cuatro lecciones de liderazgo que podemos aprender de su historia:

1. Completa dependencia de Dios. El registro bíblico indica que, cuando se enteró de la situación de crisis en que se encontraba su pueblo en Jerusalén, la reacción de Nehemías fue esta: “Cuando oí esas palabras, me senté y lloré. Por algunos días estuve muy triste, ayunando y orando ante el Dios del cielo” (Neh. 1:4). Lo primero que hace Nehemías, inmediatamente, es buscar a Dios en oración, y no solamente una vez, sino “día y noche” (vers. 6). No puede existir un liderazgo de éxito en tiempos de crisis sin una completa dependencia de Dios.

2. Involucramiento y compromiso personal. Nehemías 2:11 al 16 describe la inspección y la investigación personal que hizo Nehemías de la situación de crisis. No envió a otros, no se conformó con el informe de terceros; se implicó personalmente en inspeccionar por sí mismo y evaluar la situación de crisis. Esto le dio autoridad para luego presentar su plan de acción al pueblo. Como líderes espirituales, debemos comprometernos personalmente en las situaciones de crisis, para evaluarlas correctamente y elaborar planes de acción bajo la dirección de Dios.

3. Perseverancia. El liderazgo y los proyectos impulsados por Nehemías enfrentaron gran oposición por parte de los enemigos de Israel. Vez tras vez, Nehemías manifestó perseverancia y tenacidad para no desistir de la obra indicada por Dios, a pesar de la feroz oposición (ver Neh. 4:16, 17, 23; 5:16; 6:3; etc.). A pesar de los ataques de los enemigos, que intentaban desanimar a Nehemías y causar división entre el pueblo, el profeta no perdió el eje central de su misión y se mantuvo activo para completar la obra encomendada. Los líderes espirituales de hoy deben tener la misma actitud y no perder el foco: la predicación del evangelio.

4. Fortalecimiento espiritual del pueblo. La segunda mitad del libro de Nehemías trata mayormente con la obra de fortalecimiento espiritual realizada por Nehemías en favor de su pueblo. Puede verse un énfasis en dos aspectos: la lectura de la Palabra de Dios (8:3; 9:7, 9) y la renovación del pacto con Dios (9:38; 10:29, 39).

Se nos dice en las Escrituras que, en los últimos días, vendrán “tiempos muy difíciles” (NTV). Y ese tiempo es ahora: “Nunca hubo un tiempo en el que el ser humano haya sido tan responsable ante Dios como lo es en la hora presente. Nunca hubo un tiempo en el que la situación humana haya sido tan crítica como lo es ahora” (Elena de White, Principios para líderes cristianos, p. 316).

Nunca hay mayor oportunidad para que el pueblo de Dios cumpla su propósito que en tiempos de crisis. Sin embargo, los dirigentes no tienen tiempo para volverse espirituales de repente cuando llegan las crisis; más bien, ministran desde la profundidad espiritual que ya tienen. Asimismo, las iglesias que poseen vitalidad espiritual antes de que ocurran las crisis están preparadas para lograr el mayor impacto para el Reino de Dios durante esas crisis. Llevar a cabo la Gran Comisión de hacer discípulos totalmente comprometidos con el Señor, es la mejor preparación que las iglesias y sus líderes pueden hacer para enfrentar las crisis actuales, y especialmente, las crisis venideras.

Sobre el autor: editor asociado de la revista Ministerio, edición de la ACES.