Hace unos meses, al hojear una popular revista protestante, me llamó la atención un artículo titulado “Cristo y la Taza de Café”. El autor desarrollaba la idea de que Cristo hizo gran parte de su obra en la mesa familiar, más bien con pequeños grupos de gente, y que si en la actualidad estuviera en la tierra, haría su obra en buena medida ¡con una taza de café en la mano!
Antes de entrar a examinar la cuestión del café, vamos a referirnos a las bebidas en general. Algunas bebidas no tienen prácticamente ningún valor alimenticio, a menos que se le añada leche y azúcar o miel. Estas incluyen el café, los sucedáneos del café, el té, los tés de hierbas, y el agua. Hay bebidas que tienen un valor calórico moderado —jugos de fruta y de vegetales, leche, leche de soya, bebidas a base de cola y bebidas gaseosas. Finalmente mencionaremos las bebidas con un elevado contenido calórico, como los batidos de leche, bebidas malteadas y ponches de huevo.
Hay otra forma de clasificar las bebidas: las que proporcionan algún alimento al organismo, y las que son perjudiciales porque son portadoras de principios que dañan el cuerpo. Las bebidas demasiado calientes o excesivamente frías pueden dañar la mucosa del estómago. El exceso de líquido en las comidas diluye los jugos gástricos y, como resultado, a menudo se retarda la digestión.
¿Cuáles son las únicas bebidas que se pueden usar con ventaja junto con las comidas? Solamente las que contienen calorías y forman parte del régimen de alimentación. La leche —de vaca o de soya— y las bebidas preparadas con cualquier clase de leche son digeridas en la misma forma que cualquier alimento. Por esto no debieran ingerirse entre las horas de las comidas.
El agua, los tés de hierba, y otras bebidas sin alimento pueden tomarse entre las comidas. Ninguna bebida apaga la sed mejor que el agua. Muchas personas obtienen beneficio de no tomar agua cerca de las comidas, no después de tomar agua una hora antes y no antes de una hora o más después de las comidas. Durante el día deben tomarse de seis a ocho vasos de agua.
Muchos han obtenido provecho de lomar un vaso de agua inmediatamente después de levantarse en la mañana. Un estudio hecho en más de dos mil enfermos reveló que esta costumbre tenía la virtud de estimular la acción de los intestinos.
Veamos a continuación las bebidas que tienen ingredientes perjudiciales. El café y el té son los componentes más conocidos de este grupo. La cafeína es un estimulante nocivo que, junto con la nicotina, se disputa la dudosa distinción de ser la droga más popular y la que forma hábitos én mayor escala en los Estados Unidos.
El café es el artículo que está a la cabeza de las importaciones en los EE. UU., con más de mil millones de kilogramos por año. Esto hace un promedio dé más de dos tazas por día y por cada persona mayor de quince años. En 1954, los norteamericanos bebieron más de 18 mil millones de litros de café.
Las bebidas a base de cola, de las que se expenden varias marcas en el mercado, producen efectos estimulantes por la cafeína, que contienen.
¿En qué consiste el daño que causan las bebidas que tienen cafeína? Muchas personas qué utilizan éstas bebidas niegan que ejerzan un efecto estimulante sobre ellas, pero no altera el hecho de que en realidad son verdaderos estimulantes del sistema nervioso, y se las utiliza mayormente con ése propósito.
Muchas personas que desempeñan ocupaciones intelectuales y. estudiantes piensan que las bebidas que contienen cafeína son beneficiosas porque avivan el pensamiento; pero una idea puede suceder a otra en una sucesión tan rápida que produzca confusión.
Estas bebidas son utilizadas a – menudo como estimulantes durante todo el día. Este método para vencer la fatiga cuando el organismo-pide el reposo necesario, es una manera costosa de tomar prestadas de mañana las energías necesarias para hoy.
“Algunas personas que usan habitualmente el café con frecuencia declaran que lo toman para evitar un dolor de cabeza matutino. Es evidente que no reconocen que este síntoma es un dolor de cabeza que sobreviene a todos los que han contraído el hábito de la cafeína (los tejidos se han acostumbrado a. una cierta concentración de la droga). Cuando la cantidad de droga disminuye por debajo de cierto nivel, comienzan los síntomas característicos. Acompañan al dolor de cabeza Un cierto grado de depresión mental, somnolencia, o desgano en el trabajo… El dolor de cabeza se alivia momentáneamente cuando se ingiere una nueva porción de cafeína. Los síntomas indicados desaparecen a los pocos días de suprimir la droga” (L. H. Lonergan, “Caffeine Beverages and Soft Drinks”, en Review and Herald, 9-5-1957).
La reacción a las bebidas con cafeína varía con la sensibilidad de cada persona y con la tolerancia a la droga desarrollada. Describiremos brevemente lo que acontece cuando ingerimos tales bebidas. La temperatura del estómago se eleva, se produce, un aumento de ácido clorhídrico en el estómago, las glándulas salivares aumentan su secreción, el corazón late más rápido, los pulmones trabajan más intensamente, se eleva el ritmo del metabolismo, y los riñones preparan y excretan más orina.
En Counsels on Diet and Foods, págs. 421, 422, se hace una descripción de lo que sucede en el organismo cuando se toma café.
“El café es una complacencia perjudicial. Estimula la mente a realizar una acción inusitada, pero el efecto subsiguiente es el agotamiento, postración y parálisis de las facultades mentales, morales y físicas. La mente se enerva, y a menos que se venza el hábito mediante el esfuerzo decidido, la actividad del cerebro queda permanentemente menoscabada. Todos estos irritantes de los nervios desgastan las fuerzas de la vida, y el desasosiego causado por los nervios deshechos, la impaciencia, la debilidad mental, se convierten en motivos de disensión que son antagónicos al progreso espiritual”. En los escritos de la Hna. White… a. menudo se mencionan juntos el té y el café… “Enfermedades de toda clase ha sido traídas sobre los seres humanos debido al uso del té y del café y de los narcóticos, opio y tabaco” (Id., pág. 421).
“El té y el café estimulan el apetito que se desarrolla hasta exigir estimulantes más. fuertes, como el tabaco y el licor”. (Id., pág. 430).
Veamos lo que declara acerca del uso del té y del café: “Sus sensibilidades quedan ofuscarlas, y el pecado no les parece tan pecaminoso, y la verdad no es considerada de mayor valor que los tesoros terrenales” (Id, pág. 425).
¿Qué podemos decir del café descafeinado? Veamos la opinión del Dr. Lloyd Rosenvold:
“Además de la cafeína, el café contiene el aceite esencial llamado cafeol. Esté aceite produce irritación en el tracto gastrointestinal. Los así llamados cafés ‘descafeinados’ que algunas personas beben pensando que debido a que el 90 ó el 97 por ciento de la cafeína ha sido quitada, son sanos, realmente no lo son, porque todavía está presente el irritante cafeol. Estos cafés contienen, además, de 1/8 a 1/4 de grano (1 grano = 0,06 gramos) de cafeína por taza. El café corriente contiene de 1½ a 2 granos por taza” (Science and Modern Manna, pág. 160).
“Muchas personas que por nada usarían el café, consumen chocolate y cocoa en abundancia, sin comprender que la cocoa no es una bebida inofensiva. Según la marca, el contenido de cafeína varía de 0.09 a 0,48 granos por taza, y en todos los casos hay un elevado contenido de tanino, a veces superior al del té. La cocoa y el chocolate también contienen teobromina. Que es una poderosa droga, pero no se la considera tan nociva como la cafeína. El elevado contenido de grasa tiende a perturbar la digestión en algunas personas. Ante estos hechos recientemente descubiertos, algunas familias tendrán que reconsiderar el uso de la cocoa y el chocolate” (Id., pág. 162).
En experimentos realizados con ratas se ha descubierto que la cocoa impide el debido aprovechamiento de las proteínas y retarda el crecimiento.
El Dr. Oliver T. Osborn dice: “Cualquier persona puede adquirir rápidamente afición al café, té, Coca Cola, y el hábito formado puede causar tanto daño, en algunos casos, como el alcohol y el tabaco” (Principies of Therapeutics, pág. 603).
“No hay duda de que puede adquirirse el hábito de la cafeína, ya sea como tal (posiblemente en la forma de Coca Cola) o como afición al té o al café. La “manía” por la Coca Cola, el té y el café es un acontecimiento frecuente… No es necesario analizar aquí los efectos finales del hábito de la Coca Cola; es algo serio, y especialmente nocivo para los niños y los jóvenes. Lo que desarrolla el hábito es la cafeína que contiene la bebida… El hábito de la Coca Cola es pernicioso” (Id., págs. 215, 216).
“El hombre civilizado de esta época está sobreestimulado, y necesita algo para calmarlo y aquietarlo. El (y también ella) ha comenzado a obtener ese calmante consumiendo más tabaco que nunca antes. Pero si este recurso no lo satisface, además, como también los que no fuman, recurren a un mayor consumo de té y café. El resultado es una mayor tensión nerviosa, mayor irritabilidad nerviosa, menos sueño, más indigestión y finalmente la pérdida del equilibrio mental y de la fortaleza física” (Id., pág. 216).
En una conferencia sobre “La Base Espúrea de la Felicidad”, David Starr Jordán, rector de la Universidad Leland Stanford de 1891 a 1916, hizo el siguiente comentario:
“Así como una gota de agua participa de la naturaleza del mar, también, en su grado, el efecto del alcohol, el opio, el tabaco, la cocaína, la cola, el té, o el café, participa de la naturaleza de la manía. Estas drogas producen una sensación de placer o sosiego cuando el sosiego y el placer no existen. Esta sensación proviene de un daño de los nervios, que el cerebro no interpreta fielmente… El café y el té, lo mismo que el alcohol, permiten que la persona tome prestadas energías de sus reservas de fuerzas del futuro para emplearlas en sus propósitos del presente, y nadie toma las providencias necesarias para devolver el préstamo. Todas estas diferentes drogas sin excepción tienden a dar la impresión de una fuerza o un placer o una actividad que no poseemos. Todas sin excepción, desempeñan la función de forzar el sistema nervioso a mentir. Todas sin excepción, producen el resultado, a través de su uso habitual, de tornar el sistema nervioso incapaz de decir la^ verdad. Todas sin excepción, hacen que sus supuestos placeres sean seguidos por una reacción de ansiedad tan espúrea y tan irreal como los placeres que la precedieron… En el caso de cada droga, la primera vez que se la usa facilita la segunda. Ceder a la tentación hace más fácil volver a ceder. El efecto debilitador de la voluntad es mayor que el daño causado al cuerpo”.
La cafeína tiene su empleo como estimulante en casos de emergencia, pero ciertamente no tiene lugar en las bebidas de los que consideran su cuerpo como un “templo de Dios”. ¿Es posible romper el hábito de la cafeína? Sí, lo es; pero se requiere mucha fuerza de voluntad, esfuerzo decidido y oración para soportar los dolores de cabeza y otras reacciones que aparecen en los cuatro días subsiguientes, mientras el organismo se ajusta a un nuevo programa libre de la cafeína. Sin embargo, vale la pena liberarse de un hábito que produce “parálisis de las «facultades mentales, morales y físicas” del hombre.
Sobre la autora: Dietista de la Fundación Internacional de Investigación de la Nutrición.