Cuando alguien recibe un llamado para convertirse en pastor, hay un fuerte deseo en su corazón de alcanzar a tantas personas para Cristo como sea posible. En medio de esta y tantas otras demandas del ministerio, algunos han considerado secundario, o sin mucha relevancia, el tema de la libertad religiosa: ni siquiera se elige un director de Libertad Religiosa para sus iglesias locales. Todavía hay quienes no son conscientes del valor del derecho humano inherente a la libertad religiosa, que es necesariamente una cuestión ligada a la dignidad y la libertad individuales. ¿Cómo podemos cambiar esta realidad?

Según el Informe Mundial sobre Libertad Religiosa, se están experimentando cada vez más violaciones del derecho a la libertad de culto. El 67 % de la población mundial vive en países donde se perpetran graves ataques a este derecho fundamental.[1] Según Markus Grübel, comisionado del gobierno alemán para la libertad religiosa, “tres de cada cuatro personas en todo el mundo viven en un país que restringe su libertad de religión o creencia”.[2]

En nuestro entorno regional, los pastores no suelen tener limitaciones para realizar cultos ni llevar a cabo tareas de evangelización. Pero esta no es la misma realidad para muchos miembros de la iglesia en otros contextos. Hay jóvenes que luchan por el derecho a guardar el sábado desde la puesta del sol del viernes hasta la puesta del sol del sábado. Otros luchan por motivos de conciencia, para no participar en actividades de baile, juramentos ilegítimos de fidelidad, etc. También hay adultos en nuestras iglesias que están batallando con la decisión de trabajar o no en sábado para llevar el pan a la casa. ¿Cómo podemos ayudarlos?

1. Acciones del pastor

Primero, es esencial fomentar una cultura de respeto y tolerancia dentro de la propia congregación. Esto puede lograrse promoviendo activamente la aceptación de la diversidad y el entendimiento mutuo, y desalentando cualquier forma de discriminación o prejuicio basado en creencias religiosas. Los pastores, como líderes espirituales, deben dar ejemplo en este sentido.

Además, es importante divulgar y explicar el concepto de libertad religiosa. Esto implica no solamente el derecho a practicar la propia fe, sino también el derecho a no ser coaccionado a traicionar las propias creencias religiosas, e incluso el derecho a cambiar de religión. Los sermones, el espacio de Escuela Sabática y los debates en grupo pueden ser plataformas efectivas para enseñar estos temas.

Los pastores adventistas pueden desempeñar un papel en la defensa de la libertad religiosa a nivel local, nacional e internacional. Esto puede incluir la interacción con legisladores y funcionarios gubernamentales, así como colaborar con organizaciones de derechos humanos y libertad religiosa. Los pastores deben usar su influencia para abogar por leyes que protejan la libertad religiosa y puedan ayudar a garantizar que las violaciones de este derecho se aborden y resuelvan adecuadamente.

2. Protocolo de cuidados

Sin duda, la dependencia de Dios será siempre la fuente de la acción. Además, es necesario buscar el asesoramiento de personas más experimentadas en el área, como abogados y pastores de departamento de Libertad Religiosa, ya sea de Misiones, Asociaciones, Uniones, o incluso de la propia División. Los siguientes son otros consejos sobre cómo podemos servir a nuestras iglesias:

• El diálogo no debe ser confrontativo ni hostil. Siempre se debe buscar una adaptación y un compromiso razonables. Una buena conversación es una herramienta que resuelve la mayoría de las dificultades. Este diálogo puede contar con la presencia del pastor.

• En los casos que involucren la pérdida de la libertad religiosa, podemos utilizar una carta no conflictiva que indique claramente el motivo y la solicitud, proponiendo adaptaciones razonables. La carta debe estar firmada por la parte perjudicada. Si la persona es menor de edad, su representante legal puede realizar la solicitud, y no necesariamente necesita ser firmada por el pastor o por un abogado. Este paso está destinado a resolver formalmente el problema, pero también es un medio para demostrar que hemos hecho los mejores esfuerzos para resolver el caso.

• En casos difíciles, es importante dirigirse a los organismos estatales que protegen los derechos humanos. La libertad religiosa es un derecho humano, garantizado en nuestras constituciones, y nuestros países son signatarios de convenciones que garantizan este derecho. Acudir a los órganos gubernamentales es un paso importante. El pastor de la iglesia local y el abogado del Campo pueden acompañar al miembro agraviado en este proceso.

• Si los pasos anteriores no tienen éxito, es perfectamente posible reclamar ante los tribunales la protección del derecho humano a la libertad religiosa. En este sentido, también es muy importante contar con el apoyo de los abogados que trabajan para la iglesia.

3. La cuestión del sábado

Para los adventistas, la doctrina del sábado es muy importante en relación con la libertad religiosa. La situación es una oportunidad para testificar a los demás sobre esta verdad y también nos permite ejercer la fidelidad. Al fin y al cabo, algunos pierden un año de estudio, un trabajo o una carrera profesional. Sin embargo, en el futuro, todos los observadores del sábado perderán su libertad y otros derechos humanos importantes. Hoy, una de cada cuatro personas disfruta de la libertad religiosa. Esto pronto terminará para siempre. Es hora, sin duda, de aprender a caminar por fe, de cara a lo que nos espera, custodiados por la segura compañía del Ángel del Señor.

Finalmente, es esencial que los pastores adventistas muestren solidaridad con aquellos que enfrentan persecución o discriminación debido a sus creencias religiosas, sean o no adventistas. Esto puede incluir oración y sostén espiritual, así como ayuda práctica y apoyo para defender sus derechos. Al mostrar solidaridad con los perseguidos, los pastores pueden fortalecer el compromiso de la iglesia con la libertad religiosa.

Poder predicar libremente sobre la gracia de Jesús es un regalo inconmensurable. Desafortunadamente, muchos de nuestros hermanos no son conscientes de esto. ¿Cuándo fue la última vez en tu iglesia que agradeciste a Dios por la libertad religiosa o predicaste al respecto? ¿Te has puesto en contacto con las autoridades públicas de tu localidad para expresar tu agradecimiento por el derecho humano a la libertad de culto? ¡Reflexiona sobre esto!

Sobre el autor: Abogado y director de Libertad Religiosa de la Unión Ecuatoriana


Referencias

[1] “En uno de cada tres países del mundo se producen graves violaciones de la libertad religiosa”, Ayuda a la Iglesia Necesitada, disponible en <link.cpb.com.br/78bf71>, consultado el 29/5/2023.

[2] Christoph Strack, “La libertad de religión está bajo presión en todo el mundo”, disponible en <link.cpb.com.br/92233a>, consultado el 29/5/2023.