Un programa de Relaciones Públicas (RP) será una de las armas más poderosas en manos del pastor de iglesia. Sin embargo, es probable que no poseamos una idea acertada de lo que son las RP, ni de la forma de practicarlas. Consideremos brevemente tres casos:
Caso Nº 1. Un grupo de muchachos juega al voleibol cuando la pelota se eleva por el aire y cae en el predio contiguo. Uno de ellos se encarama en el muro y pide amablemente a la vecina que le alcance la pelota. Alguien entonces señala: “Fulano está haciendo relaciones públicas”.
Caso Nº 2. Un pastor, cuya tarea diaria le exige que se relacione con personas de las clases más diversas, traba relación ocasional con una alta autoridad del gobierno. Desarrolla con ella cierta amistad, y comienza a tratar con varias personas de influencia y notoriedad, incluyendo militares de alta graduación. Ese pastor admite estar realmente conforme con la “profusión de sus relaciones públicas”.
Caso Nº 3. Antes de comenzar un ciclo de conferencias en una localidad, el pastor se dirige a las autoridades competentes a fin de solicitar autorización para colocar la energía eléctrica en la carpa que servirá de auditorio. Al regresar a su casa con el permiso en la mano, comenta que estuvo “haciendo relaciones públicas”.
El caso Nº 1, se refiere a la capacidad de relaciones personales o individuales de un muchacho. El segundo caso hace alusión a las relaciones de un pastor con funcionarios de gobierno y con militares, que podrían eventualmente transformarse en una noticia aprovechable por las RP. El último caso cuenta simplemente las circunstancias de una tramitación oficial. Pero en ninguno de los tres casos se muestra la práctica directa de las verdaderas RP, aunque sus protagonistas opinen lo contrario. Las RP no deben confundirse con la Publicidad, la Promoción o la Propaganda. Tampoco con la recaudación de fondos o con las vinculaciones gubernamentales. Es probable que mantengamos muy buenas relaciones con altas autoridades civiles, eclesiásticas, o militares, pero no debemos apresurarnos en llamarlas RP.
Qué son las relaciones públicas
Son las actividades cuidadosamente planeadas y ejecutadas con el propósito de mantener buenas relaciones entre la iglesia y sus miembros (RP internas), y entre la iglesia y los sectores del público en general, (RP externas).
RP significa moldear la opinión del público en beneficio de una causa noble.
RP significa “hacer lo bueno, y hacerlo saber”.
RP quiere decir comunicación. Verter información sobre determinados sectores del público.
RP es una ciencia social y del comportamiento, que al ser aplicada se convierte en la función que:
1. “Mide, evalúa e interpreta las actitudes de los diferentes públicos.
2. Asesora en la definición de objetivos para aumentar el entendimiento del público y la aceptación de los planes, políticas, productos y personal de la empresa.
3. Adecúa esos objetivos a los intereses, necesidades y metas de los diferentes públicos.
4. Desarrolla, ejecuta y evalúa un programa tendiente a ganar la aceptación y la comprensión del público”. [1]
Hechos y actos de relaciones públicas
Es importante para la práctica de las RP que establezcamos la diferencia entre los hechos y los actos de relaciones públicas.
1. Actos de RP:
a) Teniendo en cuenta la definición de Robinson, anteriormente citada, diremos que son las actividades tendientes a medir, evaluar e interpretar las actitudes del público.
b) Son las actividades destinadas a hacer llegar al público en general, o a determinados sectores de la opinión pública, la información referente a los hechos de RP.
c) Son los intentos de comunicar al público, qué son, qué creen, pero fundamentalmente QUE HACEN los adventistas, ya que el fundamento de las RP consiste en “hacer lo bueno y hacerlo conocer”.
d) Ejemplos: Son actos de RP las encuestas, sondeos de opinión, conferencias de prensa, exposiciones, la utilización de todos los medios de comunicación, etc.
2. Hechos de RP:
a) Son los acontecimientos de diversa índole, relacionados directamente con la iglesia o sus autoridades, que tienen carácter de noticia y por lo tanto merecen ser conocidos por el público en general.
b) Ejemplos: Bautismos, inauguración de templos, visita de dirigentes de otros lugares, visita del pastor a las altas autoridades, congresos, campamentos, actividades de OFASA, etc.
¿Por qué practicar las relaciones públicas?
Abraham Lincoln las consideraba de fundamental importancia en el funcionamiento de su nación. Afirmó: “Con el apoyo público nada fracasa; sin él, nada triunfa. Quien moldea la opinión pública, penetra más que el que dicta estatutos o promueve decisiones”.[2]
Todo tipo de instituciones comerciales y no lucrativas, mercantiles, industriales, deportivas, artísticas, benéficas, etc., tratan de influir la opinión del público en su favor. Ejercen presiones psicológicas sobre el mismo a través de innumerables medios de información y comunicación. “En una era en la cual los cambios sociales se producen con tan sorprendente rapidez, y en la cual muchas instituciones e ideas tradicionales están siendo desplazadas, el papel de la opinión pública ha llegado a ser enormemente importante en los asuntos de los hombres”. [3]
La iglesia no sólo puede, sino que debe influir en la opinión del público. Existe para comunicar. Pero si en medio de la competencia de hoy en día, su mensaje puede llegar hasta el público en una forma clara y distinta, no será por mera casualidad, ni por accidente. Será el resultado del cuidadoso estudio, planeamiento y práctica de un programa tendiente a informar y comunicarse con los sectores diversos de la comunidad.
Quién debe practicar las relaciones públicas
El Manual de la Iglesia dice: “La organización de esta obra requiere el apoyo de cada ministro y obrero en la tarea de mantener relaciones públicas activas, el estímulo de cada institución adventista en el empleo inteligente de los métodos de relaciones públicas, y también la elección de un secretario de prensa o una comisión de relaciones públicas en cada iglesia”.[4]
Sin embargo conviene recordar que ese secretario de prensa o esa comisión de RP, no pueden actuar solos, sino que deben hacerlo en estrecha relación con el pastor. “El hecho de que el pastor es reconocido como dirigente de la iglesia en su comunidad, lo convierte en el primer responsable de sus buenas relaciones públicas”[5]. Y no debiera nunca considerarlas como una actividad postergable o de poca importancia.
Cómo practicar las relaciones públicas
1) El Manual de la Iglesia, en las páginas 181-184 da las pautas preliminares del funcionamiento de las RP en la iglesia.
2) Comience por establecer metas y objetivos.
3) Conteste las siguientes preguntas:
a. ¿Hay algo que no va bien en las actividades y objetivos de la organización?
b. ¿Cuál ha sido su política hacia el público hasta el momento?
c. ¿Qué actos o prácticas han causado problemas o confusiones?
d. ¿Qué omisiones ha habido que, de haberse realizado, podrían haber ayudado a conseguir la buena voluntad de los demás?
4) No imagine lo que el público piensa de su iglesia. Averígüelo. “Uno de los errores que salen más caros en los negocios es confundir lo que la gente debería pensar con lo que realmente piensa. Debemos escuchar para determinar lo que realmente piensan los grupos varios de nuestra comunidad. De allí podremos llevarlos paso a paso, hacia lo que deberían pensar”.[6]
5)Tenga en cuenta los elementos primordiales de la comunicación. “Para describir un acto de comunicación debemos responder estas preguntas: ¿Quién, dice qué cosa, por qué medio, a quién, con qué efecto?” [7]. Al organizarse deberá tenerlos en cuenta. ¿Qué es lo que va a comunicar? ¿En qué forma o por qué medios? ¿Cuál es el efecto deseado y posteriormente logrado?
6) Elabore un programa de acción, estableciendo los actos de RP y teniendo en cuenta los posibles hechos de RP.
7)“Antes de lanzar cualquier programa de RP el grupo religioso debe asegurarse de que su casa está en orden”.[8]
8) Contactos con los medios:
a. Estudie los medios locales. Confeccione una lista de todos los periódicos locales y de las estaciones de radio y televisión.
b. Conozca a las personas claves: Al editor del periódico, al encargado de la sección religiosa, al director de programación de la radio o TV.
c. Muestre un interés genuino en el medio y su gente. No realice el primer contacto para pedir la publicación de un artículo, o espacio para un programa. Hable con el director para realizar una visita a la estación de TV o de radio, con un grupo de niños o jóvenes de su iglesia. Visitar las oficinas de redacción de un periódico también puede ser interesante. Invite al editor o director de programación para que dé una charla en su iglesia, acerca del trabajo en los medios de comunicación, o del periodismo, o de la libertad de expresión y prensa, o sobre algún otro tema. Pero muestre interés en él y en su medio.
d. Provea material. Entregue algunas de nuestras revistas, folletos o libros a esas personas clave a fin de que conozcan el Movimiento Adventista y estén correctamente informadas.
e. Intégrelos a su programa de RP. No trate de imponerles la publicación de un artículo, o la difusión de un programa. La gente de los medios está impermeabilizada contra esas frecuentes presiones. Antes bien, hábleles de sus deseos de utilizar los medios y pida su consejo, como persona especializada. Se sentirá integrado a los proyectos de la iglesia y colaborará espontáneamente.[9]
Considere que:
“AI escribir para la prensa, es posible alcanzar a algunos que nunca serían alcanzados de otra manera”.[10]
“Nuestros ministros y laicos tienen muchas oportunidades de escribir cartas cortas a los editores de los periódicos, las que serían publicadas con gusto… pero esas oportunidades son ampliamente desechadas’’[11]
“La iglesia local puede usar la radio y la TV para ayudar a crear una imagen como lo hacen ciertos comerciantes… La iglesia local, especialmente aquella de las grandes áreas urbanas necesita esta clase de imagen publicitaria”. [12]
“Los teléfonos, inventados hace casi 100 años, son los instrumentos básicos de la nueva tecnología de las comunicaciones”.[13] Aunque su potencial sea poco reconocido o poco empleado.
Usted puede emplear todo tipo de medios de comunicación en el desarrollo de su programa de RP. Estos pueden ser impresos, auditivos, visuales o audiovisuales.
Elena G. de White y las relaciones públicas
El pastor E. W. Tarr afirma que consideraciones sobre las relaciones humanas, las RP, el desarrollo de la buena voluntad entre la iglesia y la comunidad, detalles sobre la comunicación efectiva, etc., aparecen vez tras vez en los consejos de la Hna. White a la iglesia.[14] Estas son algunas de esas consideraciones:
“Usemos todo medio justificado a fin de llevar la luz ante la gente. Utilícese la prensa, y que se emplee todo medio de publicidad que llame la atención hacia la obra. Esto no debe considerarse como sin importancia. En cada esquina pueden verse carteles y propaganda que llaman la atención a distintos asuntos que suceden, algunos de los cuales son de carácter sumamente objetable. Y, ¿quedarán satisfechos los que tienen la luz de la vida con esfuerzos débiles por llamar la atención de las masas hacia la verdad?”[15]
“Es necesario que se efectúen planes sabios para lograr la oportunidad de insertar artículos en los periódicos del mundo; porque esto será un medio de despertar a las almas para ver la verdad”.[16]
“Se hará tan prominente la verdad que el que corre pueda leerla. Se idearán medios a fin de llegar a los corazones. Algunos de los métodos usados en esta obra serán distintos de los métodos usados en la obra en el pasado; pero que nadie, por este motivo, estorbe el camino con sus críticas”.[17]
“Hay gran necesidad de hombres que sepan sacar el mejor partido posible de la prensa, a fin de que la verdad reciba alas para volar a toda nación, lengua y pueblo”. [18]
Las RP correctamente entendidas y practicadas, serán una bendición en la marcha de su iglesia. Y cumplirán con la petición de Cristo: ‘Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mat. 5:16).
Sobre el autor: Laico, miembro de la Iglesia Central de Montevideo, R. O. del Uruguay
Referencias
[1] Robinson, Edward J., Communication and Public Relations, págs. 51, 52, Columbas, Charles E. Merrill Books, Inc. 1966.
[2] Saruba, Jorge, Las Relaciones Públicas Piden la Palabra, pág. 185. Buenos Aires, 1962.
[3] Harral, Stewart, Public Relations for Churches, pág. 17. Abingdon-Cokesbury Press, N. York-Nashvllle, 1945.
[4] Manual de la Iglesia, pág. 181. PPPA, Mountain View, 1972.
[5] Manual de Relaciones Públicas de la Iglesia, pág. 8. División Sudamericana, 1973.
[6] Fortson, J. L., How to make friends for your church, pág. 8. Association Press, N. Y., 1943.
[7] Schramm, Wilbur (Ed.), Mass Communications, pág. 117. University of Illinois Press, 1966.
[8] Lesly, Philip, Manual de Relaciones Públicas, T. I., pág. 374. E. Martínez Roca, S. A., 1973.
[9] Du Puy, Bob, Using the Media pág. 2. (10) Duffield, C. L., “Writing for the Press”, The Ministry, pág. 14, January 1944.
[10] Duffield, C. L., “Writing for the Press”, The Ministry, pág. 14, January 1944.
[11] Longrace, C. S., “Newspaper Opportunities Neglected”, The Ministry, septiembre 1944, pág. 6.
[12] Brown, Bob W. “Electronic Kerygma: Using Radio and Televisión”, The Christian Ministry, julio 1973, pág. 35.
[13] Maddox, Brenda, Beyond Babel, New directions in Communications, pág. 201. Simón and Schuster, N. Y., 1972.
[14] Tarr, E. Wilmore, “Effective Communication”, Tell, febrero 1974, pág. 2.
[15] White, Elena G. de, Testimonies, tomo 6, pág. 36.
[16] White, Elena G. de, Evangelismo, pág. 93.
[17] White, Elena G. de, Life Sketches, pág. 216.
[18] White, Elena G. de, Obreros Evangélicos, pág. 25.